En este post os vamos a contar acerca de 8 lugares que hay que ver en Huesca. Provincia pirenaica donde las haya, en Huesca podemos visitar algunos de los parajes de alta montaña más espectaculares de la Península Ibérica. Sin embargo, la provincia es mucho más que esto, pues entre los lugares más bonitos de Huesca también encontramos pueblecitos con mucho encanto, legendarios castillos y tesoros artísticos de primer orden, con algunas de las mejores muestras del románico del sur de Europa.
Aunque los montañeros más expertos pueden disfrutar en el Pirineo oscense, de algunas de las mejores cumbres de la Península Ibérica, las familias también podemos gozar de un buen número de senderos abiertos a todos los viajeros dispuestos a calzarse unas botas de montaña. Las posibilidades son muchas tanto en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido como en otros destinos. De algunos de ellos hablaremos en este post. Sin más, os dejo con 8 de los lugares que hay que ver en Huesca provincia.
QUÉ VER EN LA PROVINCIA DE HUESCA. 8 DE LOS LUGARES MÁS BONITOS DE HUESCA.
PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO
El Parque Nacional de Ordesa es uno de los parajes más espectaculares que hay que ver en Huesca y, en realidad, en el conjunto de los Pirineos. Las posibilidades en cuanto a senderismo se multiplican en las distintas vertientes de este maravilloso Parque Nacional. Sin embargo, de todas ellas es la ruta conocida como Senda de los Cazadores nuestra preferida.
El recorrido, que se inicia en la Pradera de Ordesa, os llevará todo el día, porque son algo más de 22 kilómetros que se completan en no menos de 7 u 8 horas. Y, además, las primeras dos horas son bastante exigentes, pues permite ganar más de 600 metros de altura en solo 3 kilómetros. Sin embargo, el esfuerzo merece la pena. Las vistas desde lo alto de la Faja de Pelay, con todo el valle de origen glaciar a nuestros pies son de las que quitan el hipo. La recompensa final es la catarata cola de caballo, punto de encuentro con quienes han llegado a la misma desde la Ruta de las Gradas de Soaso, menos dura.
MALLOS DE RIGLOS
Una de las formaciones más singulares que hay que ver en Huesca es la de los Mallos de Riglos, unas curiosas moles rocosas prepirenaicas, formadas de conglomerado. A sus pies se sitúa la población de Riglos, de quien toman el nombre.
La ruta circular que rodea los Mallos de Riglos no es nada exigente y solo requiere de un estado físico moderado para ser completada en menos de tres horas. Las vistas que se tienen de todo el conglomerado rocoso, pero también de la llanura que se sitúa justo enfrente de los Mallos, hacen que el esfuerzo merezca la pena. Particularmente desde el Mirador de Bentuso, cuando los Mallos Pisón y Firé nos miran de cara y la planicie con el Río Gallego queda justo detrás de las moles. Riglos con los Mallos a su espalda, conforman uno de los lugares más bonitos de Huesca.
MALLOS DE AGÜERO
Algo menos populares que los de Riglos, los Mallos de Agüero también merecen ser visitados. En este caso el desnivel es todavía más suave y el recorrido, de no más de 3 kilómetros en total, menos exigente, pudiéndose completar en hora y media. La verdad es que la fotografía de los Mallos de Agüero situados a la espalda del pueblecito que les regala el nombre es francamente impactante.
BOLEA (a 5km de Loarre y 30 km de Riglos). HOTEL CASA RUFINO. Sorprendente es poco. Uno de los hoteles con mejor relación calidad-precio en que hemos estado, en el centro de este pequeño pero encantador pueblo. Habitaciones muy amplias. Además, al vernos llegar con un niño nos dieron un pequeño apartamento con cocina y salón de estar incluido. En el mismo restaurante se cena de fábula y a muy buen precio.
JACA. HOTEL Apartahotel & Spa Jacetania. Estos apartamentos se sitúan a 2 km del centro histórico, en una zona muy tranquila y de fácil aparcamiento. Las habitaciones son muy amplias y bien equipadas y dispone de una zona común con piscina incluida, aunque nosotros no la usamos. El apartamento dispone de una cocina equipada con microondas y fogones y todo lo necesario para hacerte tú la propia cena. La verdad es que supuso una elección excelente y a muy buen precio.
AINSA. HOTEL APOLO. Un hotel situado a unos 15-20 minutos del centro medieval, en una zona más tranquila. Habitaciones amplias y con todo tipo de facilidades. El desayuno estña incluído. Es fácil aparcar en esta zona de la ciudad, aunque el hotel también dispone de párking propio.
ALQUÉZAR. HOTEL ALBERGUE RURAL DE GUARA. Está situado en un lugar privilegiado, justo enfrente del pueblo, con unas vistas impresionantes de Alcázar desde las alturas. Un lugar rural, de muy buen trato. Dispone de habitaciones dobles y compartidas y está incuído el desayuno. Muy buena elección.
AINSA
Aínsa es uno de los pueblecitos más bonitos que hay que ver en Huesca y casi de parada obligada si se va a visitar el Parque Nacional de Ordesa por la entrada de Torla. Se trata del típico pueblecito de media montaña, cuyo centro histórico está perfectamente preservado y con casi todas las edificaciones construidas en piedra.
