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QUÉ VER EN RONDA. Visitar el pueblo más bonito de Málaga.

Qué ver en Ronda en 1 día. Sabido es que Ronda es una de las poblaciones más bonitas de España. No en vano, sale en todas las listas que así lo atestiguan. Lo que es menos conocido es que también se trata de una de las ciudades más antiguas de la Península Ibérica. Ya durante el periodo celta la población fue conocida como Arunda. Posteriormente, los romanos la llamaron Acinipo y los musulmanes, Izn And-Ronda. Y todas aquellas civilizaciones dejaron, en una u otra forma, su impronta en la que es una ciudad de visita imprescindible si se recorre la provincia de Málaga.

El Tajo, que es como se conoce el profundo barranco de más de 100 metros que parte la ciudad en dos, es el aspecto natural y geológico más conocido de la villa. No se entendería Ronda sin el tajo ni sin el Puente Nuevo, la obra que permite salvarlo y pasar de la Ciudad Vieja al nuevo ensanche. Un tajo y un Puente Nuevo, que son seña de identidad de Ronda. Sin embargo, no hay que olvidar que este puente del siglo XVIII no es el único que une ambas orillas del Guadalevin. Más abajo, el Puente Romano (que es realidad es árabe) y el Puente Viejo permiten también el paso de la Vieja Ronda a la Nueva Ronda.

Sin más, os paso a relatar lo que da sí una jornada en esta población. Es decir, las iglesias, monumentos y museos que hay que ver en Ronda en 1 día, una población que recorrimos después de visitar Antequera y antes de regresar a Málaga, capital provincial. Comentaros también de la existencia de varios tours que se realizan cada día por Ronda. Tenéis al menos 2 posibilidades:

QUÉ VER EN RONDA.

LA PLAZA DE LA DUQUESA DE PARCENT Y LA REAL COLEGIATA.

La Plaza de la Duquesa de Parcent es la más bonita que hay que ver en Ronda. Al menos, en la Ciudad Vieja. Se trataba de la antigua plaza mayor de la villa y donde se localizaba su edificio más notable: la Colegiata. En esta bella placita arbolada y con una fuente en su centro se ubicó, en su momento, la medina musulmana. Tras la conquista cristiana, no solo se edificó la Colegiata (sobre los mismos cimientos de la Mezquita Mayor) si no también el edificio de las milicias provinciales, que hoy desempeña las funciones de ayuntamiento.

Ahora sí, es momento de entrar a la Colegiata de Ronda o Iglesia de Santa María la Mayor, sin duda el edificio religioso más importante que ver en Ronda. Como dije, el templo se alzó justo encima de la mezquita mayor. De hecho, ya al entrar nos daremos cuenta de la existencia de unos preciosos arcos musulmanes decorados a la manera árabe. Se trata de un edifico de muy curiosa fachada, con un conjunto de arcos sobre los que se sitúa una balconada, algo bien poco habitual en las iglesias. La torre, levantada en el mismo lugar que un día ocupó el alminar de la mezquita, resulta francamente de impresión. El magnate norteamericano William Randolph Hearst se hizo construir cuatro torres exactamente iguales para su palacio de Estados Unidos.

La colegiata se empezó a construir enseguida que la población fue ocupada por los cristianos. Es decir, a principios del gótico. Sin embargo, al entrar nos daremos cuenta que buena parte de la misma corresponde ya al lapso de tiempo que va del manierismo al renacimiento. El caso es que la cabecera de la Colegiata se reedifico a finales del siglo XVI, cuando la primitiva cabecera gótica fue destruida víctima de un terremoto.

Merece la pena subir a las cubiertas de la iglesia (está incluido en el precio), pues las vistas de la blanca Ronda son bien bonitas desde lo alto.

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Recuerda que CON ESTA EXCURSIÓN ORGANIZADA DESDE MÁLAGA:
  • Se incluye en transporte ida y vuelta desde Málaga.
  • La visita se realiza con un guía especializado en español.
  • Entrada a la Plaza de Toros de la Maestranza y a las Bodegas La Sangre de Ronda.
  • Web en castellano




PALACIO DE MONDRAGÓN. MUSEO MUNICIPAL.

La Vieja Ronda está repleta de estrechas callejuelas que se abren a recoleta placitas. Y muchas veces a balcones con vistas de vértigo a los barrancos de Ronda que, dicho sea de paso, recuerdan en cierta manera a los de Cuenca.

