La Basílica de Vézelay (su nombre completo es Santa María Magdalena de Vézelay), que en su momento fue también abadía, es un importante centro religioso situado en la histórica región de la Borgoña francesa (en la actual región de Borgoña-Franco Condado).
La importancia le viene dada a la Basílica de Vézelay principalmente por dos motivos: primero, porque se trataba de uno de los más importantes centros de peregrinación de Francia durante la Edad Media. Y lo segundo, es porque dispone de un programa iconográfico considerado entre lo mejor del Arte Románico en Francia y en el mundo entero.
Méritos suficientes para que la Unesco incluyera la Basílica de Vézelay en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Con estas premisas, resulta obligado visitar la Basílica de Vézelay dentro de cualquier ruta por la Borgoña.
CÓMO VISITAR LA BASÍLICA DE VEZELAY
Visitar la Basílica de Vézelay es gratis. Salvo días especiales, el templo está abierto entre las 07:00 (las 08.00 los lunes) y las 20.00, de manera que solo os tenéis que acercar hasta allí y entrar.
Solo hay que tener un poco de sentido común si vuestra visita coincide con algún servicio religioso.
Hay un parking de pago en la parte posterior de la Basílica, que es de pago, aunque en invierno también es gratis.
Además, en la página web de la Basílica se pueden reservar visitas guiadas, aunque solo en francés, alemán, inglés e italiano. Hay que hacer una solicitud y contestan en cinco días según las posibilidades.
LA BASÍLICA DE VÉZELAY, JOYA DEL ROMÁNICO.
Aunque la actual Basílica de Vézelay se construyó a partir de 1120, debemos situar origen bastante antes. Ya a finales del IX, una comunidad benedictina se estableció en la Colina de Vezelay.
De aquella primera Abadía de Vézelay queda la que es la actual cripta, de imprescindible visita.
En 1096, y debido a la creciente fama de Vézelay como centro de peregrinación, el abad Artaud emprendió la construcción de una nueva iglesia. Sin embargo, en 1120 este templo fue pasto de las llamas.
Es, por tanto, en este momento cuando debemos encontrar el inicio de la construcción de la actual Basílica de Vézelay. En el nuevo templo, el nártex y la nave principal serán románicos, aunque el coro con su girola se completará en estilo gótico, a finales del siglo XII.
Curiosamente, la Basílica de Vézelay se erige de oeste a este, al contrario de lo que solía ser habitual.
Con un nártex de 22 metros y una nave de 62.5 de longitud, las medidas catedralicias de la Basílica de Vézelay resultan casi tan asombrosas como la enorme luminosidad de la que dispone el templo, poco habitual en las iglesias románicas.
Sin embargo, su excepcionalidad le viene dado por su monumental programa iconográfico, auténtica joya del arte románico.
En el nártex, tres portaladas permiten el acceso a la nave. Especialmente el tímpano de la gran portalada central resulta excepcional.
Este tímpano central muestra a Cristo bendiciendo a los apóstoles, mientras les asigna la misión de convertir a las naciones, que quedan representadas en ocho recuadros. En el parteluz se representa a San Juan Bautista.
Más pequeños, el tímpano de la derecha está dedicado a la Infancia de Cristo y el de la izquierda, a los momentos que siguen la Resurrección.
No hay que perderse los 24 capiteles existentes en el nártex. Una maravilla. Incluso hay representado un San Jorge.
También en la nave principal, que dispone de tres naves, destaca un conjunto de capiteles verdaderamente asombroso. 94 en total. Una obra maestra que combina los capiteles historiados con los que se ornamentan con motivos vegetales.
Entre los capiteles historiados de la nave de la Basílica de Vézelay, lo religioso se combina con lo profano. Uno de los más importantes capiteles es el que se conoce como el Molino Místico. Pero también podemos observar la vida de Santos, capiteles moralizantes o historias bíblicas incluyendo Adán y Eva o Moisés y el Becerro de Oro.
Por su parte, el coro con la habitual girola de las iglesias de peregrinación, es un ejemplo ya del primer gótico.
El coro, que es gótico, dispone de triforio y grandes ventanales y la girola, de nueve capillas radiales. También el crucero es gótico.
Visitar la Basílica de Vézelay supone conocer uno de los grandes momentos del arte románico en Francia, de manera que debería incluirse en cualquier recorrido por la Borgoña, una región histórica que es mucho más que sus famosos viñedos.