La Catedral de Sevilla junto a su famosa torre campanario, la Giralda, son uno de los símbolos de la capital hispalense. Incluida dentro de la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 1987, junto al Real Alcázar y el Archivo de Indias, está reconocida como la tercera catedral de mayor tamaño del mundo entero (las primeras son San Pedro del Vaticano y San Pablo de Londres) y la primera entre las góticas.
DE LA MEZQUITA ÁRABE A LA CATEDRAL DE SEVILLA.
La Catedral de Sevilla fue alzada a principios del siglo XIV y corresponde a finales del gótico. A diferencia de muchas otras catedrales góticas, la de Sevilla no fue alzada encima de un templo románico anterior si no sobre la antigua mezquita almohade que había sido erigida durante los años de dominación musulmana. Es por este motivo que la Catedral de Sevilla no dispone de la habitual planta en forma de cruz latina, si no que se distribuye en forma de planta de salón, lo que se corresponde con el área ocupada por la mezquita.
El templo musulmán había sido construido en tiempos del califa almohade Abu Yacub Jusuf, a finales del siglo XII. Se trataba de un templo de área rectangular, como es habitual entre las mezquitas árabes, y ocupaba una superficie nada desdeñable de 113 por 135 metros. La mezquita estaba dispuesta en 17 naves ornamentadas con arcos de herradura. Uno puede entender como podía ser aquella mezquita mayor de Sevilla fijándose en la mezquita-Catedral de Córdoba.
La cuestión es que cuando los cristianos conquistaron Sevilla en 1248, convirtieron la mezquita en templo cristiano. Y, de hecho, en Catedral de Sevilla. Y así persistió durante 150 años en un modelo muy semejante a la que se puede ver en Córdoba, donde también la mezquita había sido convertida en templo cristiano unos años antes, en 1236, por orden de Fernando III.
La diferencia entre los templos cordobés y sevillano radica en que aquella primitiva Catedral de Sevilla fue demolida en 1401, debido a que se encontraba en estado ruinoso, para alzar un nuevo templo, ya de características góticas.
LA CATEDRAL GÓTICA DE SEVILLA.
La nueva Catedral de Sevilla fue construida, por tanto, a partir de 1434, dándose por concluida durante el siglo XVI. Sin embargo, como casi todas las catedrales, la de Sevilla se trata de un templo evolutivo, que ha sufrido cambios a lo largo de los siglos. Este proceso la ha convertido, al final, en uno de los grandes monumentos que ver en Andalucía.
En cualquier caso, la edificación de la Catedral de Sevilla se inicia cuando el gótico hace casi 300 años que había dado sus primeros pasos. Notre Dame de París, por ejemplo, fue alzada a partir de 1163.
Además, la planta de la nueva Catedral de Sevilla se adapto a la de la mezquita musulmana. Incluso el patio de las abluciones, tan habitual en la arquitectura árabe, fue convertido en el actual Patio de los Naranjos de la nueva catedral. Por su parte, el alminar del templo musulmán fue reconvertido a campanario cristiano.
Poco se parece, en cualquier caso, a los modelos góticos que podemos tener todos en mente y que procedían de Francia. La Catedral de Sevilla, por ejemplo, no dispone de las dos torres gemelas que encontramos en las fachadas occidentales de las Catedrales de Reims, Amiens o París. Se trata de una catedral gótica mucho más achaparrada y menos espectacular, al menos desde fuera, que aquellas catedrales francesas. Eso sí, con los típicos arbotantes y pináculos góticos, resulta verdaderamente llamativa por su tamaño.
En la fachada occidental encontramos tres grandes portaladas, de las que la más bella es la central, dedicada a la Asunción. Fue terminada a finales del siglo XIX. Las portaladas del Nacimiento y del Bautismo, secundan la principal.
Más espectacular resulta la portalada del crucero sur, llamada del Puerta del Príncipe o de San Cristóbal. Sin embargo, incluso es aún más reciente, pues fue terminada en el siglo XX ya, respetando el estilo gótico. Justo enfrente se ubica una réplica del Giraldillo, la estatua que culmina la Giralda.
Más interesante resulta la puerta norte que no da a la catedral, si no al patio de los naranjos. Es la Puerta del Perdón, que tiene forma de herradura, lo que nos recuerda el origen musulmán del templo.
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EL PATIO DE LOS NARANJOS DE LA CATEDRAL DE SEVILLA.
El patio de los naranjos ocupa el espacio donde se ubicaba el antiguo patio de las abluciones del templo cristiano. Esté repleto de naranjos, haciendo honor a su nombre, y conserva en varios de sus lados los arcos en herradura tan típicos de la arquitectura árabe.
El patio tiene forma rectangular y ocupa una superficie de 43 por 81 metros. Podréis salir a la calle desde la Puerta del Perdón, que ya hemos dicho que tiene forma de herradura. Sin embargo, para entrar al patio lo tenéis que hacer desde dentro de la Catedral de Sevilla. Es decir, pasando antes por caja.