La Plaza Mayor es uno de los lugares que con más ambiente de esta población. Y también uno de sus rincones más bellos, con sus pórticos de piedra y el campanario de la iglesia de Santa María en uno de sus extremos. Tampoco os podéis perder la subida a sus murallas, desde donde apreciaréis la magnífica naturaleza que rodea el que es uno de los pueblos más bonitos de Huesca.
ALQUÉZAR
Otro de los pueblecitos con encanto que hay que ver en Huesca es el de Alquézar, que se sitúa en la comarca de Somontano de Barbastro, en pleno Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.
Cuando dejéis el coche a la entrada del pueblo, en los aparcamientos dispuestos a tal efecto, tendréis una de las mejores vistas de este pueblecito enteramente construido en piedra y ladrillo y de tejados uniformes, donde destaca, en lo alto del mismo, la edificación de la antigua colegiata, su edificio más insigne.
Por Alquézar hay que pasear sin prisas, para perderse por sus rincones y disfrutar de su gastronomía. Sin embargo, uno debe reservarse al menos un par de horas para disfrutar de la naturaleza que circunda la población. La Ruta de las Pasarelas del Río Vero, de fácil acceso y recorrido, supone una estupenda ruta senderista que sigue los cañones que el Río Vero ha labrado a lo largo de los siglos. Una ruta, además, que permite disfrutar de un refrescante baño durante los meses estivales. Algo que se agradece.
CASTILLO DE LOARRE
Entre los varios castillos que hay que ver en Huesca, el Castillo de Loarre es el más espectacular de todos. Tanto a nivel histórico como artístico. De hecho está considerado uno de los castillos románicos más importantes del mundo y es serio candidato a formar parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Parece que el templo fue erigido en tiempos de Sancho III el Mayor. Está rodeado de una muralla que sigue bien conservada, casi diez siglos más tarde, y donde destacan un buen número de torreones de base circular, aunque también existe uno de base cuadrada. En el castillo en sí mismo destaca la iglesia de San Pedro, que conserva su bello ábside y que está considerada una obra importante del primero románico. La parte baja corresponde a la Cripta de Santa Quiteria. Entre las dependencia de carácter civil destacan varias torres de las que la del Homenaje, rematada por almenas, es la más alta de todas. Desde lo alto de la misma nos damos cuenta que la torre podría cumplir estupendamente con sus funciones de vigía. Las vistas desde aquí son excepcionales. Durante la visita a Loarre se pueden conocer otras dependencias, como las cocinas o los antiguos dormitorios (donde los viejos arcos que sostenían la techumbre siguen el pie).
JACA
Jaca es algo así como la capital de los Pirineos Aragoneses. Sin embargo, más allá de ser una ciudad de servicios, la población atesora un buen número de lugares de interés que la hacen merecedora de ser incluida en una lista de los lugares más importantes que hay que ver en Hueca.
Nadie debería perderse su catedral, la más bonita de Huesca y una auténtica joya del románico. Fue alzada a partir del siglo XI. El Museo Catedralicio es igualmente de visita obligada, pues nos muestra algunos de los más valiosos ejemplos del románico del Pirineo que hasta aquí fueron traídos. Entre ellos, el detalladísimo capitel del Rey David y los Músicos o muchas pinturas murales llegadas desde distintas iglesias. Las Pinturas de Bagüés, procedentes de la iglesia de los Santos Julián y Basilisa de Bagüés, están consideradas como la Capilla Sixtina del Arte Románico Español. Tampoco hay que perderse en Jaca, el Castillo de San Pedro, una Ciudadela construida a finales del siglo XIV por orden de Felipe II, considerada como uno de los ejemplos más importantes de arquitectura militar de España.
SAN JUAN DE LA PEÑA
No puedo terminar esta lista sin incluir la que es la gran joya del románico que hay que ver en Huesca. Me refiero al Monasterio de San Juan de la Peña, situado en la comarca de la Jacetania. Particularmente el Monasterio Viejo, que es del siglo XI, es de visita obligada, con un claustro edificado justo debajo de un complejo rocoso, que dispone de uno de los conjuntos de capiteles historiados más sobresalientes del arte románico. Sin dificultad alguna, podremos identificar algunos momentos más conocidos del Antiguo y Nuevo Testamento, como la Creación de Adán y Eva, el Pecado Original, el ciclo de la Anunciación y la Visitación o la Matanza de los Inocentes.
En San Juan de la Peña podemos visitar también su iglesia prerománica, el bello Panteón de los Nobles y el neoclásico Panteón de los Reyes. Los Reyes Ramiro I, Sancho Ramírez y Pedro I, los tres primeros del Reino de Aragón, yacen en este panteón.
Y con este Monasterio de San Juan de la Peña termino esta lista de 8 de los lugares más bonitos de Huesca, una provincia que, a excepción de mar, dispone un poco de todo y a la que os aconsejo dediquéis un mínimo de 5 o 6 días si tenéis la oportunidad de visitarla.