La Serra de Tramuntana es la más importante cordillera de Mallorca y de las Islas Baleares. Si consideramos que la Isla de Mallorca tiene una forma más o menos romboidal, la Sierra de Mallorca ocupa la arista noroeste de la misma.
La belleza paisajística, pero también la riqueza cultural de la misma, propició que en 2011 la Unesco incluyera el Paisaje Cultura de la Serra de Tramuntana dentro de la lista del Patrimonio de la Humanidad.
Durante nuestro último viaje a Mallorca dedicamos un par de jornadas a visitar la Serra de Tramuntana, con sus mejores paisajes y miradores, sus históricas atalayas y sus encantadores pueblecitos de montaña, auténticos remansos de paz durante el invierno, que es cuando emprendimos este último viaje.
La verdad es que si vais a viajar a la mayor de las islas baleares, más allá de visitar Palma de Mallorca, disfrutar de las mejores playas y calitas de la isla o acercase hasta alguno de los lugares más turísticos que ver en Mallorca, como las fabulosas Cuevas del Drach, merece la pena dedicar alguna jornada a recorrer la Serra de Tramuntana.
En este post os vamos a contar algunos de los lugares más bonitos que ver en la Serra de Tramuntana.
RUTA Y DÓNDE DORMIR EN LA SERRA DE TRAMUNTANA.
Nosotros dedicamos parte de dos jornadas a visitar la Serra de Tramuntana.
PRIMERA JORNADA.
Después de visitar el Museo Rafa Nadal de Manacor y las Cuevas del Drach, emprendimos camino a Alcudia para acercarnos hasta la Talaia d’Albercutx y el Mirador de Sa Colomera. Desde éste último se disfruta de las mejores vistas del Cabo de Formentor.
Después fuimos a Pollença, para conocer uno de los pueblos más bonitos que ver en la Serra de Tramuntana. Hicimos noche en este pueblecito.
SEGUNDA JORNADA.
La dedicamos a visitar varios de los pueblos imprescindibles de la Serra de Tramuntana, como Fornalutx, Sóller, Deia o Valldemosa. Almorzamos en Sóller. Antes del atardecer nos acercamos hasta otra de las atalayas de la Serra de Tramuntana: la Torre del Verger, desde donde se disfruta de otras maravillosas vistas de la costa noroeste de Mallorca.
QUÉ VER EN LA SERRA DE TRAMUNTANA
Un recorrido de un par de días por la Serra de Tramuntana nos permitirá conocer paisajes de enorme belleza, modulados por abruptos puertos de montaña y acantilados que caen a pico hasta perderse en la costa noroeste mallorquina.
Un paisaje donde desde hacer siglos viene desarrollándose la vida, con los lugareños transformando las laderas en bancales y terrazas que permiten el cultivo en una latitud donde el agua más bien escasea. En este sentido, los ejemplos de piedra en seco, tan habituales en el arco mediterráneo se repiten en casi todos los recodos de la cordillera (de por si este elemento está también incluida en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad).
Estos son algunos de los lugares más bonitos que ver en la Serra de Tramuntana.
LAS MEJORES VISTAS Y LAS ATALAYAS DE LA SERRA DE TRAMUNTANA
Durante nuestro recorrido por la Serra de Tramuntana nos acercamos hasta alguno de los mejores miradores. Muchos de ellos están situados cerca del mar, en la parte superior de abruptos precipicios, justo en el lugar donde la cordillera de pierde en el fondo del mediterráneo.
Además, muchos de ellos se localizan en el mismo lugar donde hace siglos de alzaron algunas de las numerosas atalayas (talaies, en mallorquín) que encontramos a lo largo de toda la costa mallorquina. Encontramos atalayas no solo en la costa noroeste de la isla, la de la Serra de Tramuntana, si no, en realidad, el todo el perímetro costero de Mallorca.
Estas pequeñas joyas del patrimonio arquitectónico e histórico de Mallorca son antiguas torres de vigilancia y observación que formaban parte de la estructura defensiva de la isla en momentos en que el mayor peligro arribaba desde el mar.
La mayoría de estas talaies de Mallorca tenían (y tienen) planta circular y una altura de entre cinco y diez metros y se comportan, aún ahora, como excelentes miradores de la costa mallorquina y de la Serra de Tramuntana.
Una de las mejores vistas de la Serra de Tramunta la encontramos, precisamente, desde lo alto de la Talaia d’Albercutx, que fue construida en 1597, a solo cinco kilómetros del Mirador des Colomer.
Subimos a lo alto de la atalaya, primero por una escalera exterior y posteriormente por una escalera interior que permite acceder a la terraza. Las vistas del Cabo de Formentor, la punta noreste de Mallorca, resulta espectaculares. A la derecha queda la Playa de Formentor, situada al sur de la Península de Formentor, enclavada en una bahía de aguas transparentes.
Antes de subir a la Talaia d’Albercutx nos hemos acercado también al Mirador de Colomer. Permite divisar las vistas del norte de esta Península de Formentor, realmente espléndidas, con el islote des Colomer que le da nombre, a lo lejos.
