La Lonja de Mallorca y el Consulado del Mar son dos de los monumentos más importantes que ver en Palma de Mallorca, la capital de la más importante de las Islas Balares.
Durante nuestro último viaje a la Isla de Mallorca, aprovechando la existencia de vuelos a Mallorca baratos en invierno, dedicamos una jornada entera a visitar Palma, una ciudad que tiene mucho interés y que a menudo pasa algo desapercibida en verano, cuando muchos de los visitantes que pasan sus vacaciones en Mallorca se dirigen directamente a las playas.
Una de las visitas que no pueden faltar durante el recorrido por el centro histórico de Palma de Mallorca es su lonja, cuya visita es gratuita.
Justo al lado, encontramos el Consulado del Mar, otro edificio histórico, aunque esta vez solo podemos observarlo desde fuera, pues en la actualidad desempeña las funciones de sede del gobierno de las Baleares y no se puede visitar.
LA LONJA DE MALLORCA
La Lonja de Mallorca está considerada como uno de los mejores ejemplos del gótico civil existentes en los antiguos territorios de la Corona de Aragón.
En este sentido, la Lonja de Mallorca es muy parecida a las que encontramos en Valencia (que es posterior), Zaragoza y Perpiñán. De totas ellas, la más espectacular en la Lonja de la Seda de Valencia (o Lonja de mercaderes), que fue incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1996.
La Lonja de Mallorca fue construida en 1420. El motivo fue el de dar cobertura a la gran actividad comercial de la ciudad, ya existente desde la época de dominación musulmana, pero que había ido creciendo desde la conquista cristiana por parte de tropas de Jaime I, en 1229.
Fue el Colegio de mercaderes de Mallorca quien encargó la edificación es este monumental edificio público al arquitecto Guillem Sagrera. La idea no solo era la de cubrir las necesidades funcionales del gremio, si no también la de ennoblecer la profesión de mercader.
Antes de entrar a la Lonja de Valencia nos fijamos en sus fachadas. La principal, más estrecha, da a la Plaça de la Llotja, mientras que su fachada lateral, algo más larga, es la que da al Passeig de Sagrera. Es decir, al frente marítimo.
En la fachada principal encontramos una gran portalada gótica ornamentada con arco conopial y dos ventanales con tracería, también culminados con arco conopial. El tímpano de la única portalada encontramos la imagen del Ángel, patrón de los mercaderes. En la parte superior se sitúan sendas gárgolas.
En la fachada lateral encontramos únicamente, cuatro ventanales góticos, semejantes a los existentes en la fachada principal.
En las esquinas de la lonja encontramos cuatro torres octogonales.
El interior de la Lonja de Mallorca está dividido en tres naves de cuatro tramas, que quedan separadas gracias a sus seis esbeltas columnas helicoidales, bastante semejantes a las existentes en la Lonja de la Seda valenciana. De hecho, la lonja valenciana, que se edificó más de cuatro décadas después, se inspiró en el modelo mallorquín.
La bóveda de Lonja de Mallorca se cierra mediante la típica crucería gótica. En las claves se representa los escudos de la Corona de Aragón y de la ciudad de Mallorca.
El interior de la lonja se destinaba al uso de tareas mercantiles, incluyendo contrataciones comerciales y operaciones bancarias.
EL CONSULADO DE MAR DE MALLORCA
Junto a la lonja, encontramos el edificio del Consulado del Mar, una institución también existente en las otras grandes ciudades de la Corona de Aragón, que era la encargada de la regulación del comercio, particularmente el marítimo.
De hecho, los consulados de mar no se limitaban a la Corona de Aragón si no que se encontraban repartidos por todo el Mediterráneo. Trani, en Italia, fue la primera población que albergó un consulado del mar, en 1063.
A lo largo de los siglos, la institución se extendió a otras ciudades de la Península Italiana y del resto del Mediterráneo, incluyendo Pisa, Chipre, Constantinopla o Venecia. A partir del siglo XIII, las cuatro grande capitales de la Corona de Aragón también fundaron su propio Consulado del Mar, empezando por Valencia (1283) y siguiendo por Mallorca (1343), Barcelona (1347) y Perpiñán.
En Valencia, por ejemplo, el edificio del Consulado del Mar también se localiza en el primer piso de un edificio anexo a la Lonja de la Seda.
El edificio actual del Consulado del Mar, aunque ha sufrido modificaciones, fue alzado en el siglo XVI en un estilo ya renacentista, incluso con tintes platerescos. En la fachada principal, que da al frente marítimo, destaca la quíntuple arcada rebajada que da lugar a una loggia.
Como os he dicho, en la actualidad, el Consulado del Mar desempeña las funciones de sede de la presidencia de las Illes Baleares, de manera que no se puede visitar de forma libre, aunque a menudo sí que se abre para grupos escolares o para reservas en días concretos. Lo podéis mirar en la página web, aunque no siempre está activo el proceso de reservas.
La Lonja de Mallorca y el Consulado del Mar son dos de los edificios civiles más relevantes que ver en Mallorca, una ciudad a la que debéis dedicar al menos una jornada entera durante vuestras vacaciones en Mallorca.