Dijon es una de las ciudades más importantes de la región francesa del Franco-Condado, célebre fuera de sus fronteras por ser el origen de la más famosas de las mostazas gala, que se elabora a partir de granos de mostaza negra además de otros condimentos.
Hay suficientes lugares que ver en Dijon, una población que verdaderamente tiene aire de capital regional (de hecho, era la capital del territorio histórico de la Borgoña) como para dedicarle un día entero.
Además, Dijon supone un buen lugar para tomar como base para conocer la región.
A una hora de distancia de Dijon se pueden visitar varios lugares incluidos en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad, como las Grands Salines de Salins les Bains, las salinas Reales de Arc-et-Senans o la Abadía de Fontenay, que es una de las más importantes del Císter.
El propio centro histórico de Dijon está protegido como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, en una designación que incluye los célebres viñedos borgoñeses (los climats), que se localizan a menos de una hora de distancia de la ciudad, en dirección a Beaune.
En este artículo os contaremos lo más importante que ver en Dijon, una ciudad que haréis bien en dedicarle un día entero.
DÓNDE DORMIR EN DIJON
Una muy buena opción para alojarse en DIJON ES EL HÔTEL DES DUCS, situado en el centro histórico de la ciudad a dos minutos a pie del Palacio de los duques de Borgoña.
La decoración del hotel está tratada con mucho mimo y, además, tendréis todos los lugares que ver en Dijon a tiro de piedra de vuestro alojamiento.
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QUÉ VER EN DIJON EN DÍA
Estos son los lugares imprescindibles que visitar en Dijon en 1 día.
1. LES HALLES CENTRALES DE DIJON
Como ya hicimos en Limoges, empezamos la jornada visitando el mercado central de Dijon: les Halles.
Productos frescos, de calidad y en cantidad es lo que encontramos en este mercado cubierto bastante grande, construido en el último tercio del siglo XIX.
Los mercados en Francia suelen ser un enorme salón gourmet y el de Dijon no es la excepción. Especialmente las pescaderías y las queserías nos sacan los ojos de las órbitas. También nos llama la atención las varias paradas dedicadas a la venta de ostras.
Luego regresaremos a Les Halles Centrales de Dijon para almorzar allí mismo, como veremos que hacen muchos locales.
2. IGLESIA DE NOTRE DAME DE DIJON
Muy cerca de Les Halles hayamos una de las mayores y más importantes iglesias que ver en Dijon.
De medidas catedralicias y con una fachada de lo más curiosa y repleta de gárgolas, Notre Dame de Dijon es una de las iglesias más queridas en la ciudad.
Esta iglesia gótica del siglo XIII alberga la estatua de Nuestra Señora de la Buena Esperanza, a veces conocida como Virgen Negra, aunque a nosotros no nos lo pareció mucho. La talla, que es del siglo XI, está situada en el ábside sur.
En el exterior hay que buscar y tocar con la mano izquierda el que es uno de los símbolos de Dijon: la lechuza esculpida. Se localiza en un contrafuerte de una capilla de la fachada norte.
Luego, por la ciudad, hay todo un recorrido marcado con lechuzas metálicas, que pasa por varios de los lugares más importantes que ver en Dijon. Aunque nosotros no seguiremos estrictamente esta ruta de la lechuza, Iris se irá divirtiendo bucándolas.
3. LA MOUTARDERIE FALLOT
Frente a la estatua de la lechuza (en Rue de la Chouette), encontramos la tienda-taller de Moutarderie Fallot, que es uno de los productores más importantes de mostaza de Borgoña.
Aunque la fábrica está en la población de Beaune (también se puede visitar), merece la pena entrar en esta tienda-taller donde podréis degustar varias mostazas distintas (aunque a nosotros la que más nos gusta es la original).
Ni que decir que nos llevamos a casa un par de mostazas de esta legendaria marca, activa desde 1840 y que sigue produciendo la mostaza siguiendo el método tradicional con molinos.
4. LAS CALLEJUELAS DE DIJON CON SUS CASAS DE ENTRAMADO DE MADERA
Entre las varias calles que ver en Dijon de forma obligada, merece la pena destacar aquellas que nos recuerdan la Dijon más medieval, con decenas de construcciones edificadas con los típicos entramados de madera tan habituales en Francia y que ya vimos en pueblos de Alsacia, en Ruán o el Limoges.
