Visitar el Alcázar de Sevilla supone conocer el monumento más bonito de España. O, dejadme que puntualice, el más bello entre los que nosotros hemos podido visitar. Y ya sé que esta afirmación es casi un sacrilegio cuando esta distinción parece destinada, en casi todas las listas, a la Alhambra de Granada.

Pues bien, aunque desde luego la Alhambra es un monumento extraordinario, el Alcázar de Sevilla resulta, para mi gusto, mucho más espectacular que el palacio nazarí y cuenta con una historia tan rica como aquel.

EL ALCÁZAR DE SEVILLA. DE FORTALEZA ISLÁMICA A PALACIO CRISTIANO.

Antes de hablaros acerca de la visita al Alcázar de Sevilla, permitidme que os cuente un poco acerca de su historia. Desde la conquista de Sevilla por parte de las huestes musulmanas allá por el 733, las diferentes dinastías islámicas gobernaron la ciudad. Fueron los omeyas quienes, a partir de 914 construyen una primera alcazaba que sería el germen del Alcázar de Sevilla. Poco queda de aquel periodo.

Bastante más prolija fue la labor constructora de los abadís. Fue una época, entre el 1023 y 1091, que bajo esta dinastía, la ciudad de Sevilla se convierte en capital de un importante reino de Taifa, independiente del de Córdoba, del que había dependido con anterioridad. Durante esta época se alzaron varios edificios palaciegos, aunque bien poco ha llegado hasta nuestros días.

Son los almohades, durante el siglo XII, quienes toman el poder y amplían el Alcázar de Sevilla. De aquel momento histórico se conservan el antiguo mexuar, que los cristianos convirtieron en Palacio de Justicia, y el conocido como Patio del Yeso.
Finalmente, las tropas cristianas de Fernando III se hacen con la ciudad de Sevilla en 1248, estableciéndose la corte en el Alcázar de Sevilla. Este monarca hace pocos cambios en relación a la época almohade, de manera que para las dos grandes aportaciones al Alcázar de Sevilla deberán pasar algunos años.

Alfonso X reforma el Alcázar de Sevilla y alza el nuevo Palacio gótico a partir de 1252. Un siglo más tarde, Pedro I da un nuevo impulso a conjunto mandando construir el Palacio mudéjar que, verdaderamente, es la joya de la corona del Alcázar de Sevilla.

VISITAR EL ALCÁZAR DE SEVILLA. TIPOS DE ENTRADAS AL ALCÁZAR DE SEVILLA.

Podéis visitar el Alcázar de Sevilla de la mano de un guía experto o por vuestra cuenta (ya sea con audioguía o sin ella).

Si contratáis la visita guiada (lo podéis hacer en este enlace), tendréis incluida la visita a la Catedral de Sevilla y la Giralda, también con guía. Además, os saltaréis las colas que para el Alcázar pueden superar la hora de espera. La verdad es que si contáis el precio de las entradas a la Catedral y al Alcázar, la visita guiada sale muy bien.

Si no contratáis la visita guiada os recomiendo que, a parte del billete de entrada (12.5€), alquiléis la audioguía (5€). De lo contrario, se hace bastante difícil saber qué hay que ver en el Alcázar en cada momento.

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Si vas a visitar Sevilla igual te interesa leer nuestro post acerca de los 17 lugares que hay que ver en Sevilla. Es una revisión con las visitas imprescindibles de la capital andaluza.

QUÉ VER EN EL ALCÁZAR DE SEVILLA. RUTA POR LOS LUGARES MÁS IMPORTANTES.

Al visitar el Alcázar de Sevilla estos son los distintos espacios que no os podéis perder.

EL PALACIO MUSULMÁN.

Al entrar al Alcázar de Sevilla accedemos al Patio del León, alargado, que es fruto de la ampliación en época cristiana. Lo que sí que podemos ver es una parte de la antigua muralla de época almohade, con tres arcos.

