El Viaje a Senegal ha sido, probablemente, el más importante que hemos realizado en 2019. Al menos, en términos de duración (el único que ha superado las dos semanas éste año). Además, junto a un viaje que nos espera en diciembre, el único que ha transcurrido fuera de Europa.

Hacía tiempo que queríamos viajar a Senegal, teóricamente el país más desarrollado de África Occidental, y éste año, finalmente se ha dado. Ha sido un viaje a Senegal de 15 días de duración que nos ha dejado, sin embargo, un sabor algo agridulce. Desde luego, ha tenido grandes momentos.

Pero no es menos cierto que este viaje a Senegal nos ha regalado también más de un momento no tan agradable. En algunos casos, porque el diseño del viaje (en el que hemos participado sólo en parte) no ha sido suficientemente completo como hubiéramos deseado (y de esto nos hemos dada cuenta una vez en el país; casi en el día a día sobre el terreno, diría yo). En otras ocasiones, sin embargo, por la propia idiosincrasia de Senegal (y, a veces, de los senegaleses). 

Viaje a Senegal

CUÁNTOS DIÁS SE REQUIEREN PARA VISITAR SENEGAL. 

Creo que con 15 días se puede hacer un viaje a Senegal que abarque varias de las regiones más interesantes del país. Siempre que se cuente con coche con conductor, como ha sido nuestro caso. Se puede viajar a Senegal por libre, desde luego. Sin embargo, en este caso se perderá bastante tiempo en traslados, por lo que probablemente se requieran tres o cuatro jornadas más (además de bastante paciencia en el uso del transporte público) para hacer el mismo recorrido.

Con 15 días y contando con coche de alquiler se puede visitar lo más importante del norte de Senegal (Dakar y Gorée, Lago Rosa, Saint Louis, Desierto de Lompoul, Touba), la Casamance, el País Bassari y el Delta de Sine-Saloum. Si disponéis de entre 10 y 12 días, deberá obviarse alguna de las regiones.

Recorrido viaje a Senegal

SALUD Y SEGURIDAD PARA VIAJAR A SENEGAL.

No hemos tenido sensación de inseguridad durante nuestro viaje a Senegal. Otro tema es el de la salud. Excepto Marc, 4 de los 5 integrantes del coche (Isa, yo mismo, el conductor y el guía) hemos enfermado en algún momento de este viaje de 15 días por Senegal. En mi caso, estuve 2 días con fiebre de casi 40.

Se hace imprescindible disponer de un buen seguro de viaje para viajar a Senegal. El seguro IATI estándar dispone de muy buenas coberturas a buenos precios (y desde este enlace, con un descuento del 5% sobre precios oficiales). Además, en caso de requerir asistencia médica, te atenderán en español y a cobro revertido (o te devolverán el importe de las llamadas).
Un tema importante. En Senegal hay malaria. Para evitar contraer esta enfermedad contagiosa debéis hacer tres cosas: dormir con mosquitera, llevar repelente de mosquitos tipo Relec y, particularmente, hacer la quimioprofilaxis durante y después del viaje a Senegal. Contactad con el centro de salud internacional de vuestra región si vais a hacer este viaje. Allí os dirán si requerís otras vacunas adicionales.

CÓMO HEMOS REALIZADO EL VIAJE A SENEGAL. 

Para realizar este viaje a Senegal de 15 días de duración nos pusimos en contacto con varias agencias y guías locales que encontramos en foros de viaje. Solicitamos presupuesto para 15 días y para un recorrido que incluyera norte y sur de Senegal (también el País Bassari). Los 3 presupuestos que recibimos eran semejantes: en torno a los 2500 euros para 3 personas. Incluía coche con conductor, guía en español, gasolina, media pensión (alojamiento, cenas y desayunos) y las visitas habituales de cada lugar.

Realizamos algún pequeño cambio para incluir algún lugar que queríamos visitar pero básicamente aceptamos uno de los presupuestos recibidos. No fue posible cambiar alojamientos, porque los guías tienen convenios con distintos hoteles y campamentos.

