Visitar Aranjuez desde Madrid, y concretamente, el Palacio Real de Aranjuez, supone una de las mejores excursiones que pueden realizarse desde la capital de España.
Aranjuez es una ciudad de unos sesenta mil habitantes situada a una cincuentena de kilómetros de Madrid en sentido sur, cuyo paisaje cultural fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO el 14 de diciembre de 2001. Ello incluye el conocido como Real Sitio de Aranjuez que es el compendio del Palacio Real y de los terrenos más o menos adyacentes. Todo ello, con multitud de jardines que suponen una combinación de obras paisajísticas, arquitectónicas y artísticas dignas de figurar en la lista del Patrimonio de la Humanidad.
Al visitar Aranjuez desde Madrid, por tanto, no solo tendremos que visitar el Palacio Real de Aranjuez, si no también algunos de los jardines de la población, como el Jardín del Parterre o el Jardín del Príncipe.
CÓMO VISITAR ARANJUEZ DESDE MADRID.
Para visitar el Palacio Real de Aranjuez desde Madrid tenéis varias opciones.
- EXCURSIÓN GUIADA DESDE MADRID. Lo más fácil, aunque solo disponible en verano. El tour incluye el transporte en autobús con aire acondicionado, el guía oficial de habla española y las entradas a los lugares visitados. Además de visitar el Palacio Real de Aranjuez se recorren varios de los jardines de Aranjuez y el Museo de las Falúas Reales. Podéis mirar los precios aquí y contratar.
- EN TREN. El tren de cercanías une la estación de Atocha de Madrid con la de Aranjuez en unos 45 minutos. Hay 2 o 3 trenes por hora. También hay trenes regionales que cubren la distancia en unos 35 minutos. En este caso, podéis comprar la entrada en la web de Patrimonio Nacional o en las taquillas de entrada. Si queréis realizar la visita de la mano de un guía en español lo debéis contratar aquí con antelación. El recorrido no solo permite visitar el Palacio de Aranjuez si no también varios de sus jardines, con el guía incluido.
- EN COCHE. Lógicamente, también podréis visitar Aranjuez con vuestro coche o con un coche de alquiler. Si vais a alquilar coche, os recomiendo echar un vistazo a este comparador que os permite conseguir los mejores precios.
LA VISITA AL PALACIO REAL DE ARANJUEZ
El Palacio Real de Aranjuez fue alzado en tiempos de Felipe II. Sin embargo, los terrenos donde se asentó fueron incorporados a la Corona Real española bastante antes, durante el reinado de Carlos I, cuando bajo de acuerdos alcanzados con la bula pontificia de 1523, la orden de Santiago, que era la propietaria de los terrenos, quedó agregada a Corona de Castilla.
Fue, sin embargo, Felipe II, hijo de Carlos I, quien mandó erigir el Palacio de Aranjuez. Para ello, contrató el arquitecto renacentista español Juan Bautista de Toledo, aunque tras su prematura muerte fue Juan de Herrera quien terminó las obras. Curiosamente, exactamente lo mismo pasó con el monasterio de El Escorial, donde Herrera acabo sustituyendo a Juan Bautista de Toledo.
Sin embargo, las obras del palacio no se terminaron hasta bastante después. De hecho, al visitar el Palacio Real de Aranjuez lo que podremos comprobar es el resultado de los trabajos acometidos en tiempos de Fernando VI y su hijo Carlos III, ya entrado el siglo XVIII. Es decir, se trata de un palacio muy al estilo de los borbones, que conjuga una mezcla de lo italianizante (particularmente en la decoración de los techos) con lo francés (sobretodo, en lo que hace referencia al mobiliario).
En la actualidad, el Palacio Real de Aranjuez se ha convertido en un museo, aunque en algunas ocasiones puede ser sede de recepciones oficiales. Lo primero que nos llama la atención es su gran fachada principal, orientada al oeste. Desde aquí ya comprobamos que el Palacio Real de Aranjuez se dispone en una planta baja más un primer piso y que solo en la parte central hay un segundo piso con ventanas. A derecha e izquierda, sobresalen sendas alas. Justo en el punto donde cuerpo principal y alas se unen, se ubican dos torres que se culminan con una cúpula con linterna.
Antes de entrar a visitar el Palacio Real de Aranjuez, lo rodeo, para echar un vistazo al coqueto Jardín del Rey, adosado a la fachada sur, y al gran Jardín del Parterre, que queda por detrás de la fachada posterior. Aquí se ubica una bonita fuente de Hércules y Anteo.
Se accede al interior del Palacio Real de Aranjuez por la fachada sur, donde se compran las entradas y se pasa el control de seguridad. Llama la atención una preciosa escalera de honor, aunque las paredes aparecen bastante desnudas y el techo está ornamentado con un motivo que más bien parece el parqué de un suelo y que no me gusta mucho, la verdad.
