Que ver en Moscú en 3 o 4 días. En este post te vamos a comentar las visitas imprescindibles de Moscú que no te puedes perder en un primer viaje a la capital rusa.
Hemos tenido la oportunidad de visitar Moscú en dos ocasiones. La primera, hace 10 años, cuando pudimos recorrer la ciudad durante 4 días. La otra hace menos de medio mes. Fue una visita relámpago de la que ya os he hablado en otro post. Es decir, hemos visitado Moscú tanto a finales de primavera (en mayo) como durante el crudo invierno (en diciembre). Y la verdad es que las dos épocas merecen la pena, pues os aseguro que visitar Moscú en invierno tiene también su encanto (y seguro que recorrer Moscú durante el verano es igualmente precioso y con la ventaja de que los días se alargan mucho más).
Sin más, os comento cuáles son aquellas iglesias, museos, monasterios y plazas que hay que ver en Moscú en 3 días.
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QUÉ VER EN MOSCÚ. LAS VISITAS IMPRESCINDIBLES.
PLAZA ROJA Y CATEDRAL DE SAN BASILIO.
La Plaza Roja es uno de los lugares más interesantes que hay que ver en Moscú. Toda ella está inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Un conjunto monumental que comprende la Catedral de San Basilio, la más espectacular de las iglesias ortodoxas de Moscú. Os recomiendo empezar vuestra visita con un free tour (reservarla gratis aquí) que os llevará a conocer los lugares más importantes de la Plaza Roja.
Merece la pena entrar a la Plaza Roja por el arco que queda por detrás de la pequeña capilla donde se venera el icono de la Madre de Dios de Iberia, justo al lado del Museo Estatal de Historia, que suele estar repleta de feligresas que llenan sus reducidas dimensiones.
Las medidas de la Plaza Roja de Moscú son colosales, de hasta trescientos metros de longitud, lo que permitía la celebración de desfiles militares de impresión, donde el régimen de la URSS mostraba todo su despliegue militar, misiles incluidos.
Son varios los edificios de interés en esta plaza y estos son los principales.
Museo Nacional de Historia
Un bellísimo edificio rojo que cierra por arriba la plaza. No lo hemos visitado jamás. También merece la pena que os acerquéis a la fachada que da a la plaza Manezhnaya. La estatua que queda enfrente del museo es la dedicada a Georgy Zhukov, uno de los comandantes soviéticos de más éxito durante la Segunda Guerra Mundial.
Almacenes GUM.
Se trata de los grandes almacenes más lujosos de la ciudad y un lugar que no os debéis perder aunque no os gusten las compras. Lujo por doquier, como demostración de que el comunismo es solo una vieja y abstracta idea en la Rusia contemporánea. Lejos han quedado los tiempos en que en estos almacenes solo había tiendecitas estatales. Por cierto, merece la pena saber que este edificio fue alzado antes del advenimiento de la URSS, durante los últimos coletazos de la época zarista, en un momento en que en toda Europa se pusieron de moda este tipo de galerías.
Mausoleo de Lenin.
Justo al otro lado de la plaza en relación a los GUM y enfrente de las murallas del Kremlin. Lejos han quedado ya los años en que las colas eran interminables, aunque tampoco os penséis que suele ser llegar y besar el santo. O el Lenin, en este caso. Se puede visitar los martes, miércoles, jueves y sábados, entre las 10.00 y las 13.00. Deberéis dejar las cámaras de fotografías y los móviles en la taquilla.
Estas son las opciones más interesantes:
Catedral de Nuestra Señora de Kazán
Aquí llaman catedral a casi cada gran iglesia, más allá de que sea o no la sede del patriarca o de un obispo. Esta, sin embargo, es más bien pequeña para los estándares rusos. Se localiza entre los GUM y el Museo de Historia y fue reconstruida en la década de los noventa después de que Stalin se encargara de demoler la original del siglo XVI. La verdad es que pintada de color rojo y coronada por un tambor y una cupulilla dorada es bien bonita. Desde primera hora del día está llena de fieles, particularmente mujeres.
