Sin embargo, os aseguro que tanto Newgrange como Knowth merecen de una excursión desde Dublín, aunque para ello sea obligado realizar un tour organizado (este tour en español es bastante barato y lo podéis contratar aquí), porque en transporte público se hace casi imposible a no ser que se quiera tardar toda una mañana en llegar al lugar. Desde luego, otra posibilidad es alquilar un coche.
Newgrange y Knowth, situados en el Valle del río Boyne, suponen los dos enclaves más importantes de una serie de túmulos alzados durante el neolítico. Se trata de dos lugares que juegan en la misma liga que el mucho más famoso Stonehenge (en realidad, tanto Newgrange como Knowth son anteriores) o los Dólmenes de Menga en Antequera.
La función de ambos túmulos (y de los más de 40 que se encuentran dispersos por la región) no queda suficientemente clara. Desde un principio se ha creído que se trataban de recintos funerarios. Sin embargo, más allá de ello, se piensa que al mismo tiempo podría tratarse de algún tipo de templo de tipo ceremonial. Sea lo que sea, lo cierto es que se trata un lugar fascinante y enigmático y que no deja indiferente a nadie que lo lo visita.
LOS TÚMULOS DEL VALLE DEL BOYNE DESDE DUBLÍN
NEWGRANGE
El primero de los lugares que vamos a visitar en esta excursión al Valle del Boyne desde Dublín será Newgrange. Para ello hay que pasar de manera inevitable por el centro de visitantes, que es donde se adquieren las entradas (nosotros la tenemos incluida en la excursión contratada) y donde se toman los autobuses de la Heritage Ireland que acercan los visitantes hasta los túmulos (no se puede llegar de ninguna manera en vehículo propio).
El túmulo de Newgrange es lo que se denomina una tumba de pasaje y tiene unos 5200 años de antigüedad. Fue construida durante el neolítico, en plena Edad de Piedra. Este túmulo, en forma de suave loma tiene una altura de unos 13.5 metros y un diámetro de 85. Buena parte del perímetro del túmulo está revestido de cuarzo, como antaño. Sin embargo, en la parte inferior de este perímetro se sitúan una serie de grandes piedras, llamadas kerbstones, muchas de las cuales tienen relieves y grabados que no son más que una primitiva forma artística. Se trata, sobretodo, de grabados rectilíneos y curvilíneos, aunque también existe alguno de tipo zoomorfo o hasta antropomorfo.
En uno de los puntos cardinales del túmulo de Newgrange se ubica la entrada al pasaje que lleva a lo que vendría ser la cámara funeraria. Justo aquí se ubica el mayor de los kerbstones, también ornamentado, de cuya verdadera función no hay más que especulaciones. Por encima de la entrada queda una ventana que es lo que permitirá el acceso del haz de luz que iluminará la cámara durante el solsticio de invierno y que luego os comentaré.
A partir de ahí empieza un pasaje de 19 metros de longitud y poco más de metro y medio de altura que conduce hasta la cámara. Grandes piedras verticales delimitan este pasaje, como si de un dolmen se tratara. Al llegar a la cámara observamos como ésta de abre a tres espacios, de manera que podríamos hablar de una morfología más o menos cruciforme. El techo se cierra en forma de falsa cúpula por superposición de hiladas, recordando al tholos del Romeral, en Antequera.
Una de las curiosidades de Newgrange es que la orientación del pasillo de acceso a la cámara es tal que durante el solsticio de invierno, el sol naciente penetra por la ventana que queda encima de la entrada hasta iluminar la cámara. Es un fenómeno que dura solo unos minutos de unos días muy concretos. Quien quiera asistir a este momento debe inscribirse en una suerte de rifa y cruzar los dedos. Durante la visita que hacemos nosotros (el túmulo de Newgrange se visita en grupos de una quincena de personas), la guía cierra por momentos la luz artificial interior a la vez que un haz de luz, también artificial, procedente del exterior ilumina la cámara, a fin de que entendamos el fenómeno.
La verdad es que la visita a Newgrange me parece grandiosa y, como decía, a la altura del muchísimo más célebre Stonehenge de Inglaterra.
TÚMULO DE KNOWTH
Tras visitar Newgrange regresamos en el shuttle hasta el centro de visitarnos para tomar otro bus que nos llevará al segundo de los lugares del Valle del Boyne que visitaremos: el túmulo de Knowth. O mejor dicho, el conjuntó neolítico de los túmulos de Knowth, porque aquí son bastantes las construcciones que se han encontrado.
El gran túmulo de Knowth, el principal, es una gran tumba de pasillo contemporáneo al de Newgrange, pero incluso se mayores proporciones. El gran túmulo estaba igualmente rodeado, en su base, por 127 kerbstones que, como el caso de Newgrange, suelen estar ornamentados con grabados y relieves. En este caso, sin embargo, no se diseñaron uno si no dos corredores que terminan en sendos espacios funerarios. Uno tiene 34 metros de longitud y el otro, 40. Es decir, el doble que el de Newgrange. En este caso, aunque podemos penetrar al inicio de uno de los corredores, no está permitido el acceso a ninguna de las dos cámaras funerarias.
La particularidad en el caso del túmulo de Knowth en el Valle del Boyne es que se encuentra rodeado por hasta 27 construcciones similares, pero de menor tamaño. La verdad es que la disposición recuerda un poco a los túmulos del enclave etrusco de Cerveteri.
La verdad es que el espacio, en su conjunto, resulta sobrecogedor, haciéndose difícil entender cómo podrían haber diseñado y construido un lugar de este tipo hace 5000 años.
La verdad es que la excursión al Valle del Boyne, con los conjuntos neolítico de Newgrange y Knowth, nos parece una de las mejores que se pueden hacer desde Dublín, de manera si os gusta el arte prehistórico estoy seguro que os encantará.