Katmandú es la capital de Nepal y la puerta de entrada habitual del país.
En nuestro caso, también fue la primera parada del viaje (aquí podéis leer el presupuesto y la ruta del viaje a Nepal). Dedicamos tres días y medio a visitar Katmandú.
Decir Katmandú es decir, en realidad, el Valle de Katmandú, ya que varios de los lugares más interesantes que ver en Katmandú se localizan en los alrededores de la ciudad o incluso en poblaciones autónomas como Patán y Bhaktapur, situadas todas ellas a menos de 20 kilómetros de la capital nepalí.
Más allá de la plaza Durbar de Katmandú, que se localiza en el obligo de la gran ciudad, vais a necesitar transporte para visitar estos 7 lugares incluidos todos ellos en la lista del Patrimonio de la Humanidad.
Aunque es posible llegar a todos los lugares imprescindibles que ver en Katmandú en transporte público por muy pocas rupias, la verdad es que merece la pena desplazarse en taxi, que resulta muy barato siempre. Excepto para llegar hasta el Templo de Changu Narayan, que queda más lejos, vais a pagar entre 500 y 800 rupias por desplazamiento (entre 3 y 6 euros).
Estos son los 7 lugares del Valle de Katmandú incluidos en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad.
QUÉ VER EN KATMANDÚ EN 7 VISITAS PATRIMONIO MUNDIAL
Os dejo el mapa con los lugares imprescindibles que visitar en Katmandú, donde están incluidos estos enclaves Patrimonio de la Humanidad, pero también otros.
PLAZA DURBAR DE KATMANDÚ
La Plaza Durbar es, habitualmente, el primero de los lugares que ver en Katmandú a los que se acercan los turistas, ya que se ubica a solo 20 minutos a pie del barrio de Thamel, que es donde generalmente se alojan los viajeros.
Primero de todo debéis tener en cuenta dos cosas: la primera es que para visitar la plaza hay que pagar una entrada (1000 rupias en estos momentos). La segunda, que si vais al edificio de administración situado junto al palacio de la Kumari, os harán una tarjeta que os permitirá entrar a la plaza gratis, en días sucesivos (necesitaréis una fotografía de carnet).
La Plaza Durbar es el lugar más importante de Katmandú. Desde el Palacio Real aquí existente se gobernaba el país durante la época de la Monarquía. Se trata de un espacio vivo, donde los lugareños vienen a pasar el día, pero también a honrar a sus dioses en los muchos templos existentes.
Aunque buena parte de la plaza quedó sepultada bajos las ruinas tras el terremoto de 2015, los ingentes trabajos realizados le han devuelto el viejo esplendor y hoy resulta nuevamente espectacular.
La Plaza Durbar está llena de templos (sobretodo hinduistas), santuarios y palacios de ladrillo y madera muy trabajada, de estilo newar.
Uno de los palacetes de visita obligada es el de la Kumari (el Kumari Bahal) que es donde reside la niña diosa que les es arrebatada a sus padres desde muy chiquita y que reside allí hasta su primera menstruación.
Se puede visitar el patio del palacio y esperar a que la Kumari aparezca por la ventana, muy seria ella, durante escasamente unos minutos. No se puede fotografiar.
Los templos de Shiva-Parvati, de Bhagwati (de tres plantas) o de Taleju, son tres de los más bonitos, aunque lo cierto es que a veces resulta un poco difícil identificar qué templo es cada uno de ellos, por falta de indicaciones.
También resulta obligado, visitar el Hanuman Dhoka, que era el antiguo Palacio Real, repleto de patios (los chowk), como el Nasal Chowk, que es el más emblemático.
ESTUPA SWAYAMBHUNATH
La estupa Swayambhunath es uno de grandes centros de peregrinación budista de Nepal, tanto para la población newar originaria del valle, como para los budistas tibetanos.
Se accede a la estupa Swayambhunath a través de una larga escalera del siglo XVII que permite llegar hasta la colina donde se alza la estupa. También es posible rodear el cerro en coche y entrar por detrás.
Después de sortear una numerosa colonias de macacos Rhesus y pasar por varios templetes y estupas menores, llegaremos a la gran estupa en sí misma.
