Existe una Ruta de Esculturas en las calles de Barcelona que merece la pena conocer. Me refiero, concretamente, a obras de Arte Contemporáneo que han ido sido instalándose en las plazas y calles de Barcelona en los últimos años (particularmente desde los Juegos Olímpicos de 1992, aunque hay alguna de más antigua).
En esta recopilación de las mejores esculturas de las calles de Barcelona he reunido 10 obras. Casi todas ellas se localizan más o menos en el centro de Barcelona, de manera que se pueden conocer en una sola mañana o tarde. Solo uno de ellas queda un pelín alejada, en la Plaza de España, a los pies de Montaña de Montjuic.
Además, esta Ruta por las esculturas de Arte Contemporáneo de las calles de Barcelona nos permitirá conocer la obra de algunos de los artistas más importantes de los últimos 50 años, tanto catalanes como del resto del estado o a nivel mundial. De esta manera, he obviado otras esculturas de las calles de Barcelona que nos remiten a otras épocas, incluido el modernismo (por el ejemplo, el Desconsol de Llimona, el Monumento al Doctor Robert de Llimona y Domènech i Montaner o el dedicado al dramaturgo Frederic Soler, obra de Pere Falqués y Agustí Querol).
10 ESCULTURAS EN LAS CALLES DE BARCELONA QUE NO TE PUEDES PERDER.
Dona i ocell, de Joan Miró.
Dona i ocell, es decir, Mujer y pájaro en una enorme escultura de Joan Miró que se ubica en el parque dedicado al artista y situado muy cerca de la Plaza de España de Barcelona, a los pies de la Montaña de Montjuic.
Se trata de una estructura de grandes dimensiones, de 22 metros de altura, construida en hormigón y cerámica, que nos remite al habitual universo de este universal artista catalán. Alzada junto a un pequeño lago artificial, lo cierto es que se hace difícil comprender que tan visual estructura simbolicen una mujer y un pájaro. Pero la verdad es que el habitual colorido mironiano no deja lugar a dudas acerca de la autoría de la que es una de las esculturas de Barcelona más famosas, desde que fuera inaugurada en 1983.
Gato, de Fernando Botero
El Gato de Botero es la segunda gran obra de Fernando Botero, el famoso artista colombiano, existente en Barcelona (la otra, el Caballo, se localiza en el aeropuerto de Barcelona, que en realidad corresponde a la población de el Prat de Llobregat).
Con las habituales formas ciertamente obesas a que Botero nos tiene acostumbrados, esta obra de bronce llegada a Barcelona en 1987, se ha convertido en una de las esculturas más famosas de Barcelona. Después de deambular por distintos espacios de la capital catalana, el Gato de Botero parece haber encontrado su acomodo definitivo en la Rambla del Raval, en plena Ciutat Vella de Barcelona.
La Cara de Barcelona, de Roy Lichtenstein
La Cara de Barcelona es una de las esculturas contemporáneas más famosas de Barcelona. Es una obra de una de las más célebres firmas del Pop Art norteamericano, el artista Roy Lichtenstein.
Esta obra situada en el frente marítimo de Barcelona (en el Moll de la Fusta, concretamente), está construida en piedra, acero y cerámica y tiene una altura de 15 metros. Alzada unos meses antes de los Juegos Olímpicos de 1992, su instalación se enmarcó dentro de los cambios urbanísticos que antecedieron a la contienda olímpica.
La Cara de Barcelona pretende ser un homenaje de Lichtenstein al Modernismo catalán, con una obra que representa un rostro sobre un fondo de puntos rojos cubiertos con mosaico.
La Gamba, de Javier Mariscal
A 50 metros de La Cara de Barcelona encontramos otra de las esculturas más populares de las calles de Barcelona. Su autor es el diseñador barcelonés Javier Mariscal, que fue también el encargado de diseñar a Cobi, la mascota olímpica de 1992.
El nombre no deja lugar a dudas, pues esta obra representa a una gamba. En su momento, esta escultura creada en 1989 coronaba el bar Gambrinus, del arquitecto Alfredo Arriba. Aunque el establecimiento ya no existe, el Ayuntamiento compró esta gamba con patas de langosta, la restauró, y la situó en el mismo lugar original.
Peix Olímpic, de Frank Gehry
Entre los grandes artistas universales que han creado esculturas para las calles de Barcelona encontramos también a Franck Gehry, el célebre arquitecto canadiense ganador del premio Pritzker y creador del Museo Guggenheim de Bilbao.
Este Peix Olímpic (pez olímpico), se localiza en el Puerto de Barcelona, junto enfrente del Hotel Arts de Barcelona. Se trata de una escultura de grandes dimensiones (56 metros de largo por 35 de alto), que semeja un pez de tonos dorados, que cambia de color según la incidencia de los rayos de sol. Es una obra de 1992. Es decir, otro legado de la Barcelona Olímpica.