Catedral de San Basilio
Se trata de uno de los grandes monumentos que hay que ver en Moscú de forma imprescindible. Es la gran iglesia que todos los turistas buscan, con sus varias cúpulas de bulbosas formas y pintadas de vistosos colores. La verdad es que es uno de los templos religiosos más originales que hemos visto.
La Catedral de San Basilio se debe a Iván el Terrible, uno de los más conocidos zares de Rusia. San Basilio de Moscú fue alzada a mediados del siglo XVI para conmemorar una victoria militar y su distribución es ciertamente curiosa, con una serie de capillas en la planta baja, pero también en el primer piso, que se articulan alrededor de la iglesia central. Cada capilla tiene cierta autonomía, de manera que funciona a modo de iglesia, con su iconostasio. Hay quienes dicen que es más espectacular por fuera que por dentro. Quizá tengan razón, pero la verdad es que merece la pena pagar los 500 rublos de la entrada.
KREMLIN DE MOSCÚ
La del Kremlin es la otra gran visita que hay que hacer en Moscú, de tal manera que si solo disponéis de 1 o 2 días para visitar la capital rusa os recomiendo que empecéis por aquí.
Kremlin significa ciudad fortificada, de manera que podemos encontrar kremlins en varias ciudades de Rusia, como por ejemplo Suzdal, que es una de las ciudades próximas a Moscú que revisten mayor interés. Desde luego, el más famoso de los de Rusia es el Kremlin de Moscú, de manera que cuando se habla del Kremlin, sin más, nos solemos referir al de la capital rusa, como si fuera el único existente.
¿Y que encontramos en el Kremlin de Moscú? Pues se trata de la sede del gobierno de Rusia desde antes de la época soviética. Pero además, es un extraordinario centro religioso que no os podéis perder. Actualmente, el gobierno ruso tiene aquí sus dependencias oficiales aunque ni el Presidente ni el Primer ministro viven en el Kremlin.
La visita al Kremlin de Moscú os puede demorar una mañana entera o más y le dedicaré un post concreto. Pero ya os avanzo aquí que deberéis optar por alguno de los dos tipos de billete existente: el que permite la entrada al complejo de la plaza de las catedrales (500 rublos) o el que permite la entrada a la Armería (700 rublos).
Quizá lo más espectacular del Kremlin sea el complejo de las Catedrales del Kremlin. Hasta 4 templos se alzan en torno a la plaza central. Son las catedrales de la Anunciación, de la Asunción, del Arcángel y de la Deposición del manto de la Virgen. Por suerte, todas son aquí originales y es que el señor Stalin no se dedicó a derruirlas como sí que hizo con la Catedral de Kazán o la del Cristo Salvador que después os comentaré.
Deciros que con el billete de acceso al complejo está comprendida la entrada a las cuatro catedrales que forman parte de los museos estatales. Cada una tiene lo suyo y la verdad es que son preciosas. Tanto por fuera, con las habituales cúpulas en forma de bulbo de cebolla que las coronan, como el interior de las mismas, siempre decoradísimas, con multitud de frescos que no dejan un solo tramo de pared sin ornamentar. También merecen mucho la pena los iconostasios de cada uno de ellas.
Quizá la más importante de las cuatro catedrales es la Catedral de la Asunción, que es la más antigua y que desempeñaba las funciones de necrópolis de los Patriarcas de la Iglesia Rusa. Dentro encontraréis el trono de Iván el Terrible.
Sin embargo, los príncipes y también algunos de los zares de la Rusia imperial eligieron la Catedral del Arcángel como lugar de último reposo. Iván el Terrible, por ejemplo, está enterrado aquí y sigue siendo venerado por muchos rusos.
En el complejo del Kremlin podéis visitar el Campanario de Iván el Grande, que en la actualidad se utiliza como sala de exposiciones, y las Cámaras del Patriarca, que desempeñan igualmente funciones de museos, pero donde podremos conocer los aposentos del Patriarca de la iglesia ortodoxa rusa.
