Jaén no es la provincia más turística y visitada de Andalucía. Competir con el triángulo que forman Córdoba, Sevilla y Granada no resulta fácil. Sin embargo quien visita por vez primera Jaén y su provincia queda gratamente sorprendido por el enorme interés histórico, monumental y hasta paisajístico que reúne.
Ciudades monumentales como Úbeda y Baeza, incluidas dentro de la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad, espacios naturales como el Parque Natural de las Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas o enclaves históricos como el Castillo de Sabiote, la Fortaleza de La Mota o el Castillo de Burgalimar en Baños de la Encina, hacen merecedora a esta provincia de Jaén de una visita detallada. Incluso la capital, reúne mucho más interés que el que uno podría imaginar a priori.
En este artículo os voy a hablar, precisamente, de los lugares que hay que ver en Jaén capital, una ciudad pequeña, de poco más de cien mil habitantes, a la que le dedicamos un día entero y que reúne suficiente atractivo para que sea incluida dentro de cualquier viaje por la provincia.
Antes, quería comentaros que podéis realizar una de estar visitas guiadas a Jáen:
Free tour de Jaén (lo podéis reservar aquí): 1 hora y media donde empezaréis a conocer los monumentos imprescindibles de Jaén, aunque sin visitar los interiores. Es muy recomendable si queréis tener una primera toma de impresión sobre Jaén, pero no se realia todos los días.
Tour guiado en español: es muy barato e incluye todas las entradas interiores. Creo que es el tour más indicado si os apetece visitar Jaén de la mano de un guía especializado, por muy poco dinero.
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Os dejo aquí el mapa con los lugares más interesantes que ver en Jaén y que nosotros tuvimos la oportunidad de conocer durante nuestra visita a la ciudad.
CATEDRAL DE JAÉN
Empezamos nuestro recorrido por la ciudad visitando el monumento más importante que ver en Jaén. Me refiero a la Santa Iglesia Catedral de la Asunción de la Virgen, que aunque como casi todas las catedrales de España no deja de ser una mezcla de estilos, en su conjunto está considerada como la más importante catedral renacentista del país.
La visita guiada a la Catedral se puede reservar aquí e incluye la entrada general, a las galerías altas y al museo.
No fue ésta la primera catedral existente en Jaén, pues la actual se alza sobre un templo gótico que tras vicisitudes varias y particularmente tras el derrumbe del cimborrio en 1525, acabó por sucumbir. Es en este momento en que toma relevancia el arquitecto Andrés de Vandelvira, considerado como uno de los más importantes arquitectos renacentistas españoles, y del que conoceremos parte de su obra en las monumentales Úbeda y Baeza.
Lo primero que nos llama la atención en la Catedral de Jaén es su esplendorosa fachada (por la noche, iluminada, resulta aún más espectacular), que fue ejecutada en la segunda mitad del XVII ya en estilo barroco. Destacan las grandes columnas corintias que sustentan el segundo cuerpo de la fachada, así como la enorme cantidad de esculturas, unas dentro de hornacinas, otras sobre pedestales: San Pedro y San Pablo en el cuerpo inferior y distintos santos de la iglesia sobre la balaustrada superior. Sendas torres campanario cierran la fachada principal por sus extremos.
También nos llama la atención los varios balcones existentes en la parte superior del primer cuerpo de la fachada. Es algo que se repetirá en el interior de la nave.
Entre los tesoros que encontramos al visitar la Catedral de Jaén merece la pena resaltar la Capilla Mayor o del Santo Rostro, con su retablo neoclásico. En esta capilla se guarda una reliquia principal de la iglesia: el Santo Rostro. O lo que es lo mismo, el paño con el que Verónica limpió la faz de Cristo durante su último trayecto por la Vía Dolorosa de Jerusalén.
No menos interesante resultan el enorme coro que está compuesto por 148 sitiales, el precioso trascoro diseñado en mármol y dedicado a la Sagrada Familia o la sala capitular y la sacristía, ambas obras proyectadas por Andrés de Vandelvira y consideradas como uno de los grandes momentos del Renacimiento en España.
BAÑOS ÁRABES Y EL PALACIO DE VILLADOMPARDO
Tras conocer la Catedral de Jaén nos dirigimos al Palacio de Villadompardo, que es donde vamos a conocer el segundo de los grandes monumentos que ver en Jaén.
Como en toda Andalucía, los vestigios legados por la época de dominación árabe se encuentran dispersos por toda la ciudad. El más interesante de todos ellos son los Baños Árabes, que si han resistido al paso del tiempo es porque cuando los Condes de Villardompardo alzaron sobre el mismo lugar su palacio (esto fue en el siglo XVI), no destruyeron los viejos baños si no que simplemente rellenaron los huecos con abundante tierra para permitir cimentar su nueva mansión.
De hecho no fue hasta 1913 en que los Baños Árabes de Jaén fueron redescubiertos y a partir de 1936 cuando empezaron los trabajos de restauración, a fin de sacar a la luz tan importante legado. Algo que no concluyó, en realidad, hasta 1984, gracias a un trabajo dirigido por el arquitecto Luis Berges Roldán, que fue merecedor del premio Europa Nostra, que premia la excelencia en la conservación del patrimonio cultural.
Lo cierto es que estos baños árabes de Jaén, que probablemente tenían su origen en el siglo XI, son una auténtica maravilla. Con razón están considerados como los mejor conservados de España, pudiéndose distinguir perfectamente las distintas salas de baño (la fría, la templada y la caliente) con los habituales lucernarios en estrella, así como el vestíbulo.
