La visita al Castillo de Bran o del Conde Drácula, en Transilvania es una de las visitas más habituales que se hacen en Rumanía. La leyenda de Vlad Tepes, el empalador, conocido popularmente como Conde Drácula persigue al viajero por toda Transilvania, aunque la historia de este príncipe de Valaquia esté rellenade mitos que el cine nos ha reportado y que probablemente no se acerquen exactamente a la realidad.

La preciosa ciudad de Sighisoara y el Castillo de Bran, conocido como Castillo del Conde Drácula, son dos de los puntos culminantes de lo que se podría conocer como Ruta de Conde Drácula. Hoy nos disponemos a disfrutar del Castillo de Bran, y de paso, de las fortalezas de Rasnov y Prejmer.

CASTILLO DE BRAN O DEL CONDE DRÁCULA. VLAD TEPES: MÁS CERCA DE LA FICCIÓN QUE DE LA REALIDAD.

Por la mañana el autobús 16 nos acerca al autogara 2 desde donde tomamos el primer bus que sale hacia Bran, que se encuentra a treinta kilómetros de distancia. Los hay muy a menudo por lo que no es ningún problema. Sólo hay que preguntar y los rumanos, que en general nos están pareciendo muy amables, enseguida nos acompañan hasta el autobús que sale hacia Bran.

Como explicaba, el Castillo de Bran es conocido como el castillo del Conde Drácula. Sólo bajar del autobús ya queda claro: hay un montón de tiendas de recuerdos, siempre con el tema central del memorable personaje de ficción creado por la mente de un escritor dublinés, Bram Stoker, que nunca estuvo en Transilvania. El ambiente sin embargo, no es abrumador. Nadie te insiste para que te lleves la camiseta o la jarra de Drácula a casa. Si quieres, puedes mirar y listos, lo cual se agradece.

Vlad Tepes, conocido como Vlad el empalador, el personaje en que se inspira Bram Stoker para crear la figura del Conde Drácula, sí que existió. Fue un voivoda, es decir, un príncipe transilvano que es considerado en Rumania un auténtico héroe nacional. Parece ser, sin embargo, que era un poco sanguinario, pues tenía por costumbre empalar a sus enemigos (clavarles un palo por el ano, hasta que el palo les salía por la boca) y beberse su sangre (este hecho era una costumbre bastante recurrente en aquella época). Bram Stoker, sin embargo, añadió un poco de vampirismo y de ahí sale la leyenda del Conde Drácula, que toma el nombre de Vlad Dracul, que era como se conocía a Vlad Tepes, por pertenecer a la orden del dragón. Es decir, que de un personaje histórico se hizo una novela de éxito. Y todo ello, junto con las diversas versiones cinematográficas que de la novel.la se han filmado, han acabado haciendo tanto de Vlad Tepes como del Conde Drácula un auténtico filón turístico para esta zona de Transilvania, donde la realidad y la ficción se mezclan de tal modo, que es difícil saber dónde termina una y empieza la otra.

Hecho un poco de historia, hay que mirar de frente a la realidad: Vlad Tepes nunca vivió en el castillo de Bran. Es más, parece que ni siquiera lo visitó en ninguna ocasión. En fin, que la visita a uno de los puntos culminantes de cualquier viaje a Transilvania, el Castillo de Vlad Tepes o del Conde Drácula de Rumanía es un poco un bluf, de manera que el único interés es el de visitar un pequeño y precioso castillo medieval de Transilvania, que tiene su origen en el siglo XIII y que pasó sucesivamente por varias manos hasta que del 1920 al 1947 se convirtió en residencia de verano de los soberanos rumanos. Según nos cuentan, el Castillo de Conde Drácula o de Bran está ahora en venta y con un cheque de 40 millones de euros se puede empezar a hablar.

El Castillo de Bran tiene un patio central, alrededor del cual se edifica todo el castillo, con sus angostos pasillos y sus estrechas habitaciones, algunas de las cuales mantienen bonitos muebles de madera de la época. Tardamos aproximadamente unos tres cuartos de hora en visitar el Castillo, pues es de tamaño reducido, por lo que después de tomar un capuchino en el bar del mismo castillo, volvemos a coger un bus, ahora en dirección a Rasnov, que se encuentra a menos de 10 kilómetros de distancia, en dirección a Brasov.

Castillo de Bran
Castillo del conde drácula
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Castillo del conde drácula
CASTILLO BRAN-1

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FORTALEZA DE RASNOV

La población de Rasnov está dominada por una impresionante fortaleza, que se sitúa en lo alto de una colina y desde la que se divisa una inmejorable visita que se extiende varios quilómetros, 360 grados a la redonda. Desde donde nos deja el autobús caminamos hacia el pueblo, y luego, subimos el cerro, por un estrecho sendero con escaleras. En media hora llegamos a la fortificación, que se está restaurando con la idea de convertirla en un foco turístico. Hay un intento de museo etnográfico, sencillo pero interesante y la visita se hace muy agradable, siendo incluso más interesante que el propio castillo de Bran.

