Bután es una monarquía situada en plena cordillera del Himalaya, uno de los países más herméticos del mundo y, a la vez, más tranquilos de Asia.
Hemos realizado un viaje a Bután de 4 días desde Katmandú, aprovechando nuestro viaje a Nepal. ¿Por qué solamente de 4 días? Pues básicamente porque ni los vuelos ni la estancia en Bután resultan baratos. Más bien el contrario.
Viajar a Bután por libre no es posible. Para viajar a Bután os tendréis que poner con contacto con una agencia que incluya Bután en su programación.
Lo más barato (o menos caro) suele ser contactar con alguna de las agencias de viajes locales admitidas por el Gobierno de Bután. Ellas se encargan de programar un paquete cerrado que incluye guía, transporte, alojamiento, pensión completa y visitas.
La propuesta de viaje a Bután también suele incluir el visado y la obligada tasa diaria, que en la actualidad es de 100 USD.
Nosotros contratamos el viaje a Bután con la agencia All Bhutan Connection, que tenía buenas referencias en los foros. La elección fue un acierto y tanto el recorrido, como el transporte, el alojamiento y los guías estuvieron a la altura de lo esperado. Muy recomendables.
Realizamos el viaje junto a mis amigos de Mi Baul de Blogs.
VIAJE DE 4 DÍAS POR BUTÁN. RECORRIDO.
Con solo 4 días, únicamente se puede conocer parte de la zona central del país. Desde luego, nos quedamos con ganas de más. Este fue nuestro recorrido.
DÍA 1. KATMANDÚ – PARO – THIMPHU. Visita a Tamchog Lhakhang de camino de Thimphu. Luego, visita al Monumento Nacional Chorten y Buda Dordenma.
DÍA 2. TIMPHU – PUNAKHA. Visitas al Museo del Patrimonio Folclórico, la Biblioteca Nacional y la Reserva Motithang del Takín, en Timphu. Parada en el paso de Dochula (3.050 m). En Punakha, visita al Punakha Dzong.
DÍA 3. PUNAKHA – PARO. Trekking hasta el Chorten Khamsum Yulley Namgyal. Visita al Chhimi Lhakhang, el Templo de la Fertilidad. Ya cerca de Paro, visita al Simtokha Dzong y paseo por la ciudad de Paro.
DÍA 4. PARO. Trekking al Nido del Tigre. Después de comer, visita al Dzong de Paro.
DÍA 5. PARO – KATMANDÚ. Regreso a Katmandú, con un vuelo espectacular con vistas a los colosos himaláyicos, incluidos Everest, Makalu y Cho Oyu.
Como veis, un programa completo y muy bien aprovechado, para nuestro viaje a Bután de 4 días.
12 LUGARES QUE VER EN BUTÁN EN 4 DÍAS
Estas fueron las visitas que pudimo realizar durante el viaje a Bután.
1. TAMCHOG LHAKHANG, EL PUENTE COLGANTE TIBETANO
La primera parada que realizamos durante nuestra ruta por Bután es en el Tamchog Lhakhang.
Se trata de un puente de hierro construido en el siglo XIV por Thangtong Gyalpo, un santo conocido precisamente como el “Constructor de Puentes de Hierro”, pues fue quien introdujo en el país el arte de construir puentes colgantes con cadenas de hierro.
Se estima que Thangtong Gyalpo, que también era médico, llegó a construir 58 puentes entre Tíbet y Bután.
En realidad, no se puede acceder a este puente, el único de este estilo que se conserva en Bután, pero sí al anexo y no menos puente tibetano adyacente.
Ambos puentes permiten superar el río Paro, que nace en el Himalaya. Por lo visto se trata de un río muy rico en pescado, especialmente truchas. Sin embargo, los locales importan todo su pescado de la India, pues sus creencias budistas no les permiten pescar en todo el país.
Además, en lo alto de la montaña se alza un fotogénico monasterio.
