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VARANASI. Las abluciones y las cremaciones del Ganges, el río sagrado de la India.

Visitar Varanasi y asistir al rito de las abluciones y cremaciones en el río Ganges, el más sagrado del hinduismo, resulta casi imprescindible en un primer viaje al Norte de la India.

No hay ciudad más sagrada que Varanasi o Benarés para cualquier hinduista. Se trata, ni más ni menos, de la ciudad donde todo aquel que profesa el hinduismo desea perecer, con la promesa de que quien aquí no hace puede escapar del interminable ciclo de las encarnaciones.


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VARANASI, CIUDAD SANTA PARA EL HINDUISMO Y EL BUDISMO.

Al visitar Varanasi hay que saber que se trata de una de las ciudades más antiguas de la India, pues viene siendo mencionada desde hace más de 4000 años. Ya en tiempos de Buda, es decir desde el siglo VI aC, Varanasi era un lugar sagrado de importancia. No hay que olvidar que el mismo Buda impartió sus enseñanzas en Sarnath, a solo una decena de kilómetros de Varanasi.

Fue a partir del siglo IVdC, ya durante la dominación Gupta, cuando el hinduismo fue tomando protagonismo hasta el punto de convertirse en la ciudad santa de Shiva. El rito de la ablución procede de aquella época.

Sin embargo, el periodo hinduista terminó de un plumazo tras las invasiones musulmanas de finales del siglo XII. Al menos de forma oficial, pues buena parte de la población conservó el brahamanismo como religión. En aquellos tiempos, Varanasi pasó a depender de los Sultanatos de Delhi y gran parte de los templos hinduistas fueron derribados a fin de construir mezquitas. Con la decadencia y caída del Imperio Mogol, a principios del siglo XVIII, Varanasi regresó a manos hinduistas, aunque los rajás del momento no tardaron en ceder el poder real al Imperio Británico.

Varanasi es, por tanto, una ciudad sagrada tanto para el hinduismo como para el budismo. Sin embargo, es especialmente relevante su papel para quienes profesan la primera religión. Como expliqué, se trata de uno de los lugares más importantes de peregrinación para los hinduidas, hasta el punto que morir aquí se considera un pasaporte para librarse del temido ciclo de las reencarnaciones. No es extraño, por tanto, que en esta ciudad abunden los hospitales de terminales así como residencias para ancianos que buscan pasar aquí pasar sus últimos días.

LAS ABLUCIONES Y CREMACIONES DEL GANGES.

Varanasi se asienta a orillas del río Ganges, el más sagrado de los ríos según los hinduistas. Este río nace en la cordillera del Himalaya, desembocando 2700 kilómetros más tarde en el Golfo de Bengala, donde forma un enorme delta.

No es raro que el Ganges sea considerado algo así como la Madre Sagrada. El ciclo de la vida en esta parte del mundo, y particularmente el de la agricultura que la sustenta, va directamente ligado al de las crecidas del río Ganges.

Sin embargo, si por algo hay que visitar Varanasi, más allá de para impregnarse del misticismo de sus callejuelas, es para conocer en primera persona el enorme espectáculo que acontece cada mañana, incluso antes de que los primeros rayos de sol asomen por el horizonte, a orillas del río Ganges.

La ciudad cuenta con más de un centenar de ghats, las escaleras que asoman a orillas del Ganges y que mañana tras mañana se pueblan de fieles dispuestos a realizar el diario rito de las abluciones. Muchos de ellos son peregrinos llegados desde los cuatro puntos cardinales de la India. Otros muchos, son quizá lugareños. Todos ellos, antes que salga el sol, se arremolinan a orillas del río, se sumergen, se lavan y se purifican.



Es habitual encontrarse también a algunos shadus cerca de os ghats, estos santones que tanto abundan en la India y que parecen sumidos en un perpetuo misticismo.
Sólo hay que acercarse a algunos de los ghats para disfrutar respetuosamente del momento. Sin embargo, son tantos lo ghats existentes en Varanasi y es tal la oscuridad que reina en esta sagrada ciudad antes de la salida del sol, que merece la pena contratar algún tour que os acompañe a este espectacular momento y al obligado paseo en barca posterior.

Tras conocer este ritual de tanta importancia para los hinduistas es momento de tomar alguna embarcación que os permitirá visitar Varanasi desde el mismo río y, particularmente, os acercará hasta algunos de los ghats donde se ubican los más importantes crematorios de Varanasi, como los de Mani Karnika o Harischandra.



Es este un momento realmente especial al que podréis asistir, pero siempre con el debido respeto, pues lo que acontece aquí no es un espectáculo si no la cremación de un difunto por parte de sus seres queridos. De tal manera, si queréis hacer fotos deberíais hacerlo desde la embarcación y a suficiente distancia para no interferir en el ritual.

El rito es el siguiente: durante unas tres horas, los familiares rodean al difunto y lo rocían con agua procedente del Ganges. Posteriormente, se procede a la cremación del cadáver, envuelto en un sudario, en un proceso que tarda unas tres horas en completarse. Sin embargo, algunas familias más pobres no pueden costearse la leña suficiente para terminar con la cremación, de manera que el cadáver debe ser envuelto antes de abrasarse por completo y tirado al río en esas condiciones.

Desde Varanasi, merece la pena visitar Sarnath, lugar santa del budismo que se localiza a muy poca distancia. Fue el lugar donde predicó el mismo Buda. Todas las grandes naciones budistas del mudno tienen aquí sus templos. Además, visitarás la impresionante stupa de Sarnath, cuna del Budismo, del siglo V. Esta excursión a Sarnath desde Varanasi te llevará los lugares que no te debes perder.


Tras realizar el recorrido en embarcación por el río Ganges, es momento de regresar a los ghats. El paseo entre ellos se puede alargar tanto como uno quiera. Hombres con el torso desnudo y mujeres en sari se seguirán sumergiendo en el río. Muchos de ellos aseándose e incluso lavándose los dientes con una agua que debe ser de las más sagradas, pero también de las más insalubres del mundo entero. Otras rezan sus credos en un ritual que, día tras día, se repite en esta santa ciudad de Varanasi desde tiempos ancestrales.

Los niños correteando, el color de los saris, el fuerte hedor en algunos momentos, las vacas y búfalos campando a sus aires en otros, el olor a leña quemada… visitar Varanasi y sus ghats es una de las experiencias más inolvidables de un viaje a la India, y que nadie se debería perder.

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