¿Qué ver en Pekín? ¿Cuántos días son necesarios para visitar la capital china? En este post os vamos a hablar sobre las visitas imprescindibles de Pekín y todo lo que no os debéis perder en la que es una de las ciudades más interesantes de Asia.
PEKÍN, LA CIUDAD DE LOS CAMBIOS.
Pekín, también conocida como Beijing, es la capital de la República Popular China y una de las ciudades más populosas del mundo, con más de 20 millones de habitantes. Es, además, una de las más extensas, de manera que llegar a algunos de los lugares más interesantes que ver en Pekín os puede llevar un buen rato en transporte.
Pekín, además, ha cambiado de manera espectacular en los últimos 25 años. Más de 20 hace ya que la visitamos por primera vez. En aquel momento, los coches escaseaban y casi todos los pequineses se desplazaban en bicicletas. También éramos más bien pocos los extranjeros que viajábamos por libre por el país y solo podíamos alojarnos en unos pocos hoteles para foráneos. El inglés brillaba por su ausencia en la mayoría de establecimientos turísticos y la verdad es que la iniciativa privada era casi nula. Incluso para llevarte algún recuerdo a casa debías visitar algunas de las escasas “Tiendas de la amistad”, especialmente diseñadas para vender a los pocos turistas occidentales que llagaban al país.
Pekín dio un enorme paso adelante con la designación como sede olímpica de 2008. No solo se acometieron muchas e importantes obras, si no que el gobierno promovió una evidente occidentalización de la ciudad e, incluso, de las costumbres de la sociedad local. En Pekín, cada vez son menos los chinos que escupen continuamente al suelo o que eructan durante la comida. Todo ello fue fruto de una estudiada política de reeducación llevada a término por el gobierno, imponiendo una serie de valores de nuevo cuño para la sociedad china.
Los Juegos Olímpicos y las obras acometidas se llevaron también por delante parte de la esencia china de la ciudad. Por ejemplo, la que se podía encontrar en los barrios más tradicionales y humildes de la capital, los conocidos como hutongs, muchos de ellos céntricos. Éstos, fueron derrumbados para edificar nuevos arrabales comerciales o residenciales, a menudo en un estilo que intentaba emular al tradicional chino, aunque algo acartonados.
CUÁNTOS DÍAS SE NECESITAN PARA VISITAR PEKÍN.
Pekín suele ser la puerta de entrada a China. Con 3 días podréis visitar los lugares más importantes que hay que ver en Pekín. O, al menos, lo esencial. Un cuarto día lo utilizaréis para visitar la Gran Muralla desde Pekín, la excursión imprescindible y que nadie puede perderse.
Desde luego, si disponéis de más días podréis visitar la ciudad menos apresuradamente y conocer otros lugares de interés. Sin embargo, a no ser que viajéis sin billete de vuelta, esto os restaría tiempo al resto de vuestro recorrido por la China.
QUÉ VER EN PEKÍN. 10 VISITAS IMPRESCINDIBLES.
Estas son las 10 visitas que hay que ver en Pekín de manera indispensable.
- Plaza Tiananmen
- Ciudad Prohibida
- Parque de Jingshan
- Palacio de Verano
- Templo del Cielo
- Mercado Nocturno de Wangfujin
- Templo de los Lamas
- Templo de Confucio
- Parque Olímpico
- Ciudad de las Artes
PLAZA DE TIANANMEN
El primero de los lugares que hay que ver en Pekín es la más famosa de sus plazas. Tiananmen es el ombligo de la ciudad. Se trata de una de las plazas de mayor tamaño del mundo, con casi 900 metros de largo. Es decir, muy al estilo comunista, lo que permitía organizar aquí grandes desfiles militares.
Los de mi generación enseguida asociamos esta plaza con la masacre de Tianamen, las protestas contra el gobierno llevadas a término en la plaza en 1989 y cuya represión acabó con miles de muertos. Más de 25 años después, sigue siendo un tema tabú en la República Popular China.
Desde luego, no se trata de la plaza más bonita del mundo ni muchos menos, aunque varios de los lugares de mayor importancia de la ciudad (y de China) se ubican aquí. Es el caso de la Ciudad Prohibida, que se abre al norte, desde la Puerta de Tiananmen (fue desde aquí donde Mae Zedong proclamó la fundación de la República en 1949) o del Mausoleo de Mao, que se ubica en un mastodóntico edificio localizado en el centro de la plaza. Curiosamente, las dos veces que hemos visitado Pekín no hemos podido personarnos frente a la momia de Mao, porque se encontraba en restauración.