2. THIMPHU, LA ÚNICA CAPITAL DEL MUNDO SIN SEMÁFOROS.
Llegamos a Thimphu, la capital del país y que tiene una población de unos 100.000 habitantes.
En cualquier país del mundo, hablaríamos de «la bulliciosa capital». Pues no. Thimphu es precisamente lo contrario.
¿Sabéis que Thimphu es la única capital de estado que no tiene un solo semáforo en su territorio? Por lo visto, llegaron a poner uno, pero los butaneses no llegaron a comprender su funcionamiento, de manera que no tardaron en retirarlo.
Por la tarde, pasearemos por su tranquilo centro, que se limita a tres calles con comercios y algunos bares y restaurantes. Una ciudad agradable, con sus edificaciones construidas al estilo tradicional y culminadas con techos de color verde. Un lugar tranquilo, donde pasear relajadamente, sin más, hasta la plaza del reloj, que es el ombligo de Thimpu.
En Thimphu nos alojaremos en el muy recomendable y recién abierto Capital Hotel. Excelente servicio y amplias habitaciones. Terminaremos cenando comida tradicional en este mismo hotel. Las setas con salsa de queso están riquísimas.
3. MONUMENTO NACIONAL CHORTEN
Visita obligada es el Monumento Nacional Chorten, una estupa erigida en 1974, en honor del tercer rey de Bután, Jigme Dorji Wangchuck, y donde muchos butaneses parecen venir a pasar la tarde.
Esta estupa es de estilo tibetano, coronada por una gran aguja dorada.
El Monumento Nacional Chorten se trata de uno se los lugares más agradables que ver en Bután, con los fieles rodeando la estupa en el sentido de las agujas del reloj.
Por desgracia no podemos visitar el Tashichho Dzong, un monumental monasterio-fortaleza. Nos cuentan que sólo es posible visitar sus patios en fin de semana, de manera que nos conformarnos con verlo desde el exterior.
Por lo visto, este enorme robusto y edificio de dos plantas, con torres cuadrangulares es sus esquinas, incluye algunas de las sedes de las más altas instancias religiosas y políticas del país. De hecho, el Tashichho Dzong viene siendo la sede de gobierno de Bután desde 1952, además de albergar la sala del trono real y varios ministerios.
Antes de dejar Thimphu, aún visítanos el Museo del Patrimonio Folclórico, de carácter etnológico, y la Biblioteca Nacional, que alberga viejos manuscritos. Probablemente, los archivos que alberga son un verdadero tesoro nacional, pero s nosotros nos gusta bastante más el edificio que su contenido.
4. GRAN BUDA DORDENMA
A pocos kilómetros de Thimphu y encaramado en lo alto de una colina, se ubica el mayor Buda que ver en Bután. Es el Buda Dordenma.
Este enorme Buda dorado de más de 50 metros de altura fue un regalo de un hombre de negocios de Singapur, para celebrar el 60 aniversario del cuarto rey de Bután, Jigme Singye Wangchuck.
Rinchen Peter Teo, que así se llamaba el empresario que financió los trabajos, se gastó 47 millones de dólares en este venerado monumento terminado en 2015.
El lugar es una maravilla. Y no solo por fuera, ya que el interior, ornamentado con pinturas que cuentan la vida de Buda, resulta espectacular. Una pena que no se permita fotografiar el interior del templo, algo habitual en Bután.
5. RESERVA NATURAL DEL TAKÍN DE MOTITHANG
En las afueras de Thimphu se encuentra la Reserva natural del takín de Motithang, un espacio donde tenemos la oportunidad de conocer el animal nacional de Bután.
Aquí encontramos 16 ejemplares de takín. Se estima que son unos 300 los que persisten en libertad en la actualidad.
El takín es un mamífero caprino bastante grande, ya que puede alcanzar los dos metros de largo y hasta 350 kg de peso. A mí me recuerda bastante al bisonte europeo, aunque este pertenece a la familia de los bóvidos.
Sea como sea, la Reserva natural del takín de Motithang permite conocer, aunque sea en un espacio cercado, a este amenazado animal.
