El Arte Barroco surgió en Occidente entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII. Se caracteriza por la enorme exuberancia ornamental en todos los ámbitos donde se desarrolló. Hasta la fecha, jamás se habían alzado iglesias o palacios, por ejemplo, tan profusamente decorados en sus interiores. Diseños, además, que se alejaban de las habituales líneas rectas y la mucho más escasa ornamentación existente en el arte románico o gótico, por ejemplo.
Un periodo, el barroco (porque el barroco va mucho más allá de las manifestaciones artísticas para convertirse en un periodo histórico), que se entronca directamente en lo que es conocida como Contrarreforma. Es decir, el momento en que la Iglesia Católica reinterpreta las Sagradas Escrituras para contraponer las ideas protestantes de austeridad surgidas de la mente de Martín Lutero a principios del siglo XVI.
De esta manera, la Nueva Iglesia Papal, que tenía por uno de sus máximos objetivos el reafirmar la autoridad de la Curia Pontificia, utilizó el arte barroco para redefinir una nueva iglesia, exultante a más no poder, como jamás había sucedido hasta la fecha. Una idea que se materializa, particularmente, en la Roma capital de los Estados Pontificios.
El Arte Barroco, sin embargo y como dije, no se circunscribe únicamente a la arquitectura, si no que abarca a casi todos los ámbitos del arte. Si bien lo más conocido son las iglesias y los palacios barrocos, en este post acerca de 12 de las obras maestras del Arte Barroco hablaremos también de pintura, escultura o urbanismo, por ejemplo. Un arte, sin embargo, que también abarca, por ejemplo, la literatura, la música, aunque de ellas no hablaremos en este artículo. Sí que incluiré algún ejemplo que hace referencia a las artes decorativos
Quisiera comentar por último, que algunas de estas Obras Maestras del Arte Barroco puede que se circunscriban en parte a lo que se conoce como Arte Rococó, que surge en Francia a principios del XVIII, como culminación del Arte Barroco. Se trata, en cierta manera, de un arte más recargado y opulento, incluso, que el propio barroco. Para algunos historiadores del arte se trata de una evolución del Arte Barroco. Para otros, se trata de un estilo independiente. Pero lo cierto en que no son pocas las obras consideradas habitualmente como grandes joyas del arte barroco que para algunos autores se trataría, en realidad, de ejemplos del rococó. Como mis conocimientos no llegan a poder distinguir con suficiente clarividencia ambos estilos, en este post hablaré indistintamente de arte barroco y rococó. Los habituales dorados, los arabescos de estuco, las formas retorcidas, la profusión de angelitos y las bóvedas pintadas se convierten, incluso, es más recargados en el arte rococó.
Será este post acerca 12 de la joyas del Arte Barroco, un artículo que se circunscribe en nuestra serie de listas y retos que elaboramos varias veces al año junto a Florencio Moreno, uno de los viajeros más prolíficos del país y amigo mío desde hace ya unos años. También Florencio, en su blog Mundandy, nos hablará de 12 obras maestras del Arte Barroco. ¿Habremos coincidido en alguna?
12 OBRAS MAESTRAS DEL ARTE BARROCO (Y ROCOCÓ).
FACHADA DEL OBRADOIRO, CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA.
A mediados del siglo XVIII, una nueva fachada sustituyó la entonces existente, que era románica, en la Catedral de Santiago de Compostela. De esta manera, la nueva fachada se situó por delante de la previa, de tal manera que unos grandes ventanales existentes en la misma, permitiesen dar claridad a la románica, que quedó por dentro y que jamás se destruyó (su portalada es el célebre Pórtico de la Gloria, una de las obras maestras del arte románico).
Hoy en día, con sus dos grandes torres y su cuerpo central de recargadas formas, está considerada como una de las grandes obras maestras del Arte Barroco en España.
INTERIOR DEL MONASTERIO DE SAN FRANCISCO, RÍO DE JANEIRO.
Cuando uno piensa en el interior de una iglesia barroca enseguida le vienen a la cabeza los grandes retablos dorados, con profusión de columnas salomónicas, las hornacinas con imágenes de santos y los recargados púlpitos, muy a menudo también dorados. Esto es lo que encontramos en el deslumbrante interior del Monasterio de San Francisco, en el centro de Río de Janeiro, de principios del siglo XVIII.
FRESCOS DE LA IGLESIA DE SAN NICOLÁS DE BARI, VALENCIA.
La iglesia de San Nicolás de Bari es uno de los templos góticos del centro de Valencia. Sin embargo, las reformas acontecidas a finales del XVII convirtieron esta iglesia en uno de las obras maestras del arte barroco en España. Particularmente, los frescos que ocupan la totalidad de la bóveda del templo. Son unos 2000 metros cuadros de pinturas, que fueron ejecutados por Dionís Vidal, aunque la idea fue diseñada por Antonio Palomino, pintor de cámara de Carlos II, quien revolucionó el arte de la pintura barroca al fresco en Valencia (se encargó también de los frescos de la cúpula de la Basílica de la Virgen de los Desamparados y los de la Iglesia de los Santos Juanes). Esta serie de pinturas relatan la vida de San Nicolás de Bari y de San Pedro Mártir, los dos santos titulares del templo.
