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KANCHANABURI. Visitar el Puente sobre el Río Kwai.

Visitar el Puente sobre el Río Kwai supone otra de las más típicas excursiones que se pueden hacer desde Bangkok. El puente en cuestión, un lugar histórico de la Segunda Guerra Mundial, se hizo especialmente famoso cuando Hollywood adaptó una novela de Pierre Boulle para filmar una famosísima película en 1957. Estaba basada en una historia de ficción con el telón de fondo de la construcción de la línea de ferrocarril de Birmania que es, precisamente, la que pasa por el famoso puente.

Aquel film ganó ni más ni menos que la friolera de 7 premios Oscar, incluidos el de la mejor banda sonora del año que comprendía una de las melodías más famosas de la historia del cine. Era la Marcha del Coronel Bogey, que los soldados silbaban durante la película y de la que aquí os pongo el famoso tramo por si no estáis al quite.


La cuestión es que el Puente sobre el Río Kwai se localiza en la población de Kanchanaburi, a unos 150 kilómetros de Bangkok. Es un atractivo de primer orden para esta ciudad que atrae, año tras año, un buen número de turistas.

Antes de hablaros de la visita al Puente sobre el Río Kwai, dejadme que os cuente un poquito acerca de su significancia histórica que es, al fin y al cabo, lo que nos ha traído hasta aquí.

QUE ERA EL PUENTE SOBRE EL RÍO KWAI

Hasta principios de la Segunda Guerra Mundial, la entonces Birmania era una colonia Británica. Sin embargo, durante la contienda, Japón invadió y se hizo con el control de Birmania. A fin de abastecer sus tropas, ideó la necesidad de construir una línea férrea que uniera las ciudades de Bangkok y Rangún, capital birmana por aquel entonces.

La línea en cuestión pasaría a la historia con el nombre del Ferrocarril de la Muerte. Y el topónimo no se queda corto a raíz de la trágica historia de su construcción.
Se sabe que un cuarto de millón de hombres trabajaron en el empeño. La práctica totalidad, desde luego, mano de obra forzada formada por trabajadores asiáticos y prisioneros aliados. Más de cien mil de aquellos hombres perecieron durante el extenuante proyecto. La mayoría asiáticos, pero también unos 16.000 aliados. De ellos, los británicos, en un número superior a 6000, y los australianos, casi 3000, fueron los más afectados.

La cuestión es que la línea férrea pasaba por la ciudad de Kanchanaburi donde se construyó el puente en cuestión. O, mejor dicho, dos puentes: uno de madera y otro de hierro. Durante la Segunda Guerra Mundial ambos fueron destruidos. Sin embargo, el de metal fue reconstruido posteriormente y, a raíz de la novela de Pierre Boulle publicada en 1952 y, particularmente tras la oscarizada película dirigida por David Lean cinco años más tarde, se convirtió en el atractivo turístico número uno de la región.


LA VISITAR EL PUENTE SOBRE EL RÍO KWAI Y KANCHANABURI

Hay que saber que todavía es posible visitar el Puente sobre el Río Kwai realizando un trayecto en tren desde Bangkok, pues una parte de la línea férrea del ferrocarril de la muerte fue rehabilitada tras la guerra, llegando en la actualidad hasta Nam Tok, unos 50 kilómetros más al noreste de Kanchanaburi.

Si vais a visitar BANGKOK os conviene saber que podéis realizar varias VISITAS GUIADAS A LA CIUDAD Y ALREDEDORES EN ESPAÑOL. Os invito a echar un vistazo a las mejores excursiones desde Bangkok.

Y la verdad es que esta es la manera más interesante de llegar a Kanchanaburi. También la más lenta y la que requiere de más paciencia, desde luego. El tren sale de buena mañana de la estación de Thoburi. Hay que madrugar, pues el tren parte a las 7:45. Y, además, solo hay trenes de tercera clase. Aquí os dejo los horarios.

El trayecto se cubre en tres horas y, al menos durante nuestra visita, fue puntual. Aunque en Tailandia, desde luego, no siempre es así. La verdad es que el trayecto en tren forma parte de la aventura de visitar el Puente sobre el Río Kwai, con sus bancos de madera que nos remiten a otras épocas. Junto a nuestro asiento se sienta un monje budista con sus característicos hábitos color azafrán.

El paisaje que disfrutamos por las ventanas parece querer completar toda la gama posible de verdes. Exuberancia en estado puro como corresponde a Tailandia en cuanto te alejas de la gran ciudad. En ocasiones el tren anda paralelo al río y, en ocasiones, lo hace sobre un desfiladero francamente vertiginoso. Hasta asomarse por la ventana da cierto apuro.



Antes de las 11 de la mañana hemos llegado a la estación de Kanchanaburi. Es el momento de visitar el Puente sobre el Río Kwai que, al fin y al cabo, es a lo que hemos venido a hacer. El puente se ubica a unos tres kilómetros de la estación que cubrimos en menos de media hora.

Se trata de un puente de hierro, en varios tramos, que descansa sobre pilares de hormigón. Estos, por cierto, sí que son originales del puente volado durante la Segunda Guerra Mundial. Paseamos por encima del puente en varias ocasiones. Pero hay que ir con cuidado, pues la línea férrea, como hemos dicho, sigue en funcionamiento aunque los convoyes sean pocos.

Si venís con hambre o es hora de comer no hay problema. La zona ha sido tomada por un buen número de restaurantes y chiringuitos que ofrecen al turista todo aquello que necesita.
También existe un pequeño museo de la Segunda Guerra Mundial que visitamos. Un segundo museo, el Jeath War Museum, queda un poco más alejado.




EL CEMENTERIO MILITAR DE KANCHANANBURI

Tras visitar el Puente sobre el Río Kwai es momento de acercarnos hasta uno de los dos cementerios militares de Kanchanaburi. No es de extrañar que existan pues, como dije, allí perecieron miles de trabajadores forzados.

Nos acercamos al Kanchanaburi War Cemetery que se localiza justo enfrente de la estación de tren. Allí reposan, perfectamente identificados, los restos de miles de soldados aliados, particularmente australianos, holandeses y británicos. Un lugar ciertamente conmovedor y perfectamente cuidado. Se puede visitar sin problema y es de acceso gratuito aunque hay que presentar el debido respeto.

REGRESO A BANGKOK

Una vez visitado el Puente sobre el Río Kwai y el Cementerio Militar es momento de regresar a Bangkok. Esta vez, en lugar de tomar el tren de vuelta (hay un tren a las 14.44), tomamos una de las minivan que parten cada 15 o 30 minutos o, mejor dicho, a medida que se van llenando, como es habitual en el sudeste asiático. Solo es un pelín más caro que el tren y la verdad es que nos ahorra como una hora de trayecto.

Visitar el Puente sobre el Río Kwai de Kanchanaburi no nos ha defraudado en absoluto. Creo que es una visita que merece la pena, particularmente para aquellos que amamos la Historia en mayúscula o para los nostálgicos de la época dorada del cine de Hollywood.
Si vais a visitar Bangkok quizá también os interesa saber acerca de la visita al mercado flotante de Damnoen Saduak o sobre los lugares más imprescindibles que hay que ver en Bangkok.

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