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Qué ver en Girona. Visita a la Ciudad Vieja de Girona.

Girona es una de las ciudades con más encanto de Cataluña. Una población con un centro histórico medieval estupendamente conservado, que en los últimos años se ha situado entre las favoritas para los turistas que visitan Cataluña.

Girona es, sin embargo, una ciudad más bien pequeña. Aunque tiene una población de unos 100.000 habitantes y una extensión más o menos importante, la visita a la ciudad se limita, casi siempre, al núcleo medieval que se sitúa entre el río Onyar y las murallas. Solo unos pocos gerundenses siguen residiendo en torno a esta ciudad medieval que, poco a poco, se va convirtiendo en una ciudad-museo como, por ejemplo, Siena o Dubrovnik. Al fin y al cabo, casi todos los lugares que hay que ver en Girona se localizan en un espacio más o menos compacto.


En este sentido, el visitante deja el casco antiguo de Girona y cruza los puentes sobre el río Onyar para visitar solamente la parte más cercana al río, como la Plaza de la Independencia o el Museo del Cine, uno de los más interesantes que hay que ver en Girona.

En este post os vamos a contar los lugares imprescindibles de Girona. Aquellos que no os podéis perder en una primera visita a esta agradable ciudad.

CUÁNTOS DÍAS SE NECESITAN PARA VISITAR GIRONA

Hay bastante que ver en Girona, de manera que merecería la pena disponer de un par de días enteros para visitar la ciudad. En esta última ocasión, así hemos hecho nosotros. Nos hemos alojado en el Hotel Double Tree by Hilton y hemos podido aprovechar a tope la ciudad.

Sin embargo, al ser una población muy compacta a nivel patrimonial, podéis visitar muchos de los lugares imprescindibles de Girona en una sola jornada. También existe la posibilidad de realizar un tour de un día desde Barcelona, que combina Girona con la visita al Museo Dalí de Figueras.

DÓNDE DORMIR EN GIRONA.

La verdad es que no nos parecieron nada baratos los alojamientos en Girona. En general, la ciudad es bastante cara, probablemente debido, en parte, por la pujante presión turística.

Nos alojamos en el Hotel Double Tree by Hilton, situado a 15 minutos a pie de la Ciudad Vieja (y por tanto, de la mayoría de lugares que hay que ver en Girona), en un lugar donde es relativamente fácil aparcar el coche.

El hotel estaba muy bien, con habitaciones amplias (nos añadieron una cama supletoria para Marc) y con un desayuno excelente para empezar la jornada. El hotel dispone de una preciosa piscina en la azotea, aunque no tuvimos tiempo de disfrutarla.

Otros muy buenos alojamientos en Girona son:

QUÉ VER EN GIRONA

Os proponemos un recorrido por Girona que os va a ocupar una jornada. Si queréis visitar los interiores de los monumentos y algunos de los museos más importantes que ver en Girona (como hicimos nosotros en esta ocasión), vais a tener que dedicarle, probablemente un segundo día.

LOS PUENTES Y CASAS DEL ONYAR

Si hay una fotografía que defina Girona es la del río Onyar, con el telón de fondo de las coloridas viviendas detrás del mismo. Asomando tras ellas, veremos algunas de las iglesias más importantes de Girona, como Sant Félix o la Catedral.

Se trata de una de las estampas más bellas que hay que ver en Girona. Nosotros entramos a la Ciudad Vieja de Girona por el Puente de Piedra que da directamente a la Plaza de la Libertat (allá encontraréis la oficina de turismo donde os ofrecerán un mapa e información). Sin embargo, son varios los puentes que cruzan el río en este punto, como el Pont Peixeteríes Velles, una obra de Eiffel, o el Pont de Sant Agustí. De esta manera, podréis tomar la foto de las Casas del Onyar desde distintos ángulos. Por cierto, no siempre han estado tan bien pintadas las fachadas posteriores de las viviendas que dan al río Onyar.

El colorido actual es fruto de una remodelación llevada a término durante los años 80 del siglo asado. Por momentos, uno puede pensar que se encuentra en alguna ciudad de La Toscana.


LA CASA MASÓ

Tomamos la Rambla de la Llibertat, que al mediodía hervirá de actividad pero que ahora está muy tranquila, para seguir por la Calle Argentería y la Calle de les Ballesterías, ambas paralelas al río. Aquí encontramos la Casa Masó, uno de los más importante monumentos que hay que ver en Girona y emblema del Novecentismo, el estilo que siguió al modernismo y que Rafael Masó llevó a nuevas cotas en su propia casa nasal.

Rafael Masó fue un importante arquitecto de la primera mitad del siglo XX, segundo hijo de una acomodada familia. Su obra más conocida es, precisamente, la remodelación que llevó a cabo en su propia casa natal situada en el Barrio Viejo de Girona. Masó unió hasta tres viviendas medievales en primera instancia, y luego incluso una cuarta, para diseñar un verdadero palacete que hoy es administrado por la Fundació Masó y que es posible visitar.