A la derecha se abre un espacio que es conocido como la Sala de la Justicia. Ésta, así como el patio que se abre posteriormente y conocido como Patio del Yeso es de lo poco que queda del primer palacio musulmán.

La Sala de la Justicia, que en su origen habría sido una qubba musulmana fue redecorada en tiempos cristianos, con yeserías mudéjares y con un artesonado octogonal que la cubre. Esta sala se abre, como decía, al Patio de Yeso, que también corresponde al Palacio musulmán. En el ala izquierda del patio encontramos una triple arcada en herradura de estilo califal. A la derecha nos fijamos en una preciosa estructura de yesería, que es la que da nombre al patio. Se trata de un pórtico considerado como una verdadera obra maestra del arte almohade.

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EL PATIO DE LA MONTERÍA

Regresamos por donde hemos venido. La visita al Alcázar de Sevilla continúa accediendo al Patio de la Montería. Recibe el nombre por haber sido el punto de encuentro de los nobles que concurrían a las cacerías organizadas por los reyes cristianos.

La cuestión es que sirve de patio distributivo de los distintos edificios. Por detrás queda el Patio del León, desde donde hemos accedido; a la derecha, el Salón del Almirante; y en frente, el Palacio de Pedro I, cuya fachada podemos observar desde el patio de la Montería. Esta fachada considera una joya del arte mudéjar español. Os dejo una foto porque se me hace imposible describir tanta belleza.

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Antes de acceder al Palacio de Pedro I entramos en el Salón del Almirante, que forma parte de la Casa de la Contratación. Aquí se regulaba el comercio con las colonias de ultramar. El techo de la Casa de Contratación es verdaderamente esplendoroso. En cuanto a la decoración, destaca el retablo de la Virgen de los Mareantes, de 1535, que está considerada la primera obra de carácter religioso relacionada con la Conquista de América.

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EL PALACIO DE PEDRO I O PALACIO MUDÉJAR

Ahora sí, entramos al Palacio de Pedro I o Palacio mudéjar del Alcázar Real. No hay ninguna duda de que se trata del conjunto de estancias más bello que hay que ver en el Alcázar de Sevilla. Más aún, quizá se trata del conjunto palaciego más bello de España y uno de los más espectaculares de toda Europa. Fue edificado durante el siglo XV en tiempos de Pedro I, que es quien da nombre al palacio.

La ornamentación es de características mudéjares. Es decir, utilizando las técnicas y motivos musulmanes, casi siempre gracias al quehacer de los artesanos de origen islámico que permanecieron en la Península.

El maravilloso Patio de las Doncellas se presenta como el eje alrededor del cual se distribuyen las distintas estancias del Palacio de Pedro I. Se trata de un patio alargado de 21 metros de largo y dos pisos. En el inferior, los 24 arcos lobulados están decorados al estilo mudéjar. Los 36 arcos de la galería superior, son renacentistas. Justo en el centro del patio se ubica una alberca, rodeada de sendos parterres. La verdad es que la disposición y arquitectura de este patio nada tiene que envidiar a otros más célebres, como el famoso Patio de los Leones de la Alhambra de Granada.

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Como decía, alrededor de este Patio de las Doncellas se distribuyen las distintas estancias, como el Salón de la Alcoba, las Salas de los Infantes o el Salón del Techo de Felipe II. Cada una de ellas tiene sus particularidades, claro está, pero en ninguna de ellas falta una exquisita decoración a base de yeserías mudéjares, azulejos y riquísimos artesonados. Especialmente espectacular resulta el del Salón del Techo de Felipe II, que es el salón más alargado.

