Visitar las Bodegas de la Geria (al menos, una de ellas) y el paisaje vitivinícola que se extiende entre los núcleos poblacionales de Uga y Mozaga, es algo que no debéis dejar de hacer durante un viaje a Lanzarote.
Los vinos de la Geria, que disponen de su propia denominación de origen protegida, nacen del empeño de los lanzaroteños en convertir en fértil un terreno que apenas lo es. Porque lo cierto es que en pocos lugares del mundo podemos encontrar que los lugareños hayan sido capaces de cultivar vides sobre un terreno tan poco agraciado para ello como son, a priori, estas tierras cubiertas por completo por ceniza volcánica.
La verdad es que este empeño no les viene a los lanzaroteños de nuevo cuño, pues parece que el cultivo de la vid fue introducido por los primeros normandos que colonizaron Lanzarote, y ya en el siglo XVI, el vino era el producto más exportado de la isla. De hecho, si vais a visitar una bodega de la Geria haréis bien en decantaros por las Bodegas El Grifo, que no solo es la más antigua de la isla, si no te todo el Archipiélago canario, pues fue fundada en 1775.
Sin embargo, durante el camino nos detuvimos en varias de las bodegas de la Geria para tomar fotos, porque la verdad es que la estampa de campos de vino con la bodega de fondo resulta de lo más fotogénica.
Como podéis suponer, cultivar vides en Lanzarote no es precisamente fácil. A la rudeza y escasa fertilidad del terreno se le unen los habituales vientos alisios canarios, lo que complica un poco más el proceso.
La cuestión es que en estas condiciones, la viña es plantada a entre 50 centímetros y 4 metros de profundidad del terreno, que como he comentado está formado en su superficie, por ceniza volcánica. A esta profundidad es donde la vid encuentra un terreno suficientemente fértil para subsistir. Para llegar a esta profundidad se excava un hoyo sobre la ceniza (conocida aquí como picón) que, por cierto, es la encargada de retener la humedad necesaria para mantener la vid con vida, en una región donde la pluviosidad es realmente escasa. Además, un murete formado por piedra volcánica es construido, habitualmente de forma semicircular, alrededor del hoyo, a fin de proteger la planta de los vientos alisios. Es lo que se conoce como soco.
El resultado es un paisaje de centenares de hectáreas a lo largo de una quincena de kilómetros, de lo más sorprendente, con miles y miles de hoyos y sus correspondientes muretes de piedra volcánica que ocupan la totalidad del espacio no solo tomando todo lo que es el valle sí no incluso las laderas de los muchos conos volcánicos que iremos encontrando durante el recorrido por al visitar la Geria. Y todo ello, salpicado por varias de las centenarias bodegas de la Geria, incluyendo las Bodegas El Grifo, que son las que visitamos, pero también otras.
VISITAR LAS BODEGAS EL GRIFO, LA MÁS ANTIGUA DE LA BODEGAS DE LA GERIA.
Como os comenté, visitar una de las bodegas de la Geria no puede faltar en ningún viaje a Lanzatore. Nosotros optamos por visitar las Bodegas El Grifo, que son las más antiguas de canaria, pues fueron fundadas en 1775.
Las Bodegas El Grifo ofrecen visitas guiadas que tienen una duración de una hora, aproximadamente. Durante el recorrido no solo nos explicaron todo lo que os hemos comentado (incluyendo que la variedad de vid más utilizada es la malvasía, aunque también utilizan otras cepas como la syrah o la moscatel), si no que permite visitar lo que son las plantaciones tradicionales de vides pero también lo que es la moderna bodega que permite a Bodegas El Grifo ser una de las firmas que produce y exporta mayor cantidad de vino de La Geria.
Una de las curiosidades de visitar las bodegas de La Geria (al menos, en las Bodegas El Grifo) es que aquí podremos conocer algunas cepas que tienen más de doscientos años de vida a sus espaldas. Es esto algo insólito en la Península, pues durante el siglo XIX la terrible plaga de la filoxera terminó con la práctica totalidad de ellas.
Nos cuentan también, que la mayoría de vinos de La Geria son vinos jóvenes, siendo los vinos de crianza, una excepción. Sin embargo, en las bodegas de La Geria se producen tanto vinos blancos (los que más), como rosados o tintos. Y, además, en esta bodega, también experimentan con un vino espumoso al estilo del cava catalán (un Brut Nature al que denominan, muy acertadamente, Espuma de volcán), otra rareza en las islas canarias.
Como no podría ser de otra forma al visitar las bodegas de La Geria, el recorrido termina con una cata de cuatro de las variedades del vino que elabora Bodegas El Grifo, perfectamente comentadas por la experta guía.
Tras el recorrido por la bodega, pudimos visitar por nuestra cuenta un completísimo museo del vino localizado en la misma finca, donde se expone todo tipo de objetos históricos relacionados con la enología. La verdad es que, al igual que la visita guiada, nos pareció una maravilla.
Lo dicho, al final invertimos casi media mañana en visitar una de las bodegas de La Geria, pero os aseguro que se trata de uno de los paisajes más curiosos que ver en Lanzarote.