En Place Françoise Rude, en Rue Verriere y en Rue de Forges encontramos varias de estas construcciones tan fotogénicas.
5. PLAZA LIBERACIÓN Y PALACIO DE LOS DUQUES DE BORGOÑA
Nos acercamos ahora hasta la plaza más destacada que ver en Dijon, la plaza de la Liberación.
Aquí encontramos el Palacio de los Duques y de los Estados de Borgoña.
Desde este enorme complejo se movieron los hilos de Borgoña durante siglos. Ahora acoge las dependencias del ayuntamiento, además de varios museos, incluido el de Bellas Artes.
El conjunto arquitectónico fue evolucionando con el tiempo, aunque conserva elementos góticos como lo Torre de Felipe el Bueno, a la que se puede subir a fin (previo pago) de disfrutar de vistas aéreas del centro histórico de Dijon.
La plaza que queda frente al palacio, semicircular, resulta de lo más elegante.
6. RUE DE LA LIBERTÉ
Desde la Plaza de la Liberación tomamos Rue de la Liberté, que es una de las más elegantes, anchas y comerciales de Dijon. Y como casi todo el centro histórico, también peatonal.
La vía alterna tiendas con encanto con franquicias internacionales, pero también aquí subsisten algunas construcciones con entramado de madera.
En el número 32 de Rue de la Liberté encontramos la tienda de una de las marcas de mostaza más universales: Maille. Podréis degustar varias de las variedades. Sin embargo, los precios nos parecieron bastante caros.
También nos entretenemos con las tiendas que se dedican a vender vinos de Borgoña.
7. PORTE GUILLAUME
La Rue de la Liberté culmina con Porte Guillaume, que a modo de arco triunfal, se construyó en 1788, en el mismo lugar donde se alzaba una de las puertas medievales de la ciudad.
Aunque esta puerta de un solo arco no es el mejor arco del triunfo que hayamos visto, sí que es uno de los lugares obligados de visitar el Dijon.
8. CATEDRAL DE DIJON
Enseguida llegamos a la Catedral de Dijon, dedicada a San Benigno, otro de los grandes templos que ver en Dijon.
Se trata de un gran edificio gótico de tres naves, edificado a partir de finales del siglo XII, aunque utilizando como base varias iglesias previas. De hecho, la cripta, por la que hay que pagar para acceder a ella, es románica.
Como tantas catedrales góticas, aunque esta no fue consagrada como tal hasta el siglo XIX, está iglesia destaca por la altitud de las naves, que alcanza los 27.5 metros. Eso sí, el interior es especialmente austero, aunque algunos vitrales son bien bonitos.
En el exterior, conviene fijarse en el tejado tradicional borgoñón realizado con teja vidriada de Borgoña. Recuerda al de algunas iglesias centroeuropeas como la de Matías en Budapest.
9. IGLESIA DE SAN MIGUEL
Regresamos por donde hemos venido, pasando nuevamente por Rue Liberté porque justo en el otro extremo de esta comercial arteria encontramos la tercera de las grandes iglesias que ver en Dijon, San Miguel.
Antes, a mano izquierda, hemos dejado el monumental y neoclásico Gran Teatro de Dijon, con su fachada columnada de 1828.
La fachada de San Miguel está considerada como una joya del Renacimiento en Francia, aunque la estructura con tres grandes pórticos en la parte inferior y las dos torres, nos recuerda que recién salimos del gótico.
En una de las capillas y en realidad en toda la iglesia se venera especialmente a Élisabeth Catez, Sor Élisabeth de la Trinidad, una monja que murió a principios de siglo XX con solo 24 años de edad. Fue canonizada por el Papa Francisco en 2016 y parece muy querida aquí.
10. CITÉ INTERNATIONALE DE LA GASTRONOMIE ET DU VIN DE DIJON
Un poco apartado, aunque a no más de 30 minutos a pie del centro, han construdio al Cité internationale de la gastronomie et du vin.
Se trata de un gran centro inaugurado en 2022, que intenta promover los vinos de borgoña y la cocina local, en base a varias exposiciones, restaurantes y vinotecas. Un centro de ocio que también incluye hasta cines.
La verdad es que aunque el presupuesto destinado ha sido mayúsculo, a nosotros nos decepcionaron mucho las exposiciones existentes y las tiendas nos parecieron carísimas.
A años luz del interés que despierta la Ciudad del Vino de Burdeos, por ejemplo.