También en Tiananmen se encuentra la sede del gobierno o Gran Palacio del Pueblo así como el Museo Nacional de China. La plaza se cierra por el sur por la Puerta Zhengyangmen. Desde aquí se abría la zona de hutongs, que actualmente han sido sustituidos por un barrio de nuevo cuño, comercial y pseudotradicional al mismo tiempo. La verdad es que se trata de una zona muy agradable para pasear, especialmente cuando cae la noche, y donde disfrutar de buenos restaurantes. Eso sí, carece del encanto de los antiguos hutongs pekineses.
CIUDAD PROHIBIDA.
Al norte de la Plaza de Tiananmen se abre el monumento más importante que hay que ver en Pekín. Se trata de la Ciudad Prohibida. Es decir, el enorme complejo arquitectónico que da cabida al Palacio Imperial. Desde aquí, 24 emperadores chinos dictaron los designios del país durante más de cinco siglos.
El único problema que tiene el visitar la Ciudad Prohibida es que siempre está repleta de turistas y las colas para las entradas son enormes. Ahora pueden comprarlas por anticipado aquí y te ahorrarás las colas.
Al superar la Puerta de Tiananmen, al norte de la plaza homónima, se abren varias puertas más, que dan lugar a los distintos patios y pabellones dispuestos a lo largo de un eje longitudinal. Aquí residía el Emperador, pero también toda la corte real, muchos funcionarios y sus concubinas. El tópico de una Ciudad dentro de la Ciudad se cumplía aquí a la perfección. El color rojo es el predominante en los distintos pabellones edificados en madera y, a menudo, sin el uso de clavos. El mármol y las bellísimas escalinatas decoradas con relieves resultan francamente fascinantes.
El Salón de la Suprema Armonia, localizado en lo alto de una terraza de mármol blanco de tres niveles, decorada con balaustradas, es uno de los más bellos del recinto. Si seguimos en dirección norte, encontraremos el Salón de la Armonía Central y el Salón de la Armonía Preservada, no menos espectaculares. En este último se celebraban los grandes banquetes.
TEMPLO DEL CIELO.
Igualmente imprescindible resulta el Templo del Cielo de Pekín, que se localiza en el Parque Tiantan, tres kilómetros al sur de la Plaza de Tiananmen. Como en la Ciudad Prohibida, merece la pena tener comprados los ticket por avanzado (lo puedes mirar aquí).
Aquí acudía el Emperador, dos veces al año, a fin de asegurar las cosechas. En la primera ocasión, rogaba por las futuras cosechas. En la segunda ocasión, tras la temporada de las lluvias, daba las gracias.
En este parque encontramos varios edificios, pero el más espectacular de todos es el Templo de las Rogativas por las Buenas Cosechas. Se trata de uno de los iconos de la ciudad, de manera que no os lo podéis perder. Está completamente edificado en madera, y sin ayuda de clavos ni argamasa. Resulta espectacular, con su situación en lo alto de una triple terraza, y su planta circular culminada por tres tejados de color azul oscuro.
Otros edificios que podéis visitar en el Parque Tiantan son la Bóveda Imperial del Cielo, el Salón de la Abstinencia y el Altar Circular.
PARQUE JINGSHAN
El Parque Jingshan es otro de los lugares que hay que ver en Pekín. Se sitúan justo al norte de la Ciudad Prohibida, en una colina artificial que tiene una altura que no llega a los 50 metros. Fue construida gracias a la tierra excavada en la edificación de la Ciudad Prohibida y sus fosos.Las vistas de la Ciudad Prohibida desde arriba merecen de por sí que subáis hasta aquí (aunque a nosotros nos pilló un día de niebla).
Sin embargo, lo que más nos gustó fue el ambiente que se respira en el parque. Particularmente con muchos grupos de lugareños bailando. En este parque también encontramos varias puertas y pabellones de madera, diseñados al estilo tradicional chino.
PALACIO DE VERANO.
Desde luego, otro de los lugares imprescindibles de Pekín. Este parque no está situado en el centro de la ciudad, si no a una quincena larga de kilómetros. La visita al parque del Palacio de Verano os ocupará una mañana entera. Los emperadores Qing utilizaron este lugar para escapar del calor estival de la capital. Se trata de un lugar bastante frondoso, que incluye algunas colinas y que se sitúa alrededor del Lago Kunming.
