El viaje a Eslovaquia de este verano pasado ha sido una de las sorpresas positivas del año. Se trata de un país amable, con una presión turística muy contenida y con un buen número de lugares de interés (muchos de ellos incluidos dentro de la lista del Patrimonio Mundial). Además, viajar a Eslovaquia no resulta caro, de manera que que es un viaje que acaba mereciendo mucho la pena. En este artículo anterior os hablamos sobre la Ruta para un viaje a Eslovaquia y el presupuesto que manejamos. Veréis que no llegamos a gastar 500 euros por persona, con los vuelos incluidos.
En este post os vamos a contar 10 de los lugares que ver en Eslovaquia en un viaje de 1 semana. Bonitas ciudades, parqueas naturales, castillos o iglesias de madera fueron algunos de los enclaves que más disfrutamos durante el recorrido.
10 LUGARES QUE VER EN ESLOVAQUIA.
BRATISLAVA
La capital de Eslovaquia suele ser la puerta de entrada al país. Merece la pena dedicarle un día entero, aunque la verdad es que tiene un centro urbano bastante compacto, lo que facilita la visita. Entre los lugares que ver en Bratislava de manera imprescindible destacan su catedral de San Miguel, que fue durante varios siglos el lugar de coronación de los Reyes de Hungría, la Puerta de San Miguel y la Calle Michalska o la Plaza Mayor con el Ayuntamiento Viejo.
Bratislava es una ciudad un poco más cara que el resto del país, pero la verdad es que, con un poco de cuidado, se puede comer y beber muy bien a precios contenidos. Desde lo alto del Castillo de Bratislava se disfruta de unas bonitas vistas del río Danubio.
BANSKA BYSTRICA
Entre las varias ciudades de origen minero que hay que ver en Eslovaquia, Banska Bystrica es una de las más interesantes. Como muchas poblaciones del país, la ciudad creció alrededor de una plaza central que casi siempre tiene morfología alargada. En este caso es la Plaza Namestie NSP. Aquí hay que subir los 101 escalones de la Torre del Reloj, porque las vistas desde lo alto, con la plaza a nuestros pies, lo merecen. No puede faltar en la plaza la Columna Mariana que recuerda al final de la peste. Sin embargo, lo más interesante son el conjunto de viviendas renacentistas que circundan la plaza. Cerquita de esta plaza SNP encontramos el espacio que fue ocupado por el antiguo castillo de la ciudad. Aunque poco de la fortaleza ha llegado a nuestros días, merece la pena echar un vistazo a la iglesia de la Asunción, así como a la iglesia eslovaca. Ambas son góticas.
VLKOLINEC
Vlkolinec es un pequeñísimo enclave de montaña que debería ser incluido en todo recorrido por Eslovaquia. Está catalogado como uno de los 10 pueblos de Eslovaquia que deben preservarse y está formado por no más de una cincuentena de viviendas de madera, unifamiliares y de una sola planta que forman un núcleo urbano de lo más compacto y uniforme.
Alguna de las viviendas está dispuesta como museo, lo que nos permite entender cómo ha sido la vida en las montañas eslovacas en los últimos siglos. Sin embargo, otras de las viviendas siguen estando ocupadas por familias.
LOS ALTOS TATRAS
Entre los lugares que hay que ver en Eslovaquia no pueden faltar sus espacios naturales. El Parque de los Altos Tatras es uno de los más fácilmente accesibles y propone un buen número de senderos aptos para todas las edades y condiciones. Nosotros realizamos un trekking por los Altos Tatras que nos llevó desde el lago Strbske Pleso hasta las lagunas de Zabie Pleso. Fueron unas cinco horas en total, bastante accesibles, aunque un poco más duras en los últimos tramos. El sendero nos permitió disfrutar de una cordillera que es conocida como la Alta montaña más baja de Europa.
LEVOCA
Levoca es una pequeña población que forma parte del Patrimonio de la Humanidad y que merece la pena que se incluya en un viaje a Eslovaquia. No se tarda más de un par de horas en visitar este bello pueblo amurallado que tiene en la plaza Námestie Majstra Pavla su epicentro. Aquí encontramos los dos monumentos imprescindibles de Levoca: la iglesia de San Jacobo, que contiene el maravilloso retablo gótico del maestro de Levoca, y el bellísimo ayuntamiento renacentista, tan al gusto centroeuropeo y uno de los más elegantes que ver en Eslovaquia.