Enseguida llegamos al Palacio de Mondragón o del Marqués de Villasierra. Más allá de sus funciones como museo municipal merece mucho la pena por el propio edificio en si mismo. Se trata de una joyita del arte mudéjar-renacentista, muy al gusto andaluz. Es decir, con un edifico de dos plantas que se alza alrededor de un patio porticado y con un bonito jardín adyacente, por el que corre el agua, de inspiración morisca sin duda alguna. Al fin y al cabo, el palacete ya habría existido durante la época musulmana. Incluso algunos datos hablan de la posibilidad de que se hubiera tratado de la mismísima residencia de los reyes de la Taifa de Ronda y, posteriormente, de los Reyes Católicos que habrían fijado en este palacete su residencia en la ciudad.

Sea como sea, lo cierto es que en la actualidad el Palacio de Mondragón desempeñan las funciones de Museo Municipal y es uno de los más importantes que hay que ver en Ronda. Aquí encontramos paneles, dioramas y objetos que nos hablan de la población desde los primeros asentamientos prehistóricos. La verdad es que el museo merece la pena pero, tal y como dije, el edificio y los jardines lo hacen especialmente interesante.


DÓNDE DORMIR EN RONDA

HOTEL DON MIGUEL. La situación de este hotel de 3 estrellas es inmejorable, junto al Puente Viejo. De hecho, tiene una terraza desde donde se obtienen unas maravillosas vistas del tajo y del puente. Todos los monumentos que hay que ver en Ronda se encuentran a escasa distancia del hotel.
Las habitacione son sencillas, pero bastante amplias y con las camas muy cómodas. Es una muy buena opción por un precio razonable.


CASA DE SAN JUAN BOSCO.

Salimos del Palacio de Mondragón y tras pasar por la Plaza María Auxiliadora, donde encontramos otros precioso balcón desde donde se obtienen unas maravillosas vistas de la vega rondeña, llegamos a otro de los palacetes que hay que ver en Ronda de forma ineludible. Me refiero a lo que es conocido como Casa de San Juan Bosco.

Se trata de un precioso palacete modernista de principios del siglo XX que perteneció a la familia de los Granadinos. El nombre de Casa de San Juan Bosco podría hacer pensar que se trata de la casa natal del fundador de la orden de los salesianos. No es así. La cuestión es que la familia cedió el palacete a la congregación salesiana, que ubicó aquí un centro donde los sacerdotes viejos y enfermos pudieran pasar sus últimos días.

La mansión está decorada tal y como debió estarlo hace ya cien años y la verdad es que en una maravilla. Y no solo las distintas estancias, ornamentadas con tapices del siglo XI y mobiliario de madera de nogal, si no también el excelente patio, de inspiración árabe sin duda y que se asoma a los barrancos donde se asienta la vieja Ronda.


MUSEO LARA

Tras perdernos un rato por los callejones de la Vieja Ronda buscamos la calle Armiñán, la más amplia de esta parte de la ciudad y que lleva hasta el Puente Nuevo. Enseguida llegamos a nuestro siguiente objetivo, que es el segundo museo que hay que ver en Ronda: el Museo Lara. Se ubica en otro palacete, el Palacio del Conde de las Conquistas, construido alrededor de un patio central, como casi siempre.

La verdad es que se trata de un museo de lo más abigarrado, donde tan pronto nos encontramos con piezas arqueológicas como con una enorme colección de cámaras fotográficas o de cine. No falta el apartado romántico, así como un sótano dedicado por completo a la brujería y a la Inquisición. Los instrumentos de tortura ponen los pelos de punta.

PUENTE VIEJO

Ni dos minutos de paseo separan el Museo Lara del enorme tajo de Ronda. Se trata de un profundísimo caño que ha horadado el río Guadalevín y que es salvado desde el siglo XVIII por el Puente Nuevo. En este punto, el río discurre casi 100 metros por debajo y la verdad es que las vistas desde ambos lados del puente son verdaderamente de vértigo.

No tenemos la posibilidad de visitar el Centro de Interpretación del Puente pues las fuertes riadas acontecidas en la semana anterior le han causado algunos daños.

LA PLAZA DE TOROS DE RONDA

Cruzamos el puente y enseguida nos encontramos de bruces con otro de los símbolos de Ronda: su plaza de Toros, que data de 1785. La verdad es que no somos nada taurinos, más bien todo lo contrario. Pero merece la pena saber que es aquí donde se celebra la famosa corrida goyesca, donde los toreros se visten igual que hace más de doscientos años. Quien quiera, desde luego, puede visitar el museo taurino que alberga la plaza. Si sois aficionados al toro os recomiento realizar la visita guiada que se realiza 2 veces al día. Debeís reservar aquí para aseguraros plaza.