En las casi 300 hectáreas del parque encontraréis multitud de pabellones, teatros y torres, algunas de ellas localizadas en lo alto de la loma que domina el parque. Bastante curiosa resulta la que es conocida como calle Suzhou, que recrea la de esta ciudad cercana a Shanghai, famosa por sus canales.
Otro lugar que hay que ver en Pekín y que se sitúa en este parque es la conocida como Gran Galería. Se trata de un larguísimo corredor formado por centenares de vigas de madera decoradas con pinturas.
Otra de las estrellas del Palacio de Verano es el barco de mármol anclado a orillas del lago Kunming. El original es de 1755, aunque el que podemos ver en la actualidad fue mandado construir por la Emperatriz Cixi, a finales del siglo XIX.
DONDE DORMIR EN PEKÍN
MERCADO NOCTURNO WANGFUJIN
Desde luego, no os faltarán ideas para cenar en Pekín. Pero una muy interesante puede ser el acercarse hasta el mercado nocturno de Wangfujin. En esta calle, más allá del ambiente comercial se monta, cada noche, un estupendo mercado nocturno.
Resulta un lugar ideal para disfrutar de la comida tradicional china. Pero aquí, si queréis, no solo degustaréis la típica pasta de arroz. Se trata de uno de los mejores lugares donde degustar snacks de lo más exóticos, incluidos todo tipo de insectos, estrellas de mar o crujientes escorpiones. ¿os atreveríais? La verdad es que el espectáculo nos pareció de lo más curioso, pero nosotros nos conformamos con una cenita algo más convencional.
TEMPLO DE LOS LAMAS
También conocido como Lamasería o Templo de Yonghe, es otro de los templos que hay que ver en Pekín. Se trata de un edificio de finales del siglo XVII, construido durante la dinastía Qing. Sin embargo, antes de convertirse en uno de los focos más importantes del budismo tibetano en la China, este lugar fue residencia de los eunucos de la corte manchú e, incluso, palacio para el príncipe Yong, antes de que éste se convirtiera en Emperador.
El estilo del templo es una combinación de los estilos tibetanos con los chinos han, pero la verdad es que con los habituales tejados multicolores, resultan de lo más llamativos.
En este templo es donde mayor fervor religioso pudimos encontrar en Pekín. Es habitual ver como a los chinos les encanta quemar dinero falso o incienso en los quemadores que se sitúan enfrente de los pabellones.
La gran estrella del Templo de los Lamas es la enorme imagen del Buda de Maitreya, tallada en madera de sándalo y que tiene una altura de unos 18 metro.
TEMPLO DE CONFUCIO
Ni cinco minutos de paseo separan el templo de los Lamas del Templo de Confucio, otro de los imprescindibles de Pekín. La primera vez que lo visitamos, hace más de 20 años, estaba en un estado bastante lamentable, con las malas hierbas creciendo por doquier.
Pero la verdad es que la restauración llevada a término en los últimos años le ha devuelto su antiguo esplendor. Aun siendo un templo mucho más pequeño que la Lamasería, lo cierto es que con su bosque de estelas, donde se explican las enseñanzas del maestro y otros clásicos confucianos, los pabellones ornamentados al estilo chino tradicional y la propia estatua de Confucio, bien merecen una visita.
PARQUE OLÍMPICO.
Hasta ahora, hemos hablado de varios de los monumentos más importantes que ver en Pekín y que hacen referencia a su época histórica. Es momento, ahora, de hablar algo sobre la Pekín contemporánea.
Uno de los mejores legados que ha dejado la Pekín Olímpica de 2008 es el maravilloso parque olímpico. Pasearse al anochecer, cuando tanto el Estadio Olímpico (conocido como el nido de pájaro y obra de los arquitectos suizos Herzog & de Meuron) como el Centro Acuático están iluminado, resulta francamente espectacular.
GRAN TEATRO NACIONAL DE CHINA
Y un segundo lugar contemporáneo para terminar esta lista de los lugares que hay que ver en Pekín. El impresionante Centro Nacional de Artes Escénicas o Gran Teatro Nacional de China es un precioso edificio obra del arquitecto Paul Andreu (el diseñador del parisino Arco de la Defensa).
Está diseñado en forma de cúpula ovalada de titanio y cristal y la verdad es que me pareció una auténtica maravilla. Fue otro lugar que no conocíamos de la primera ocasión en que habíamos visitado Pekín, pues fue inaugurado en 2007.
Por cierto, el Teatro Nacional de China se localiza a menos de cinco minutos a pie de Tiananmen, en dirección este.
Y con esta peculiar construcción terminamos esta lista de los 10 lugares que hay que ver en Pekín de forma imprescindible.