Ahora que la pandemia parece querer llegar a su fin, puede ser un buen momento para reemprender los viajes internacionales. Al menos, para quien no lo haya hecho ya.
En este artículo os vamos a hablar de cuatro destinos de fin de semana por Europa. Más allá de las grandes capitales europeas, como Roma o París, que probablemente requieran de un mínimo de 4 o 5 días para ser descubiertas, en esta ocasión hablaré de capitales más pequeñas o de ciudades que, sin ser capitales de estado, tienen suficiente atractivo como para dedicarle un fin de semana.
Todas las ciudades de las que os hablaré disponen de excelentes conexiones aéreas desde varios de los más importantes aeropuertos españoles, de manera que organizar el fin de semana en uno de estos destinos europeos resulta fácil.
Otra posibilidad es contratar o regalar un viaje sorpresa por Europa. Es una modalidad de viaje que cada vez está más en boga y que os permite conocer varias ciudades europeas por un precio asequible. Podéis mirar aquí los viajes sorpresa de Flappin’. Con el código descuento FLAPPINTRAVEL10, tendréis un descuento del 10% sobre los precios publicados.
4 DESTINOS DE FIN DE SEMANA EN EUROPA
LISBOA
Precisamente, hemos regresado de pasar un fin de semana en Lisboa hace apenas 15 días. En realidad, fueron tres días, ya que aprovechamos una tercera jornada para hacer una excursión a Sintra, población de fácil acceso desde la capital lusa en transporte público y donde merece la pena visitar el Palacio da Pena o la Quinta da Regaleira.
Lisboa es una ciudad a escala humana, fácil de recorrer a pie y donde cada barrio tiene su personalidad. En la Baixa debemos visitar la Praça do Comercio, Rua Augusta con sus tiendas y pastelerías emblemáticas, el Elevador de Santa Justa (que nos permite subir al Chiado) o la Catedral, ya de camino en el Barrio de Alfama.
Precisamente este barrio de Alfama, con sus estrechos callejones y sus escaleras, es uno de los más entrañables de la capital lusa. Cuna del fado, el canto tradicional portugués, se trata de un barrio donde lo más importante es pasear, sin más, perdiéndose por sus callejones.
El Chiado de Lisboa es el barrio literario y bohemio por excelencia. Aquí no os debéis perder las librerías de la Calle Garrett y, por supuesto, el Café A Brasileira, donde el poeta Fernando Pessoa nos espera en su puerta. Tampoco hay que perderse las románticas ruinas del Convento do Carmo, convertidas hoy en Museo Arqueológico.
Por último, para llegar al barrio de Belem deberéis tomar el autobús. Sin embargo, la recompensa no es poca. Aquí encontramos dos de las joyas del arte manuelino, como son el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belem, además del Monumento a los Descubrimientos y varios museos que permiten invertir una mañana entera en este barrio lisboeta.
En este artículo podéis leer más acerca de los lugares imprescindibles que ver en Lisboa.
MILÁN
Milán es otro de los destinos de fin de fin de Semana en Europa que merecen mucho la pena. Elegantísima, aunque mucho menos monumental que Roma, es una ciudad muy asequible en un par de jornadas.
Probablemente el lugar más importante que ver en Milán sea el Duomo. Es decir, la maravillosa catedral gótica, considerada como una de las más bellas de Europa y con una fachada que nada tiene que ver con la de las grandes catedrales góticas francesas.
También la Galeria Vittorio Emanuele II, epítome de las galerías acristaladas que inundaron la Europa decimonónica, merece una visita. Se trata de uno de los lugares más elegantes de Milán. Aquí hay que seguir con la tradición y pisar los testículos del Toro de Milán localizado bajo de la cúpula.
Los amantes de la lírica tienen en el Teatro de la Scala una visita ineludible. Y los del arte, dos museos y una iglesia. Entre los museos, imprescindibles resultan la Pinacoteca de Brera y la Pinacoteca Ambrosiana. Y en cuanto a la iglesia, no podemos marcharnos de Milán sin visitar Santa Maria delle Grazie. Aquí encontramos una de las pinturas al fresco más célebres de la historia del Arte: la Santa Cena de Leonardo da Vinci.
LYON
Lyon es una de las más maravillosas ciudades de Francia. Y además resulta de muy fácil acceso tanto por vía aérea como por vía férrea, gracias al tren de alta velocidad.
Una ciudad de historia milenaria que es la tercera en tamaño de Francia, pero que resulta ideal como un destino de fin de semana.
Cuatro son los barrios principales que hay que visitar en Lyon. El primero, la Fourvière, en lo alto de una colina. Se trata, en realidad, del núcleo fundacional de Lyon. Aquí debemos visitar la Basílica de la Fourvière, auténtico faro de la ciudad, pero también algunos de los vestigios de la ciudad romana, como el viejo teatro.
El Vieux Lyon o Viejo Lyon representa la ciudad medieval, a los pies de la colina de la Fourvière. Aquí encontramos la Catedral de San Juan, Patrimonio de la Humanidad. Pero también muchísimos edificios de traza renacentista que disponen de imponentes patios y de curiosos pasadizos que los unen entre sí: los traboules.
En tercer barrio que ver en Lyon es el de la Presqu’ile, en realidad una península encajonada entre los ríos Saona y Ródano. La Ópera Nacional, el Hotel de Ville o la plaza des Terreaux, con la preciosa Fuente Bartholdi se encuentran aquí
Por último, no hay que abandonar Lyon sin visitar la Colina de la Croix-Rousse. Aquí se hallan algunos de los vestigios de la antigua Colonia Copia Claudia Augusta Lugdunum, incluido el conocido como Anfiteatro de las Tres Galias.
BRUSELAS
El último de los destinos de fin de semana por Europa que hemos escogido es la capital belga. Os aseguro que hay mucho que ver en Bruselas, por mucho que haya quien la tilde de una ciudad de burócratas sin alma alguna. De verdad que es una capital que da mucho de sí e ideal para ser visitada en un par de jornadas.
Sin duda, el epicentro de Bruselas es la Grand Place, una de las más bellas de Europa. Pero también las calles aledañas tienen mucho encanto y suponen un lugar excelente donde disfrutar del manjar favorito de los lugareños: los Moules–frites. Es decir, los mejillones con patatas fritas.
Casi tan emblemática como la Grand Place resulta su estatuilla estrella: el Manneken Pis. Y no menos, uno de los monumentos más famosos de Europa: el Atomium, situado muy cerca de la Mini Europa, el lugar donde están representadas, en maquetas, los principales monumentos de la Unión Europea. No os lo podéis perder, especialmente si vais a visitar Bruselas con niños.
Por último, y sin dejar de lado sus grandes museos incluido al dedicado a René Magritte, no hay que olvidar que Bruselas es una de las capitales mundiales de la cerveza. Al menos hay un par de cervecerías que debéis visitar sí o sí: Delirium Tremens y La Mort Subite.