Sobre una enorme cúpula blanca que significa el mundo entero, se alza una estructura cúbica con la cara de Buda mirando en los cuatro puntos cardinales. Por encima, trece anillos dorados significan el camino al nirvana.
Los fieles dan vueltas ceremoniales a la gran estupa, mientras los turistas disfrutamos de uno de los momentos más intensos que ofrece el Valle de Katmandú. En una colina adjunta, visitamos un pequeño monasterio budista.
PASHUPATINATH, EL TEMPLO DE LAS CREMACIONES EN KATMANDÚ.
Otro de los lugares impactantes que ver en Katmandú es el Templo Pashupatinath, también conocido como el Templo de las Cremaciones de Katmandú, porque es aquí donde los hindúes fallecidos vienen a ser incinerados.
Pashupatinath es un templo dedicado a Pashupati, una forma de la diosa Shiva. Por desgracia, los no hindúes tenemos prohibida la entrada al templo, de manera que solo desde el exterior podremos entrever el espectáculo que se organiza en torno al gran toro dorado existente en el patio del templo.
Sin embargo, lo que sucede en el exterior del templo de Pashupatinath y particularmente, en las escaleras o ghats situados a orillas del río Bagmatí, resulta conmovedor.
Es en este lugar donde se suceden las múltiples cremaciones de los traspasados, en una ceremonia que puede durar horas. Nosotros fuimos por la tarde y coincidimos con varias incineraciones.
Con respeto, no hay problema para que el viaje se acerque hasta el lugar de las cremaciones, aunque desde la otra orilla del río es posible también observar una de las ceremonias más impactantes que se pueden ver en el país, a ojos de los occidentales.
En Pashupatinath son varios los sadhus, los santones hindúes, que merodean la zona. A menudo, en busca de una propina del turista.
ESTUPA BOUDHANATH DE KATMANDÚ
Otro de los grandes lugares religiosos que ver en Katmandú, también incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad, es la estupa Boudhanath. Se localiza a unos 10 km del barrio de Thamel y de la Plaza Durbar de Katmandú.
Se trata de otro lugar budista que goza de una atmósfera mágica, particularmente al atardecer, cuando las hordas de fieles, muchos de ellos de origen tibetano, se acercan hasta la que es una de las mayores estupas de Asia.
Por lo visto, la estupa Boudhanath de Katmandú alberga los restos del Buda Kassapa, que falleció a la edad de dieciséis mil años.
Situada dentro de una plaza circular y rodeada de templos, monasterios y cafés con vistas a la estupa, las formas de Boudhanath recuerdan un poco a las de la estupa Swayambhunath, con la cara de Buda situada sobre el plinto, que significa la tierra, y los trece niveles que permiten el acceso al nirvana.
PLAZA DURBAR DE PATAN
Es difícil decir cuál es la plaza Durbar más bonita que ver en Katmandú y su valle. Para no pocos turistas, la mejor de ellas es la de Patan, antigua reino autónomo situado unos pocos kilómetros al sur de Katmandú, aunque en realidad ha sido engullido por la gran ciudad.
La mayor parte de la Plaza Durbar de Patan se debe a los siglos donde fue gobernada por la monarquía Malla. Especialmente, durante el siglo XVII.
La Plaza Durbar de Patán se asemeja más a la de Bhaktapur que a la de Katmandú. Podríamos decir que es más paseable que la de la capital. La verdad es que es una maravilla, con los edificios alzados en ladrillo y madera, al estilo newar, la mayoría, aunque algunos también en piedra.
Entre los templos más interesantes de la Plaza Durbar de Patan destaca el Krishna Mandir, que es el templo de piedra más antigua del Nepal. Es un templo de tres plantas que recuerda los del norte de la India; o el Templo de Bhimsen, dedicado al dios del comercio.
Nuevamente el Palacio Real es visita obligada. Es más antiguo, pues se empezó a construir ya en el siglo XV. Está diseñado con varios patios interiores, como es habitual en todo el Valle de Katmandú, como el Mul Chowk, que es el mayor de todos ellos y que incluye varios templos.
