Subir al Kjerag, la roca colgada, supone culminar uno de los hitos de los Fiordos de Noruega. Para nosotros, era uno de los objetivos que teníamos marcado para el viaje de finales de verano. Después de visitar Stavanger y dedicar una segunda jornada a realizar la excursión al Preikestolen desde Stavanger, había llegado el día de realizar la excursión al Kjerag. Y, en esta ocasión, el día nos acompañó, pues el sol lució de lo lindo y la neblina que el día anterior nos acompañó durante la subida al Púlpito, se dispersó por completo.
Seguro que habéis visto fotografías del Kjeragbolten, la roca de 5 metros cúbicos que permanece encajada, de forma milagrosa, entre dos paredes verticales graníticas, casi 1000 metros por encima del fiordo del Lyse. Pues bien, esta roca, es el objetivo de todos aquellos que realizan el trekking del Kjerag, que es el nombre del monte donde se encaja la roca y que tiene una altura de 1110 metros sobre el nivel del mar.
De esta manera, aunque lo habitual es que se hable del trekking al Kjerag, dado que la mayoría de senderistas llegamos hasta la roca y no hasta el pico, lo realmente correcto sería hablar de la excursión al Kjeragbolten.
CÓMO HACER LA EXCURSIÓN AL KJERAG DESDE STAVANGER.
Primero de todo, recordar que es posible realizar el trekking del Kjerag solamente entre mediados de mayo y septiembre. Fuera de esta temporada se considerada altamente peligroso. De hecho, subir al Kjerag resulta bastante más exigente que al Púlpito. Tanto por la longitud y duración del trayecto (12 kilómetros en total y más de 5 horas de caminata) como por su dureza. Desde luego, el trekking del Kjerag no es una ruta familiar y durante el ascenso no llegamos a ver ningún niño de menos de 14 años, por ejemplo.
Dicho esto, estas son las dos maneras de realizar la excusión al Kjerag desde Stavanger. En ambos casos os tocará madrugar.
SUBIR AL KJERAG EN UNA EXCURSIÓN ORGANIZADA
La excursión al Kjerag desde Stavanger (es esta, podéis mirar los precios aquí) incluye el traslado en bus hasta el fiordo de Lyse, el paseo en barco por el fiordo hasta la población de Lysebotn, el autobús hasta el inicio del sendero y el guía profesional que os ayudará a llegar al Kjeragbolten, la roca colgada de Noruega.
La ventaja en relación a hacerlo por vuestra cuenta es que dispondréis de un guía y vais a realizar un trayecto por el propio fiordo de Lyse, lo que os permitirá ver el Púlpito desde abajo.
SUBIR AL KJERAG POR VUESTRA CUENTA.
En este caso, lo más fácil es tomar el autobús de Gofjords que os llevará hasta el párking del Kjerag. Tiene un precio de 720 NOK (72€) ida y vuelta (640 NOK si se compra por avanzado. En septiembre solo sale los fines de semana. Si tomáis esta opción, tened en cuenta que el autobús no os estará esperando para regresar. Es decir, os deja unas 6.5 horas para hacer el trekking, que debería ser suficiente. Pero si os entretenéis, el bus partirá sin vosotros, porque es un autobús de línea y no una excursión.
Desde luego, otra opción el alquilando un coche para hacer el trayecto entre Stavanger y el párking del Kjerag (podéis mirar aquí precios con descuento para el alquiler de coche en Noruega). Son unas dos horas y media, en un trayecto francamente fascinante, con cientos de lagos y lagunas a ambos lados de la carretera.
¿SE PUEDE SUBIR AL KJERAG CON NIÑOS? CONSEJOS Y ALGUNAS COSAS A TENER EN CUENTA.
Después de subir al Kjerag, la idea que me ha quedado es que se trata de un trekking de nivel bastante exigente y con un nivel técnico que pude resultar importante para quien no esté habituado a la alta montaña. El desnivel no es que sea mucho mayor al de la excursión al Preikestolen), pero sucede en tres ascensos francamente verticales que requieren de la ayuda de cadenas y de caminar sobre granito.
Creo que el trekking al Kjerag puede ser peligroso para todos aquellos que no están habituados a la montaña y, particularmente, si las condiciones climáticas no son las mejores. En días de llovizna o viento, particularmente.
Nosotros no vimos a ningún niño menor de 14 años subiendo el Kjerag. No digo que no se pueda hacer, desde luego. Pero, bajo mi punto de vista, me pareció un ascenso demasiado duro como para compartirlo con niños.
Algunos consejos básicos para subir al Kjerag.
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SUBIR AL KJERAG. NUESTRA EXPERIENCIA.
Llegamos a la estación de autobuses de Stavanger unos minutos antes de las 7.30 de la mañana, que es cuando parte el bus al Kjerag. Hemos tenido tiempo de desayunar, pero con nosotros traemos una pequeña mochilita con un par de botellas de agua, dos bocadillos, algo de fruta y una barritas energéticas.
El día es precioso y soleado y el trayecto de casi dos horas y media hasta el párking del Kjerag lo pasamos ensimismados con un paisaje francamente bellísimo, trufado por cientos de lagos y lagunas que parecen no tener fin. Quizá se trate del paisaje “continuo” más bello que hemos visto en Europa desde nuestro viaje a Islandia.