La ciudad de Rasnov fue fundada, como muchas de las poblaciones que encontramos en esta zona de Transilvania, por los colonos sajones. Era el 1225. La fortaleza de Rasnov data del siglo XIII y responde a la voluntad de los habitantes de la ciudad de defenderse de los ataques de los otomanos y tártaros que periódicamente asediaban la zona. En concreto, es después del ataque tártaro del 1241 cuando se decide edificar la fortaleza en la colina. Y el diseño responde a la voluntad de no sólo ofrecer resistencia a los invasores, sino al hecho de poder pasar temporadas más o menos largas, en caso de asedio. Es por ello, que dentro de la fortaleza no sólo encontramos varias viviendas, sino también capilla o lo que vendría a suponer una escuela en tiempos medievales.

Al igual que el Castillo de Bran o de Drácula, la fortaleza se visita en poco tiempo. Después, bajamos a la estación de autobuses, y comemos allí mismo antes de coger un bus hacia Brasov. Una vez en Brasov, vamos de la autogara 2 a la autogara 1 (con el bus 23) y desde allí, tomamos el primer bus hacia Prejmer, que sale en cinco minutos y que llega en menos de media hora.

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Fortaleza de Rasnov
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PREJMER, CIUDAD SAJONA. LA FORTALEZA CAMPESINA.

Prejmer, también es una antigua ciudad sajona (conocida en alemán como Tartlau) que es conocida por su extraordinaria fortaleza campesina, una de las mejores de las muchas que hay en Transilvania y que ha sido incluida, junto a algunas otras, en la lista del Patrimonio de la Humanidad. El patrimonio legado por los colonos sajones es enorme en esta zona de Transilvania y las fortalezas campesinas, así como las iglesias fortificadas, son algunos de los ejemplos más importantes.

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La visita a la fortaleza no decepciona. Encontramos una iglesia rodeada por una extraordinaria fortificación de altos (14 metros) y anchos muros (6 metros). Dentro de la fortaleza hay 272 edificios, adosados, de modo que en caso de asedio (sobre todo otomano, que era lo que más frecuentaba en aquella época) el pueblo se refugiaba en la fortificación y podía así resistir un montón de tiempo, dado que también contaba con almacenes para hacer acopio de alimentos para estos casos. Al parecer, la iglesia que hay en medio de la fortificación, del siglo XIII, habría sido construida por los Caballeros Teutónicos antes de huir del país (de hecho, fueron expulsados de Transilvania). Si deseáis conocer un poco más sobre los Teutónicos, no os perdáis el post sobre el Castillo de la Orden Teutónica en Malbork.

Visitada la fortaleza de Prejmer, volvemos a Brasov, que nos está sirviendo de base para conocer esta zona de Transilvania, y que es una de las ciudades más bonitas del país. Acabamos cenando en el espléndido Sirul Vamii (Muresenilor, 18). Por 70 leis disfrutamos de una bonita velada con dos platos y bebida y con la compañía de un pianista que toca clásicos de toda la vida, como My way o What a wonderful life. Antes de ir a dormir, disfrutamos del helado de rigor en la Plaza Sfatului. Un buen final para Brasov.

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Si quieres conocer el viaje de Rumanía que realizaron los amigos de Touristear te recomiendo este post.

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Comentarios:

18 comentarios en “CASTILLO DE BRAN. El castillo del Conde Drácula o Vlad Tepes, el empalador.


Eva Puente Maya
15 de marzo de 2015

Qué ganas de Rumanía!, es un vuaje que siempre planifico y acaba siendo cambiado por otro, espero que pronto vayamos!

    Jordi
    15 de marzo de 2015

    Pues no decepcionará, Eva. Tiene un montón de sitios encantadores!

Almu Rj
15 de marzo de 2015

¡Como mola! 😀

Iciar Prieto
20 de marzo de 2015

Me pasa como a Eva, al final hemos cambiado por Italia, pero no lo descarto!

MAPANI
31 de marzo de 2017

En unos días tenemos prevista la visita a estos lugares. Muchas gracias por estos post con información sobre Transilvania, nos han venido genial para organizar la ruta. Nosotros vamos con los peques, así que tenemos prevista la parada también en el parque de dinosaurios de Rasnov. Muy curioso todo el tema de los sajones en Rumanía, yo lo desconocía hasta que no me puse a buscar información para viajar a la zona. Gracias de nuevo!

    Jordi
    6 de abril de 2017

    Pues fíjate que no había oído hablar de este parque de dinosaurios. Espero que no estén por allí sueltos o que, al menos, no sean carnívoros! 😉 Estaré al quite de vuestros relatos.
    Un abrazo!

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