
Los Holi fueron una de los primeros grupos étnicos que visitamos en Benín, un país formado por un auténtico mosaico tribal que incluye más de 50 pueblos distintos.
También conocidos como Ije u Ohori, los holi son un pueblo relativamente numeroso, con una población que alcanza al menos las 100.000 personas.
El Pueblo Holi, que está considerado como una subpoblación de los yoruba que proceden de Nigeria, viven en el sudeste de Benín. De hecho, el dialecto que hablan, el ede ije, es entendible por otras poblaciones de procedencia yoruba.
La agricultura y la ganadería son los desempeños principales de los holi de Benín, aunque siempre de subsistencia.
Aunque poco a poco, cada vez más holi aspiran a vivir en las ciudades, aún es posible visitar algún poblado holi tradicional, donde este grupo étnico intenta mantener vivas sus tradiciones.
VISITAR UN POBLADO HOLI DE BENÍN
Antes de visitar un poblado Holi, paramos en un mercado para comprarles comida, algo que agradecen.
Arroz, aceite y algunas otras provisiones suponen una buena carta de presentación, dado que al fin y al cabo nos disponemos a invadir su espacio.
Hay que tener en cuenta que visitar un poblado Holi de Benin no equivale visitar un pueblo de nuestro entorno. El poblado en sí mismo, y no solo las chozas o viviendas que lo componen, suponen el hogar de la población, de manera que las visitas deben estar de una manera u otra acordadas.
En este sentido, resulta importante contar con un guía que sea capaz de comunicarse con los jefes del poblado o con algún representante del mismo.
Dejamos la carretera asfaltada que conduce al norte del país y tras un buen rato de coche por carreteras de tierra, llegamos al poblado holi.
Los holi de Benín son un pueblo animista que escasamente ha recibido las influencias del Islam y del Cristianismo.
Este grupo étnico vive en pequeños poblados formados por cabañas construidas con cañas de bambú y cerradas con techumbres de paja. Aunque la mayoría de chozas que visitamos son de planta rectangular, algunas lo son de base circular.
También encontramos varios graneros, igualmente edificados en paja y de planta circular.
LAS ESCARIFICACIONES FACIALES Y LOS TATUAJES DE LOS HOLI
Enseguida nos damos cuenta que la mayoría de integrantes del grupo que visítanos son portadores de escarificaciones faciales, especialmente las mujeres. Ello es algo que los identifica como holi, aunque desde luego, hemos visto escarificaciones en otras etnias de Benin.
Además, algunas de las mujeres más mayores también van tatuadas, ya sea en la cara o en brazos y cuerpo. Sin embargo, las más jóvenes parecen haber abandonado esta práctica.
No hay que entender los tatuajes y escarificaciones como un hecho puramente ornamental, si no que ambos solían tener un desempeño espiritual.
La visita a los Holi de Benín resulta muy agradable. El poblado nos ha recibido con los brazos abiertos y tanto mayores como niños intentan interaccionar con nosotros y posan para las fotografías sin problema alguno. Eso no nos ha pasado en todos los grupos tribales visitados en el viaje, incluso cuando alguna compensación ha acompañado nuestra visita.
También nos invitan a visitar el interior de algunas de las cabañas, donde el ambiente oscuro es la norma. Lugares sencillos que incluyen una pequeña cocina y una alcoba.
Los niños juegan con nosotros y nos piden que les tiremos fotografías. Les gusta posar y mirarse luego en el visor de la cámara. La verdad es que las dos horas que pasamos en el poblado Holi nos pasan volando.
El pueblo Holi de Benín tiene ante sí el reto de mantener vivas sus tradiciones. No será fácil en un mundo tan globalizado.