Un año más ha llegado a su fin y es momento de hacer balance de lo que ha dado de sí 2019 en el apartado viajero. Que a esto se dedica un blog de viajes, al fin y al cabo.
No nos podemos quejar. Particularmente, porque, como sabéis, tanto Isa como quien esto escribe tiene su propio trabajo por cuenta ajena, de manera que nuestros días de vacaciones son limitados a lo largo del año y no nos queda otro remedio que juntar días, aprovechar los puentes, doblar jornadas y pedir favores a los compañeros para intentar alargarlos un pelín más, como si de un chicle se tratara.
Este 2019 hemos tenido la oportunidad de viajar a 13 países distintos, de los que, en realidad, solo 3 eran nuevos para mí y 4 para Isa y Marc. Si no me he descontado, sumo un total de 99 (Isa, 90 y Marc, 65).
Además, hemos podido visitar algunas provincias españolas que no conocíamos (como Ciudad Real), así como algunas capitales que no habíamos pisado aún (como Cádiz), además de regresar a ciudades tan bonitas y con tanto interés histórico y artístico como Sevilla, Toledo o Córdoba.
LO MEJOR Y LO PEOR DEL 2019 VIAJERO.
Entre los mejores momentos del año, conocer por ver primera la comarca del Matarraña, regresar a Sevilla o Córdoba, descubrir el enorme patrimonio de Amberes, disfrutar de la animada Liverpool, recorrer las maravillas naturales y las pequeñas poblaciones de Eslovaquia, conocer parte del patrimonio histórico y natural de Irlanda, realizar un recorrido por Austria o descubrir Corea del Sur.
El único viaje que quedó por debajo de lo esperado (en realidad, muy por debajo) fue Senegal. Ya he comentado las razones en varios post acerca de éste país. Por primera vez, tras casi 100 países visitados y más de 200 viajes distintos, he deseado regresar a casa antes de que terminara el viaje. Aunque, desde luego, también tuvo sus momentos positivos que espero que, con el tiempo, sea los que recordemos.
2019 EN 17 VIAJES.
NORTE A ALEMANIA.
5 días para descubrir tres ciudades de pasado hanseático e incluidas dentro de la lista del Patrimonio Mundial: Hamburgo, Bremen y Lubeck, que nos recibieron con mucho frío. Sin embargo, mereció la pena. El patrimonio que atesoran las tres ciudades es abrumador.
SEVILLA.
Una escapada de tres días junto a Marc, que no conocía Sevilla. Regresar a la capital del Guadalquivir siempre merece la pena: la Giralda, el Alcázar de los Reyes Católicos, la Casa de Pilatos… disfrutamos muchísimo del arte y la gastronomía sevillana, como no podría ser de otra manera.
ALCAÑIZ Y EL MATARRAÑA.
Tanto Alcañiz como el Matarraña, éste último, una preciosa comarca turolense, se convirtieron en una de las grandes sorpresas del año. Pequeños pueblos con muchísimo encanto para una escapada que se nos quedó cortísima.
GIRONA
Hacía ya demasiados años que no regresábamos a Girona ciudad, de manera que esta vez decidimos dedicarle un fin de semana entero. Dicen que es una de las capitales donde mejor se vive. No me extraña. Además, su patrimonio resulta también de primer orden, con lugares tan emblemáticos como su Catedral o el Barrio Judío, uno de los mejor conservados de la Península Ibérica.
AUSTRIA.
Durante la Semana Santa realizamos una Ruta de 10 días por Austria, uno de los países más diversos de Europa. Grandes y pequeñas ciudades y unos paisajes de vértigo fue lo que nos encontramos en el que está considerado uno de los más bellos países de Europa.
LIVERPOOL, MANCHESTER Y CHESTER.
Una escapada durante el puente de mayo que nos permitió conocer la ciudad de los Beatles, además de visitar la bellísima y delicada Chester y la industrial Mánchester. Entre los lugares que ver en Liverpool, no faltó la habitual Ruta de los Beatles, con una obligada incursión al mítico The Cavern, el club que los lanzó al estrellato.
NANTES.
También en mayo tuve la oportunidad de disfrutar de un fin de semana en Nantes, una ciudad mucho menos turística que otras, pero a la que merece la pena darle una oportunidad. No me defraudó en absoluto. Entre los lugares que hay que visitar en Nantes, la novedosa Isla de las Máquinas, se ha convertido en un auténtico referente en toda Europa, en cuanto a modernidad e innovación.
REPÚBLICA DE IRLANDA.
Seis días en Dublín a principios junio, que pude aprovechar para recorrer la ciudad, visitar la fábrica Guinness y realizan varias excursiones a algunos de los lugares más emblemáticos de la isla esmeralda, incluyendo la excursión a los Acantilados de Moher, o la túmulos de Newgrange o a la Calzada del Gigante, en Irlanda del Norte.
