Portugal es uno de los destinos más asequibles e interesantes de Europa. Al indudable interés histórico y artístico que atesora el país luso, se le une una fabulosa gastronomía y unos precios comedidos, más baratos que en España.
Hemos tenido la oportunidad de visitar Portugal en numerosas ocasiones (podéis leer aquí nuestro artículo acerca de qué ver en Portugal, en 13 lugares Patrimonio de la Humanidad) y la verdad es que jamás nos ha defraudado.
En este artículo te vamos a hablar de 5 lugares históricos de Portugal, un país que además resulta muy fácil de visitar tanto en coche como en transporte público.
5 LUGARES HISTÓRICOS DE PORTUGAL
EL PALACIO DE LOS DUQUES DE BRAÇANÇA Y LA PEQUEÑA IGLESIA DE SAN MIGUEL
El primero de los lugares históricos de Portugal del que os hablaré está situado en Guimaraes, ciudad de fácil acceso en tren desde Oporto y que es conocida como El lugar donde nació Portugal. El motivo es que fue en esta ciudad del norte de Portugal donde nació el que acabaría siendo primer Rey del Portugal: Alfonso Enriques
El lugar más relevante que ver en Guimaraes es el Palacio de los Duques de Braçança, de principios del siglo XV y erigido por orden de Alfonso, hijo bastardo de Joao I, Conde de Barcelos y Duque de Bragança.
El Palacio de los Duques de Bragança, que en la actualidad desempeña las funciones de museo, nos permite disfrutar de parte del mobiliario original, así como de su ornamentación, que incluye unos bellos tapices flamencos.
Pero aún más histórica resulta la pequeña capilla existente entre el Palacio de los Duques de Bragança y el Castillo de Guimaraes. En la pequeña iglesia de San Miguel fue bautizado el que pasaría la historia como el primer Rey de Portugal, Alfonso Henriques. Entrando a mano izquierda se ubica la pila bautismal de la época.
PALACIO DE LA BOLSA DE OPORTO
A menudo, el Palacio de la Bolsa de Oporto pasa desapercibido en una ciudad donde el verdadero atractivo reside en visitar algunas de las mejores bodegas de vino de Oporto.
Sin embargo, os aseguro que su interior es una maravilla, aunque la fachada nada haga suponerlo.
El Palacio de la Bolsa fue edificado en 1842, sobre las ruinas del antiguo convento de los franciscanos, que sucumbió a un incendio.
Aunque el estilo general ha sido calificado de neoclásico, lo cierto es que el interior no deja de ser una mezcla de estilos. El palacete se dispone entorno a un enorme patio central, el Patio de las Naciones.
Entre las habitaciones más sumptuosas, destaca la conocida como Sala Dorada, cubierta con pan de oro, o la Sala de las Asambleas Generales, ornamentada en madera. Sin embargo, si una sala convierte el Palacio de la Bolsa de Oporto en parada obligada, es la conocida como Sala Árabe. De estilo morisco e inspirada en la Alhambra de Granada, estén precioso salón es filigrana pura, como corresponde al estilo neomorisco.
El Palacio de la Bolsa de Oporto es la sede de la Asociación Comercial de Oporto y se puede recorrer mediante visitas guiadas.
TORRE DE BELEM
Nos dirigimos ahora a la capital del país para conocer el tercer de los lugares históricos de Portugal que hemos escogidos: la Torre de Belem.
La línea de tren de Lisboa a Oporto (y en sentido contrario) es la más utilizada del país, de manera que desplazarse entre las dos grandes ciudades del país resulta fácil.
La Torre de Belem, que se localiza en el barrio de Belem, a escasos pasos del no menos histórico Monasterio de los Jerónimos, fue mandada construir en 1514, por orden de Manuel I. Francisco de Arruda fue quien la diseñó.
Aunque inicialmente se trataba de una torre de defensa, a largo de los siglos ha desempeñado distintas funciones, incluyendo la de sede de recaudación de impuestos y centro aduanero).
La profusa ornamentación donde predominan los motivos marineros, permite incluir la Torre de Belem dentro del estilo manuelino. No faltan las cuerdas y los escudos esculpidos, así como animales que hacen referencia a las tierras conquistadas por los portugueses. Se trata de uno de los monumentos imprescindibles que ver en Lisboa.
FUERTE DE GRAÇA
Y nos vamos ahora al Alentejo, una de las regiones injustamente menos visitadas de Portugal.
En Elvas visitamos el Fuerte de Graça, que forma parte del enorme sistema defensivo de la ciudad, que incluye las murallas fortificadas, pero también varias fortificaciones exteriores.
El Fuerte de Graça, ubicado en una colina a pocos kilómetros del centro histórico de Elvas, está diseñado en forma de estrella. Fue alzado en la segunda mitad del siglo XVIII y resulta francamente imponente, con un sistema de murallas y que se adivinan inexpugnable.
La importancia histórica (y estratégica) del cerro donde se alza el Fuerte de Graça no es poca, pues ya en el siglo XVII, el ejército español construyó aquí un fortín durante la Batalla de las Líneas de Elvas, con la idea de bombardear la población de Elvas desde lo alto. Esta batalla está considerada como la que dio inicio de la Restauración de Portugal y puso fin a la Unión Ibérica.
Justo en el centro del Fuerte de Graça se alza la Casa del Gobernador, con aires de palacete barroco.
FORTALEZA DE SAGRÉS
Y el último de los lugares históricos de Portugal que incluimos en esta lista lo encontramos en la más septentrional de las regiones del país: el Algarve.
Más allá de disfrutar de las mejores playas del Algarve, merece la pena conocer también otros lugares, como esta fortaleza de Sagrés ubicada a escasos kilómetros del Cabo de San Vicente, la punta suroccidental del país.
La Fortaleza de Sagrés fue mandada construir por el Infante Don Enrique en una península rodeada por completo de acantilados que, en realidad, ya actuaban como fortificación por si mismos.
El motivo de la construcción fue la de defenderse de los ataques piratas que tan a menudo acontecían durante el siglo XV.
Pero la importancia histórica va más allá de la función defensiva del baluarte. Una enorme rosa de los vientos de 43 metros de diámetro, nos recuerda la Escuela Náutica que el propio Infante Enrique fundo aquí.
Se trataba de una corte de científicos y eruditos del mundo marinero y la navegación, llegados de todo el mundo y unidos en el empeño de la expansión territorial de Portugal. Durante la época conocida como Época de los Descubrimiento, Portugal se convirtió en una de las grandes potencias europeas.