También hay algunos yaks, el mítico bóvido lanoso del Himalaya. No veremos ninguno en libertad, pues los yaks suelen vivir a partir de los 4000 metros de altitud sobre el nivel del mar.
6. DOCHULA PASS
Tomamos la carretera que nos llevará de camino a Punakha. A lo lejos, dejamos el Semtokha Dzong, que mañana visitaremos.
Seguimos ascendiendo hasta llegar al Dochula Pass, un puerto de montaña que se corona a 3050 metros de altitud.
En días despejados, desde lo alto debería verse la Cordillera del Himalaya, incluyendo media docena de picos de más de 7000 metros de altitud. Pero nos dicen que ha habido un incendio y el humo y la bruma no nos permite disfrutar del espectáculo.
La verdad es que no nos creemos nada lo del incendio, puesto que este aire tan viciado nos acompañará todos los días del viaje a Bután, pero también en Nepal.
En lo alto del paso de montaña, la Reina Madre Dorji Wangmo, ha mandado construir 108 chortens o estupas.
7. DZONG DE PUNAKHA
El Dzong de Punakha es uno de los más espectaculares monasterios que ver en Bután.
Situado en la ciudad del mismo nombre, a orillas de dos ríos que los butaneses conocen como río macho y río hembra, fue construido en la década de los años 30 del siglo XVII por el Shabdrung Ngawang Namgyal, el líder religioso, pero también militar, considerado como el padre de la patria butanesa.
Además, el Dzong de Punakha actúa como lugar de residencia de verano del líder religioso del país, además de ser el hogar de tres centenares de monjes.
La llegada al monasterio ya resulta espectacular, gracias a la existencia de un precioso y fotogénico puente de madera.
Incluso hasta 1955, el Dzong de Punakha desempeño las funciones de sede del gobierno de Bután.
Paseando por los tres patios de este monasterio-fortaleza, uno queda admirado por esta arquitectura tan típicamente butanesa, que en este caso alcanza los seis pisos de altura.
Incluso más espectacular resulta el interior del templo principal, con su enorme Buda y sus maravillosas pinturas que representan la vida del príncipe Siddharta Gautama y su conversión en Buda. Las fotografías no están permitidas en el interior, aunque antes de que nos avisaran pudimos tirar una fotografía desde fuera.
Precisamente en el primero de los patios y frente a una estupa, encontramos un ejemplar de árbol bodhi. Bajo un ejemplar de esta especie y según la tradición budista, Siddhartha Gautama alcanzó el nirvana.
8. TREKKING HASTA EL CHORTEN KHAMSUM YULLEY NAMGYAL
El tercer día de nuestro viaje por Bután, tenemos preparado un trekking hasta la pagoda Khamsum Yulley Namgyal Chorten, cuyo inicio se ubica a unos 30 minutos de coche desde Punakha, río arriba.
Más que un trekking, se trata de un paseo de montaña, que permite ascender a la pagoda en algo menos de una hora de trayecto.
Iniciamos la ruta atravesando otro escénico puente tibetano. Después, siempre en ascenso pasamos entre arrozales y otros cultivos, en un muy agradable paseo rural.
A media montaña nos recibe el Khamsum Yulley Namgyal Choeten, un precioso templo de cuatro pisos, erigido en 2004 por la Reina Madre, Ashi Tshering Yangdon Wangchuck.
En cada uno de los pisos encontramos la habitual decoración budista butanesa, con sus budas y guardianes. Pero lo que más nos sorprenden son las varias decenas de monjes cantando sus salmos de forma repetitiva, que se han repartido por todos los pisos. Una vez más, una pena que no se permita fotografiar el interior.
9. CHHIMI LHAKHANG, EL TEMPLO DE LA FERTILIDAD.
Nuestra siguiente parada la realizamos en otro templo: el Tamchog Lhakhang. Es decir, el Templo de la fertilidad.
Lo primero que nos sorprende es que el pueblo donde se única este templo está plagado de tiendas donde venden falos de recuerdo, realizados en distintos materiales y tamaños. También algunas tiendas y casas están ornamentadas, en sus fachadas, con penes.