AMBERES Y BRUSELAS.
Conocer por vez primera Amberes fue la excusa para regresar a Bélgica. La ciudad de Rubens me encantó, tanto por patrimonio como por gastronomía. Pero también regresar a Bruselas, una de la mis ciudades favoritas de Europa, aunque habitualmente nadie la considere entre las top del continente. Además, coincidimos con la salida del Tour de Francia.
CÓRDOBA
Otra escapadita en AVE nos permitió regresar a la ciudad de Córdoba. Además de visitar la mezquita de Córdoba y otros lugares imprescindibles de la ciudad, esta vez nos acercamos hasta Medina Azahara, donde pudimos conocer la antigua ciudad palaciega.
ESLOVAQUIA.
El verano empezó con una Ruta de 8 días por Eslovaquia. Aunque ya conocíamos Bratislava, el motivo principal para regresar al país era el de tener la oportunidad de conocer la gruta de hielo de Dobsinska, una auténtica maravilla. También el trekking por los Altos Tatras resultó fenomenal, así como conocer las pequeñas ciudades eslovacas. Un viaje barato, tranquilo y 100% recomendable.
GAMBIA Y SENEGAL.
Por distintas circunstancias, el viaje a Senegal (con una breve incursión en Gambia) quedó por debajo de lo esperado. Aunque 15 días por un país solo te sirven para hacerte una mera idea del mismo y de sus gentes, pocas (ninguna) vez hemos sentido tan escasa hospitalidad a lo largo del viaje. Además, jamás habíamos encontrada tan cantidad de basura en las calles de cualquier rincón del país y tanta desidia entre sus gentes por resolver cualquier problema, por pequeño que fuera.
Me quedó con la posibilidad de haber realizado una Ruta por el País Bassari y por la Casamance, dos regiones de indudable interés, y haber conocido lugares tan emblemáticos como la Ciudad de Saint Louis o el Lago Rosa.
CASTILLA LA MANCHA.
Regresar a Toledo siempre merece la pena. Sin embargo, un recorrido de 6 días por Castilla la Mancha pude realizar, además, parte de la Ruta del Quijote, entre decenas de molinos de viento, conocer por vez primera Ciudad Real, o visitar lugares históricos como la Iglesia visigoda de Santa María de Melque o la Villa romana de Carranque.
NORUEGA
Despedimos el verano con una escapada a los fiordos de Noruega. Esta vez, en compañía de mi cuñado, Ricard. Concretamente a la Región de Stavanger. Además de la ciudad, no faltó el trekking del Kjerag ni la subida al Preikestolen. Nos quedamos con ganas de mucho más y seguro que regresaremos a Noruega.
CÁDIZ.
Fueron solo un par de días para conocer Cádiz, junto a mi cuadrilla de toda la vida. 8 cuarentones recorriendo esta bellísima ciudad, casi más de noche que de día. Mereció mucho la pena, pero está claro que deberé regresar con más calma, para visitar esta vez su provincia.
MADRID.
Una escapada junto a Marc, para visitar Madrid durante cuatro días. Siempre hay algo nuevo que hacer en Madrid, pero desde luego no faltaron las visitas a los mejores museos de Madrid ni la habitual excursión al Escorial. Ni tampoco el disfrutar de un musical. Por algo es ésta una de las ciudades culturalmente más activas de Europa.
COREA DEL SUR.
El último viaje del año nos llevó, durante las vacaciones de Navidad, a realizar una Ruta de 10 días por Corea del Sur. Si Senegal fue la cruz del año, Corea del Sur fue la cara. Aunque desde luego no llega al nivel de lo que ofrece un viaje a Japón, la verdad es que disfrutamos mucho recorriendo Seúl, visitando los palacios reales coreanos, la capital del Reino de Silla en Gyeongju o los distintos templos coreanos, como Bulguksa o Haeinsa. Además, visitar un país donde, aparentemente, todo parece funcionar, siempre resulta un descanso para el viajero.
PEKÍN.
Una escala de quince horas nos permitió regresar a Pekín (en el caso de Marc e Isa, conocerla por primera vez), aunque, en realidad, esto ya formó parte de enero de 2020. Desde luego, solo tuvimos tiempo de realizar una pincelada, porque hay mucho que ver en Pekín. Sin embargo, no faltó ni la habitual visita a la Ciudad Prohibida ni una cena a base de Pato Laqueado, uno de mis manjares favoritos.
Y no dio más de sí el año viajero. Creo que no nos podemos quejar no mucho menos. Ahora solo nos queda esperar que el 2021 nos lleve a conocer nuevos horizontes.