En nuestro reciente viaje al Sur de Francia con niños, no solo tuvimos tiempo para disfrutar de algunos de los mejores lugares de ocio que se pueden disfrutar en el Departamento de los Pirineos Orientales con los más pequeños. También pudimos recorrer algunos espacios naturales preciosos, lugares históricos, pueblos con mucho encanto y hasta varios de los monumentos más interesantes de la Ruta del Románico del Sur de Francia.
De esto os hablaré en este artículo: de cuatro de más importantes referentes del Románico de los Pirineos Orientales de Francia. Cuatro verdaderas joyas de visita imprescindible si os gusta el arte. Concretamente, visitamos el Monasterio de Sant Miquel de Cuixà, la Abadía de Sant Martí del Canigó, la Catedral de Elna (y particularmente, su maravilloso claustro) y el Priorato de Serrabona.
4 OBRAS MAESTRAS DEL ROMÁNICO DEL SUR DE FRANCIA.
EL CLAUSTRO DE ELNA
Elna es una pequeña población al este del Departamento de los Pirineos Orientales, de no más de ocho mil habitantes. Quizá por este motivo sorprende que Elna disponga de su propia catedral, pero lo cierto es que esta sede episcopal fue fundada en el siglo VI, ni más ni menos, aunque en la actualidad este honor corresponde a la ciudad de Perpiñán.
La Catedral de Santa Eulalia y Santa Julia de Elna fue alzada a partir del siglo XI en estilo románico, aunque tampoco faltan elementos góticos. Sin embargo, aunque merece la pena echar un vistazo a la iglesia y particularmente al maravilloso campanario, a Elna hemos venido a conocer su claustro, que es una verdadera joya del Románico del Sur de Francia y que se construyó a partir del siglo XII (en realidad la galería sur es la única románica).
Algo que llama la atención en el Claustro de Elna es que cada galería consta tanto de columnas (ocho en cada lado),¡ como de grandes pilares (cinco por galería), que quedan unidos por arcos de medio punto.
Los motivos decorativos del claustro de Elna son variados, alcanzado no solo los capiteles si no también las mismas columnas. Como dije, la galería sur es la única que es totalmente románica. Como el resto del claustro, está construida con mármol de Ceret y según parece, emparentadas directamente con los talleres de Serrabona y Sant Miquel de Cuixà. Además de motivos vegetales y animales (incluyendo águilas o leones), la columna central está historiada, relatando momentos de la vida de San Pedro y San Pablo.
En las demás galerías se alterna el románico con el gótico, aunque no por ello resulta menos interesante. Particularmente con los grandes capiteles de los pilares. En el lado norte, por ejemplo, vemos el Martirio de Santa Eulalia y Santa Julia. En el lado este, encontramos los ciclos de la Infancia de Cristo y de la Pasión de Cristo. Resulta fácil distinguir escenas como la Visitación, la Natividad o la visita de los Reyes Magos.
Por cierto, en esta ciudad no debéis dejar de visitar la Maternidad de Elna, un lugar ciertamente conmovedor.
SANT MARTÍ DEL CANIGÓ
Otra de las joyas del Románico del Sur de Francia la encontramos a los pies del Macizó del Canigó, el más emblemático del Departamento de los Pirineos Orientales franceses.
La Abadía de Sant Martí del Canigó, como explicamos en este post, fue fundada sobre el año 1000 por Wifredo II, que era el Conde de la Cerdanya y el Conflent. El noble no solo cedió las tierras para edificar la Abadía, si no también otras para que fueran arrendadas por la comunidad benedictina, a fin de que esta fuera autosuficiente.
Aunque el monasterio fue abandonado en 1793, el poema épico de Jacint Verdaguer, Canigó, recupera el interés por la vieja abadía, que fue restaurada. Incluso en la actualidad es la casa de una pequeña comunidad monástica de la orden mixta de las Bienaventuranzas.