CASTILLO DE SPIS
Son varios los castillos que ver en Eslovaquia. Por ejemplo, los de Bojnice o Hronsek. Sin embargo, el más impresionante de todos es el Castillo de Spis. Por su ubicación, en lo alto de una colina situada en medio de una llanura, y por tu tamaño. Se trata de una de las mayores fortalezas medievales de Europa y, tras varias restauraciones, ha llegado a nuestros días en un muy buen estado de conservación.
LAS IGLESIAS DE MADERA DE LOS CÁRPATOS
Son decenas las iglesias de madera eslovacas que se encuentran distribuidas a lo largo y ancho de la geografía de este país. Algunas de ellas siguen el rito católico y otras, el ortodoxo. Pero todas ellas son igual de interesantes, de manera que durante un viaje a Eslovaquia hay que decidir cuáles visitar y cuales dejar de lado. Una buena idea es visitar varias de las iglesias incluidas dentro de la lista del Patrimonio Mundial. Una de las más curiosas es la de Kezmarok, que conserva una prodigiosa decoración interna con altares y pinturas de impresión. No le va a la zaga la iglesia, con campanario exento incluido, de Hronsek. Ambas forman parte de lo que eran conocidas como iglesias articuladas, por seguir las normas del articulado promulgado por el Rey Leopoldo I que permitía, bajo algunas circunstancias, alzar iglesias no católicas en Eslovaquia. Más pequeñas, aunque no menos interesantes, resultan las iglesias de Lamidorová o Bodruzal, ya próximas a la frontera con Polonia.
KOSICE
Kosice es la segunda ciudad más importante que ver en Eslovaquia. Hay que dedicarle un día entero, aunque la mayoría de lugares de interés se localizan alrededores de la alargadísima Plaza Hlavná. Por ejemplo, la Catedral de Santa Isabel, que es el monumento más importante que ver en Kosice y una de las joyas del gótico del este de Europa. Tampoco la capilla de San Miguel, que se sitúa enfrente de la Catedral o el viejo Campanario Civil o Torre de San Urbano pasan desapercibidos, así como la Columna de la Peste, una de las muchas que encontramos durante el viaje a Eslovaquia y que nos recuerdan los estragos de aquella epidemia de finales del los siglos XVII y XVIII.
CUEVA DE HIELO DOBSINSKA
Algo que hay que ver en Eslovaquia de forma imprescindible es alguna de sus cuevas de hielo. En realidad, éste fue el motivo principal que nos llevó a visitar el país. De todas ellas, la Cueva de Hielo Dobsinska es la más espectacular de todas. Las visitas se realizan con un guía y sólo está abierta durante los meses de verano. Sin embargo, la gran cantidad de hielo acumulado en su interior, así como las curiosas formaciones helados que iremos descubriendo, resultan de lo más sorprendentes.
Esta cueva se ubica en el Slovensky Raj o Paraíso eslovaco. Se trata de uno de los grandes parques nacionales del país. También dispone de varios senderos que parecían de lo más atractivos. Sin embargo, con un viaje de 1 semana a Eslovaquia ya no teníamos tiempo para más.
BANSKA STIAVICA
Antes de regresar a Bratislava y cerrar el círculo, todavía tuvimos tiempo para visitar otra de las ciudades mineras que hay que ver en Eslovaquia. Banska Stiavnica forma parte del Patrimonio de la Humanidad y fue edificada justo en el lugar donde los colonos alemanes se encargaron de explotar el rico subsuelo eslovaco.
Como siempre, la población se abre alrededor de una plaza central. En este caso, la Plaza de la Santísima Trinidad, que recibe este nombre con motivo de la columna mariana ubicada en la parte baja de la misma. Esta plaza en pendiente se cierra por su flanco inferior con la Iglesia de la Asunción de la Virgen, de origen gótico. En la misma plaza podemos entrar en uno de los muchos túneles que nos recuerdan su pasado como ciudad minera. Es conocido como Michal y se ubica en los subsuelos del que fue Tribunal minero y que hoy desempeña las funciones de oficina de turismo.
También merece la pena visitar los Castillos Viejo y Nuevo y el maravilloso Calvario de Banska Stiavnica, uno de los conjuntos religiosos más interesantes que ver en Eslovaquia.
Y a veis que una Ruta de 8 días por Eslovaquia da para bastante. En realidad, nosotros visitamos otros lugares, como Bardejov, una pequeña población incluida dentro de la lista del Patrimonio de la Humanidad, o las ciudades de Trencin, Kremnica o Trnava. La verdad es que el país ofrece mucho más de lo que uno espera, de manera que si tenéis la oportunidad de visitarlo, os aseguro que os va a encantar.