El Tamchog Lhakhang es un templo bastante antiguo, ya que fue fundado en 1499 por el Lama Drukpa Kagyu Ngawang Chogyal.
El primo del fundador, Drukpa Kunley, bendeció el lugar tras someter a un demonio de Dochu La, mediante un rayo mágico de sabiduría. Este lama fue también quien instauró el uso del falo en el templo y en los alrededores.
La cuestión es que en el templo existe un pene erecto de madera, de unos 25 centímetros de longitud. La tradición manda que las peregrinas que quieren embarazarse, deben ser golpeados en la cabeza, con el falo en cuestión.
Aunque no se trata del templo más espectacular que ver en Bután, merece la pena detenerse aquí.
10. SIMTOKHA DZONG
Aunque inicialmente no estaba en nuestro programa, pedimos a nuestro guía que se detuviera en Simthoka Dzong, pues se trata de uno los más importantes monasterios que ver en Bután y está incluido en la lista indicativa del Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Este monasterio fue el primero que fundó Shabdrung Ngawang Namgyal , quien unificó Bután (es decir, el mismo que fundó en monasterio de Punakha). Fue el primer monasterio que fundó en Bután.
Localizado en una situación elevada, resulta realmente escénico verlo desde la carretera que va de Thimpu a Punakha.
Merece la pena detenerse para visitar su interior que tiene un solo patio y en cuya capilla destaca la estatua del Buda Sakyamuni y las imágenes de ocho Bodhisattvas a ambos lados, además de varios murales muy antiguos.
Además, este monasterio desempeña las funciones de seminario, de manera que encontramos a decenas de aprendices de monje. Primero, disfrutando de sus momentos de relax y posteriormente, de sus disputas budistas, algo muy importante en el aprendizaje de su religión.
11 TREKKING AL NIDO DEL TIGRE
El Monasterio Taktsang Palphug, más conocido como El Nido del Tigre, es el lugar más escénico que ver en Bután y visita obligada en este país.
Literalmente colgado de un acantilado, para llegar hasta el Nido del Tigre hay que realizar un trekking de un par de horas, casi todo en subida.
El camino hasta el Nido del Tigre, permite superar los 500 metros De desnivel existentes desde eL parking hasta el monasterio colgante, situado ya por encima de los 3000 metros sobre el nivel del mar.
El Nido del Tigre es un complejo de monasterios formado por distintas construcciones edificadas en 1692, alrededor de la cueva donde el Gurú Padmasambhava meditó e instruyó a sus discípulos.
Es decir, no sólo se trata de un lugar precioso, si no también verdaderamente importante para los butaneses, que acuden aquí en peregrinación.
Lo que nos espera tras dos horas de ascenso, incluyendo 700 escalones finales, es una de las fotografías más buscadas del viaje a Bután, con el conjunto monástico literalmente pegado al precipicio. En el interior de monasterio, nos aguarda el habitual repertorio de budas, guardianes y pinturas religiosas, aunque no cierto es que no resulta tan espectacular como otros monasterios visitados.
12. DZONG DE PARO
Uno de los últimos lugares que visitamos en Bután fue el Monasterio o Dzong de Paro, también conocido como Dzong Rinpung.
Este monasterio budista domina la ciudad de Paro desde lo alto. Drung Drung fue su fundador, aunque fue Shabdrung Ngawang Namgyal, el unificador del país y padre de la patria, quien lo reconstruyó para darle el aspecto actual.
El Monasterio, que tiene una planta más o menos cuadrada, dispone de una parte administrativa y otra religiosa.
En esta última encontramos un par de decenas de aprendices de monje recitando las lecciones al maestro. Fue otro momento mágico que nos regaló el viaje a Bután y que en esta ocasión (la única en todo el recorrido) nos permitieron fotografiar.
Estos son 12 de los lugares más importantes que ver en Bután y de los que pudimos disfrutar en este país tan especial, rodeado de grandes montañas.