Varosha, habitualmente conocida como la Ciudad fantasma de Chipre del Norte, es uno de los lugares más surrealista que jamás hemos conocido. En este sentido, visitar Varosha era uno de los momentos más esperados de nuestra ruta de 7 días por libre a Chipre.
Varosha es una población (en realidad, un barrio de Famagusta, la ciudad más interesante de Chipre del Norte) cuyo devenir quedó detenido el 20 de julio de 1974, cuando sus habitantes tuvieron apenas unas pocas horas para abandonar sus viviendas tras la ocupación turca.
Varosha era, desde los años sesenta del siglo pasado, un pujante enclave turístico, donde las buenas playas y los hoteles eran la norma. Algo así como la Benidorm o la Lloret de Mar de la Chipre de la época.
Las crónicas cuentan que hasta aquí llegaban algunas de las más importantes celebridades del celuloide para disfrutar de sus vacaciones.
La cuestión es que tras el golpe de estado del 15 de julio de 1975, de tintes nacionalistas griegos, que había derrocado al arzobispo Makarios III, las tropas turcas invadieron el norte de Chipre. Pocos días más tarde, el 20 de julio, los turcos habían llegado hasta Famagusta, donde ambos ejércitos prometían librar una dura batalla.
Horas antes, la población civil decidió abandonar masivamente la ciudad, sabedores de la cercana posibilidad de una terrible matanza. Curiosamente, el dueño del hotel donde nos alojamos en Nicosia nos contó como él y su familia abandonaron Varosha en apenas unas horas, dejando allí varios hoteles.
Lo cierto es que aunque con el tiempo Famagusta se ha convertido en una ciudad más de Chipre del Norte, el distrito de Varosha, el emporio turístico, se valló desde un primer momento, cerrándose por completo el acceso a toda la población civil.
Las resoluciones y propuestas de las Naciones Unidas se han sucedido a lo largo de los años. En 2004, por ejemplo, la ONU proponía una República Unida de Chipre, formada por una federación de dos estados. La propuesta añadía que el distrito de Varosha debía regresar a control grecochipriota y sus antiguos habitantes debían recuperar sus viviendas (y hoteles). Sin embargo, los propios grecochipriotas impidieron que el plan siguiera adelante en un referéndum llevado a término en 2004.
Unos años antes (1984), la ONU, con la Resolución 550 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ya expuso que no era admisible la repoblación de Varosha por cualquier persona que no fueran sus habitantes originales.
Sin embargo, desde 2019 viene desarrollándose una paulatina reapertura de Varosha por parte del gobierno turcochipriota, auspiciada por Turquía. En este momento, no queda claro si los recordatorios de la ONU acerca de sus resoluciones impedirán la progresiva recolonización de Varosha por parte de los turcochipriotas, que consideran el barrio de Maras (así lo conocen los turcos) parte de su territorio.
CÓMO LLEGAR Y VISITAR VAROSHA
POR LIBRE. Podéis tomar un autobús en Nicosia Norte hasta Famagusta. Desde allí, podéis pasear hasta la entrada de Varosha (a unos 30′ de la ciudad antigua) o tomar un taxi.
EN UNA EXCURSIÓN ORGANIZADA. La mayoría de excursiones a Famagusta desde Chipre del Sur incluyen la visita a Varosha. Podéis mirar aquí las distintas posibilidades.
VISITAR VAROSHA EN LA ACTUALIDAD
La cuestión es que desde octubre de 2020, las visitas a Varosha están permitidas, aunque un pequeño destacamento de la ONU, permanece en el lugar.
El acceso es único, porque Varosha permanece vallado en gran parte de su perímetro, y con un horario de apertura establecido (en abril era de 9 de la mañana a las 17 horas, pero nos dijeron que próximamente se permitiría el acceso de 8 a 20 horas).
No hay que pagar entrada para visitar Varosha y se pueden alquilar bicicletas dentro del recinto, a fin de recorrer más cómodamente este antiguo barrio turístico de Famagusta.
Lo cierto es que nosotros realizamos la visita por nuestra cuenta y andando, empleando cerca de hora y media. Al visitar Varosha lo que se ven son centenares de grandes edificaciones, a menudos de ocho o más pisos, particularmente hoteles y apartamentos turísticos, además de todo tipo de establecimientos que antaño daban cobertura y servicio a la población. Perfumerías, cafés y restaurantes, por ejemplo.
Todos, desde luego, en un estado pésimo de conservación, tras más de 45 años de desocupación. Obviamente el acceso a cualquier edificio queda prohibido, pues el riesgo de que ocurra cualquier desgracia, seguro que no es poco.
También nos acercamos a la playa, para conocer el largo arenal que en su momento convirtió Varosha en el enclave turístico más reputado de Chipre. Una playa que reabrió al público en octubre de 2020, bajo no poca polémica y a la que se accede gracias a una carretera recién asfaltada. El presidente Turco, Recep Tayyip Erdogan, dio el visto bueno a la apertura de la playa al visitarla, en persona, el 15 de noviembre de 2020.
Curiosamente, parte de la playa es usada en la actualidad por algunas especies de tortugas marinas como lugar predilecto de desove. Desde luego, poco a poco, la naturaleza va ganando espacio a la humanidad.
Como dije, uno de los edificios está ocupado por fuerzas de pacificación de la ONU. De hecho, nos ganamos una buena bronca cuando tomamos una fotografía al lugar, sin darnos cuenta de que estaba prohibido.
Tras visitar Varosha regresamos a Famagusta, donde terminamos de visitar la ciudad medieval, antes de tomar rumbo a Salamis, uno de los yacimientos arqueológicos más interesantes de Chipre, localizado a poco más de 10 kilómetros de Famagusta.