El Novocentismo propugnaba unas lineas mucho más geométricas y austeras que el Modernismo, en un cierto retorno al pasado. La verdad es que merece mucho la pena visitar esta mansión, con sus despachos señoriales, su bella biblioteca y sus distintas estancias. Nos permitirán entender cómo era una vivienda Novecentista y cómo vivía una familia acomodada de la Girona de principios del siglo XX.

En Girona, podréis ver otros muchos edificios diseñados por Rafael Masó, como La Farinera o la antigua Farmacia Masó.


LA LEONA DE GIRONA

Otro de los monumentos que hay que ver en Girona es el de su famosa leona. Si seguís por la calle Calderers llegaréis a ella en poco más de tres minutos. Se trata de una escultura de piedra calcárea localizada justo enfrente de la Basílica de San Félix.

La verdad es que no queda nada claro el origen de este símbolo de Girona. Sin embargo, la tradición manda besar el culo de la leona si uno quiere garantizarse el regreso a la ciudad. Desde luego, cumplimos con el ritual.

BASÍLICA DE SAN FÉLIX

Justo enfrente de la Leona de Girona nos encontramos con la Basílica de San Félix, una de las iglesias más importantes que ver en Girona y donde está enterrado el patrón de la ciudad, que no es San Félix, si no San Narciso (Sant Narcís).

Parece que tenemos que encontrar la primitiva iglesia en los orígenes de la Cristiandad, cuando ya existía un templo paleocristiano dedicado al mártir San Félix. Sin embargo, lo que veremos en la actualidad es el templo románico, gótico e incluso barroco. El campanario, por ejemplo, es gótico y fue alzado a partir del siglo XIV. Sin embargo, la portada principal el barroca.

Para visitar el interior hay que pagar entrada. El ábside de la iglesia de San Félix queda justo enfrente de una de las monumentales puertas de la antigua muralla de Girona. Sin embargo, en lugar de entrar por la puerta, nosotros tomamos camino a otra iglesia extramuros: Sant Pere Galligants.

SANT PERE GALLINGANTS

Llegamos a Sant Pere Galligants, en cinco minutos. Se trata de la más bella de las iglesias románicas de la ciudad, aunque en la actualidad está desacralizada y museizada (de hecho, forma parte del Museo de Arqueología de Cataluña).

Sant Pere era el templo del cenobio homónimo. Esta iglesia no estaba dedicada al pueblo si no que era de uso casi exclusivo para la comunidad monástica. Los lugareños utilizaban, como templo del día a día, la pequeña iglesia o Capilla de Sant Nicolau, que queda justo enfrente.

Como escribía, Sant Pere es un templo románico. Merece la pena dar la vuelta y situarse en los jardines que dan a su fachada posterior, donde podremos gozar de una maravillosa perspectiva, con los ábsides de la iglesia y su precioso campanario octogonal. Si entramos al interior nos daremos cuenta que se trata de una iglesia de proporciones bastante importantes, teniendo en cuenta que se alzó durante la primera mitad del siglo XII, recordando algo a la iglesia de Sant Vicens de Cardona, por ejemplo. No hay que perderse el recoleto claustro, que es una auténtica maravilla. Entre los capiteles, hay que buscar la sirena de doble cola, que es uno de los emblemas de la ciudad de Girona.


BAÑOS ÁRABES

Nuestro siguiente objetivo son los baños árabes que, en realidad, no son árabes ni tan solo romanos, como indica otra leyenda. Fueron alzado en el siglo XIII, de manera que se trata de unos baños románicos. Si son conocidos como Baños Árabes es debido a que la distribución de los mismos recuerda a los baños del norte de África que, al fin y al cabo, se inspiraron en los baños romanos.

La cuestión es que es este otro de los lugares que hay que ver en Girona de forma imprescindibles. El Apoditerio o vestuario, con la pequeña piscina cerrada por columnas, es precioso. Posteriormente podemos pasar por las distintas salas, como el Frigidarium, el Tepidarium y el Caldarium. Esta última era la sala más caliente y se disponía junto a la caldera.

Como era habitual en los baños de este tipo, el calor se distribuía a partir del hipocausto, el espacio subterráneo que mantenía caliente los baños y que podemos visualizar en este conjunto.


CATEDRAL DE GIRONA

Ahora sí, entramos a la ciudad intramuros por la monumental puerta que da a la escalinata de acceso a la Catedral de Girona. Desde luego, se trata de la iglesia más importante que ver en Girona. Se trata de la catedral gótica erigida en una sola nave, más amplia del mundo. La escalinata de acceso, sin embargo, es de estilo barroco y parece que también tiene el récord de ser la más larga del mundo entre las escalinatas barrocas.

