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Palacio de la Aljafería de Zaragoza.

Visitar el Palacio de la Aljafería

El Palacio de la Aljafería no solo es uno de los monumentos más importantes que ver en Zaragoza, si no que se trata del lugar que viene siendo sede de los gobiernos locales desde hace mil años, ni más ni menos.

Para entender la importancia que ha tenido el Palacio de la Aljafería en la vida civil de Zaragoza, basta comentar que fue construido en el siglo XI como residencia de los reyes hudíes de Saraqusta (es decir, de la Taifa musulmana de Zaragona) y que tras la conquista cristiana de finales del siglo XII se convirtió en residencia de Corona de Aragón. Por si fuera poco, aunque a finales del siglo XVI fue reconvertida a fortaleza militar, en 1983, el Palacio de la Aljafería regresó al primer plano civil aragonés, al decidirse la instalación del Parlamento Autónomo en este antiguo palacio musulmán. De esta manera, el 20 de mayo de 1987 se inauguró el nuevo hemiciclo parlamentario en esta sede.

Sin embargo, lo que nos lleva a visitar el Palacio de la Aljafería de Zaragoza no es solamente su importancia histórica, que también. La relevancia de este monumento es tal, que la Unesco incluyó el Palacio de la Aljafería en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad. Concretamente, en una candidatura conjunta con otras de las joyas del mudéjar aragonés, pues fue este estilo artístico escogido para remodelar y ampliar el antiguo palacio musulmán tras la conquista de Zaragoza en 1118 por Alfonso I el Batallador.

VISITAR EL PALACIO DE LA ALJAFERÍA. DATOS PRÁCTICOS.

HORARIOS:

  • Horario de verano (del 1 de abril al 31 de octubre):
    • Lunes a domingos: 10:00 a 14:00 y de 16:30 a 20:00
  • Horario de invierno (del 1 de noviembre al 31 de marzo):
    • Lunes a sábados: 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:30
    • Domingos: 10:00 a 14:00.

Hay que tener en cuenta que durante la contingencia por Covid, los horarios pueden variar.

PRECIOS:

  • Entrada general: 5€
  • Entrada reducida: 1€  (jubilados, estudiantes y Carné joven)
  • Entrada gratuita: menores de 12 años y los domingos por la mañana.

Comentar que existe la posibilidad de realizar una visita guiada al Palacio de la Aljafería, que está incluida en el precio de la entrada. También se puede visitar por libre. En este caso, se puede alquilar una audioguía por 3€.

DÓNDE ESTÁ Y CÓMO LLEGAR AL PALACIO DE LA ALJAFERÍA.

El Palacio de la Aljafería se encuentra a unos 25 minutos a pie desde la Plaza del Pilar. Desde la basílica debéis tomar el Paseo Echegaray y Caballero (el paseo del río Ebro) hasta la rotonda de la Plaza Europa; y una vez allí, la Calle de los Diputados que lleva directamente al Palacio de la Aljafería.

LA VISITA AL PALACIO DE LA ALJAFERÍA.

Nosotros realizamos la visita al Palacio de la Aljafería por libre, de la mano de la audioguía. No os voy a contar todas las estancias que se pueden conocer en el palacio, aunque sí algunas de las más significativas.

Desde fuera, el Palacio de la Aljafería parece una gran fortaleza amurallada, disponiéndose entre los altos muros, varias torres de base circular, almenadas. Por fuera queda un gran foso que hoy es ocupado por césped.

Al cruzar la puerta de entrada penetramos en el patio de San Martín, donde se ubica, a la derecha, la iglesia homónima. Seguimos entrando para conocer el que es el patio más bonito que ver en el Palacio de la Aljafería. Me refiero al Patio de Santa Isabel, alrededor del cual se dispone toda la planta baja del palacio.

Este Patio de Santa Isabel, que recibe este nombre porque en este palacio nació Isabel de Aragón, que en 1282 pasaría a ser reina de Portugal,  era el espacio que articulaba el palacio musulmán. Al norte y al sur de patio se abren sendos pórticos. Los arcos que determinan el pórtico sur son una auténtica maravilla del arte musulmán y se relacionan con lo mejor del arte cordobés. Sin embargo, se trata de reproducciones ya que los originales hay que buscarlos en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y en el Museo de Zaragoza.

En el pórtico norte se abre una estancia ornamentada con muchos arcos de estilo musulmán, que son producto de restauraciones más recientes, pero que nos permiten comprender la belleza del palacio taifal.

Desde este salón del pórtico norte se llega a la pequeña mezquita u oratorio del Palacio de la Aljafería, que es otra maravilla, quizá la que más, del arte musulmán en la Zaragoza islámica. Se trataría del oratorio privado para el monarca y la corte. La verdad es que la decoración nos recuerda mucho al arte morisco que hemos tenido la oportunidad de conocer en la Alhambra de Granada o la Mezquita de Córdoba.

EL PALACIO CRISTIANO MEDIEVAL

Hay que decir que al visitar el Palacio de la Aljafería puede resultar algo complejo distinguir lo que es el palacio taifal de lo que es el palacio cristiano. Al fin y al cabo, las estancias del primero se utilizaron después de la reconquista llevada a término, en 1118, por Alfonso I El Batallador.

Durante unos tres siglos, el Palacio de la Aljafería fue ampliado para dar lugar al palacio de los monarcas cristianos. Muchas de las estancias conservan el aire mudéjar con que fueron ornamentadas, hasta el punto de que si el Palacio de la Aljafería fue incluido en la lista del Patrimonio Mundial fue, precisamente, por este motivo. Es decir, forma parte de la denominación conjunto que incluye varios de los tesoros del arte mudéjar aragonés.

Las mayores aportaciones llegaron de la mano de Pedro IV el Ceremonioso, ya en el siglo XIV. En tiempos de este monarca se alzó la iglesia de San Martín y lo que se conoce como el Palacio Mudéjar, que respeta bastante lo que era la disposición del palacio islámico. Lo más destacado son los tres grandes salones rectangulares cerrados por bellísimos aljarfes mudéjares de madera. Estas estancias corresponden a lo que se conocer como Palacio de Pedro IV.

PALACIO DE LOS REYES CATÓLICOS.

Después de visitar el palacio medieval de Pedro IV se pasa al que es conocido como Palacio de los Reyes Católicos. Se alzó por encima del palacio musulmán. Aquí encontramos varios salones, incluidos las conocidas como Salas de los Pasos Perdidos, que eran algo así como las salas de espera para los invitados que esperaban ser recibidos por el monarca.

Sin embargo, la estancia más destacada es la del Salón del Trono. Solo por disfrutar de la maravilla que es el techo de esta sala ya merecería la pena visitar el Palacio de la Aljafería. Se trata del mayor artesonado del palacio, midiendo unos veinte metros de largo, de bellísima ornamentación. Justo por debajo del artesonado,  se sitúa una galería o tribuna de arcos conopiales, que recorre todo el perímetro de la estancia. Desde esta galería los invitados podían seguir recepciones que acontecían en el Salón del Trono.

Las puertas y ventanas de este Salón del Trono están también ornamentadas al estilo mudéjar.

La verdad es que visitar el Palacio de la Aljafería merece mucho la pena. Aquí no solo encontramos las mejores muestras de arte musulmán que han llegado a nuestros días procedentes de la Saraqusta islámica, si no también algunos de los mejores ejemplos del arte mudéjar aragonés.

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