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3 destinos rurales para las Navidades

3 destinos rurales para las Navidades

Las fiestas de Navidad suelen ser un momento excelente donde disfrutar de unas vacaciones en familia.

Aunque es verdad que suele apetecer pasar también algunos días en casa, acompañados de los nuestros, no lo es menos que juntar unos pocos días de vacaciones para disfrutar de una escapada, suele resultar también un excelente plan.

Las grandes capitales europeas, con su decoración y mercados navideños, son siempre una idea estupenda. Pero también lo es disfrutar de un entorno más cercano y rural, quizá instalados en una casa rural y gozando de pequeños pueblos con encanto.

En este artículo os hablaré de 3 destinos rurales para disfrutar de las fiestas navideñas en familia.

LAS ALPUJARRAS GRANADINAS

Pocos lugares se me ocurren en el encanto rural de la granadina comarca de la Alpujarra Granadina, situada a los pies de Sierra Nevada por su vertiente sur.

Disponer de un vehículo resulta imprescindible para disfrutar de una miríada de pueblos blancos que aúnan un enorme interés.

En este sentido, si llegáis de lejos, una buena idea es volar hasta Granada y reservar un coche de alquiler para tus vacaciones.

Un par de días puede ser suficiente para visitar media docena de pueblos. Entre ellos, no pueden faltar los 3 pueblos de La Alpujarra que están incluidos en la selectiva lista oficial de Los Pueblos más Bonitos de España: Pampaneira, Bubión y Capileira.

Se trata siempre de pequeños enclaves, donde lo importante no son los grandes monumentos, sino disfrutar de los paseos buscado sus plazas y sus serpenteantes callejones, casi siempre peatonales y adoquinados, y, desde luego, también de su gastronomía.

Eso sí, en Pampaneira nos deberemos fijar en la mudéjar iglesia de la Santa Cruz de la plaza de la libertad, donde también encontramos la Fuente de San Antonio, a la que se le atribuyen poderes mágicos.

No faltan en Pampaneira los habituales lavaderos públicos, tan habituales en la Alpujarra, ni los típicos tinaos. Se trata de unas estructuras de viguería dispuestas sobre la calle, sobre la que se han construido una habitación o vivienda. Pasaréis por varios de ellos.

En Bubión, población construida de forma aterrazada, con sus angostas callejuelas en pendiente, hay que fijarse en las innumerables chimeneas dispuestas en forma de sombrero.

Visita obligada aquí es el Museo de la Casa Alpujarreña, que a modo de museo etnológico, permite comprender cómo vivían los alpujarreños desde antaño.

La Iglesia de la Virgen del Rosario, construida en el mismo lugar donde existía una mezquita de los tiempos de dominación musulmana, es el elemento patrimonial más importante de Bubión. En la misma plaza donde se alza, un fantástico balcón permite disfrutar de unas vistas que alcanzar no solo Pampaneira, si no incluso el Mar Mediterráneo.

Capileira, ya a 1457 metros de altura sobre el nivel del mar, es el pueblo que dispone de mayores servicios.

Aquí merece la pena echar un vistazo a la Casa-Museo Pedro Antonio de Alarcón, también dispuesta como Museo de Artes y Costumbres Populares, y a la iglesia de Santa María de la Cabeza.

Además de conocer otros pequeños pueblos como Lanjaron, conocido por los beneficios de sus manantiales, también resulta un excelente plan familiar para las fiestas navideñas, acercarse hasta la cercana Estación de esquí de Sierra Nevada, donde es posible disfrutar de los deportes de invierno en un marco incomparable.

LA CERDANYA

Otra se las comarcas donde disfrutar de un precioso entorno rural en familia durante las fiestas de Navidad, es la gerundense La Cerdaña.

Casi siempre nevada a partir de mediados de diciembre, los pequeños pueblos de montaña con mucho encanto, se repiten aquí y allá. Bellver de Cerdanya, Das o Alp, son sólo tres ejemplos de los enclaves que no pueden faltar en vuestra ruta.

Casi todo estos pueblecitos, se engalanan durante la época navideña con luces y con su obligado árbol de Navidad.

En Bellver de Cerdanya nos perderemos por las callejuelas de su conglomerado medieval, hasta llegar hasta su bellísima plaza porticada, presidida por la iglesia de Santa Maria y Sant Jaume.

Una población de curiosa historia y localización es Llívia. En época medieval ostentaba la capitalidad del Condado de La Cerdanya, pero lo curioso es que aún perteneciendo a España y a la comarca, está situada a unos pocos kilómetros de la frontera, ya en territorio francés.

En Llívia se puede visitar la que es una de las más antiguas farmacia de Europa, de 1425.

El apartado más dulce se lo llevan las locales orelletes, unas crujientes tortitas de azúcar con gusto de anís, que se venden en esta localidad.

Eso sí, durante la Navidad resulta obligado pasear por la elegante capital comarcal. Con su mercado y decoración navideña, a Puigcerdá hay que dedicarle una jornada, paseando por su lago artificial, aunque conocido desde época medieval.

El Estany de Puigcerdà está circundado por preciosas mansiones y villas, que nos recuerdan que Puigcerdá fue elegido por la burguesía catalana como lugar preferente donde establecer sus segundas residencias desde finales del siglo XIX.

Los amantes del esquí y el snowboard tienen en La Cerdanya sendas paradas obligadas. Es durante la época navideña cuando las estaciones de La Molina y Masella se visten con sus mejores galas.


LA SERRA DE TRAMUNTANA DE MALLORCA

La mallorquina Serra de la Tramuntana es uno de los parajes más bonitos que se pueden encontrar en las Islas Baleares.

Más allá de la temporada estival, resulta un lugar de lo más relajado para viajar, disfrutando del encanto rural de los pequeños pueblos, sin la incomodidad del turismo de masas que tanto abunda en Mallorca en otras épocas.

Eso sí, para visitar la Serra de Tramuntana resulta obligatorio disponer de coche propio o de alquiler, pues el transporte público es muy limitado por estas latitudes.

Sóller puede ser un buen lugar donde iniciar el recorrido.

No hay que perderse la céntrica iglesia de San Bartomeu, de fachada modernista obra de Joan Rubió, pero con un interior con 500 años de historia.

También merece la pena acercarse hasta la histórica Estación de Sóller, donde sendas salas que muestran obras de Miró y Picasso.

Por cierto, en Sa Fábrica de Gelats, de la Avenida Cristòfol Colom, podéis disfrutar de uno de los mejores helados de la isla. Más de 40 sabores artesanales os esperan.

También Valldemossa, donde Frederic Chopin y George Sand vivieron un romance a mediados del siglo XIX, merece una visita.

En este encantador pueblo, la Real Cartuja (que alberga un pequeño museo dedicado a Chopin), el Palacio del Rey Sancho, los Jardines del Rey Juan Carlos o el Mirador de Miranda del Lledoners resultan visitas obligadas.

Con puestos de artesanía local, decoraciones festivas y productos tradicionales de estos lares, el mercadillo de Navidad de Valldemossa es un muy buen añadido en esta época.

Pollença, con su puente medieval y su calvario dominando una colina, tampoco pueden faltar en la ruta.

El mercado de Navidad que se celebra en la Plaza Mayor resulta un lugar ideal donde adquirir productos artesanales y locales, incluida la deliciosa si sobrasada.

También Deia y Fornalutx, dos pueblecitos plagados de rincones con encanto, merecen una visita relajada.

 

 

 

 

 

 

 

 

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