Visitar la fábrica de cerveza Pilsner Urquell era uno de los objetivos de nuestro último viaje a la República Checa.
Aunque en otras ocasiones ya habíamos visitado Praga e incluso habíamos completado un roadtrip para conocer algunas de las ciudades más bonitas que ver en la República Checa, la población de Pilsen siempre se nos había escapado.
En esta ocasión, sin embargo, visitar Pilsen era objetivo prioritario. Y no solo para visitar su bonito centro histórico, que también. El motivo principal de realizar una excursión a Pilsen desde Praga era el de tener la oportunidad de visitar la fábrica de cerveza Pilsner Urquell, sin duda alguna la más emblemática del país.
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LOS TOUR GUIADOS DE LA FÁBRICA DE CERVEZA PILSNER URQUELL DE PILSEN
Antes de hablaros de cómo es la visita a la fábrica Pilsner Urquell, creo que merece la pena saber que estos tours son guiados en distintos idiomas (checo, inglés o alemán) y son relativamente limitados.
De esta manera, si vuestra idea es visitar la fábrica de cerveza Pilsner Urquell, reservad plaza con suficiente antelación y de ninguna manera se os ocurra presentaros al Centro de Visitantes sin ella.
Aquí podéis reservar sin comisión la plaza para visitar la fábrica Pilsner Urquell. Y en este otro enlace, podéis contratar una excursión con guía desde Praga que incluye la visita a la Pilsner Urquell y a una de las más famosas fábricas de Cristal de Bohemia.
LA CERVEZA PILSNER URQUELL. ORIGEN Y BREVE HISTORIA.
Se sabe que en Pilsen, como en tantas ciudades de Europa Central, vienen elaborando cerveza desde como mínimo el siglo XIII.
Se trataba de cervezas de alta fermentación, casi siempre oscuras. Un rasgo común con casi todas las cervezas elaboradas en Bohemia.
Sin embargo, por aquella época estaban ganando popularidad otro tipo de cervezas, de baja fermentación, procedentes de otros lugares de Europa, que resultaban más baratas. Muchas de ellas procedían de Alemania.
En este sentido, un grupo de burgueses de Pilsen decidieron invertir en una nueva cervecera que elaboraría cerveza de baja fermentación. Para ello, en 1839 contrataron a Josef Groll, un maestro cervecero procedente de la germana región de Baviera. Aquella nueva cervecera fue conocida como la Měšťanský pivovar. O lo que es lo mismo: la cervecera de los burgueses.
Tres años tardó Josef Groll en desarrollar la nueva cerveza, utilizando también un sistema de baja fermentación, pero novedoso en relación al usado en otros lugares.
El éxito fue enorme cuando en noviembre de 1842, la nueva cerveza se sirvió por vez primera, en los mercados de San Martín. Ese mismo año se registró el nombre Original Pilsner Bier y posteriormente, los de Pilsner Urquell y Plzeňský Prazdroj, que son los utilizados en la actualidad.
El nuevo sistema se expandió por toda Europa y posteriormente, por todo el mundo hasta el punto de que en la actualidad es el utilizado para la fabricación de casi el 70% de las cervezas de todo el mundo.
En honor a la ciudad donde fue creada, este tipo de cervezas son conocidas como cervezas Pilsen o Pils.
LA VISITA A LA FÁBRICA DE CERVEZA PILSNER URQUELL
Se accede a la fábrica Pilsner Urquell de Pilsner a través del doble arco de entrada, conmemorativo del cincuentenario de la cerveza Pilsen, celebrado en 1892.
A mano izquierda queda el Centro de Visitantes, que es donde se compran las entradas para la visita guiada a la fábrica o se recogen las entradas si ya las tenéis reservadas (como os dije, casi imprescindibles).
A mano derecha queda el restaurante de la fábrica Pilsner Urquell, Na Spilce, que dicen que es uno de los mayores de Bohemia y donde os podéis quedar a almorzar o a tomar unas cervezas.
A lo lejos se observan los modernos tanques de fermentación, que es donde termina el proceso de elaboración de cerveza. Esto en la actualidad, porque antaño, el brebaje fermentaba en las barricas de roble que conoceremos al visitar la fábrica. También más allá queda la planta embotelladora.
La visita guiada a la fábrica Pilsner Urquell empieza con una breve introducción donde nos cuentan la historia de esta cerveza y las personalidades que han visitado la fábrica, incluyendo algunos reyes.
Posteriormente pasamos a la sala de cocción histórica, donde encontramos las enormes calderas de cobre. Nos cuentan que se realiza una triple cocción del brebaje. La verdad es que esta sala resulta de lo más espectacular, aunque sea algo más pequeña que la nueva sala de cocción, que en realidad es similar a la antigua, aunque algo mayor.
Durante el tour por la fábrica Pilsner Urquell también accedemos a una exposición interactiva donde nos hablan acerca de los cuatro componentes necesarios para elaborar la cerveza: el agua, el lúpulo, la cebada y los fermentos.
Nos comentan que uno de los secretos que ha convertido la Pilsner Urquell en una de las más cervezas más populares del mundo es la pureza del agua, que se extrae muy cerca de la fábrica. Además, todos los ingredientes necesarios proceden de la República Checa. Incluso el proceso de germinado, secado y tostado de la cebada, a fin de convertirse en malta, se realiza en la misma planta cervecera.
Poco a poco se va acercando el momento que todos esperamos al visitar la fábrica Pilsner Urquell de Pilsner: la degustación.
Para ello accedemos a los subsuelos de la planta, donde se ubican los larguísimos pasadizos donde antaño se acumulaban centenares y centenares de barricas de roble, que era donde terminaba el proceso de fermentación de la cerveza.
Estos túneles, situados unos diez metros por debajo del nivel del suelo, aseguraban que la temperatura se mantuviera constante a lo largo del año, sobre los diez grados de temperatura o menos.
Incluso existe un antiguo pozo de hielo, donde antiguamente se depositaba nieve a fin de ayudar a mantener la temperatura baja.
Como dije, aquí se localizaban las antiguas barricas de roble. En la actualidad, el proceso termina en depósitos de aluminios situados en el exterior. Sin embargo, se han conservado unas decenas de aquellas barricas, donde la cerveza Pilsner Urquell sigue fermentando como hace más de un siglo.
Es aquí donde podremos degustar la cerveza servida directamente del barril de cobre, sin filtrar ni pasteurizar. Si os gusta la cerveza, se trata de un momento muy emocionante del que solo podéis disfrutar aquí, en la fábrica de cerveza Pilsner Urquell. Un momento casi místico, diría yo. Y os aseguro que la cerveza se mantiene fresquísima y es, por supuesto, deliciosa.
Visitar la fábrica Pilsner Urquell de Pilsen nos ocupa, aproximadamente, una hora. Creo que no solo es el lugar más interesante que ver en Pilsen, si no que se trata de una de las visitas más atractivas que se pueden realizar en la República Checa.