ABADÍA DE MELK, AUSTRIA.
La Abadía de Melk, en el Valle del Danubio, es uno de los monasterios más famosos de Austria. Aunque fue alzado originariamente en el siglo XI, lo que realmente la convierte en una de las joyas del arte barroco en Europa es su reforma realizada a partir de principios del siglo XVIII.
En este cenobio alzado en lo alto de un suave montículo desde el que se domina el río Danubio, se puede conocer tanto la iglesia abacial, cubierta con frescos de Johann Michael Rottmayr, como la fabulosa biblioteca, que es otra de las grandes joyas del arte barroco en Europa, o las conocidas como Habitaciones Imperiales, que eran las usadas por la Familia Imperial cuando acudían a Melk.
Una de las estancias más impresionantes del Monasterio de Melk es la Sala de Mármol, destinada a celebraciones especiales y donde domina la decoración en estuco, aunque por el nombre de la sala podríamos pensar que se trata de mármol. La fantástica pintura que decora el techo muestra a los Habsburgo como símbolo de la sabiduría y la templanza. Es un fresco obra de Gaetano Fanti.
BIBLIOTECA NACIONAL DE AUSTRIA, VIENA.
Aunque os acabo de hablar de la biblioteca de Melk, la más bonita de las bibliotecas barrocas de Europa es la Biblioteca Nacional de Austria, que se localiza en Viena, junto al Palacio Imperial.
Particularmente, la sala conocida como Prunksaal, que fue construida en 1726 por orden de Carlos VI. Los dos pisos de estanterías diseñados con maderas nobles, la multitud de estatuas existentes en el espacio (dominando el centro de la biblioteca, la del Emperador), la maravillosa cúpula pintada al fresco por Daniel Gran o las elegantes columnas ornamentadas con capiteles corintios nos pueden hacer creer que más allá de tratarse de una de las mayores obras maestras del arte barroco nos encontramos en una auténtica ensoñación.
PALACIO DE VERSALLES, PARÍS.
Muchos de los monarcas absolutistas de Europa tuvieron en Luís XIV de Francia, el Rey Sol, el espejo donde mirarse. El Palacio de Versalles uno de los símbolos de su poder. Aunque parte de la estructura es neoclásica, su decoración es eminentemente barroca.
La estancia más conocida del Palacio de Versalles, el Salón de los Espejos, no solo está considerada como una de las obras maestras del Arte Barroco, sí no también como uno de las obras culminantes de este estilo entre los palacios reales europeos. Hasta el punto de que otros monarcas lo reprodujeron en sus propias residencias. Es el caso de Luís II de Baviera con el Palacio de Herrenchiemsee.
Dorados por doquier, bóvedas pintadas al fresco ensalzando la monarquía borbónica, grandes espejos con marcos también dorados, pesadas y ornamentadas lámparas pendiendo de los techos del palacio y todo tipo de detalles decorativos convierten el Palacio de Versalles en uno de los ejemplos más destacados del arte barroco mundial.
SALA LEOPOLDINA DE LA UNIVERSIDAD DE WROCLAW, POLONIA.
De un Palacio Real a una Universidad. Porque el arte barroco no solo se prodigó en la arquitectura religiosa y en los palacios de la alta aristocracia y monarquías europeas, sí no también en la arquitectura civil de los siglos XVII y XVIII.
De esta manera, otra de las joyas del barroco europeo lo encontramos en la Sala Leopoldina de la Universidad de Wroclaw, una de las ciudades más importantes de Polonia.
En este espacio destacan especialmente los estucos ornamentales, la decoración en mármol, los recurrentes dorados, las preciosas pinturas murales o las múltiples estatuas que hacen referencia a los filósofos griegos o a la magnificencia de los Habsburgo. Elementos ornamentales que se repiten, una y otra vez, en las más importantes joyas del arte barroco.
PLAZA MAYOR DE SALAMANCA, ESPAÑA.
Entre las grandes obras del arte barroco no pueden faltar algunos ejemplos de urbanismo. En este sentido, Roma es el ejemplo más paradigmático. De ello hablaré en el siguiente punto.
Sin embargo, para mi gusto, la plaza barroca más bonita del mundo es la Plaza Mayor de Salamanca. No es de extrañar que esté considerada como una de las más destacadas joyas del arte barroco español.
El diseño de la plaza correspondió al arquitecto Alberto Churriguera y corresponde a un cuadrado irregular de unos 80 metros de lado, en uno de los cuales se ubica la fachada del ayuntamiento de la ciudad. En la parte baja de la plaza se encuentra una galería soportalada mediante 88 arcos de medio punto que se ornamentan con medallones que representan personajes célebres.