A partir de aquí se inicia el recorrido. Visitar el Palacio Real de Aranjuez ocupa aproximadamente de unos 45 minutos o una hora, donde se recorren una treintena de salas. Desde luego, no las voy a detallar todas, ni mucho menos. Pero lo que se puede recorrer al visitar el Palacio Real de Aranjuez es el típico palacio borbónico con frescos en los techos, de los que penden grandes lámparas, tapices y pinturas, paredes ornamentadas con sedas, muebles al estilo imperio, siempre diseñados en maderas nobles y con ornamentos dorados, enormes espejos de marcos barrocos y preciosas y valiosas alfombras que dejan ver los suelos de mármol cuando están parcialmente recogidas.
En cualquier caso, el Palacio Real de Aranjuez no resulta tan recargado como el Palacio Real de Madrid o Versalles. Y menos aún que los palacios del Rey Loco que visitamos en Baviera.
Como es habitual en este tipo de Palacios Reales, pudimos visitar las estancias pertenecientes al Rey y las de la Reina. Cada uno disponía de sus despachos, dormitorios y salas de recepciones. Sin embargo, las salas más curiosas son la del Gabinete Árabe, que se inspira en la sala de las Dos Hermanas de la Alhambra de Granada, y la del Gabinete de Porcelana, que fue uno de los primeros encargos que recibió la Real Fábrica de Porcelana del Palacio del Buen Retiro.
No puede faltar en el Palacio el habitual Salón del Trono, con paramentos tapizados con terciopelo rojo y una bóveda con frescos representando la Monarquía. El mobiliario del salón pertenece a la época de Isabel II, aunque los sillones reales corresponden al estilo Luis XVI.
Tras visitar el Palacio Real de Aranjuez o, al menos, la planta noble, accedo a la capilla, desde la planta baja. La verdad es que resulta bastante más sencilla de lo que esperaba. Está decorada con pinturas de Bayeu en la bóveda, al que ya conocimos al visitar Toledo (concretamente, el claustro de la Catedral Primada, que también fue decorado por este artista).
EL JARDÍN DEL PRÍNCIPE
Tras visitar el Palacio Real de Aranjuez me dirijo hasta el cercano Jardín del Príncipe, el mayor de Aranjuez. Desde el Jardín del Parterre, que es el que queda en la parte posterior del Palacio Real, hasta la entrada principal del Jardín del Príncipe no hay más de cinco minutos a pie. El espacio recibe el nombre de Jardín del Príncipe por haber sido creado por Carlos IV cuando todavía era Príncipe de Asturias. Fue terminado en 1808 cuando el personaje había asumido ya la corona española. El Jardín del Príncipe sigue la moda paisajística de los jardines ingleses del siglo XVIII y XIX, alejándose de los estilos italianizantes.
Se trata de una enorme extensión de unas 150 hectáreas, de forma más o menos rectangular. Por la parte norte y oeste está cerrado por el río Tajo, mientras la entrada principal se sitúa en el lado sur, en la Calle de la Reina.
En el Jardín del Príncipe encontramos un sinfín de senderos para disfrutar del paseo otoñal, sin más, con algunas estructuras ornamentales y arquitectónicas que irán surgiendo a nuestro paso, como la fuente de Narciso, la Fuente de Apolo o el Estanque de los Chinescos, que es la única superficie lacustre del jardín. La verdad es que se echa en falta algún lago más, como es habitual en este tipo de jardines, aunque este Estanque de los Chinescos que dispone de dos templetes, uno clásico y otro chinesco, es bien bonito.
En este mismo Jardín del Príncipe encontramos dos lugares más que hay que ver en Aranjuez. El primero, el Museo de las Falúas Reales, que durante mi visita permanecía cerrado, por lo que no lo pude visitar. Aquí se exponen varias embarcaciones que los Reyes de España utilizaban para navegar por el Tajo. Habitualmente se puede visitar con la entrada del Palacio Real de Aranjuez, aunque también de forma independiente.
Otra segunda construcción recibe el nombre de la Casa del Labrador y se localiza en la parte más oriental del Jardín del Príncipe. Es un pequeño palacete neoclásico edificado a finales del siglo XVIII. Se trataba de algo así como del lugar de recreo de Carlos IV, que se establecía en el Palacio Real de Aranjuez entre el 7 de enero y el 7 de julio de cada año.
Las visitas a la Casa del Labrador de Aranjuez son guiadas, duran unos 40 minutos. Las entradas tienden a terminarse, de manera que si la queréis visitar, merece la pena comprar los tickets con antelación en la web de Patrimonio Nacional. Tienen un coste de 5€.
La verdad es que visitar Aranjuez desde Madrid supone una muy buena manera de pasar un día y permite conocer uno de los lugares más bellos a nivel histórico y artístico de la Comunidad de Madrid.