La Capilla Sixtina valenciana. Así la llaman, ni más ni menos, aunque su verdadero nombre es el de Iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir. Y no es para menos este rimbombante sobrenombre que, según cuentan, le fue puesto por el mismísimo conservador de la Capilla Sixtina vaticana, quien quedó maravillado cuando tuvo la oportunidad de visitarla.
Desde luego, la Iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir (o de San Nicolás, sin más, que así es como la llaman los valencianos) se trata de la más impresionante de las iglesias que ver en Valencia. Más incluso, que la Catedral, auténtica joya del gótico valenciano.
IGLESIA SAN NICOLÁS DE BARI DE VALENCIA. DE IGLESIA GÓTICA A JOYA DEL BARROCO.
Sin embargo, aunque lo que más impresiona al visitar San Nicolás de Bari son los fabulosos frescos barrocos que ornamentan la totalidad de sus bóvedas, y del que luego os hablaré, merece la pena saber que este templo no es, en realidad, una iglesia barroca sí no un templo gótico.
Curiosamente, el espacio que hoy ocupa San Nicolás de Bari lleva siendo considerado sagrado desde hace casi dos milenios. Ya durante la época romana (Valencia fue fundada por colonos romanos en el año 138 aC), aquí se alzaba un templo dedicado a las divinidades locales. También durante el periodo islámico de Valencia, aquí se construyó una mezquita, un templo que, tras la Reconquista, fue donado a orden de los dominicos por parte de Jaime I. Es por este motivo que el templo fue consagrado en honor a San Nicolás Obispo, que era patrón de la orden.
San Pedro Mártir, un dominico de Verona, disponía de su propio altar en la iglesia de San Nicolás de Bari. Según cuenta la historia, en este altar se produjo un milagro (se salvó en un recién nacido) lo que hizo crecer la devoción del santo en cuestión en la ciudad de Valencia y permitió que el santo veronés acabase compartiendo la titularidad de la iglesia con el de Bari. Desde entonces, la iglesia está dedicada a ambos dominicos, aunque casi todos los lugareños la conocen como iglesia de San Nicolás de Bari. O, simplemente, como San Nicolás.
La cuestión es que durante el siglo XV, la iglesia de San Nicolás de Valencia fue reconstruida casi por completo en estilo gótico, cuya estructura es la que podemos apreciar en la actualidad, aunque pueda no resultar nada fácil a primera vista. Se trata de un templo de una sola nave con ábside poligonal, que se cierra mediante la típica bóveda de crucería y que dispone de seis capillas laterales entre contrafuertes, en cada uno de sus lados.
Sin embargo, no resulta nada fácil intuir esta arquitectura gótica al visitar San Nicolás de Valencia. El motivo no es otro que la remodelación acometida a finales del siglo XVII y que se pueden resumir en tres puntos: primero, la conversión de los arcos apuntados góticos que daban paso a las capillas laterales, en arcos de medio punto. Segundo, una compleja decoración barroca a base de esgrafiados, estucos, relieves y esculturas, que ornamentan por completo cada una de las pilastras que separan estas capillas laterales de la iglesia. Y tercero, la parte más espectacular de San Nicolás de Bari, en Valencia: la ejecución de un complejo programa iconográfico que cubrió por completo las bóvedas góticas de la iglesia, resuelto con un conjunto de pinturas al fresco realmente memorables.
LAS PINTURAS BARROCAS DE LA IGLESIA DE SAN NICOLÁS DE BARI.
Las pinturas al fresco de la bóveda de San Nicolás de Bari de Valencia llevan la firma de Antonio Palomino, pintor de cámara del rey Carlos II, que trabajó igualmente en las también valencinas Basílica de los Desamparados e Iglesia de los Santos Juanes, aunque la ejecución del trabajo fue llevado a término por el pintor local, Dionís Vidal, discípulo local de Palomino.
No voy a comentar, luneto por luneto y tramo por tramo, qué es lo que se puede ver en los frescos de la iglesia de San Nicolás de Bari de Valencia. Para esto está la audioguía (descargable en el smarphone) que permite recorrer cómodamente la iglesia en unos 45 minutos. Solo comentaré que la parte derecha (o sur) de la bóveda está dedicada a la vida de San Nicolás de Bari y la parte izquierda (o norte) a San Pedro Bari, milagros incluidos, como no podría ser de otra forma. Y que cada uno de los doce lunetos que componen el programa iconográfico, están resueltos con una maestría que no es de extrañar que la iglesia sea conocida como la Capilla Sixtina del Arte Valenciano.
Una decoración pictórica, por cierto, que no solo alcanza la alcanza los espacios planos de las bóvedas, sí no también las claves y las nervaduras. Una maravilla.
Por último, al visitar la iglesia de San Nicolás de Valencia merece la pena echar un vistazo a dos últimos elementos. El primero, no pasa desapercibido, pues se trata del maravilloso altar barroco, donde destaca un bellísimo retablo compuesto en dos cuerpos, donde un buen número de doradas columnas salomónicas flanquean una hornacina que cobija las imágenes de San Nicolás y San Pedro Mártir, en su parte inferior, y una pintura de la Virgen y el Niño, en la parte alta del mismo. A la izquierda, llama la atención un bonito órgano.
El último detalle que no os podéis olvidar al visitar la iglesia de San Nicolás de Bari en Valencia lo encontramos en la Capilla del Santo Sepulcro, donde se halla el retablo renacentista de la Crucifixión, de Vicence Macip. En esta pintura colaboró también su hijo, Juan de Juanes, una de las figuras más importantes del renacimiento español.
La verdad es que visitar la iglesia de San Nicolás de Bari de en Valencia es algo que no debéis dejar de hacer si tenéis la oportunidad de conocer esta ciudad.