Por encima de esta planta soportalada quedan tres pisos, excepto en la fachada del ayuntamiento, donde solo encontramos dos pisos, aunque de mayor altura. Todo el conjunto mantiene una unidad estilística que le confiere una sobrecogedora belleza.
FONTANA DI TREVI, ROMA.
Los Papas convirtieron la Roma Medieval en la más bella de las ciudades barrocas del mundo entero. Se abrieron nuevas plazas y se remodelaron las existentes con múltiples fuentes ornamentales a fin de acometer una revolución urbanística sin paragón en aquella época.
Muchas de las fuentes de las más bonitas plazas de Roma llevan la firma de uno de los más importantes artistas barrocos de la historia y protegido por múltiples papas: Gian Lorenzo Bernini. Sin embargo, la más famosa de las fuentes barrocas de Roma y verdadera obra maestra del barroco mundial es la Fontana di Trevi, que fue diseñada por Nicola Salvi aunque en principio perdió el concurso destinado a escoger quién levaría a cabo el proyecto.
La Fontana di Trevi se localiza en la fachada posterior del Palacio Poli. Entre acantilados de travertino, tritones, conchas marinas y caballitos de mar, encontramos representado a Océano enmarcado en un nicho central. A ambos lados, sendas estatuas representan La Abundancia y La Salubridad. Por debajo, una maraña de caídas de agua y pequeñas cataratas llena de agua la enorme bañera en la que es preceptivo, si se visita Roma, tirar unas monedas para asegurarse regresar a la ciudad.
CARRUAJES DEL EMPERADOR CARLOS VII
Como dije, el arte barroco fue mucho más allá de la arquitectura, la pintura y la escultura (de las que luego hablaré). También encontramos verdaderas obras maestras del arte barroco entre la música, por ejemplo, o entre las artes decorativas. Aunque la verdad es no sé exactamente en qué faceta debo englobar la siguiente obra que incluyo en la lista. U obras, en plural. Me refiero a la completísima colección de carrozas y trineos pertenecientes a la familia real de Baviera y que se expone en el Museo de carrozas del Palacio Nymphenburg, en Munich.
La verdad es que tanto carrozas como trineos resultan verdaderamente sorprendentes. Casi todas de madera dorada, con una ornamentación extremadamente recargada que incluye una culminación con conjuntos escultóricos, para en una serie de carruajes que fueron ideados para las más altas celebraciones de estado, incluidas coronaciones.
Quizá los ejemplos más notables de este museo son la Carroza de Coronación de Carlos VII y la Carroza del Rey Luis II de Baviera, que los expertos sitúan ya en el rococó.
VIEJA FRIENDO HUEVOS, de Velázquez.
No puedo terminar esta serie de obras maestras del arte barroco con una pintura y una escultura. Aunque mi pintor favorito es Caravaggio, mi pintura favorita es La Vieja friendo huevos, de Diego Velázquez.
Antes de marchar a Madrid, dónde ejercería de pintor en la corte de Felipe II, Velázquez se vio influido por el naturalismo y el tenebrismo de Caravaggio. De las obras de su época sevillana, La Vieja Friendo huevos es para mi gusto la mejor. Un lienzo que el genio sevillano pintó a los 19 años y que ahora se expone en la Galería Nacional de Escocia, en Edimburgo, y que es mezcla de bodegón y de pintura de género, pero pintada con un realismo tal que parece querer anticipar el arte de la fotografía, surgido más de dos siglos más tarde.
RAPTO DE PROSERPINA, de Bernini.
Y entre las mejores esculturas del barroco, no podría dejar de enumerar una de las obras maestras del que fue el más reputado escultor barroco de la Roma del siglo XVII y del que ya os he hablado: Gian Lorenzo Bernini.
Una completa Ruta de Bernini por Roma os llevará a disfrutar del Éxtasis de Santa Teresa en Santa María de la Victoria, el Éxtasis de la Beata Ludovica Albertoni en San Francesco a Ripa o del Daniel y el Ladrón o del Habacuc y el Angel, de la Capilla Chigi de Santa María del Popolo.
Sin embargo, mi obra favorita es el Rapto de Proserpina que se puede visitar en la Galería Borghese de la capital italiana. Esta obra, muestra el momento en que Proserpina es raptada por Plutón, soberano de los infiernos. Los dedos de Plutón, hundiéndose en el muslo de Proserpina, tratando de inmovilizarla, suponen uno de los momentos sublimes de la Historia del Arte.
Y hasta aquí esta lista de 12 obras maestras del arte barroco y rococó que hemos tenido la oportunidad de conocer en nuestros viajes. Os dejo ahora con las obras escogidas por Florencio para su blog Mundandy. Seguro que nos depara más de una sorpresa.