Visitar Auschwitz con niños. Recomendaciones oficiales y nuestra experiencia.

¿Está prohibido visitar Auschwitz con niños? ¿Es adecuado? ¿Hay alguna recomendación acerca de ello? La verdad es que cuando decidimos visitar Cracovia en familia, hace apenas un año, una de las grandes dudas que tuvimos era si el Campo de Concentración de Auschwitz era un lugar adecuado para ser visitado con niños.

Estuvimos indagando un poquito acerca de este tema. El resultado fue que las reglas del campo concentración indican, simplemente, que “It is not recommended that children under 14 visit the Memorial”. Es decir, de manera más o menos oficial, no se recomienda que los niños visiten Auschwitz por debajo de los 14 años. Habla, por tanto, de una simple recomendación. Luego, cada familia conoce a su hijo (o debería) y puede suponer como le puede afectar, en los positivo y en lo negativo, la visita a un lugar históricamente tan espeluznante.

Escudriñando un poquito en varios foros en inglés nos dimos cuenta de que había opiniones para todos los gustos. Desde familias que habían entrado a Auschwitz con niños de 6 o menos años y que explicaban que la experiencia había sido positiva, hasta usuarios que comentaban que un lugar de estas características no es adecuado para que sea visitado por ningún niño. Eso sí, casi nadie que había visitado Auschwitz con sus niños parecía opinar que aquello le hubiera supuesto un drama a sus hijos. A los sumo, no habían entrado en algunos de los lugares del memorial que cada familia había imaginado especialmente duro.

Con estas premisas nos tocó tomar una decisión. Yo había visitado Auschwitz hacía ya unos años, de manera que existía la posibilidad de que me quedara con Marc, mientras Isa realizaba la visita. Pero la verdad es que, dentro de lo extraordinariamente dura que resulta la historia que allí sucedió, no me parecía que debiera ser especialmente traumática para Marc.

PREPARACIÓN PREVIA ANTES DE VISITAR AUSCHWITZ CON NIÑOS

Finalmente tomamos la decisión de que Auschwitz sí que podía ser adecuado para un niño de 9 años (esta era la edad de Marc). O, al menos, para nuestro hijo, al que suponíamos (y así fue) suficiente madurez como para afrontar la visita.

Desde luego, es una de las mejores excursiones desde Cracovia, de manera que de ninguna manera nos la podemos perder.

En el mes anterior a la visita le estuvimos hablando acerca de la Segunda Guerra Mundial, la invasión nacionalsocialista y el trato que éstos tuvieron con gitanos, homosexuales y, particularmente, judíos. También estuvimos mirando juntos la célebre película “La vida es bella”. Por un lado, retrata la enorme crudeza de la vida en el Campo de Concentración, a la vez que se realizan distintas alusiones a la solución final. Sin embargo, creo que es una película suficientemente amable como para que pueda ser entendida por un niño. Creo, francamente, que supuso una buena base, junto a las explicaciones que le dimos, para que Marc pudiera afrontar la visita a Auschwitz.

EL DÍA DE LA VISITA

Pues bueno, tras decidir que finalmente haríamos la visita con Marc y tras esa preparación previa que supuso hablarle varias veces acerca de la naturaleza de Auschwitz, lo que allí se vivió y lo que allí podría ver, vino el momento de ponerlo en práctica.

Hay que decir que, pese a la enorme dureza de los hechos acontecidos allí y que el guía relata, las imágenes que podríamos llamar más espeluznantes de limitan a unas pocas salas. El guía explica la cruda historia del lugar, pero de una manera que entendemos que un niño con un mínimo de madurez puede asimilar sin mayores problemas.

Eso sí, hay que tener en cuenta que el recorrido guiado tiene una duración total de más de 3 horas. En este sentido, solo hay que realizar la visita a Auschwitz con niños, si más allá de entender que están preparados psicológicamente para ello, son capaces de aguantar, sin rabietas y demás, el largo rato que dura la visita. Se trata de un lugar donde el respeto debe ser máximo, de manera que no se trata de andar a gritos diciéndole el niño que la visita está a punto de terminar, cuando puede que aún queden un par de horas para ello.

En el caso de Marc, solo le limitamos la entrada a alguna de las salas donde se exponían imágenes más duras. En este caso, Isa se adelantaba unos pasos y si consideraba que no eran aptas para un niño, pues Marc y yo nos quedábamos fuera. Pero fue en lugares muy concretos.

Un lugar que puede resultar especialmente duro son los reconstruidos crematorios. Nuevamente, cada padre y madre deberá considerar si su hijo es suficientemente maduro para verlos. En este caso, una buena explicación previa y ver cómo han entendido y reaccionado a la misma puede resultar un buen indicio. Al fin y al cabo, lo realmente espeluznante es la historia que allí sucedió y no el crematorio en si mismo.

La segunda parte de la visita a Auschwitz consiste en recorrer el campo de Birkenau. En este caso se visitan algunos de los barracones donde vivían hacinados los presos. Algunos de los foros hablaban que esta era una de las zonas más duras para visitar Auschwitz con niños. Me lo pareció solo relativamente. Marc había visto los barracones en la película La vida es bella, y enseguida los recordó. Aun con la dureza de la historia que allí sucedió, más que con el escenario en si mismo, no nos pareció ningún problema visitar este lugar con niños. Sin embargo, una vez más, depende de cada pequeño. Al fin y al cabo, cada familia conoce a su hijo y debe ser capaz de saber si está preparado para visitar Auschwitz.

CONCLUSIONES. ¿DE PUEDE VISITAR AUSCHWITZ CON NIÑOS?

Tras haber visitado Auschwitz con un niño de 9 años, las conclusiones son bastante claras.

• Desde el Campo de Concentración se recomienda, de manera general, no visitar Auschwitz con niños menores de 14 años.
• Bajo nuestra experiencia, dependiendo de la madurez de niño, se puede visitar el Campo de Concentración tras una mínima preparación que permita al menor entender, mínimamente, lo que allí sucedió.
• Solo en algunas salas concretas puede ser conveniente evitar que el niño las visite.
• Deberían abstenerse de visitar Auschwitz los niños que no sean capaces de guardar el debido respeto (es decir, hacer la visita casi en silencio) durante las 3 horas que dura la misma.