La Puerta Dorada, del XVIII, da acceso al patio norte del Palacio y es accesible desde la plaza.
Parte del Palacio Real está ocupado por el Museo de Patan, quizá el más interesante en cuanto a arte nepalí que ver en Katmandú. Está incluido en el precio de la entrada a la plaza.
Antes de dejar Patan hay que perderse por sus calles para buscar el precioso Templo Dorado o Kwa Bahal. Aunque se paga aparte, el acceso es barato y merece mucho la pena. En este caso, se trata de un templo budista que incluye estatuas de grandes elefantes, así como bastante imaginario budista.
PLAZA DURBAR DE BHAKTAPUR
La tercera gran plaza que ver en Katmandú la encontramos en la anexa población de Bhahtapur, que en su momento fue también un reino independiente. Esta plaza rivaliza con la de Patan como la mejor del valle y también está incluida en la lista del Patrimonio Mundial.
También es la plaza más cara de todo el valle. Pagamos 1800 rupias por poder acceder. Unos 12 euros al cambio.
Construida a base de piedra, madera, terracota y metal, incluye un conjunto de templos realmente de lo más fotogénicos. Eso sí, muchos fueron reconstruidos tras el terremoto de 1934 y, nuevamente, tras la devastación sufrida por el de 2015.
Entre los templos, destaca el conjunto construido al estilo india del estado de Uttaranchal, como el Templo Jagannath, dedicado a Visnú, o el Rameshwar.
También aquí hay una Puerta Dorada, realizada en metal repujado, que es la más famosa que ver en el Valle de Katmandú. Da acceso al antiguo Palacio Real de Bhaktapur, que incluye el Palacio de las 55 ventanas.
Justo enfrente de la Puerta Dorada, en lo alto de una gran columna, encontramos la imagen del Rey Bhupatindra Malla, en bronce. Este monarca fue el principal responsable de la construcción de la plaza. Justo al lado se alza la Campana de Taleju.
Otros templos están dedicados a Pashupatinath o a Siddi Lakshmi. Este último es de piedra y destaca por su escalera de piedra jalonada de guardines y animales.
En Bhaktapur hay tres plazas más que hay que visitar. Especialmente espectacular resulta la Plaza Tachupal Pole, donde se construyó el Templo de Dattatreya, un dios sincrético que une las bondades de Brahma, Visnú y Shiva. Es decir, la santísima trinidad hindú.
Sin embargo, en esta plaza nos gusta casi más, el conjunto de edificios que lo rodean, todos ellos de estilo newar.
Aún más espectacular, en la Plaza Taumadhi Pole se alza el mayor de los templos que ver en Katmandú. Se trata del Templo de Nyatapola, de cinco plantas y unos 30 metros de altura. Está dedicada a Siddhi Lakshmi, una encarnación de Durga.
La cuarta plaza a visitar en Bhaktapur es la plaza de los alfareros.
TEMPLO DE CHANGU NARAYAN
El último templo incluido en esta lista de 7 lugares que ver en Katmandú que forman parte del Patrimonio Mundial es el templo de Changu Narayan.
Se trata de un templo hindú situado al norte de Bhaktapur (a unos 20 minutos de taxi). También hay que pagar entrada, pero es bastante barata.
Se trata del más antiguo de los templos hindúes del valle, aunque también ha tenido que ser varias veces reconstruido. De hecho, el Garuda existente frente a la puerta es del siglo V, como también lo es una estela situada enfrente.
Se trata de un templo de dos plantas, vigilado por parejas de animales, como carneros y elefantes. Las puertas metálicas, con su preciosa decoración, llaman la atención. En el interior se ubica la estatua de Narayan, que es una forma del dios Shiva. Yo creo que ni en un año seguido e intensivo nos aclararemos con el panteón hindú.
En comparación a los otros grandes lugares que ver en Katmandú, la visita al Templo de Changu Narayan no nos ocupó más de 30 o 40 minutos.
Estos son los 7 lugares del Valle de Katmandú incluidos en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad y cuya visita no puede faltar en ningún viaje a Nepal.