Dos lugares que casi todos los turistas buscan en el Kremlin son los de la Gran Campana y el Gran Cañón. La campana del Zar Kolokol está rota y tiene un peso de más de 200 toneladas y una altura de más de seis metros. Nunca se utilizó. El Cañón del Zar Pushka pesa 40 toneladas, aunque jamás fue utilizado para cuestiones de guerra (se cree que una vez sí que habría sido disparado a nivel ceremonial).
Por último, comentar que la Armería del Kremlin está considerada como uno de los grandes museos que hay que ver en Moscú y, en realidad, en toda Rusia. Hay que pagar una entrada de 700 rublos para visitarla y fue fundado en 1808. Se trata, básicamente, de un museo de Artes Aplicadas, que incluye riquísimo objetos ceremoniales de orfebrería, incluida la Corona Imperial de Rusia.
CATEDRAL DE CRISTO SALVADOR
Este reluciente templo es la más alta de las catedrales ortodoxas del mundo entero. Uno podría pensar que lleva allí, a la orilla del Moscova, desde hace siglos. Nada más lejos de la realidad, pues la antigua catedral que fue alzada a mediados del siglo XIX fue derribada en tiempos de Stalin. El motivo no fue otro que el de construir el que sería conocido como Palacio de los Soviets. Proyecto que, por cierto, nunca se llevó a llevar a término. Lo que sí que acabó construyéndose fue una piscina pública en época de Nikita Jruschov, a mediados de los sesenta del siglo pasado.
Lo cierto es que tras la caída de la URSS se empezó a gestar el renacimiento de esta inmaculada catedral que pudo ser reabierta al público el año 2000. Para su construcción se utilizó piedra caliza y mármol blanco. El templo está coronado por una gran cúpula dorada, además de varias cupulillas.
El interior de la Catedral del Cristo Salvador está decorado por completo, aunque sus pinturas no presentan la importancia histórica del de las Catedrales del Kremlin.
Es habitual en la Catedral de Cristo Salvador, encontrar novias rusas realizándose su reportaje fotográfico enfrente de la iglesia. O al menos, nosotros coincidimos con varias de ellas la primera vez que visitamos Moscú.
No hay que pagar para visitar este templo, que es uno de los más importantes que hay que ver en Moscú.
MONASTERIO DE NOVODEVICHI.
Otro de los lugares imprescindibles de Moscú es el Monasterio de Novodevichi, que también forma parte del Patrimonio de la Humanidad. La última vez que lo visitamos tuvimos la mala suerte que buena parte del mismo estaba en obras. Particularmente, la Catedral de Nuestra Señora de Smolensk, que es la parte más bella del mismo. Nos quedamos con el recuerdo de nuestra anterior visita.
El Monasterio de Novodevichi fue construido en 1524 por orden del Príncipe Vasily III y fue, desde casi un primer momento, uno de los monasterios más ricos y protegidos de Rusia.
Está un poco apartado del centro, pero llegaréis fácilmente en metro (parada Sportiva). Como la mayoría de conventos y monasterios ortodoxos, se sitúa en el interior de una muralla y dispone de varias torres de vigilancia y una bonita puerta de entrada culminada por un conjunto de cupulillas doradas con sus correspondientes cruces ortodoxas.
En el interior del complejo encontramos distintas construcciones, como es habitual también. De ellas, la más destacada es la Catedral de Smolensk, igualmente coronada por un buen número de cúpulas doradas. También hay otra iglesia, que sí que podemos visitar en esta segunda visita a Novodevichi, y un pequeño museo donde predominan los clásicos iconos rusos.
También destaca una bellísima torre, igualmente culminada por una dorada cúpula.
Cómo tantos lugares sagrados de Rusia, el monasterio fue clausurado durante la época comunista. Así permaneció entre 1922 y el momento de la caída de la URSS, cuando fue convertido en museo.
Por detrás del Monasterio queda el Cementerio de Novodevichi. Se trata de un lugar tranquilo y relajado donde reposan varios ilustres de la patria rusa. Entre ellos, Boris Yelsin, Nikita Jruschov, el cineasta Mijail Eisenstein o el escritor Anton Chejov.
