
Porec es una pequeña población de la Península de Istria, en Croacia, de visita obligada por disponer de uno de los mayores tesoros del país: la Basílica Eufrasiana.
Aunque el complejo de Porec incluye también el viejo palacio episcopal, la sacristía, el baptisterio y el campanario, es la maravillosa basílica, gracias sus mosaicos bizantinos, lo que convierte la Basílica Eufrasiana de Porec es una de las grandes maravillas de Croacia.
La importancia es tal, que la Unesco incluyó, en 1997, la Basílica Eufrasiana de Porec en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad.
BREVE APUNTE HISTÓRICO DE LA BASÍLICA EUFRASIANA DE POREC
Sabemos de la existencia de una primitiva basílica del siglo IV, dedicada a San Mauro de Parentium, que fue el primer obispo de Porec y que aún ahora es el patrón de la ciudad (Parentium era el nombre romano de la actual Porec).
De hecho, paseando por el exterior de la Basílica Eufrasiana de Porec, podremos admirar los suelos en mosaico de aquel antiguo oratorio, que fueron extraídos de una anterior domus romana.
Sin embargo, la Basílica Eufrasiana de Porec que podemos admirar en la actualidad fue edificada a partir del año 553, en tiempos del Obispo Eufrasio, del que toma su nombre. El tal Eufrasio, está representado en los fabulosos mosaicos del ábside, sosteniendo el templo.
LA BASÍLICA EUFRASIANA
El ticket de entrada a la Basílica Eufrasiana de Porec, permite recorrer todo el complejo, antes de llegar a la basílica en sí mismo.
El recorrido, perfectamente indicado, incluye el antiguo baptisterio, que como era habitual estaba situado en un edificio anexo a la iglesia (en este viaje lo hemos podido ver también en la extraordinaria Basílica Patriarcal de Santa María Asunta de Aquilea) y el campanario (desde lo alto se disfruta de unas fabulosas vistas de Porec).
También visitamos el Palacio Episcopal, que conserva algunas obras, aunque poco es ya original, así como lo que queda de la antigua basílica (la primitiva).
Finalmente entramos, ahora sí, a la Basílica Eufrasiana propiamente.
El templo tiene planta basilical, con tres naves, de las que la central es más amplia, como es habitual en las basílicas. 18 columnas de mármol, con sus capiteles bizantinos, separan la nave central de las laterales. El monograma de San Eufrasio esculpido en los capiteles nos recuerda, aquí también, cuándo se erigió la Basílica de Porec.
Aunque la Basílica Eufrasiana de Porec se cierra mediante tres ábsides (es la iglesia de tres ábsides más antigua de Europa Occidental), es el central el que se lleva todas las miradas. No es de extrañar, pues aquí encontramos uno de los grandes momentos del arte bizantino.
Antes de ir a los mosaicos, sin embargo, nos fijamos en el bello ciborio de mármol, que aunque es posterior (ya del siglo XIII), recicló las columnas de mármol del ciborio original del siglo VI.
LOS MOSAICOS DE LA BASÍLICA EUFRASIANA DE POREC
Los mosaicos del ábside de Basílica Eufrasiana de Porec están a la altura de los mejores mosaicos de las mejores iglesias de Roma, a los de la Basílica de la San Marcos de Venecia, a los de Santa Sofía de Estambul o varios de las mejores iglesias y oratorios que se pueden visitar en Ravena. Estos mosaicos, como la misma basílica, datan del siglo VI.
Nos fijamos primero en el arco triunfal sobre el ábside. Allí, Cristo es representado sosteniendo un libro junto a los apóstoles, seis a cada lado.
El arco inferior, por su parte interna, está ornamentado con medallones con el Cordero de Dios y doce mártires, con sus nombres. Todo en mosaico.
Por detrás queda la bóveda del ábside, donde es la Virgen María con el Niño quien toma protagonismo. Por lo visto, no es habitual la existencia de la Virgen en las basílicas paleocristianas.
A ambos lados de la Virgen, encontramos varios ángeles, y el citado obispo Eufrasio, que sostiene la maqueta de la iglesia, además de San Mauro.
Por debajo, quedan tres ventanales que dan luz al ábside. Y entre ellos, varios estupendos mosaicos, de los que destacan los de los extremos las escenas de la Anunciación y la Visitación.
Solo en la parte más inferior del ábside, los mosaicos desaparecen para dejar paso a losas de piedra con incrustaciones de nácar.
La Basílica Eufrasiana de Porec con sus mosaicos, es una de las grandes maravillas del arte bizantino, y supone una de las paradas obligadas en cualquier viaje por la croata Península de Istria.