Las 20 mejores obras del Museo del Louvre

El Museo del Louvre no es solo una de las visitas imprescindibles de París, sí no también uno de los mejores museos del mundo, al nivel del British Museum de Londres o el Metropolitan de Nueva York.

Se trata de uno de aquellos museos que abarcan desde extensas colecciones de las distintas civilizaciones que han poblado la Tierra a los largo de la Historia hasta los grandes maestros de la pintura occidental.

Al visitar el Louvre uno tiene, necesariamente, decidir cómo va a distribuir su visita, pues en unas pocas horas, el visitante solo puede abarcar una pequeña parte de sus fondos artísticos. Algunos preferirán conocer parte de las colecciones de arte clásico o egipcio. Otros, empaparse de los grandes genios de la pintura. Otros preferirán visitar los fondos que nos remiten a las antiguas colecciones mesopotámicas. Sin embargo, lo que no debe faltar nunca es la visita a las mejores obras del Louvre. ¿Alguien se imagina visitar el Museo del Louvre por vez primera y no acercarse a conocer la Venus de Milo o la Gioconda? En cierta manera, sería como dejar de visitar la Torre Eiffel durante una visita a París.

En este post vamos a hablar, precisamente, de 20 de las mejores obras del Museo del Louvre. Se trata de 20 highlights de aquellos que resultan imprescindibles. Un pequeño catálogo de obras maestras convertidas en auténticos iconos del Louvre y de la Historia del Arte, así en mayúsculas.

Como siempre, cualquier lista de mejores obras deja fuera de la misma algunas que otros visitantes considerarán entre las más valiosas. No se trata, por tanto, de ninguna lista única. Se trata, simplemente, de nuestras 20 obras de arte preferidas en el Museo del Louvre de París. 10 de ellas las voy a detallar. Las otras diez, únicamente las enumeraré.

Para ilustrar el post, he utilizado tanto fotografías propias para las esculturas, como imágenes creative commons de la Wikipedia (imposible sacra fotos sin gente en las pinturas).

VISITAR EL MUSEO DEL LOUVRE. DATOS PRÁCTICOS.

10 DE LAS MEJORES OBRAS DEL MUSEO DEL LOUVRE

VENUS DE MILO

Empiezo esta lista de 20 de las mejores obras del Museo del Louvre con el que es uno de los más importantes iconos del museo y del arte occidental: la Venus de Milo.

Esta escultura de afrodita, de algo más de dos metros de altura y labrada en mármol está considerada una de las obras cumbre del arte helenístico. Aunque durante mucho tiempo se atribuyó su autoría a Praxíteles, el más grande de los escultores griegos a la largo de la historia, parece que se trata de una obra de Alejandro de Antioquía fechada a finales del II siglo aC.

La estatua fue hallada en la isla de Milo y está tallada en varios bloques de mármol unidos. Conocido es que la escultura no tiene brazos. Sin embargo, no se sabe del cierto en qué momentos los perdió. La historia oficial cuenta que fue encontrada sin ellos, aunque cerca de la estatua se encontrara también un antebrazo e incluso una mano. Otra versiones, sin embargo, cuentan que la que es una de las más importantes obras del Museo del Louvre perdió los brazos cuando fue llevada por la fuerza a Francia, ya sea porque se golpeara con unas rocas o porque la embarcación en que fue transportada fuera atacada por los otomanos.

VICTORIA DE SAMOTRACIA

Otra de las más importantes obras del Museo del Louvre es la Victoria de Samotracia. Además, está ubicada en un lugar preferente en lo alto de la denominada escalera Daru del museo, después de que fuera cuidadosamente restaurada hace apenas unos años.

También conocida como Niké de Samotracia, pues representa a la diosa griega de la Victoria, supone otro momento culminante de la escultura helenística. Fue creada algo antes que la Venus de Milo, a principios del siglo II AC en la isla de Samotracia y descubierta en 1863 por el mismo cónsul francés, Charles Champoiseau.

Se trata de un gran escultura de 2.75 metros de altura labrada el mármol blanco de Paros sobre un pedestal de mármol gris, que resulta espectacular con sus alas extendidas y su envoltura en el clásico chitón griego.

Cuando Champoiseau halló la estatua, esta se encontraba incompleta y rota en varios pedazos. Aunque se realizaron varias campañas para localizar los restos que faltaban, todas ellas fueron infructuosas y hoy, la Victoria de Samotracia, luce sin cabeza, ni brazos ni pies. Eso sí, más altiva si cabe, tras su restauración de 2014.

CÓDIGO DE HAMMURABI         

El Código de Hammurabi no es solo una de las mejores obras del Museo del Louvre. Se trata, además, de uno de los conjuntos de leyes más antiguos entre los que han llegado a nuestros días. Es decir, se trata de una obra importante a nivel artístico, pero cumbre en la historia del derecho.

Hammurabi fue uno de los más importantes reyes de Babilonia. A él se le atribuye la creación del Imperio de Babilonia. Y también fue el quien promulgó este conjunto de leyes inscritas en una gran estela  de diorita, de 2,25 m de altura, que fue hallada en Persia, en 1901. El Código de Hammurabi  se basaba en la ley del talión (ya sabéis: ojo por ojo), pero incorporando el derecho del acusado a defenderse de las acusaciones. Además, el Código de Hammurabi supuso un paso importante en la separación entre la ley y la religión, aunque desde luego no completo.

En la parte superior de la estela encontramos representado al Rey Hammurabi de pie, recibiendo las leyes del dios Shamash.  Debajo, encontramos escritas las 282 leyes de las que consta el código jurídico, inscritas en escritura cuneiforme acadia.