Una vez en el país nos dimos cuenta de dos cosas: 

  • En el recorrido había demasiados “tiempos muertos. A menudo se ha llegado a las 17.00 horas a los hoteles o campamentos, con nada o casi nada que hacer allí. Hemos tenido la sensación que se podía haber aprovechado mucho mejor el tiempo.
  • Algunos de los alojamientos, particularmente en el sur, han dejado bastante que desear. Varios de los llamados campements no han presentado los mínimos de limpieza que exige el viajero medio occidental. Y os aseguro que nosotros no somos especialmente exigentes o escrupulosos. Durante los 8 primeros días, hemos dispuesto de agua caliente en 1 sola ocasión, por ejemplo. Pero éste aspecto, ha sido, en realidad, el menos importante. Ha sido, como decía, la exagerada falta de limpieza en, al menos, dos o tres alojamientos, lo que nos ha exasperado. Creo que por muy poco dinero más, se puede conseguir bastante mejor alojamiento. Incluso en lugares del país donde éste escasea.

Fiesta Viaje a Senegal

CUÁNDO VIAJAR A SENEGAL. 

La mejor época para viajar a Senegal es durante el invierno europeo. Es decir, entre noviembre y abril. Coincide con la época seca en que, además, las temperaturas son un poco más suaves. Es la temporada alta para el turismo. Durante este momento, las playas senegalesas (particularmente Sally y Cap Skirring) se llenan de franceses.

Nosotros realizamos el viaje a Senegal durante nuestro verano, en plena temporada de lluvias. Es la temporada baja para el turismo. Desde luego, las playas están desérticas y, al menos en septiembre, casi no nos cruzamos con turistas (menos de una decena por día). Durante esta época no es posible visitar los parques nacionales de Djoudj y Niokolo Koba, ni tampoco avistar hipopótamos en Wasadou. Nosotros tuvimos suerte porque aunque llovió la mitad de los días del viaje, siempre lo hizo de noche, lo que no nos impidió realizar ninguna visita.

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LO QUE MÁS NOS HA GUSTADO DEL VIAJE A SENEGAL. 

  • Senegal es un oasis democrático en una región del planeta dominada por las dictaduras.
  • Los paisajes de Senegal. Especialmente el vergel en que se convierte el sur del Senegal durante el verano (en época de lluvias).
  • La comida senegalesa. Mucho más variada de lo que suponíamos y bastante alejada del tópico del “pollo y arroz diario”. Además de pollo, hemos comido carne y pescado cocinado de distintas maneras. Gambas frescas y camarones en salsa, pasta, sopas, cuscús o el Thieboudienne, el plato nacional, han sido otros de los platos degustados. Y casi siempre han resultado deliciosos. Incluso los que nos cocinaron en algunos de los campements inmundos donde nos hemos alojamos.
  • Los mangos del país. Deliciosos. Particularmente en la región de la Casamance, donde son muy abundantes.
  • Que platos, vasos, cubiertos y, en general, sábanas, estuvieran siempre limpios. Nos sorprendió, además, habida cuenta de que la higiene no es unas constante en el país.
  • Ver la llegada de los pescadores y el corrillo que se forma en torno a la mercancía que llevan. El espectáculo se repite en casi todas las playas de Senegal y la verdad es que resulta una maravilla.
  • Conocer al Rey de Oussouye. Garante de las tradiciones animistas de la Casamance.

Fotos Viaje a Senegal

Viajar a Senegal

  • La mezquita de Touba, sede de la cofradía de los muridistas, la más importante del país. Es una de las mezquitas más espectaculares que hemos visitado jamás.
  • Visitar la Isla de Gorée y la horrible historia de la Casa de los Esclavos.