Marc, de Robert Llimós
Muy cerca del Peix Olímpic encontramos la escultura conocida como Marc, obra del pintor y escultor español Robert Llimós.
El artista, realizó para los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996 la escultura Marc. Se trata de una figura humana de tres metros de altura que sujeta un marco y que, con su colorido, recuerda al estilo expresionista. La obra está dedicada al hijo fallecido del artista, que así se llamaba. Un año más tarde, instalaba una copia en la ciudad de Barcelona.
No es esta la única escultura de Llimós que encontramos paseando por Barcelona. Miraestrellas (2010), se encuentra sobre las aguas del Mediterráneo y junto a la Rambla de Mar.
Homenaje a Picasso, de Antonia Tàpies.
Antoni Tapies es otro de los nombres más destacados del arte contemporáneo catalán. Una de las esculturas de las calles de Barcelona lleva su firma y se sitúa junto al Parque de la Ciutadella. Es el particular Homenaje a Picasso creado por Tapies a encargo del Ayuntamiento de Barcelona, para celebrar el centenario del nacimiento del pintor malagueño.
La obra, como es habitual en Tàpies, resulta algo compleja. Se trata de un gran cubo de cristal colocado encima de un estanque, sobre el que va cayendo agua. En el interior del cubo encontramos distinto mobiliario, como espejos, un sofá y un armario o sillas apiladas. El resultado es bastante inquietante y la verdad es que si tiene significado alguno, lo desconocemos. Tampoco diré que se trata de una de nuestras esculturas de Barcelona favoritas. Pero lo cierto es que la relevancia de su autor obliga a incluirla en esta lista de esculturas en las calles de Barcelona que no os podéis perder.
Carmela, de Jaume Plensa
La Carmela de Plensa estaba de paso. Y, sin embargo, allí sigue. La obra de Jaume Plensa se encuentra en las calles de muchas de las grandes ciudades del mundo, incluido Madrid, Niza, Nueva York o Burdeos. Se podría decir que una de las especialidades de este artista son las esculturas de caras semiplanas.
Plensa diseñó la escultura de Carmela, una niña, para la ciudad de Nueva York. Sin embargo, antes hizo una escala en Barcelona de donde procedía la niña que el artista había fotografiado antes de pasarla por el tamiz de la impresión tridimensional. Carmela fue instalada justo enfrente del Palau de la Música Catalana, donde debía permanecer solamente unos meses. La acogida fue tal, que Plensa terminó por prestar la obra a la ciudad, al menos hasta 2024. De esta manera, se ha convertido en una de las esculturas de las calles de Barcelona más querida por los lugareños.
Topos V, de Chillida
En las calles de Barcelona encontramos varas obras del universal artista vasco Eduardo Chillida. Por ejemplo, un mural en la fachada del MACBA. Una de ellas es conocida como Topos V y se ubica en la Plaza del Rey. Se trata de una de las habituales estructuras de metal de Chilleda. Esta vez, formando ángulo recto, y rematada con algunas aberturas semicirculares, algunas de las cuales parecen formar la letra B de Barcelona.
La obra fue comprada por el Ayuntamiento en 1986 después de que ésta formara parte de una exposición en la Fundació Miró. Y junto al propio Chillida, decidió ubicarla en este espacio gótico que es la plaza del Rey. Ciertamente, esta estructura metálica de algo más de dos metros de lado, rompe con el entorno.
Monumento a Francesc Macià, de Josep Maria Subirachs
La última de las esculturas en las calles de Barcelona que incluimos en la lista se encuentra en lo que es el meollo de la ciudad comercial. Es decir, la Plaza de Catalunya.
Se trata del Monumento a Francesc Macià de Josep Maria Subirachs, uno de los artistas (escultor y pintor, básicamente) más importantes del siglo XX en España, maestro del expresionismo simbólico y pieza fundamental de identidad catalana trasladad al arte. Suya es la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia u otras obras en la ciudad, como el Monumento a Narcís Monturiol o la Evocación marinera.
El del Monumento a Francesc Macià es un homenaje al que fuera President de la Generalitat de Catalunya, entre 1931 y 1933. Conocido como l’Avi Macià (el abuelo Macià), se trata de uno de los personajes más queridos por el imaginario político catalán. Esta escultura, de travertino, hormigón, hierro y bronce, mide más de 9 metros de altura y fue creada en 1991.
La obra representa los tres años de gobierno de Macià (los tres primeros peldaños de la escalera invertida) y el futuro del país, que se construye peldaño a peldaño. Una obra a medio camino entre el expresionismo y la abstracción metafísica, dos de los estilos que el maestro cultivó.
Y con esta obra termino esta Ruta de Esculturas en las calles de Barcelona. Como es digo, excepto Dona y Ocell, que queda un pelín más lejos del centro, el resto las podéis conocer en una sola tarde, de paseo por Barcelona.