Visitar el Escorial desde Madrid se ha convertido en una de las más fáciles y mejores excursiones desde Madrid. No es de extrañar, pues el Monasterio de El Escorial, que algunos consideran algo así como la Octava Maravilla del Mundo, es uno de los edificios más impresionantes de España, tanto por su enorme tamaño como por la importancia histórica y artística que atesora.
Todo ello le valió al Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial (es decir, al Monasterio del Escorial pero también a la población de San Lorenzo del Escorial que acogía a los aristócratas de la época) la inclusión en la lista del Patrimonio de la Humanidad, en 1984.
Además, visitar el Monasterio del Escorial desde Madrid resulta de lo más fácil. Situado en plena Sierra del Guadarrama, a unos 50 km de la capital de España, su visita no ocupa más de una mañana, de manera que al mediodía se puede regresar a Madrid para seguir visitando la ciudad.
CÓMO VISITAR EL ESCORIAL DESDE MADRID.
Antes de hablaros acerca de la visita al Monasterio del Escorial os dejo este apunte acerca de cómo ir de Madrid al Escorial. Resulta bien fácil, tanto en transporte público como en una excursión desde Madrid.
DE MADRID A EL ESCORIAL EN EXCURSIÓN CON GUÍA.
Tenéis distintas posibilidades. Todas incluyen el visitar El Escorial de la mano de un guía especializado (y saltándose las colas de acceso) y el transporte de ida y vuelta desde Madrid. Además, algunas combinan la visita al Escorial con algún otro lugar de mucho interés. Estas son las opciones desde Madrid:
- Excursión a El Escorial o al Escorial + Valle de los Caídos en autobús. La excursión más típica de Madrid al Escorial, con transporte, guía y entradas incluídas.
- Excursión al Escorial en el tren de Felipe II. Ésta es la que hicimos nosotros. Incluye el transporte, el guía oficial tanto por el pueblo como por el monasterio, la entrada al cenobio e, incluso, la comida con el típico cocido madrileño incluido.
- Excursión a Ávila, Segovia y El Escorial. Si disponéis de poco tiempo para excursiones y queréis visitar 3 lugares Patrimonio de la Humanidad en 1 día.
DE MADRID A EL ESCORIAL EN TRANSPORTE PÚBLICO.
- EN TREN: un tren por hora desde Chamartín a El Escorial (1 hora de trayecto). Desde la estación de tren de El Escorial hay media hora de camino hasta el Monasterio del Escorial.
- EN BUS: varios autobuses desde el Intercambiador de Moncloa hasta El Escorial. Desde la estación de buses de El Escorial hay unos 15 minutos hasta el Monasterio.
EL MONASTERIO DEL ESCORIAL EN 4 PINCELADAS HISTÓRICAS.
Felipe II, Rey de España e hijo de Carlos I (que llegó a ser Emperador del Sacro Imperio) mandó construir un nuevo monasterio tras vencer a los italianos en la Batalla de San Quintín del 10 de agosto de 1557. El nuevo cenobio sería dedicado a San Lorenzo, uno de los siete diáconos regionarios de Roma, que había sido martirizado en una parrilla un 10 de agosto de 258. Es decir, el mismo día que se había producido la batalla que encumbró a Felipe II.
Sin embargo, aunque la batalla se produjo en 1557, el Monasterio del Escorial no se empezó a construir hasta 1563. La edificación del cenobio se encomendó al arquitecto Juan Bautista de Toledo, aunque tras su obra, fue Giovanni Battista Castello, y posteriormente Juan de Herrera quienes tomaron el mando de las obras. En realidad, al visitar el Monasterio de El Escorial estaremos visitando la que está considerada obra cumbre de Juan de Herrera y, por ende, del que es conocido como Estilo Herreriano. El plano del Monasterio del Escorial se asemeja, por cierto, a una parrilla. Lo cual alude a cómo fue martirizado San Lorenzo.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que aunque casi siempre se habla de Monasterio del Escorial, lo que se alzó en este emplazamiento no solo fue un cenobio si no también un palacio. Cierto que este sería mucho menos ostentoso que el Palacio Real de Madrid (en 1561, Felipe II había trasladado la capital de España desde Toledo a Madrid), pero no dejaba der ser una residencia donde el monarca se trasladaba durante una temporada, año tras año.
