La Laguna de Huacachina (a veces conocida como el Oasis de Huacachina) es uno de los lugares más curiosos y escénicos que ver en Perú.
La Laguna de Huacachina es un pequeño oasis sitiado entre las dunas del Desierto de Ica, a solo unos cinco kilómetros de esta población de Perú.
A menudo se llama Desierto de Ica no solamente al conjunto de dunas centradas en la Laguna de Huacachina, si no también a la totalidad de ecosistemas desérticos del Departamento de Ica, que incluye los parajes del Parque Natural de Paracas, del que ya os hemos hablado.
Un desierto de Ica que con sus altas dunas fue protagonista de alguna de las ediciones del Rally Dakar que se celebraron en tierras peruanas. Esta competición puso en relieve este Desierto de Ica y en general el Desierto costero del Perú del que forma parte.
La Laguna de Huacachina y el Desierto de Ica son un lugar francamente sorprendente. En realidad, más bien nos recuerda a los parajes saharianos que a los del país andino. A su vez, pone de manifiesto la enorme diversidad paisajística de la que disfrutamos durante nuestro viaje a Perú por libre.
TABLA DE CONTENIDOS
CÓMO LLEGAR A LA LAGUNA DE HUACACHINA
Os comento, primero, el apartado práctico acerca de cómo visitar la Laguna de Huacachina.
Si tenéis el alojamiento en Ica, lo más fácil es reservar este tour muy completo, que incluye la visita de Ica (incluyendo una de sus bodegas de Pisco), el traslado a la Laguna de Huacachina y el Tour el Buggy por las dunas del Desierto de Ica (una actividad muy chula).
También podéis reservar la actividad sin el Buggy, pero francamente, se trata de uno de los momentos más emocionantes que vais a tener al visitar la Laguna de Huacachina.
Una tercera manera es llegar a la Laguna de Huacachina por vuestra cuenta. Podéis tomar taxi que os lleve del centro de Ica hasta la laguna. Nosotros no lo tomamos, pero no debe ser caro.
Para llegar a las bodegas de Pisco también podéis llegar en taxi, ya que están a las afueras de la población (Pisco Nietto, por ejemplo, a unos 10 km). Algunas de las bodegas son de visita gratuita y ofrecen catas, mientras que en otras hay que pagar entrada.
ALOJARSE EN EL LAGUNA DE HUACACHINA
Una opción más ecosostenible es la que propone el Ecocamp Huacachina, donde os alojaréis en tendeds privados.
LA VISITA A LA LAGUNA DE HUACACHINA
La Laguna de Huacachina es un lugar ciertamente mágico. Rodeado de altísimas dunas que nos recuerdan más bien a los paisajes saharianos, la laguna de Huacachina surgió de manera natural, procedente de acuíferos subterráneos.
Alrededor de la laguna se dispone un completo collarete de vegetación, formado por palmeras, eucaliptos y huarangos, que convierten el lugar en una auténtica visión. De hecho, cuando uno ve por vez primeras fotos de la Laguna de Huacachina, es habitual que piense que se trate de un lugar irreal y producto de la edición digital. Pero no. Así es la Laguna de Huacachina.
Hay que decir que no todo es idílico en la Laguna de Huacachina. Además de este estanque de aguas verdosas, antaño sulfurosas y del ramillete vegetal que los rodea, en Huacachina se han alzado hoteles, restaurantes y ecocamps, a fin de exprimir al máximo el maná que supone la Laguna de Huacachina como enorme polo turístico.
Ello ha dado lugar a que, poco a poco, el origen natural de la Laguna de Huacachina haya sido sustituido por canalizaciones que aseguren su existencia.
Una vez en la Laguna de Huacachina se imponen dos actividades. La primera, el obvio paseo por los alrededores de la misma. Muy fácil de acometer gracias al paseo lacustre alrededor de la misma. No os penséis que hay mucho que ver allí. En una hora habréis dado la vuelta completa a la laguna y las calles aledañas.
BUGGY Y SANDBOARDING EN LA LAGUNA DE HUACACHINA
La segunda actividad que hay que hacer en la Laguna de Huacachina es realizar un recorrido por las dunas en Buggy.
Estos Buggy tienen capacidad para unas 5 o 6 personas, además del conductor. Hay que decir que no puedes ir por libre. Es decir, cada buggy lleva su propio conductor.
Se trata de una actividad de lo más divertida. que podríamos decir que se divide en dos partes. Primeramente, nuestro conductor dedica la primera media hora a subir y bajar dunas, derrapar y buscar los lugares más altos desde donde disfrutar de la inmensidad del Desierto de Ica y de la belleza de la Laguna de Huacachina, que queda en la parte baja.
Tras este paseo entre las dunas del desierto de Ica toca la segunda parte de la excursión, más emocionante si cabe.
El conductor nos lleva a algunas de las dunas más alta, donde disfrutamos del sandboard. Es decir, del descenso de las dunas con tablas parecidas a las del snowboarding.
He de confesar que la primera vez da un poco de impresión, pero al final todos nos acabamos tirando duna abajo y repitiendo experiencia en varias ocasiones. El que más, Marc. Nos tiramos tumbados y sentados, aunque nadie se atreve a deslizarse de pie.
Después de realizar el sandboard por el desierto de Ica, regresamos al buggy, damos unos rodeos más por las dunas para buscar algunos puntos más escénicos del desierto. Luego, regresamos a la Laguna de Huacachina.
Lo cierto es que la excursión a la Laguna de Huacachina fue una de las que más disfrutamos durante nuestro viaje a Perú. Una experiencia que os aseguro que merece mucho la pena.
Tras la excursión, el guía nos dejó en la terminal de autobuses de Ica, desde tomamos un servicio hasta nuestro próximo destino. En Nazca nos espera otra de las experiencias top del Perú: el sobrevuelo por las Líneas de Nazca.