Sin embargo, una sola estancia hace que las demás empalidezcan. Me refiero al Salón de los Embajadores. Solo por conocerla ya merecería la pena visitar el Alcázar de Sevilla. Qué maravilla. Si nos dijeran que nos encontramos en la más bella mezquita del mundo árabe nos lo creeríamos, tan es la profusión de detalles arquitectónicos. La cúpula, de madera, recuerda a las más bellas de Samarcanda. Esta sala, abierta en los cuatro lados gracias a triples arcos de herradura, presenta tal cantidad de detalles mudéjares que se hace, nuevamente, imposible de describir. Os dejo unas cuantas fotos, aunque ya os digo que ni tan siquiera las imágenes hacen justicia al que fue concebido como Salón del Trono de Pedro I.

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Antes de abandonar el Palacio de Pedro I, aún tenemos que visitar el Patio de las Muñecas. Más íntimo aunque también verdaderamente espléndido, otra vez con este conjunto de arcos mudéjares con yeserías que se sustentan sobre columnas con capiteles. De verdad que al visitar el Alcázar de Sevilla, el viajero va de sorpresa en sorpresa.

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EL PALACIO DE ALFONSO X O PALACIO GÓTICO

Con suma pena dejamos el Palacio Mudéjar para conocer el Palacio Gótico, obra de Alfonso X. En realidad, damos un paso atrás en el tiempo, pues este palacio, mucho más austero, fue edificado aproximadamente un siglo antes que el de Pedro I.

Alfonso X había sido el sucesor de Fernando III, el conquistador de Sevilla, y no se adaptó al palacio musulmán que se distribuía en espacios más bien pequeños. Por este motivo, alzó un nuevo palacio más al gusto castellano, con grandes salones de tipo gótico, que era el estilo imperante del momento.

La Sala de las bóvedas, con los azulejos renacentistas añadidos posteriormente, es una de las más bellas. También lo es el Salón de los tapices, con una decoración que hace referencia a las gestas de Carlos V. También merece la pena echarle un vistazo a la capilla, que en su momento estaba dedicada a San Clemente.

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REAL ALCÁZAR DE SEVILLA. Editorial Dosde. Este libro supone una excelente guía sobre el Arcázar de Sevilla. Preciosamente ilustrado y con profusió de información histórica y artística es, además, un regalo perfecto para llevarse a casa. Lo podéis adquir en la tienda del Alcázar de Sevilla. Y si no vais a visitar la ciudad, también en la web del Editorial Dosde. El libro, además de disponer de más de 300 fotografías de gran calidad sobre el Alcázar, permite acceder al contenido digital de la web de la editorial.

LOS JARDINES DEL PALACIO REAL.

Antes de terminar de visitar el Alcázar de Sevilla hay que salir al exterior y disfrutar de sus jardines. Así, en plural. Con nombres tan sugerentes como Jardín del Retiro del Marqués o Jardín de las Damas, son el resultado de las múltiples reformas acontecidas a lo largo de los siglos. Aquí encontramos un sinfín de fuentes, laberintos, parterres, estanques, esculturas o bancos de azulejos.

La verdad es que se trata de un lugar de lo más relajado. Especial mención merece el pabellón de Carlos V que se sitúa en el denominado Jardín de la Alcoba. En su momento desempeñó las funciones de oratorio musulmán. Sin embargo, a mediados del siglo XVI fue transformado en pabellón de descaso.

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Con el recorrido por los jardines termina nuestra visita al Alcázar de Sevilla, uno de los lugares que hay que conocer de manera imprescindible en la capital andaluza y, para nuestro gusto, el monumento más bello de toda España.

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Comentarios:

2 comentarios en “Visitar el Alcázar de Sevilla. El Monumento más bonito de España.


Mercè
31 de marzo de 2019

En breus torno a Sevilla, direcció Cadis.
Fa un mes, em va quedar per visitar algun monument, entre ells aquest meravellós conjunt de palaus, sales i jardins. He llegit atentament i pres anotacions del teu post que segur em servirà, doncs està explicat amb molt detall.
Abraçada als tres!

    Jordi
    2 de abril de 2019

    La veritat és que és una visita espectacular. Per mi, el palau més bonic que hi ha a la Península Ibèrica. Càdis ho tinc pendent i amb moltes ganes!

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