Pero vamos a lo que nos ha llevado aquí: el románico. El edificio fue alzado al borde un precipicio, de manera que tras ser abandonado, amenazaba con desplomarse. Es por ello que debió reedificarse, optándose por abrir una galería que aligerara la estructura. En este momento, las columnas y capiteles originales de los dos claustros existentes en la estructura original (uno superior y otro inferior), fueron reubicados en esta galería meridional abierta. Concretamente, encontramos hasta 13 capiteles originales.
Algunos de los capiteles de mármol rosado están considerados como verdaderas joyas del arte Románico del Sur de Francia. Entre los distintos temas iconográficos encontramos leones compartiendo la cabeza, hombres sosteniendo dos águilas, San Martín partiendo su capa o figuras femeninas danzando.
SANT MIQUEL DE CUIXÀ
Apenas 15 kilómetros separan la Abadía del Sant Martí del Canigó del Monasterio de Sant Miquel de Cuixà, otras de las joyas de la Ruta del Románico del Sur de Francia.
La primera vez que oímos hablar de Sant Miquel de Cuixà fue hace casi 20 años, cuando visitamos The Cloisters, en el Metropolitan Museum de Nueva York. El motivo es que buena parte del claustro original se encuentra en este museo, después de que fuera vendido a coleccionistas internacionales.
El Monasterio de Sant Miquel de Cuixà es algo anterior al de Sant Martí del Canigó. Nos daremos cuenta enseguida, al visitar la iglesia, pues allí nos encontraremos con varios arcos de herradura, típicos de la arquitectura prerrománica heredera del arte visigodo. El acta de fundación del monasterio la encontramos en el año 879, siendo a mediados del siglo X cuando se inició la edificación de la iglesia y, posteriormente, del claustro. De hecho, fue a principios del siglo XII cuando se reconstruyó el claustro, que contaba con 63 columnas de mármol y capiteles esculpidos con motivos vegetales, animales e historiados.
En su momento, también se construyó una tribuna de mármol en el interior de la iglesia, muy semejante a la que podremos visitar en el Priorato de Serrabona. Parte de esta tribuna se ha perdido, aunque existe la idea de reconstruirla a partir de los fragmentos recuperados. En la puerta entre la iglesia y el claustro, encontramos restos de aquella tribuna.
En cuanto el claustro, se ha recuperado parcialmente, con algunos (no pocos) capiteles originales, construidos en mármol rosado. No son originales los arcos que unen las columnas. Algunos de los capiteles, corresponderían a la cita tribuna de la iglesia.
PRIORATO DE SERRABONA
El último de los lugares románicos visitados en el Departamento de los Pirineos Orientales fue el Priorato de Serrabona, una joya del Románico del Sur de Francia que muy a menudo pasa desapercibida.
El Priorato de Serrabona fue fundado como canónica agustiniana en 1082. A la original iglesia de nave única, se añadió pronto un crucero, una nave lateral y una galería en el sur, que acabó conformándose como claustro.
La tribuna alzada en medio de la nave de la iglesia es el elemento más destacado del templo y lo que os llevado hasta aquí. Seis bóvedas sobre columnas sostienen la plataforma de la columna. Se trata, además, del elemento que permite separar el espacio reservado a la comunidad del ocupado por los fieles. Además, la tribuna se utilizaba como púlpito. Esta tribuna habría sido fruto del trabajo del mismo taller que se habría encargado de la tribuna de Sant Miquel de Cuixà.
En esta tribuna nos llamaran la atención los capiteles de mármol rosado, así como la decoración en bajorrelieve del frontal de la misma. Los capiteles tienen decoración zoomórfica, con predominio de leones y las águilas. Por su parte, en el frontal encontramos esculpidos los símbolos de los cuatro evangelistas y algunos animales fantásticos.
El claustro está formado por esta galería abierta al sur. También aquí nos fijamos en los capiteles de las columnas dispuestas en parejas, aunque la ornamentación no está tan lograda como en los capiteles de la tribuna.
Estos son 4 de las grandes joyas del Románico del Sur de Francia que pudimos visitar durante nuestro viaje por el Departamento de los Pirineos Orientales. La verdad es no son los únicos. En el tintero quedaron el Priorato de Marcevol, la iglesia del Monasterio del Camp en Passa o la Capilla de Saint Martin de Fenollar. Quedarán para otra ocasión.