En este sentido, no solo la corte se mudaba a El Escorial durante aquella temporada. También lo hacían varias de las familias aristocráticas españolas. Es por ello que en el Escorial no solo se alzó el monasterio, si no que también lo hizo una pequeña villa repleta de palacetes. Al visitar El Escorial, merece la pena, por tanto, dar un paseo por la población, donde podremos ver los distintos palacetes que alzaron las más importantes familias de la nobleza de la época. Todo este conjunto es el que recibe el nombre de Real Sitio del Escorial y es el que forma parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Finalmente, el Monasterio del Escorial fue finalizado en 1584. Es decir, tras más de 20 años de trabajos. Normal, si tenemos en cuenta la magnitud del proyecto, pues el Monasterio del Escorial es uno de los edificios de mayor tamaño de España. La Basílica se terminó, sin embargo, dos años más tarde, en 1586.
LA VISITA AL MONASTERIO DEL ESCORIAL.
Nosotros, como os dije, realizamos la visita al Escorial de la mano del guía en español que está incluido dentro de la muy recomendable excursión al Escorial en el tren de Felipe II. Primero realizamos la visita a la población, de unos 30 minutos de duración, y posteriormente, la visita al Monasterio del Escorial, que nos ocupó una hora y media, aproximadamente. El precio de la entrada está incluido en la excursión.
PATIO DE REYES Y BASÍLICA DEL ESCORIAL.
Se entra al Monasterio del Escorial por la entrada principal que permite el acceso al que es conocido como Patio de Reyes. Justo enfrente queda la fachada principal de la Basílica del Escorial, con sus dos torres-campanario. Esta fachada occidental tiene doble cuerpo, siendo el inferior de estilo neoclásico. Destacan seis enormes figuras de los Reyes de Judá. Entre ellos, David y Salomón.
El interior de la Basílica está formado por tres naves, que es cerrada por una cúpula en la parte central que se alza hasta los 95 metros de altura y que nos sorprende por su nula decoración. Sí que están decoradas, parte de las bóvedas. Luca Giordano fue el artista que se encargó de ello. Sin embargo quizá sea el retablo de 30 metros de altura lo más reseñable de la Basílica del Monasterio del Escorial. Fue diseñado por el mismo Juan de Herrera y comprende un conjunto de mármoles y lienzos que resulta de lo más bello.
Salimos de la Basílica para dirigirnos en dirección al claustro bajo del Patio de los Evangelistas, diseñado por Juan Bautista de Toledo. Luca Cambiaso y Pellegrino Tibaldi se encargaron del programa iconográfico que decora el patio. Pero lo más destacado es la bóveda que se puede observar justo en el lugar de la escalera que permite el acceso al segundo piso y que fue pintada también por Luca Giordano.
SALAS CAPITULARES
El siguiente espacio que se visita es el de las Salas Capitulares, que se ha convertido en un auténtico museo de pintura con lienzos de enorme valor. Quizá el más destacado sea La Túnica de José, de Velázquez, aunque en las tres salas encontramos varios lienzos de Tiziano, Zurbarán, El Greco (de éste, el enorme El martirio de San Mauricio) o Ribera, entre otros nombres universales.
LOS PANTEONES DE EL ESCORIAL
Seguidamente, nos dirigimos a los sótanos de la iglesia, donde visitamos los panteones de los infantes, que se sitúan en los subsuelos del cenobio. Se trata de un conjunto de salas donde se ubicaron los cenotafios de los infantes de la realeza española. Es decir, los hijos de reyes que jamás llegaron a reinar. Casi todos ellos disponen de su propio mausoleo de mármol, aunque los menores de siete años fueron inhumados conjuntamente en un enorme espacio en forma de tarta, diseñado también en mármol, que es es conocido como el parvulario. Este Panteón de Infantes es bastante posterior a la construcción del Monasterio del Escorial, pues fue ideado en época de Isabel II y finalizado en 1888. Por cierto, las reinas de España que no fueron madre de Rey también tienen cabida en el Panteón de Infantes.