IGLESIA DE LA MAGDALENA
Muy cerca de los Baños Árabes encontramos otro de vestigios que nos la legado la civilización musulmana en Jaén. Aunque este podría pasar desapercibido a primera vista. Se encuentran en la Iglesia de la Magdalena, que fue alzada sobre una antigua mezquita.
El vestigio musulmán debemos encontrarlo en el patio de la iglesia. La alberca que encontramos en el centro del mismo fue la existente en el patio de abluciones de la mezquita islámica. De hecho, también la única torre-campanario de la iglesia fue en su tiempo el minarete del templo musulmán.
EL MUSEO ÍBERO DE JAÉN
Entre los varios museos que hay que ver en Jaén destaca el Museo Íbero, que inaugurado a finales de 2017, tiene la pretensión de convertirse en referente nacional.
Merece la pena acudir a una visita guiada, que es lo que hicimos nosotros. El recorrido permite conocer las más de 1.600 piezas expuestas en el museo. Entre ellas, algunas obras tan fascinantes como el conjunto escultórico de Porcuna, procedes del yacimiento de Cerrillo Blanco, en Porcuna, provincia de Jaén. El Guerrero de la doble armadura o el Oso de Porcuna, son dos de las esculturas ibéricas más fascinantes del museo.
LAS MEJORES VISTAS DE JAÉN. EL MIRADOR DE LA CARRETERA DE CIRCUNVALACIÓN.
Tras almorzar en el centro histórico de Jaén, nos dirigimos a visitar el Castillo de Santa Catalina que domina la ciudad desde el cerro homónimo.
Para ello hay que tomar la conocida como Carretera de Circunvalación. Sin embargo, antes de llegar a lo más alto nos detenemos unos minutos junto a un mirador existente en lo alto de las escaleras de la Calle Duque, justo al pie de la Carretera de Circunvalación. Os lo he localizado en el mapa. Que no se os pase, porque las vistas de la ciudad baja, con la Catedral de Jaén, son una maravilla desde esta localización. Después de visitar el castillo, junto a la Cruz de Santa Catalina, gozaremos de otras vistas de infarto sobre Jaén.
EL CASTILLO DE SANTA CATALINA
Ahora sí, nos acercamos hasta el Castillo de Santa Catalina, que será el último de los grandes monumentos que ver en Jaén que tengamos la oportunidad de conocer.
Se sabe que el Cerro de Santa Catalina lleva siendo ocupado desde hace varios milenios. Aquí se han encontrado vestigios de la Edad de Bronce, por ejemplo. Sin embargo, un primer recinto defensivo habría sido edificado por los íberos, para continuar con funciones similares en tiempos fenicios y romanos.
Sin embargo, lo que podemos visitar en la actualidad hacer referencia al Alcázar Nuevo erigido en tiempos cristianos, que habría sustituido al Alcázar Viejo, que habría sido la edificación existente en la época islámica y que se habría localizado justo donde hoy encontramos el Parador de Turismo.
Aunque los franceses ocuparon, modificaron y finalmente volaron parte del Castillo de Santa Catalina durante la ocupación napoleónica, entre lo recuperado y lo restaurado, lo cierto es que esta visita resulta realmente interesante.
Durante el recorrido por el Castillo de Santa Catalina podemos pasear por el adarve que recorre toda la muralla, además de la prisión o mazmorra, la Torre Albarrana que hoy alberga la Capilla de Santa Catalina o la Torre del Homenaje.
CRUZ DEL CASTILLO
Desde el Castillo de Santa Catalina, un sendero de no más de doscientos metros nos permite alcanzar la Cruz del Castillo, un lugar de vistas privilegiadas que nadie debe perderse.
La historia cuenta que cuando Fernando III conquistó la ciudad a los árabes, mandó colocar en el punto más alto de la ciudaa (es decir, en el cerro), una cruz cristiana. Por lo visto, la primera fue cruz habría sido la misma espada que el rey santo habría clavado en tan insigne lugar.
Lo cierto es que la cruz actual es bastante reciente, de mediados del siglo XX. Habría sustituida a una cruz anterior, bastante más pequeña. Sin embargo, si realmente merece la pena acercarse hasta aquí no es por la cruz si no por las maravillosas vistas que de toda la ciudad y los alrededores se disfruta desde este lugar. De hecho, es el único lugar del cerro desde donde se hace visible la Catedral, por ejemplo. A la derecha, se puede observar Sierra Mágina, otro de los parques naturales de Jaén. Nos cuentan que en días claros, incluso se alcanza a divisar Sierra Nevada.
PARADOR DE TURISMO
Antes de terminar nuestra visita a Jaén, nos acercamos al adyacente Parador de Turismo, que es uno de los más emblemáticos de la cadena hotelera. Se alza en el mismo lugar en que hace ochocientos años existía el Viejo Alcázar musulmán y la verdad es que resulta una edificación encantadora, perfectamente integrada en este entorno, aunque se trate de una construcción de nuevo cuño que data de 1965.
Merece la pena echar un vistazo a las distintas dependencias, con el debido respeto y discreción, pues no deja de tratarse de un hotel, quizá con la excusa de tomarse un tentempié en el salón-bar del Parador.
Así terminamos nuestra visita por los lugares y monumentos más interesantes que ver en Jaén, una ciudad con mucho más interés que el que uno podría pensar a priori y que os aseguro que merece una visita detallada de, al menos, una jornada entera.