LA GIRALDA DE SEVILLA.
Casi más emblemática que la propia Catedral de Sevilla resulta su campanario. La Giralda fue el alminar de la antigua mezquita y fue alzada durante el siglo XII. Está considerada uno de los tres grandes minaretes de Al-Andalus, junto a la Torre de Hassan y la Koutubia que podéis ver en Marrakech.
La Giralda de Sevilla tiene en la actualidad unos 95 metros de altura. De ellos, aproximadamente dos tercios corresponden a la construcción almohade y el último tercio a las remodelaciones posteriores. De hecho, a punto estuvo de ser demolida cuando se decidió alzar un nuevo templo gótico durante el siglo XV. Mira por donde, seis siglos más tarde no solo sigue en pie si no que está considerada como el símbolo de Sevilla.
La cuestión es que durante el siglo XVI se acometieron varias reformas que culminaron, más o menos, en la estructura que podemos ver en la actualidad. Sin embargo, durante el siglo XVIII aun se añadieron la Terraza de las Azucenas y el cuerpo del reloj. En lo alto de la Giralda se sitúa, desde entonces, el Giraldillo, una escultura que simboliza la Fe y el Triunfo de la Iglesia.
La cuestión es que uno de los atractivos al visitar la Catedral de Sevilla es tener la posibilidad de subir a lo alto de la Giralda. La entrada está incluida en el precio del billete de manera que, de momento, no hay que pagar ningún extra.
Para llegar hasta la plataforma superior hay que superar 35 tramos en pendiente y unas pocas escaleras. Pero la experiencia merece la pena, porque las vistas de 360 grados abarcan toda Sevilla.
EL INTERIOR DE LA CATEDRAL DE SEVILLA.
La planta de la Catedral de Sevilla es, como dijimos, de tipo de salón, por ocupar la misma área de la antigua mezquita. Aquí, por tanto, no encontramos el habitual deambulatorio que pasa por detrás del altar mayor, aunque realmente sí que hay un espacio no circular que lo rodea y que queda entre la sacristía del Altar Mayor y la Capilla Real. Incluso se hace un poco difícil identificar el crucero.La Catedral de Sevilla dispone de
cinco naves, de las que la central es más alta. Entre los contrafuertes de las naves laterales se disponen las distintas capillas. El coro queda en el centro de la nave central, algo habitual de las catedrales españoles. Justo por delante queda el Altar Mayor.
El espacio se cierra con bóveda de crucería. Estrellada en lo que viene a ser el crucero y más simple en los demás tramos.
Al visitar la Catedral de Sevilla vais a tener la posibilidad de disfrutar de un montón de tesoros. Merece la pena realizar una visita guiada a la Catedral o, en su defecto, alquilar la audioguía, porque la verdad es que en caso contrario se hace un poco difícil seguir la visita.
En cualquier caso, esto son algunos de los tesoros que no os debéis perder al visitar la Catedral de Sevilla.
– Capilla Mayor: un enorme retablo gótico ocupa casi todo el espacio que queda por detrás del altar. Es una de las maravillas del gótico. Es del siglo XV y no deja recoveco alguno sin cubrir. Aquí se situó la Virgen de la Sede, que es algo anterior al templo: del siglo XIII.
– Coro: justo enfrente de la Capilla Mayor. Los 127 sitiales de esta maravillosa obra reproducen escenas del Antiguo y Viejo testamento. Es de finales del siglo XV.
– Trascoro: algo posterior, ya corresponde al barroco. Sin embargo, la Virgen de los Remedios incrustada, es aún de estilo gótico.
– Capilla Real: por detrás de la sacristía de la Capilla Mayor, en lo que correspondería a la cabecera de la catedral Aquí encontramos la preciosa urna funeraria de plata, de Fernando III el Santo, Conquistador de Sevilla. También encontramos otros sepulcros reales, como los de Alfonso X y Pedro I.
– Capilla de San Pedro: en el lado este. Aquí encontraréis varios lienzos de Zurbarán.
– Capilla de San Hermenegildo: En el lado sur. En el magnífico sepulcro gótico de mediados del siglo XV yace el cardenal Juan de Cervantes. Es una maravilla del gótico y está labrado en alabastro.
– Capilla de San Antonio: en el lado norte. Aquí encontramos la pila bautismal de la Catedral de Sevilla, que corresponde al Renacimiento. Pero sobretodo, una de los grandes tesoros de la catedral. El enorme lienzo de Murillo, La Visión de San Antonio.
– Capilla de Scalas: con el sepulcro de Baltasar del Río, obispo de Scalas.
– Monumento a Colón. Un bonito mausoleo acoge los restos del que ha pasado a la historia como descubridor de América. Reposa aquí desde 1902, en un mausoleo que es obra de Arturo Mélida.
La verdad es que visitar la Catedral de Sevilla y la Giralda supone uno de los momentos cumbres de cualquier recorrido por Sevilla. Dedicadle al menos una hora entera, más allá del ascenso a la Giralda, también imprescindible.