Cuando llegamos al párking del Kjerag, el conductor del bus nos recuerda la hora de regresar y, particularmente, que el autobús no esperará a nadie. Nos recomiendo que si en tres horas no hemos conseguido subir al Kjerag, que regresemos.
Junto al párking hay un precioso lodge de madera que queda suspendido y desde el que se tiene unas excelentes vistas al fiordo y a Lysebotn, que queda justo a orillas del fiordo.
La excusión al Kjerag empieza desde el párking. Un panel nos indica el perfil del trekking, mostrándonos la existencia de tres exigentes ascensos que se alternan con tres pequeñas bajadas, para terminar con un último kilómetro y medio de muy suave descenso hasta llegar al Kjeragbolten.
En primer tramo resulta francamente duro. Como ayer con el Preikestolen, no te da tiempo ni a calentar. La verdad es que se trata de un kilómetros en subida continua sobre bloques graníticos y con necesidad de trepar usando manos y pies o de ayudarse con las cadenas fijas estratégicamente situadas. Probablemente sea este primer tramo el más difícil de completar, ocupándonos como media hora para superar este primer kilómetros que nos lleva desde los 640 metros de altura del párking hasta los 825 metros.
La subida está perfectamente señalizada en todo momento. Particularmente con marcas rojas en forma de T, pero también con algunos hitos. Además, la jornada casi veraniega de hoy invita a subir al Kjerag, de manera que somos bastantes senderistas en la ruta. No hay pérdida posible.
Aunque durante esta primera subida paramos al menos en un par de ocasiones (como casi todos los senderistas), al llegar a esta primera cima nos relajamos un poquito, a fin de disfrutar de este maravilloso paisaje granítico, que deja el fiordo de Lyse a nuestra derecha. Sabíamos que subir al Kjerag era duro, pero con este primer tramo nos ha quedado clarinete.
Tras la subida toca bajar, no más de 60 o 70 metros, para tomar el segundo ascenso, al que seguirá más tarde un tercero; este último, tan duro como el primero, y que permitirá alcanzar el punto más alto de la ruta a 1020 metros sobre el nivel del mar. También aquí se requiera de la ayuda de cadenas a fin de superar el tramo. Entre las tres subidas, dos valles, al que llaman Pequeño Valle y Gran Valle. Hay que decir que por ahí pasan algunos riachuelos donde abastecerse de agua. Aunque hemos subido un litro cada uno, la verdad es que a mí se me hace corto, de manera que no me queda otra que beber agua de la límpida. También encontramos alguna laguna glaciar bien bonita.
Antes se subir el último tramo nos cruzamos con un refugio de montaña, utilizable en caso de que el el clima se gire en tu contra. Estamos a mitad de camino y nos queda la tercera subida que ya os comenté que resulta también bastante dura y que se supera con ayuda de cadenas. Otros tramos, están acondicionados con lo que vienen a ser escaleras, mucho más llevaderas.
Tras alcanzar del punto más alto, sabemos que lo que queda es casi “coser y cantar”. El último kilómetro y medio se realiza sobre placas graníticas que debemos ir sorteando para llegar hasta el Kjeragbolten, punto final de la esta excursión al Kjerag desde Stavanger.
La verdad es que la emoción en ver la roca colgada del Kjerag es inmensa, como no podía ser de otra manera tras dos horas y media de subida. Por detrás asoma del fiordo de Lyse, que con el día tan soleado que tenemos, se muestra en su máximo esplendor.
Es hora de hacer cola para subir al Kjeragbolten, puesto que, en este último día casi veraniego del año, somos centenares los que hasta aquí nos hemos acercado. Por lo que vemos, no todo el mundo sube al Kjeragbolten, ni mucho menos. Y de los que hacen cola, algunos de ellos se echan para atrás en el último momento. Este será mi caso. Aunque no tengo especial vértigo, estaba convencido que no lograría dar este último pasito hasta la roca colgada. Y así fue. Puse un primer pie y le dije a mi cuñado Ricard que tirara la fotografía, que con esto era suficiente. La verdad es que la sensación de tener casi 1000 metros de caída libra bajo mis pies era demasiado importante como para poner el segundo pie y tener el recuerdo de la foto soñada.
Ricard sí que subirá al Kjeragbolten. Él sí que tendrá la foto de rigor! Aprovechamos el tiempo de la cola para disfrutar del paisaje, del Kjeragbolten, del firodo y de los bocadillos que nos hemos traído. No de la Kjeragfossen, una de las cascadas más altas del mundo, que solo está activa 5 meses al año. Para ello hay que subir al Kjerag a mediados de primavera.
La bajada del Kjerag se hace más llevadera, aunque los tramos graníticos de fuerte pendiente no son nada fáciles tampoco y nos debemos ayudar de las cadenas fijas. Aun así, resbalamos en varias ocasiones. Cumplimos la bajada en dos horas peladas.
El sueño de subir al Kjerag desde Stavanger lo hemos cumplido con creces. Eso sí, el último pasito hasta la roca colgada ha resultado para mi imposible. Si tenéis la posibilidad de visitar Stavanger, dedicadle al menos 4 jornadas. Más allá de los lugares que ver en Stavanger y de la excursión al Preikestolen, merece la pena dedicar un día a subir al Kjerag y otro más a visitar el Magma Unesco Geopark.