Castillo de Loarre. El castillo románico más bonito de España.

Visitar el Castillo de Loarre es una muy buena opción si vais a realizar un viaje por Aragón. Después de visitar algunos de los paisajes más bellos que ver en Huesca, como el Parque Nacional de Ordesa, nos establecimos en la pequeña población de Bolea (en el hotel Casa Rufino, que resultó un chollazo) desde donde realizamos varias excusiones de interés por la comarca de la Hoya de Huesca, incluyendo los Mallos de Riglos, los Mallos de Agüero y el Castillo de Loarre.

Desde Bolea,  visitar el Castillo de Loarre resulta bien fácil, pues la fortaleza se localiza a solo 12 kilómetros de éste pueblo. Al día siguiente, partimos hacia las Bardenas Reales, uno de los paisajes más bellos y curiosos de la Península Ibérica, situado ya en los confines de Navarra.

En este post os comentaremos acerca de la historia y la visita al Castillo de Loarre, además de los aspectos prácticos para que podáis organizar vuestra visita.

DÓNDE DORMIR CERCA DEL CASTILLO DE LOARRE.

CÓMO VISITAR EL CASTILLO DE LOARRE.

Para visitar el Castillo de Loarre se recomienda reservar turno para una visita guiada, en la misma web del castillo. Los recorridos  guiados duran una hora, pero se limitan a unos 45 turistas por turno. También podéis visitar el Castillo de Loarre por libre. En cualquier caso, el sobreprecio de la visita guiada es muy poco, por lo que merece la pena realizar la visita acompañado del guía oficial.

Como os digo, si pensáis visitar el Castillo de Loarre en temporada alta, es recomendable reservar con antelación, pues las posibilidades de quedarse sin poder realizar la visita guiada no son pocas. Lo podéis hacer desde este enlace de la web oficial.

Los horarios, así como la frecuencia de las visitas guiadas dependen de la temporada. En verano el horario es más amplio y las visitas guiadas, más frecuentes.

HISTORIA DEL CASTILLO DE LOARRE, UNO DE LOS MÁS IMPORTANTES DE ARAGÓN.

El Castillo de Loarre está considerado como uno de los más importantes castillos románicos jamás alzados en el sur de Europa. Su promotor fue Sancho Garcés III de Pamplona, rey de Pamplona entre los años 1004 y 1035, probablemente justo en el lugar donde antiguamente se habría levantado un asentamiento romano.

El Castillo de Loarre se erigió en tierra fronteriza, pues la localidad de Bolea, que ya he comentado que se localiza a muy pocos kilómetros, formaba parte en aquel momento de los dominios musulmanes. De hecho, aunque varios monarcas intentaron conquistar esta población para los cristianos, la ciudad no cayó hasta 1001, en tiempos de Pedro I de Aragón.

Lo que podemos ver en la actualidad al visitar el Castillo de Loarre es el producto de las sucesivas ampliaciones llevadas a término por los distintos monarcas que, sabedores de la importancia estratégica de la plaza, no cesaron en su propósito de ampliarlo.

Durante los primeros años de construcción se alzó lo que es la estructura central del Castillo de Loarre, incluyendo el edificio real, la capilla, el torreón de la Reina, el patio de armas y la torre del homenaje. Además, dado que el Castillo de Loarre era una fortaleza eminentemente militar, disponía de muchas estancias militares.

Al nieto de Sancho III, Sancho Ramírez de Aragón, que ya fue Rey de Aragón y Pamplona (Sancho I de Aragón y V de Pamplona) le debemos la ampliación que le confirió la morfología que ha llegado más o menos hasta nuestros días, incluyendo la iglesia de San Pedro.

Como decía, el Castillo de Loarre fue, fundamentalmente, un castillo militar. De esta manera tras la conquista de Bolea y de la comarca de la Hoya, la importancia de la fortaleza decreció progresivamente, aunque el castillo aún intervino en algunos episodios de importancia de la historia de Aragón.

Allá por el siglo XV, el Castillo de Loarre fue abandonado definitivamente. Pese a cierta destrucción y pillaje, la verdad es que la silueta de la fortaleza se ha mantenido en un excelente estado de conservación, lo que lo convierte en uno de los castillos medievales mejor conservados de España, además de ser considerado como una de las grandes joyas del románico civil a nivel mundial. Ello le ha permitido convertirse en plató cinematográfico de varias producciones, como El Reino de los Cielos (2005, Ridley Scott).

LA VISITA AL CASTILLO DE LOARRE

Como os dije, nosotros decidimos visitar el Castillo de Loarre mediante la visita guiada. La fortaleza se ubica a unos 150 metros de la cafetería, que es donde está el centro de visitantes  donde se adquieren los billetes.

Desde allí vamos andando hasta el castillo para superar las murallas, que estupendamente han llegado a nuestros días y que están compuestas de un buen número de torreones de base circular, excepto uno de ellos que es de base rectangular.

Después de traspasar este perímetro amurallado, entramos en un gran patio desde el que observamos unas excelentes vistas de toda la comarca de la Hoya de Aragón, que queda a nuestros pies. Enseguida llegamos a lo que es la entrada al Castillo de Loarre, que está compuesto de lo que era la parte militar y lo que era el recinto religioso.

La puerta de entrada al castillo de Loarre ya nos recuerda que se trata de una fortaleza románica, con su portalón de medio punto que incluye una arquivolta que asienta sobre una columna con capitel, aunque sin tímpano.

Tras esta puerta se abre una escalera que se cierra con bóveda de cañón, también típico del románico. Las paredes se ornamentan con el habitual taqueado jaqués que abunda en la zona y que ya conocimos al visitar Jaca y su catedral. Se trata de un tipo de ornamentación en piedra, habitual en frisos de iglesias y otros recintos, que se compone de cuadrados o rectángulos que se alternan, unos hundidos y otros salientes.  En una estancia que queda a la izquierda se aposentaba el cuerpo de guardia.

Enseguida llegamos a la iglesia de San Pedro, que es la parte más importante de lo que viene a ser el recinto religioso del Castillo de Loarre. Fue alzada en tiempos de Sancho Ramírez de Aragón. Esta iglesia, se dispone en forma de nave única (en dos tramos) y ábside y es también románica. La verdad es que el espacio es realmente sobresaliente, con una cúpula que se cierra a 26 metros del suelo. La parte interior del ábside está decorado mediante arcos ciegos que asientan sobre columnas con capiteles. Por encima, también encontramos la ornamentación mediante el ajedrezado jaqués.  La iglesia dispone de su propia cripta, a la que se accede desde una entrada situada en la escalera de acceso al castillo, justo enfrente de la entrada a la estancia del cuerpo de guardia. Es la Cripta de Santa Quiteria.

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También en esta primera planta del Castillo de Loarre se visitan lo que en su momento fueron las dependencias monásticas de la fortaleza, hasta que en tiempos de Pedro I de Aragón el castillo dejó de ser también un cenobio.

Posteriormente, la visita al Castillo de Loarre sigue en el segundo piso, que se articula alrededor de lo que fue el patio de armas. Entre otros lugares, da acceso a la antigua capilla de Santa María, a distintos pabellones militares y a las cocinas de la fortaleza. Finalmente, desde aquí se accedía la Torre del Homenaje y a la Torre de la Reina.

Como os dije, visitar el Castillo de Loarre ocupa aproximadamente una hora. El recorrido es ameno y la fortaleza, francamente, impresionante. Tras la visita al que es uno de los más históricos lugares que ver en Huesca nos dirigimos a las Bardenas Reales, ya en la Comunidad Autónoma de Navarra.