El espacio siguiente a visitar en el Monasterio del Escorial es la Cripta Real, que queda justo por debajo de la cúpula del crucero de la iglesia. Se trata de un enorme panteón con 26 sepulcros de mármol donde reposan un montón de reyes de las dos monarquías que han reinado en España: los Austrias y los Borbones. También las reinas que han sido madre de reyes también tienen este honor. Carlos I fue el primer Rey que aquí se enterró. El último, Alfonso XIII (y Victoria Eugenia, su esposa, la última reina). Los dos últimos sepulcros están dedicados a Juan de Borbón y María de las Mercedes de Borbón, padres del Rey Emérito Juan Carlos I, que en realidad jamás reinaron. De momento, sus cuerpos están esperando en el adyacente pudridero real. Curiosamente, el espacio ya no da para más de sí, de manera que no se sabe donde serán enterrados Juan Carlos I y su hijo, Felipe VI, actual Rey de España.
EL PALACIO DE LOS AUSTRIAS.
Como decía, visitar el Monasterio del Escorial no equivale a visitar, únicamente, un monasterio. Aquí podemos visitar, también, dos palacios reales. Primero, el de los Austrias. Después, el de los Borbones.
El Palacio de Felipe II o de los Austria resulta bastante austero, acostumbrados como estamos a la pompa general de los grandes palacios reales europeos, incluido el Palacio Real de Madrid. Visitamos las dependencias reales, muy sobrias, donde destacan los azulejos que ornamentan la parte baja de las paredes, y las muchas pinturas que decoran las estancias. También visitamos la Casa del Rey, que era el lugar donde vivía el monarca. Desde allí mismo podía seguir la misa de la iglesia. Una de las curiosidades es que se expone la enorme silla-trono que era utilizada para transportar a Felipe II. Debido a los fuertes dolores que sufría por la gota, el monarca no podía utilizar caballos o carretas, de manera que debía ser transportado a peso, con la ayuda del sillón expuesto. La última ocasión en que se trasladó a El Escorial requirió una semana entera para cubrir los 50 km que separan Madrid del Monasterio. De hecho, los últimos 10 años de vida fueron un auténtico suplicio para este Rey, que falleció el domingo 13 de septiembre de 1598 en el mismo monasterio.
También en el Palacio de los Austrias, pero en el piso superior, se visita la enorme Sala de las Batallas, de 60 metros de largo, decorada con pinturas que aluden a las distintas victorias del ejército español. No puede faltar el fresco dedicado a la Batalla de San Quintín que dio origen al monasterio.
EL PALACIO DE LOS BORBONES
La visita al Monasterio del Escorial termina con la visita al Palacio de los Borbones. Este palacio ya es bastante más ostentoso que el de los Austria, con números tapices, por ejemplo, muchos de los cuales realizados siguiendo los diseños de Goya. De igual forma, el mobiliario, los techos, las grandes arañas o las decoradas paredes nos recuerdan que la austeridad no iba de acuerdo a los ideales de los Borbones.
En total, visitar el Monasterio del Escorial nos ocupa aproximadamente dos horas (una hora y media con el guía oficial y media hora final por nuestra cuenta, para visitar el Palacio de los Borbones). La verdad es que se trata de un edificio excepcional, por tamaño, por historia, por grandiosidad y por el arte que atesora. Sin duda, es una de las mejores excursiones desde Madrid, de manera que si disponéis de algún día para conocer los alrededores de la capital de España, esta puede ser una muy buena opción.
Antes de regresar a Madrid en el tren de Felipe II, aún tenemos incluida la comida, con el típico cocido madrileño incluido.