La verdad es que se trata de una templo de fuerte contenido escénico, al situarse en lo alto de esta pequeña colina a la que se accede por la escalinata.

Hay que decir que, en esta ocasión, no entramos a la Catedral de Girona. La habíamos visitado en otras ocasiones y es bastante austera en comparación a otras catedrales. De manera que esta vez nos ahorramos los 7 euros que cuesta la entrada. Un peaje destinado a exprimir al viajero, toda vez que Girona se ha convertido en una ciudad muy turística.


CALL JUEU. EL BARRIO JUDÍO Y EL MUSEO DE HISTORIA DE LOS JUDÍOS.

Desde la base de acceso a la escalinata de la Catedral tomamos el Carrer de la Força, que es el principal de la antigua Judería de Girona. El Barrio Judío de Girona es un lugar encantador. Repleto de estrechos callejones, muchos de ellos en pendiente y llenos de escaleras, es uno de los lugares más interesantes que hay que ver en Girona.

Fue aquí donde habitó la próspera comunidad judía durante la época medieval. Sin embargo, a partir de los disturbios de finales del siglo XIV, los hebreos fueron invitados a marcharse de la ciudad. Aunque algunas familias continuaron en Girona, ya nunca más fue lo mismo. Y particularmente, tras la definitiva expulsión de los judíos por parte de los Reyes Católicos, en 1492.

El Centro Bonastruc ça Porta, que recibe el nombre secular del rabino y médico judío conocido también como Nahmánides, realiza las funciones de Museo de Historia de los Judíos. Merece la pena visitarlo a fin de darse cuenta de la importancia que la comunidad hebrea tuvo durante la época medieval.

Las excavaciones realizadas en el propio centro han dado con un antiguo miqvé. Es decir, los baños rituales judíos (el miqvé más importate de Cataluña lo visitamos en Besalú). De hecho, el Centro Bonastruc ça Porta se ubica en el mismo lugar donde un día se alzó la principal sinagoga del Barrio Judío de Girona.


SUBIDA A SANT MARTÍ SACOSTA Y PASEO POR LAS MURALLAS DE GIRONA

Como decía, la Judería está llena de subidas y bajadas, con escalinatas encantadoras. La más popular, la que sale en todas la fotos en la Pujada de Sant Domènec. A la izquierda queda el arco del Palacio Agullana. Y a la derecha, las escaleras que suben a la iglesia barroca de Sant Martí Sacosta. Se trata de uno de los rincones más fotografiados de la ciudad.

Desde Sant Martí Sacosta seguimos subiendo colina arriba (y escaleras arriba) hasta llegar a la Universidad de Girona, cuya sede se ubica en el antiguo Convento de San Domingo.

Desde allí accedemos a las murallas de Girona, en gran parte reconstruidas. Podéis subir de manera gratuita y dar una paseo por ellas, desde el que gozaréis de otras perspectiva de la ciudad de Girona. Desde aquí podréis divisar varios de los lugares que hay que ver en Girona y que habremos visitado ya, como la Catedral o Sant Félix.



MUSEO DEL CINE DE GIRONA

Merece la pena destinar al menos una hora a visitar el que es el único Museo del Cine de España. Con unos 20 años de historia a sus espaldas, este museo nació a partir de la colección particular de Tomás Mallol, una auténtica institución en Girona y quien se encargó de reunir todo aquello que hacía referencia al mundo del cine.

Aquí encontraréis objetos y dispositivos que, a lo largo de la historia, se han encargado de reproducir imágenes, desde bastante antes que la llegada del cine. Desde las sombras chinas, a los títeres javaneses protagonistas del teatro de sombras de Indonesia, la linterna mágica o el zootropo. Todo ello desembocó en uno de los más prodigiosos de los inventos del siglo XIX: el cinematógrafo de los Hermanos Lumiere, una máquina, obra de los hermanos Lumière, capaz de filmar y proyectar imágenes en movimiento.

De verdad que merece la pena que no paséis por alto la visita a este Museo del Cine, uno de los más importantes que ver en Girona.

CUA DE GALL. Si queréis cenar unos bocadillos de autor de lo más especiales y tomar unos cócteles deliciosos (también, sin alcohol) os recomiendo Cua de Gall (calle Goinesta, 9), en la orilla contraria a la Ciudad Vieja, pero a solo 300 metros del Pont de Pedra. Se trata de un local bastante nuevo, bien de precio y donde preparan unas tapas (el humus estaba de muerte) y bocadillos deliciosos.

Y hasta aquí esta lista de los lugares imprescindibles de Girona, aunque os aseguro que la ciudad da para más. Un vermú en Les Voltes o la Rambla de la Llibertat, una comida en la Plaça de la Independencia o una visita al gratuito Caixaforum de Girona, que programa excelentes exposiciones temporales (nos encantó la actual, dedicada al Antigua Egipto). Hay mucho que ver en Girona. Si la visitáis no os vais a arrepentir.

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