La población alemana de Völklingen, situada a muy pocos kilómetros de la frontera con Francia, dispone de uno de los más relevantes testigos del importante patrimonio industrial alemán: la Fábrica siderúrgica de Völklingen.
La Völklinger Hütte o Fábrica siderúrgica de Völklingen fue una de las más importantes factorías siderúrgicas de todo el continente durante casi un siglo, desde que se fundara en 1873.
Aunque la empresa cerró definitivamente sus puertas en 1986, la importancia de la Fábrica siderúrgica de Völklingenes en el desarrollo industrial de Europa es tal, que la Unesco la incluyó dentro de la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad, en 1994.
Esta siderúrgica forma parte de lo que se conoce como Ruta Europea del Patrimonio Industrial, una red a nivel continental que une algunos de los lugares más relevantes del patrimonio industrial de Europa en 43 países distintos.
LA VISITA A LA FÁBRICA SIDERÚRGICA DE VÖLKLINGEN
Se puede visitar la fábrica siderúrgica de Völklingen todos los días del año, excepto el 24, 25 y 31 de diciembre. El horario es bastante amplio, desde las 10:00 de la mañana hasta las 19:00 (las 18:00 en invierno).
La tarifa de 2025 es de 17 € (gratis hasta los 18 años de edad). Merece la pena saber que cada primer martes del mes a partir de las 15:00 horas, la entrada gratuita para todos los visitantes individuales. Podéis mirar en su página web los datos actualizados.
La fábrica siderúrgica de Völklingen dispone de hasta 7 km de senderos perfectamente adaptados para recorrer los distintos lugares de la factoría, incluyendo rampas y ascensores que permiten el acceso incluso con cochecitos de bebé.
Aunque lo habitual es realizar la visita por libre, también es posible realizar una visita guiada en varios idiomas (nosotros lo hicimos en inglés), lo que permite comprender qué se está viendo en cada momento. Nuestra visita duró aproximadamente una hora y media.
Además de conocer las enormes máquinas en la impresionante sala de sopladores, lo más espectacular de la visita a la fábrica siderúrgica de Völklingen es el acceso a los altos hornos de la factoría. Völklinger Hütte disponía de seis de ellos.
Para hacer el recorrido por esta parte alta de la fábrica hay que ponerse casco protector y no tener mucho vértigo, porque realmente se sube muy arriba. En cualquier cosa, la zona está perfectamente adaptada para las visitas.
Además de lo que es la visita en sí de la Fábrica siderúrgica de Völklingen, el complejo programa exposiciones temporales. La actual, activa hasta agosto de 2025 recibe el nombre de El verdadero tamaño de África.
El recorrido por la muestra propone obras de arte de las últimas décadas junto a instalaciones sonoras y espaciales creadas específicamente para la muestra por artistas de África.
Alejada del turismo de masas, visitar la fábrica siderúrgica de Völklingen supone conocer uno de los hitos de la industrialización europea. El testigo de una época pasada, pero de importancia capital para el desarrollo de la sociedad actual.