El último día, antes de regresar a Palma de Mallorca, aún visitaremos un tercer mirador. Es la Torre del Verger, de planta circular. Se trata de otra atalaya alzada en 1579 y que queda situada en la costa noroeste de Mallorca. Justo antes del ocaso resulta un muy buen momento para disfrutar de este mirador que nos permite conocer, nuevamente, el lugar donde la Serra de Tramuntana se pierde en el Mar Mediterráneo.
LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE LA SERRA DE TRAMUNTANA
Como expliqué, la Serra de Tramuntana no es solamente un paisaje natural de primer orden si no un verdadero paisaje cultural jalonado de una miríada de pueblos con encanto.
POLLENÇA
Pollença fue el primero de los pueblos de la Serra de Tramuntana que conocimos. Lo visitamos regresando del mirador de Es Colomer y la Talaia d’Albercutx. De hecho, Pollença es uno de los pueblecitos más encantadores y de los que disponen de mejores infraestructuras para hacer un alto en el camino, con buenos restaurantes y alojamientos.
Uno de los lugares de imprescindibles en Pollença es el conocido como Calvario. Subimos a lo alto de una suave colina desde la que se domina toda la población baja. Para ello debemos superar una larga escalinata de piedra, jalonada, a ambos lados, por bonitas viviendas edificadas en piedra, a buen seguro con años de historia a sus espaldas. Según leemos, hasta llegar a lo alto de la colina, donde nos espera un pequeño oratorio, hemos tenido que superar 365 escalones. Una vez llegado arriba tomamos el conocido como Carrer sense nom (Calle sin nombre), asfaltado, que nos permitirá regresar al pueblo a través de las distintas estaciones del calvario. Una enorme cruz indica cada una de ellas.
Otro lugar que merece la pena visitar es Pollença es el mal llamado Puente Romano. Es de piedra y debemos encontrar su origen durante la época medieval.
En la Plaça Major de Pollença no hay que perderse la iglesia de Santa Maria dels Àngels, que dispone de un bellísimo interior barroco.
DEIÀ Y FORNALUTX.
Durante la segunda jornada visitaremos varios pueblos más de la Serra de Tramuntana. Deia y Fornalutx nos ocupan poco rato. Se trata de pequeñas poblaciones jalonadas de casonas de piedra encaramadas sobre suaves colinas que se recorren a través de encantadoras callejuelas. Para no pocos viajeros es precisamente Fortnalutx el pueblo más bonito de la Serra de Tramuntana, si no de Mallorca. Aquí no hay que buscar grandes monumentos o iglesias. Basta deleitarse con cada rincón, con cada portal, con estas ventanas decoradas con geranios, con este gato que deja pasar el tiempo durmiendo en un portal. La verdad es que aunque no estamos más de 40 minutos en cada uno de estos dos pueblos, disfrutamos cada momento como si fuera el último.
SÓLLER
Una visita más detallada merece Sóller, que es donde almorzaremos. Nosotros llegamos hasta aquí en coche, pero una muy buena manera de hacerlo es en el tren de vía estrecha que parte de Palma de Mallorca. Desde Sóller, incluso, se puede acceder en un tranvía centenario hasta el Puerto de Sollér, que dispone de UN agradable arenal enclavado en una casi idílica bahía. Nosotros nos acercamos en coche.
Al visitar Sóller no hay que dejar de visitar la iglesia de San Bartomeu. Su fachada modernista, obra de Joan Rubió, esconde un interior bastante más antiguo, pues esta iglesia parroquial tiene más de 500 años de historia.
También merece la pena acercarse hasta la Estación de Sóller (si es que no llegáis a la población en el tren de Sóller), que dispone de sus propios talleres y cocheras. En la misma estación se han acondicionado sendas salas que muestran obras de Miró y Picasso. Particularmente grabados en el primer caso y cerámicas en el segundo.
Antes de acercarnos hasta el Puerto de Sóller almorzamos en la misma Plaza de la Constitución. Concretamente en Sa Granja. Tapas riquísima y bastante bien de precio. El postre lo reservamos para la histórica heladería de Sóller, Sa Fábrica de Gelats, de la Avenida Cristòfol Colom. Disponen de más de 40 sabores artesanales. Tanto el de limón como el de frambuesa, que son los que nos pedimos, están riquísimos.
Antes de macharnos, aún nos acercamos hasta la tienda de Emburidos Aguiló – La Luna. Hemos leído que su sobrasada picante está riquísima. Os aseguro que se quedaron cortos.
VALLDEMOSA
El último pueblo de la Serra de Tramuntana que visitamos es Valldemosa. Quizá sea este el más famoso de todos porque fue aquí donde el compositor Frederic Chopin y la escritora George Sand vivieron un idilio a mediados del siglo XIX. Una historia que fue llevada al cine y que la propia escritora relató en el manuscrito Un invierno en Mallorca.
La Real Cartuja (la celda 4 alberga el Museo dedicado a Chopin), el Palacio del Rey Sancho, los Jardines del Rey Juan Carlos o el Mirador de Miranda del Lledoners son visitas indispensables en la parte alta de la población.
Sin embargo, a nosotros la que más nos gusta es la parte baja, que nos recuerda bastante a Fornalutx. Fue aquí donde se originó el que es uno de los pueblos más bonitos de la Serra de Tramuntana.
Antes de regresar a Palma de Mallorca, tomaremos rumbo a la Torre des Verger, de la que ya os he hablado y que supone uno de los mejores miradores que ver en la Serra de Tramuntana.