Se acerca la Semana Santa y es hora de empezar a pensar en algunos planes para disfrutar de los días de fiesta que uno consiga reunir.
En este post os voy a proponer 4 planes para Semana Santa desde Barcelona. No se tratará de grandes viajes, ni mucho menos. Más bien de pequeñas escapadas de 4 o 5 días para poder disfrutar de unos días de vacaciones sin tener que hacer muchos kilómetros.
DESCUBRIR EL MATARRAÑA.
La comarca turolense del Matarraña era, hasta hace pocos años, un pequeño secreto. Poco a poco se ha ido popularizando y la verdad es que cada vez son más los viajeros que se acercan a descubrir la miríada de pueblos medievales y preciosos enclaves naturales que conforman esta comarca.
Un par o tres de días pueden ser suficientes para conocer lugares como Valderrobles, la Fresneda o Cretas, unánimemente considerados como algunos de los pueblos más bonitos del Matarraña. Sin embargo, el viaje merece la pena ser completado con una visita a la ciudad de Alcañiz, capital de la vecina comarca del Bajo Aragón. Antiguo enclave de la Orden de Calatrava, dispone de un interesante castillo convertido hoy en Parador Nacional, y de un interesante casco histórico, donde destaca el ayuntamiento y la lonja, mezcla de estilos gótico y renacentista, y la iglesia de Santa María, cuyo fachada barroca es una maravilla.
EL VALLE DE BOÍ Y EL PIRINEO CATALÁN.
El Valle de Boí supone un lugar excelente donde combinar la cultura, el deporte y la gastronomía. En lo que hace referencia al apartado cultural, el valle es conocido por albergar un conjunto de iglesias y ermitas románicas que en su conjunto forman parte del Patrimonio de la Humanidad.
Aunque están situadas en varias poblaciones, la cercanía entre ellas permiten que en un par de jornadas se puedan visitar todas ellas. Quizá sea Sant Climent de Taüll la más bella y emblemática de todas, con su esbelto campanario románico lombardo. Aunque sus frescos originales fueron trasladados al Museo Nacional de Arte de Barcelona, el video mapping que se proyecta varias veces cada día permite conocer cómo eran las pinturas en su momento de máximo esplendor.
En el apartado deportivo, el Valle de Boí cuenta con las pistas de esquí de Boí-Taüll, ideales para disfrutar de los deportes de invierno. Dependiendo de las nieves caídas en febrero y marzo, la estación puede estar dando sus últimos coletazos o estar ya cerrada. En este caso, las rutas senderistas toman el relevo. Las más interesantes, las que permiten recorrer el Parque Nacional de Aigüestortes y lago de San Mauricio, con sus múltiples posibilidades.
RECORRER LAS CALAS Y CAMINOS DE RONDA DE LA COSTA BRAVA.
Otro propuesta sería visitar la Costa Brava. Se trata de uno de los enclaves más bellos de la Costa Mediterránea. Y antes de que las hordas de turistas estivales la invadan, la primavera resulta un momento ideal para recorrerla.
Algunos de los pueblos más bonitas de la Costa Brava son Cadaqués o Calella Palafruegell. Muchos de ellos están unidos por los Caminos de Ronda, los senderos costeros que unen toda la Costa Brava, de norte Sur. El recorrido entre S’Agaró i Sant Feliu de Guíxols es uno de nuestros favoritos. Pero las posibilidades son múltiples.
Otra posibilidad es visitar algunas de las muchísima calas de la Costa Brava. Las más bonitas son las que solo son accesibles a pie o en barco. Si te llega el presupuesto, alquila una embarcación en Barcelona (se puede hace con patrón o sin él) para acceder a calitas tan exclusivas como Cala Feriol, en el Parque Natural de Montgrí, o Cala Culip, a pocos kilómetros del cap de Creus.
REDESCUBRIR BARCELONA.
A menudo nos olvidamos de nuestra propia ciudad y no le dedicamos en tiempo que merece. ¿Qué tal dedicar la Semana Santa a redescubrir Barcelona? Yo mismo, visité hace un par de años la Sagrada Familia después de no hacerlo desde hacía más de 20 años. Pero más allá de los grandes highlight como las grandes obras de Gaudí en Barcelona, la ciudad está llena de secretos prestos a ser descubiertos.
Por ejemplo, bien pocos barceloneses conocen el Teatro Anatómico de Barcelona, localizado en la sede de la Real Academia de Medicina de Barcelona. Era el lugar donde los estudiantes de medicina de antaño realizaban las prácticas de anatomía. La Sala Gimbernat, con una mesa de mármol en el centro y seis hileras de graderías alrededor de ella, es una auténtica maravilla.
También merece la pena redescubrir las pequeñas iglesias de Barcelona. Más allá de la Catedral, Santa María del Mar o l’Església del Pi, la Ciudad Condal está llena de tesoros. Uno de ellas, San Pau del Camp, una pequeña iglesia románica que dispone de un coqueto y maravilloso claustro. Se trata de un templo con más de 1000 años de antigüedad bien poco conocido por muchos lugareños.
Son estas cuatro idea para pasar la Semana Santa cerca de Barcelona, aunque desde luego las posibilidades son muchas más.