Viaje a Senegal

  • La buena convivencia entre religiones (más de un 90% de los senegaleses profesan un islam de lo más moderado) y entre las más de 25 etnias que conviven en el país.
  • Que el acceso a la prueba de detección precoz de la malaria sea gratuita en todos los centros de salud. En el caso de resultar positiva, también lo es el tratamiento.

LO QUE MENOS NOS HA GUSTADO DEL VIAJE A SENEGAL. 

  • La corrupción institucionalizada. Cada vez que la policía detiene tu coche supone un dolor de cabeza un momento de incertidumbre. No es raro que el agente busque tres pies al gato a fin de sacar dinero ilegalmente.
  • La basura que está colonizando por completo todas y cada una de las ciudades del país. Jamás hemos visto tanta mierda acumulada en las aceras y cunetas (latas y plásticos, particularmente, pero en realidad, todo tipo de residuos) como hemos podido ver en este viaje a Senegal. La mierda se va a comer el país. Literalmente.

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  • El estado de abandono en que se encuentran varios de los escasos monumentos de relevancia con que cuenta el país. Saint Louis, por ejemplo, ciudad Patrimonio de la Humanidad, se encuentra en un estado deplorable y la Unesco ya ha amenazado en varias ocasiones de que puede perder su condición.
  • La senegalización de las etnias históricamente más aisladas. Producto de la globalización y de la presión turística, desde luego. Y, también, del progreso. Conocer a los bedik o bassari con sus trajes típicos, como hace solo unas décadas, se convierte ahora en tarea solo posible durante las fiestas y celebraciones.
  • El olor (y la escasa higiene) de los mercados. Siempre se habla de los mercados como una explosión de aromas y colores. Pues bien, los mercados de Senegal (particularmente en el sur) huelen muy mal (salvo excepciones). Además, resulta sorprendente la cantidad de moscas que pueden llegar a colonizar el pescado o la carne expuesta al público, así como que se venda frutas o verduras que parece ya en estado de putrefacción.

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  • Demasiadas cosas no funcionan y a nadie parece importarle. Y, en esta ocasión, me refiero a los establecimientos públicos, alojamientos y restaurantes. Cuando no es la cadena del retrete, es el aire acondicionado, el wifi que prometen, la nevera o que la puerta no cierra bien. Cuando lo comentas en recepción a nadie parecerá preocuparle ni intentará ponerle remedio. Esto es lo habitual en Senegal.

 

NOS HA SORPRENDIDO PARA BIEN EN ESTE VIAJE A SENEGAL. 

  • No encontrarnos con las imágenes recurrentes de desnutrición con que nos topamos continuamente en otros países. Particularmente, en Mali y Burkina Faso. En este sentido, la sensación que nos dio el país es que, dentro de su humildad, Senegal es capaz de alimentar a casi todos sus ciudadanos.
  • En comparación a otros países africanos y asiáticos, ni los vendedores resultan agresivos (ni excesivamente pesados) con los turistas, ni tampoco los niños y lugareños, pidiendo repetitivamente regalos, dineros y caramelos. A excepción del País Bassari.

 

NOS HA SORPRENDIDO PARA MAL EN ESTE VIAJE A SENEGAL. 

  • La hospitalidad senegalesa. En comparación con otros países (como Irán, Omán, Uzbekistán o Turquía), la hospitalidad brilla por su ausencia o se limita a los casos en que alguien puede obtener algo a cambio. Nada encontramos que se pudiera semejar a lo que aquí llaman la Teranga (la hospitalidad senegalesa). Por poner algunos ejemplos: pedir en un mercado que te dejen probar un cacahuete o un dátil (para decidir si comprarlos) y que te digan que no. Desde luego, es la percepción personal que nos dio, en un viaje de solo 15 días. Sin embargo, es la misma percepción que nos permitió comprender que otros países son extremadamente hospitalarios.

Hasta aquí este pequeño resumen de lo que ha supuesto nuestro viaje de 15 días a Senegal. En artículos posteriores os contaré acerca de los lugares más interesantes que hemos podido conocer.

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