Los Petroglifos de Twyfelfontein es uno de los dos lugares de Namibia incluidos en la lista del Patrimonio de la Humanidad (el otro es el Desierto del Namib).
Además, desde el espectacular resort donde nos hemos alojado durante 2 noches, el Doro Nawas Camp, situado en la región namibia Damaraland, resulta de muy fácil acceso, de manera que de ninguna manera se podía desaprovechar la posibilidad de visitar este yacimiento arqueológico.
La importancia de los Petroglifos de Twyfelfontein es tal, que se trata de uno de los lugares imprescindibles qu ver en Namibia.
LOS PETROGLIFOS DE TWYFELFONTEIN, TESTIGO DE NEOLÍTICO EN NAMIBIA
Twyfelfontein es el nombre con que se conoce una zona del centro de Namibia que históricamente había sido ocupada por el Pueblo San. Es decir, el conjunto étnico que habitualmente conocemos como bosquimanos.
Los san eran un grupo tribal básicamente cazador, nómada. Sin embargo, la existencia de algunos manantiales existentes en la zona dio lugar a que por aquí pasaran largas temporadas.
De hecho, el nombre Twyfelfontein significa precisamente manantial incierto, aunque el nombre se lo daría una pareja de colonizadores hebreos que se asentó en la zona a mediados del siglo XX, él alemán y ella sudafricana.
La cuestión es que aquí encontramos los importantes y ciertamente impresionantes Petroglifos de Twyfelfontein, que deben visitarse mediante una visita guiada, que dura algo más de una hora y que resulta, fascinante.
El conjunto de Petroglifos de Twyfelfontein está formado por unos 2000 o más grabados sobre piedra arenisca, que es la dominante en esta parte del Damaraland, que es el nombre que recibe esta subregión creada en tiempos del Apartheid para dar cabida al pueblo damara, una de las etnias del sur del África. Muchos de ellos siguen habitando el Bantustán de Damarland, como el guía que tuvimos durante la visita a los Petroglifos de Twyfelfontein.
Aunque hay cierta controversia en cuanto a la datación, parece que los más antiguos se remontarían a hace unos 6000 años y los más actuales, a unos 2000. Eso sí, no faltan tampoco algunas obras apócrifas, ya de nuestra era.
El proceso de creación de los petroglifos de Twyfelfontein resulta curioso. La piedra arenisca de Twyfelfontein está cubierta por una pátina dura gris oscura, conocida como barniz del desierto. El cincelado sobre esta capa superficial deja al descubierto la roca arenisca que queda por debajo del barniz, dando lugar al grabado.
El conjunto resulta espectacular. Tenemos la oportunidad de conocer decenas de grabados sobre piedra arenisca que, mayormente, representaban animales. Jirafas, avestruces, órices, ñus y rinocerontes son repetidamente representadas en los grabados. Pero también algunas focas y hasta pingüinos, lo que podría indicar que hace miles de años, la costa namibia podría encontrarse en una situación más cercana a la actual.
La más popular de las escenas existente en los Petroglifos de Twyfelfontein es la que representa un león con una larguísima cola doblada en un ángulo de 90 grados y que termina con una gran huella humana. Por lo visto, los chamanes san eran capaces de transmutarse en el rey de la selva y eso significaría este grabado.
Los Petroglifos de Twyfelfontein son, como su nombre indica, básicamente grabados, de manera que la existencia de pinturas aquí, es mínima (pinturas rupestres las vimos en la zona de Spitzkoppe). Sin embargo, y esto es común en el arte paleolítico y neolítico, la idea del autor se alejaba de la mera representación artística, si no que los grabados solían tratarse de señales dirigidas a los demás miembros de la comunidad o que tuvieran alguna trascendencia relacionada con sus creencias.
La visita a los Petroglifos de Twyfelfontein nos ocupa aproximadamente 1 hora y la verdad es que resulta una maravilla. Antes de marcharnos, unas simpáticas ardillas del desierto nos dicen adiós. Nuestro próximo objetivo es el avistamiento de los amenzados elefantes del desierto.