LOS TOROS ALADOS DE DUR SHARRUKIN

Aunque probablemente las colecciones de arte asirio del Museo Británico resulten más espectaculares, entre las mejores obras del Louvre he querido incluir el conjunto de toros alados del palacio de Dur Sharrukin, conocidos también como Lammasu.

Estas enormes esculturas representando a hombres-toro,  se localizaban en las puertas de ciudades y palacios asirios, generalmente en parejas, situados a ambos lados de las puertas más importantes. Por lo que parece no se trataba de unas figuras únicamente decorativas, sí no que también ofrecían protección a los residentes del palacio en cuestión.

LA MONA LISA O LA GIOCONDA.

La más popular entre las mejores obras del Museo del Louvre es también la pintura más famosa de la historia. Hablo, claro está, de la Mona Lisa o Gioconda,  obra de Leonardo da Vinci, uno de los artistas más grandes del Renacimiento.

No se sabe del cierto la identidad de la modelo, aunque las tesis más plausibles hablan de que se trataría de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo. De aquí le vendría en sobrenombre de La Gioconda.

Se trata de un retrato de medio cuerpo, pintado al óleo sobre tabla de álamo. La Gioconda es una obra de mediano formato, con unas medidas de 77 x 53 centímetros. Ello no impide de que se haya convertido en la más popular entre las más mejores obras del Museo del Louvre, lo que convierte su contemplación en un ejercicio no especialmente placentero y, desde luego, nada solitario. Los visitantes se arremolinan frente a la famosa tabla, hasta el punto de que pueden invertirse bastantes minutos  antes de que uno consiga situarse, por fin, frente a tan famosa obra.

LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO

Desde que vi por vez primera este lienzo en mi libro de sociales de sexto de EGB se convirtió en uno de mis favoritos.

Se trata de una obra de Eugène Delacroix, uno de los genios del Romanticismo francés, de 1830. El lienzo representa uno de los momentos más importante de los últimos 200 años de la Historia de Francia. Concretamente, el de los acontecimientos del 28 de julio, durante la Revolución de 1830, cuando el pueblo de París se levantó contra el rey Carlos X, el último rey Borbón de Francia.

La libertad, portando la bandera de Francia, es representada como una mujer que ocupa el centro de la obra y que une a las distintas clases sociales de la Francia de la época, desde las más populares hasta la burguesía, frente a la tiranía del rey. Dos días más tarde, el 30 de julio, Carlos X fue sustituido por Luis Felipe de Orleans, que en Europa fue conocido como El Rey de la Barricadas, y que a la postre sería el último rey de Francia.

LA BALSA DE LA MEDUSA

Al igual que el anterior lienzo, otra de las mejores obras del Museo del Louvre es también una obra culminante del Romanticismo francés. En este caso, el autor fue el pintor normando, Théodore Géricault.

Se trata de un óleo sobre lienzo de gran formato (491 cm × 717 cm), donde predominan los tonos ocres, y que representa un episodio histórico de 1816, que fue enormemente criticado por la sociedad francesa del momento: el naufragio de la fragata francesa conocida como La Medusa (Méduse), frente a la costa de Mauritania.

Tras 13 días de navegar a la deriva, solo 15 supervivientes fueron rescatados con vida, de los 147 que ocuparon una balsa de no más de 20 metros de largo. Antes, unas 250 personas ocuparon los escasos botes existentes en la fragata, antes de que el capitán dejara a la deriva a la frágil balsa.

LA CONSAGRACIÓN DE NAPOLEÓN

La Consagración de Napoleón (su nombre completo es Consagración del emperador Napoleón I y coronación de la emperatriz Josefina en la catedral de Notre-Dame de París el 2 de diciembre de 1804) no es solo una de las obras más importantes delo Museo del Louvre si no también una de las pinturas de mayor tamaño, con casi 10 metros de largo. Fue pintada en 1806 por el más importante del representante del Neoclasicismo en la pintura francesa, Jacques-Louis David.

La obra fue encargada por el mismísimo Napoleón y representa el momento de la coronación y la consagración de Napoleón, en la Catedral de Notre Dame de París el 2 de diciembre de 1804.

Este lienzo no ocupó un lugar preeminente hasta que fue instalado en el Palacio de Versalles por orden del rey Luis-Felipe. Sin embargo, en 1889, fue trasladado al museo del Louvre.

LA ENCAJERA

La Encajera, de Vermeer, es una delicada obra de este fabuloso pintor neerlandés del que nos han llegado poco más de 30 lienzos. La Encajera, como casi todas las pinturas de Johannes Vermeer, es una obra sobre tela de pequeño formato (no más de 24 centímetros de alto) y fue pintada sobre 1670.

Se trata de una de las habituales pinturas de género, donde Vermeer retraba a mujeres en sus quehaceres diarios. En este caso, se trata de una chica en el momento realizar un encaje, un tejido ornamental y transparente, muy habitual en los Países Bajos, que se adorna con bordados.

LA BUENAVENTURA

No podía dejar de incluir en esta lista de las obras más famosas o importantes del Louvre, un lienzo de mi pintor favorito, Michelangelo Merisi da Caravaggio.

Se trata de una de las dos versiones que Caravaggio realizó sobre el mismo tema (la otra se puede visitar en los Museos Capitolinos de Roma) y fue pintada en 1595. El momento retrata a una chica gitana mientras lee la palma de la mano de un joven que, encandilado, no se da cuenta que cíngara le está sustrayendo su anillo. Casi que se diría que si el visitante se fija únicamente en las miradas de los jóvenes, tampoco se percataría de la sustracción.

Y hasta aquí está lista de 20 de las mejores obras del Museo del Louvre, el más importante que ver en París y uno de los más completos del mundo entero.