
Visitar la Abadía de Fontenay es algo que no debería pasarse por alto dentro de un recorrido por la Borgoña francesa.
La Abadía de Fontenay es uno de los monasterios cistercienses más antiguos que ha llegado a nuestros días, pues fue creada la misma Abadía de Citeux, fundadora de la orden, en 1118.
Aunque había sido Roberto de Molesmes el fundador de la orden del Císter, fue el monje borgoñón Bernardo de Claraval quien la dinamizó y expandió por toda Europa. A este monje se atribuye la fundación de la Abadía de Fontenay.
Durante más de tres siglos, hasta el siglo XV, la prosperidad de la Abadía de Fontenay fue tal que hasta más de 200 monjes llegaron a vivir aquí, siendo autónomos gracias a la práctica de la ganadería, la agricultura y también la metalurgia.
Pero a partir del siglo XVI la Abadía de Fontenay entró en declive, siendo vendida incluso tras la Revolución francesa. De hecho, hoy en día, este lugar sigue siendo propiedad privada, aunque por suerte para nosotros, es posible visitar la Abadía de Fontenay.
La importancia de la Abadía de Fontenay es tal, que la Unesco la incluyó dentro de la lista del Patrimonio Mundial. Un honor, por cierto, del que también gozan otros monasterios cistercienses como Santa María de Poblet, en Catalunya, o el Monasterio de Maulbronn, en Alemania.
En este artículo ya os hablamos de algunos de los mejores monasterios cistercienses que es posible visitar en la actualidad.
VISITAR EL MONASTERIO DE FONTENAY
Nosotros incluimos la visita a la Abadía de Fontenay en nuestra ruta entre Limoges y Dijon, en una jornada que también incluyó la visita a la Basílica de Vézelay, también Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Aunque tras la Revolución Francesa, la Abadía de Fontenay perdió sus monjes, la conversión de complejo en edificio industrial, permitió conservar todos los edificios de estilo románico.
De esta manera, visitar la Abadía de Fontenay nos permite conocer cómo era la iglesia abacial, el dormitorio de los monjes, el claustro o la sala capitular, por ejemplo.
HORARIOS PARA VISITAR LA ABADÍA DE FONTENAY
Estos son los horarios para visitar la Abadía de Fontenay.
- HORARIO DE INVIERNO (de mediados de noviembre a mediados de marzo): de 10:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 horas.
- HORARIO DE VERANO (de mediados de noviembre a mediados de noviembre): de 10:00 a 18:00 horas.
Estas son los horarios de visita libre, aunque también se ofrecen visitas guiadas en francés. Durante el invierno, bajo petición; y durante el verano, cada hora.
PRECIOS PARA VISITAR LA ABADÍA DE FONTENAY
Estos son los precios para visitar la Abadía de Fontenay, durante la temporada 2024-2025. Para eventuales cambios, podéis mirar su página web.
- Tarifa estándar: 11,00€
- Menores de 12 años: 8,00€
- Precio reducido: 9,00€
- Menores de 6 años: gratis
En caso de realizar la visita guiada, hay que añadir 3€.
VISITA A LA ABADÍA DE FONTENAY. RECORRIDO.
Al comprar el billete, os entregarán un mapa donde se detalla todos los lugares a visitar en la Abadía de Fontenay, además de los lugares a los que no se permite el acceso.
IGLESIA ABACIAL
Como corresponde al Císter, que no concebía la distracción, austera más no poder. No hay adornos ni en la fachada ni en la nave. Aquí no encontraremos los maravillosos capiteles de la Basílica de Vézelay, desde luego.
La iglesia de la Abadía de Fontenay fue consagrada en 1147 por el mismo Papa, Eugenio III, y tiene unas dimensiones considerables, con 66 metros de nave.
En el brazo norte encontramos una preciosa Nuestra Señora de Fontenay, del siglo XIII.
DORMITORIO DE LA ABADÍA DE FONTENAY
Desde el mismo transepto se accede al dormitorio monacal. Así los monjes no tenían problema alguno en asistir a las primeras oraciones del día, acudiendo desde su alcoba comunitaria.
El dormitorio se cierra mediante una cobertura de roble. Los monjes dormían en el suelo, con la única comodidad de un colchón de paja. Austeridad ante todo, sin concesiones a la comodidad.
CLAUSTRO DE LA ABADÍA DE FONTENAY
Bajamos ahora al claustro de la Abadía de Fontenay. De un solo piso y formando un cuadrado no perfecto. Es un lugar precioso y ciertamente evocador, pero también desprovisto de adornos. En los capiteles, por ejemplo, sólo encontramos motivos vegetales.
LA SALA CAPITULAR
Desde el claustro se accede a la sala capitular, el gran salón donde se decidían las cosas importantes de la Abadía de Fontenay.
Se trata de una sala rectangular abovedada a la que se accede a través de un arco. Aquí se leía también el capítulo de la regla de San Benito. De aquí el nombre del espacio.
SALA DE LOS MONJES
Una sala anexa a la capitular, muy amplia y cerrada con bóveda crucería gracias a la existencia de las columnas que la sostienen.
Aquí se realizaban distintas tareas. Probablemente también había un espacio dedicado a la copisteria de la Abadía de Fontenay.
CALEFACTORIO
Una pequeña sala con chimeneas. Indispensable para pasar los duros inviernos de Fontenay.
Esta pequeña sala está situada anexamente al dormitorio del primer piso, lo que facilitaba que también la alcoba de mantuviese caliente.
LA FRAGUA
El último edificio que visitamos en la Abadía de Fontenay.
El cenobio funcionaba en régimen de autarquia. Es decir, era sostenible por sí mismo. Y una de las actividades que practicaban para ello, era la metalurgia.
Para esto último, los monjes construyeron allá por el siglo XII un gran edificio de 53 metros de largo donde se situó la fragua accionada por una rueda que aún hoy podemos ver y que estaba accionada por agua procedente del río derivado.
Además de los edificios que pudimos conocer al visitar la Abadía Fontenay hay otros que solo se pueden ver desde el exterior, como la antigua enfermería o el viejo palomar.
La visita a la Abadía de Fontenay nos ocupó 1 hora aproximadamente. La verdad es que se trata de una visita de lo más interesante si os gusta todo lo referente a las órdenes monásticas medievales.