Justo enfrente de la plaza se encuentra el Paseo de Blas Infante, que concluye en una excelente balconada que da a la vertiente sur de la barranco del río Guadalevín. Nuevamente, las vistas sobre la vega rondeña son impresionantes.

RESTAURANTE JEREZ. Este restaurante tiene la fama de servir el mejor rabo de toro de Ronda y uno de los mejores Andalucía. Y no me extraña. Disfrutamos de una riquísima y de los más tierna carne, cocinada con esmero y delicadeza. De primer plato, unos gustosísimos pimientos del piquillo. Todo ello regado con vinos rondeños, que han resultado una auténtica revelación. Este restaurante se localiza justo enfrente de la Plaza de Toros, de manera que resulta ideal para hacer un alto en el camino, por todo lo alto.


LA PLAZA DEL SOCORRO

Si si toma la Calle Pedro Romero que parte de justo enfrente de la Plaza de toros se llegan enseguida a la Plaza del Socorro, la más bella del ensanche rondeño. El espacio toma el nombre de la iglesia del Socorro, que se ubica en la parte norte de la plaza. Una plaza peatonal, por cierto, de marcado estilo andaluz, donde merece la pena realizar un alto en el camino en alguna de sus terrazas.

En la parte oeste de la plaza de alza el palacete modernista del Círculo de Artistas. Fue aquí donde Blas Infante, considerado algo así como el padre de la Patria Andaluza, organizó la primera asamblea andaluza.

LOS JARDINES DE CUENCA Y LOS PUENTES ROMANO Y VIEJO

Regresamos al Puente Nuevo que, al fin y al cabo, no queda ni a tres minutos. Sin embargo, antes de llegar al mismo doblaremos por la calle del Rosario a fin de buscar los recogidos jardines de Cuenca. Desde aquí se obtienen otras maravillosas vistas del tajo rondeño y del Puente Nuevo.

En lugar de regresar al Puente Nuevo, seguimos bajando por Escollera, pues el objetivo es cruzar el río Guadalevin por el Puente Viejo, que es del siglo XVI. Desde aquí se obtienen preciosas vistas del tajo rondeño, hacia arriba, y del Puente Romano o Árabe (en realidad es de época musulmana, aunque a veces se lo conoce por Puente Romano), que queda pocos metros más abajo.

LOS BAÑOS ÁRABES

Enseguida que cruzamos el Puente Viejo encontramos unas escaleras que llevan a los Baños Árabes. Se trata de uno de los grandes monumentos que hay que ver en Ronda, pues están considerados como los mejor conservados de toda la Península Ibérica. Sin embargo, tras las riadas que hemos comentado permanecen cerrados a las visitas. Según nos comentan, el lodo acumulado es bastante, pero los baños no han recibido daños estructurales de importancia.

LAS MURALLAS DE RONDA Y PUERTA DE ALMOCÁBAR

Nuestra visita a este maravilloso pueblo está a punto de terminar. Sin embargo, no queremos dejar de visitar otro de los lugares que hay que ver en Ronda de forma indispensable. Me refiero a sus murallas. Para ello, tomaremos un caminito que parte de los mismos Baños Árabes y que circunda la ciudad por fuera. Se trata de un paseo de casi 30 minutos, entre campos de cultivo, pero que permite visualizar buena parte de lo que ha quedado de las murallas de época árabe. Es esta zona la conocida como de la Murallas de la Xijara.

Al llegar al final del paseo tomamos un desvío a mano derecha que nos lleva hasta la Puerta de Almocábar, la más impresionante que se abre en las murallas y que queda justo al lado de la Puerta de Carlos V, mucho menos monuental. Desde la plaza que queda justo enfrente podréis tomar una buena fotografía de las murallas. La Puerta de Almocábar era el principal acceso a la ciudad y fue alzada al siglo XIII.



De esta manera, cerramos el círculo y entramos nuevamente a la Ciudad Vieja de Ronda. Como os decía, merece la pena pasar una jornada entera en esta población. Lo cierto es que son bastantes las iglesias y monumentos que hay que ver en Ronda. Pero a su vez, merece la pena disfrutar también de su ambiente y su gastronomía, ya sea en una excursión de un día desde Málaga o durante un recorrido por Andalucía.

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