LOS RASCACIELOS DE STALIN
Otro de los lugares que hay que ver en Moscú son los 7 rascacielos de Stalin que quedan repartidos por toda la capital rusa. También son conocidos como las siete hermanas y fueron construidos para conmemorar el octavo centenario de la ciudad en 1947. Inicialmente se había proyectado que fueran ocho, pero uno de ellos, el destinado al Palacio de los Soviets, jamás se construyó.
Uno de los más conocidos es el de la Universidad Estatal de Moscú, que se alza a 187 metros de altura (si contamos la antena, hasta los 240). Merece la pena acercarse hasta allí en metro.
Otro de los más accesibles rascacielos de Stalin es el que desempeña las funciones de Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, que encontraréis al final de la peatona calle Arbat o el Hotel Ucrania, a orillas del Moscova.
EL METRO DE MOSCÚ
Que el metro en uno de los lugares que hay que ver en Moscú es algo conocido. Por algo está considerado como el más bonito de los metros del mundo entero desde que recibiera el sobrenombre de Palacio del Pueblo en tiempos del comunismo.
El metro de Moscú fue inaugurado en 1935, en época de la URSS, y está situado en el número uno del ranking mundial en cuando a densidad de pasajeros, con un récord que ha llegado a ser de hasta más de 9 millones de viajes en un solo día.
Entre las más de 200 estaciones que tiene, distribuidas en 12 líneas, casi todas son diferentes. Se trata de un compendio de estatuas, lámparas, mosaicos, volutas y decoraciones que convierten algunas de las estaciones en verdaderos palacetes.
El trabajador, así como la glorificación de estado comunista, es el leitmotiv casi recurrente en la mayoría de estaciones, con continuas alusiones a Lenin o Stalin.
Entre las muchas estaciones de interés destacan las de la línea circular. Les estaciones Kievskaya, Belorruvskaya o Komsomolskaya están entre las imprescindibles.
MUSEOS DE MOSCÚ.
Son varios los museos que hay que ver en Moscú. Entre ellos, el de la Armería, del que ya hemos hablado, y que se encuentra en el Kremlin. Estos son nuestros dos museos favoritos de Moscú:
- Galería Tretiakov. Se considera el museo más importante del mundo dedicado a las bellas artes rusas, con obras que van desde la época medieval (particular importancia tienen Andrei Rubliov, el más importante de los iconógrafos rusos) hasta el siglo XX, con obras de Vasily Kandisnki o Marc Chagall
- Museo Pushkin. Dedicado a las bellas artes europeas, viene a ser en Moscú lo que el Hermitage es en San Petersburgo. Salvando las distancias, claro está. Casi todos los grandes maestros de la pintura occidental están representados en este museo, incluidos Rembrandt, Van Dyck, Degas, Renoir o Matisse. Ideal para los amantes de la pintura.
PARQUE KOLOMENSKOYE
El último de los lugares que os comentaré en esta lista de sitios que hay que ver en Moscú en 3 o 4 días está algo alejado del centro, aunque podéis acceder en metro (parada Kolomenskaya). Se trata de un parque bastante tranquilo, ideal para pasar una mañana relajada. Y allí acuden a ello muchos moscovitas durante el fin de semana.
Me refiero al Parque Kolomenskoye. En este lugar encontraréis colinas y senderos, para disfrutar de una caminata más relajada. Sin embargo, también hallaréis algunos edificios de mucho interés, como los que forman el Museo de la Arquitectura de Madera.
Otro lugar de interés en el Parque Kolomenskoye es la iglesia de Nuestra Señora de Kazán, de mediados del siglo XVII, coronada por un conjunto de bonitas cupulillas, tan habituales de la arquitectura rusa, de color azul y decoradas con múltiples estrellas.
Y con el parque de Kolomenskoye termino esta lista de los lugares que hay que ver en Moscú en 3 días. Desde luego hay más: pasear por la peatonal calle Arbat, acudir a la nueva zona de los rascacielos del siglo XXI, presenciar una ópera en el Teatro Bolshoi o visitar el museo de la Cosmonáutica.
Moscú no se termina en tres días y tiene mucho que ofrecer.