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Ruta senderista para subir a la Mola

Trekking subida a la Mola

La Ruta de ascenso a La Mola es una de las rutas senderistas más típicas de Catalunya. Se trata de un trekking bastante fácil, aunque en constante subida, que permite ascender a la cumbre más alta del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, desde la población de Matadepera.

Como os digo, el trekking a la Mola no tiene ninguna dificultad técnica. Sin embargo, trascurre por los bonitos parajes del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, un espacio de media montaña protegido, de casi catorce mil metros cuadrados de extensión, que se localiza en las comarcas barcelonesas del Bages, el Vallès Occidental y el Moianès.

No necesitaréis más que un buen calzado y vuestras piernas para disfrutar de esta ruta. Poco más se necesita para hacer un trekking familiar. En relación al calzado, merece la pena dejarse asesorar en alguna tienda especializada en ropa deportiva y nunca  estrenarlo el día de la ruta.

El mejor momento para hacer esta ruta es en primavera y otoño. Si hace algo de frío, mejor vestir a capas, pues es posible que a medida que subáis requiráis desprenderos de algo de ropa. Y llevad agua, particularmente en verano, y si puede ser, en una botella reciclable, aunque en lo alto de La Mola encontraréis un restaurante donde avituallaros.

EL TREKKING DE CAN ROBERT A LA MOLA

La Ruta de ascenso a la Mola empieza, típicamente, en la población de Matadepera. Concretamente, en la Masía de Can Robert (aquí os dejo el punto del GPS), donde encontramos un aparcamiento bastante amplio.

Esta masía inspiró el poema Joan Salvat-Papasseit “La Casa que Vull” (la casa que quiero). El poeta realizó una estancia de reposo en esta masía, allá por 1918.

La Ruta a la Mola es un recorrido de aproximada de unos 8 km entre ida y vuelta, que se cubre entre dos horas y dos horas y media de paseo. El ascenso es continuo, partiendo desde los 650 metros de altura de la masÍa Can Robert hasta los 1105 metros sobre el nivel del mar del pico de la Mola, donde se ubica el Monasterio de Sant Llorenç de Munt, del que luego os hablaré.

El recorrido está perfectamente señalizado, tomando primero dirección a Can Pobla y alternando senderos y pistas forestales. No tiene pérdida.

A medio camino de subida llegamos a Can Pobla, que en realidad es el último lugar donde se puede acceder en vehículo. Debemos tomar aquí el camino de la derecha, que permite el acceso al sendero en dirección este, en medio del bosque.

En seguida tomaremos el conocido como Cami dels Monjos, entre encinares, que unía el Monasterio de Sant Cugat del Vallés con el de Sant Llorenç de Munt.

El Camí dels Monjos (camino de los monjes) es un sendero que tiene un recorrido de 27 kilómetros, en ascenso casi constante desde los 120 metros del Monasterio de Sant Cugat del Vallès a los 1105 metros de altura de la cima de la Mola. Era el camino seguido por los monjes que visitaban el Monasterio de Sant Llorenç de Munt desde el de Sant Cugat, que era la casa madre del monasterio que encontraremos en la cima de la Mola.

Pronto veremos la cumbre de La Mola, de manera que solo hay que seguir el trayecto descendente, detrás de unas rocas imponentes de conglomerado, que recuerdan el existente en las montañas de Montserrat.

Al llegar a la cima de la Mola, a más de 1000 metros sobre el nivel del mar, gozaremos de unas fantásticas vistas de 360 grados que abarcan toda la comarca. Un panel explicativo nos cuenta qué podemos divisar, en la lejanía.

EL MONASTERIO DE SANT LLORENÇ DE MUNT, EN LA CIMA DE LA MOLA.

Justo en lo alto se construyó el Monasterio de San Llorenç de Munt, románico y original del siglo XI, que fue reconstruido a partir del siglo XIX. El cenobio acogió una congregación de monjes benedictinos hasta mediados del siglo XVIII. En la actualidad, acoge una pequeña exposición sobre la historia del monasterio.

Aunque como digo, fue reconstruido en parte, el original fue respetado, de manera que está considerado como uno de los pocos monasterios puros del románico catalán, existentes en la actualidad.

Curiosamente, el Monasterio de San Llorenç de Munt tomó como base para su diseñó la iglesia abacial del Monasterio de Sant Cugat del Vallès, que fue quien promovió este cenobio. De hecho, se trata de una copia exacta, pero a mitad de tamaño.

Según parece, antes de construirse este monasterio, ya habría existido algún tipo de edificación y de comunidad monástica más o menos estable, procedente del Monasterio de Sant Cugat, desde finales del siglo X.

Este monasterio de tres naves fue alzado en piedra local de tonos rojizos, sin pulir. Sobre el transepto se alzó un cimborrio, aunque lo más vistoso son los tres ábsides (uno mayor, con dos absidiolas laterales) con que se cierra por su parte oriental.

Justo al lado de la iglesia del monasterio encontramos el otro punto más visitado de La Mola. Me refiero a un pequeño restaurante donde recuperar fuerzas antes de tomar el trayecto de bajada.

No solo podéis tomar un refresco o un bocadillo, si no que también supone un buen lugar donde degustar cocina catalana kilómetro cero, pues sirven un buen surtido de entrantes, verduras y carnes a la brasa, además de postres caseros.

La comida se sube diariamente con burros, que podemos encontrar unas decenas de metros más allá del restaurante.

Y es que a La Mola no está permitido el acceso a ningún tipo de vehículo. De hecho, durante la ruta de ascenso nos hemos cruzado con tres de los borricos, que iban en dirección contraria, muy probablemente en busca de material o comida. Son una de las atracciones en lo alto de la esplanada de La Mola.

Después de visitar el Monasterio de la Mola y tomar unos refrescos en el restaurante adjunto toca emprender la ruta de bajada. Nosotros realizaremos el mismo trayecto de la ida, en sentido contrario. Sin embargo, es posible, al menos en parte, bajar por otro sendero de manera que se completa una ruta más o menos circular. Aquí os dejo el tracking de la ruta circular a La Mola.

Después de unas tres horas y media (contando que hemos estado algo más de una hora en la cima de La Mola) regresamos al parking de la Masía de Can Robert. La Ruta de ascenso a La Mola es un trekking familiar muy fácil, apto para casi todas las edades, solo con mínimo de condición física.

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