Qué ver en Jerusalén en 3 días. Este es el tiempo que tuvimos para visitar la que es una de las ciudades más controvertidas del mundo. No podría ser de otra manera para una ciudad considerada Santa por las tres religiones monoteístas más importantes.
Si para los cristianos, Jerusalén es la ciudad donde murió Cristo, para los musulmanes es allí donde Mahoma subió al cielo. Para los judíos, sabido es que se la considerada la capital histórica de su nación y el lugar donde se ubicaba el Templo de Salomón.
Como dice un proverbio: demasiados milagros por metro cuadrado son los que soporta esta ciudad. Y particularmente la Ciudad Vieja de Jerusalén, a la que ya le dedicamos un artículo.
En este post os vamos a contar las 10 visitas que hay que ver en Jerusalén en 3 días, que es el tiempo mínimo que deberíais dedicarle a la ciudad. Algunos de ellos se ubican en la Ciudad Vieja de Jerusalén, que según la resoluciones de la ONU sigue formando parte de Palestina. Otros los localizaremos en la Ciudad Nueva que creció alrededor de la ciudad amurallada. Sin embargo, al pasear por los distintos barrios de Jerusalén tendremos la sensación, en más de una ocasión, que más que cambiar de barrio hemos cambiado de continente, tal es la distancia cultural que separa los distintos arrabales de la que es una de las ciudades más maravillosas del mundo entero.
Sin más, os dejo con la lista de los 10 lugares que hay que ver en Jerusalén de forma imprescindible. Veréis que muchos de ellos están íntimamente relacionados, como no podría ser de otra forma, a las tres religiones del libro.
DONDE DORMIR EN JERUSALÉN
QUÉ VER EN JERUSALÉN EN 10 VISITAS IMPRESCINDIBLES
La Ciudad Vieja y la Vía Dolorosa.
Aunque ya hablamos de la Ciudad Vieja de Jerusalén en este artículo, no puedo dejar de citar lo que es la ciudad intramuros, que dispone de una maravillosa muralla de cuatro kilómetros y medio de perímetro y que en su momento fue defendida por 43 torreones. Hasta 8 puertas permitían el acceso a la Ciudad Vieja aunque una de ellas, la Puerta Dorada, permanece cerrada. Las Puertas de Damasco y Jaffa suelen ser las entradas naturales a la Ciudad Vieja, repleta de mercados y que se divide en 4 barrios: el cristiano, el musulmán, el judío y el armenio.
Ni que decir que la Ciudad Vieja de Jerusalén está plagada de lugares históricos (o legendarios), como no podría ser de otra forma, pues se trata del lugar donde Jesús vivió su Pasión. Es lo que recorre, precisamente, en la Vía Dolorosa, que es el camino seguido por Jesús el día que fue ajusticiado por los judíos, con la cruz a cuestas, y que lo llevó a morir crucificado en el Monte del Calvario.
Aquí podremos localizar, por ejemplo, donde Pilatos se lavó las manos tras el juicio a Jesús, donde Jesús cayó al suelo con la cruz a cuestas o dónde fue flagelado. En muchos de estos lugares se han erigido capillas conmemorativas.
El Santo Sepulcro.
En el Santo Sepulcro es donde termina la Vía Doloroso. Se trata del lugar donde Jesús fue crucificado y donde fue sepultado, de manera que no es de extrañar que sea el lugar más importante que hay que ver en Jerusalén por parte de la comunidad cristiana.
Uno esperaría encontrar el Monte Calvario a las afueras de la ciudad y en, precisamente, un montículo. Pues bien, resulta que el Calvario se encuentra en la iglesia del Santo Sepulcro, en el centro de la Ciudad Vieja. Así lo decidió Santa Elena, que fue quien identificó el lugar. El lugar, desde luego, está impregnado de un magnetismo y un misticismo máximo. No hace falta ser creyente para darse cuenta de ello.
El Muro de las lamentaciones.
Desde luego, otro de los lugares que hay que visitar en Jerusalén de forma obligada. Se trata de uno de los últimos vestigios del viejo templo de Salomón. Y ni tan siquiera eso, pues el Muro de las Lamentaciones no es más que el muro de contención del monte Moriá, que es la actual explanada de las mezquitas además del lugar donde se ubicaba el histórico templo judío.
Sea como sea, visitar el Muro de las Lamentaciones y regresar a él en varias ocasiones a lo largo del día es uno de los imprescindibles de Jerusalén.
La explanada de las mezquitas y la Cúpula de la Roca.
Se trata del lugar más sagrado que hay que ver en Jerusalén para quienes profesan la fe islámica. Queda por encima de la Ciudad Vieja y deberéis pasar por una pasarela para acceder a ella.
Aquí se ubica la Cúpula de la Roca, un precioso edificio octogonal repleto de cerámica esmerilada que tanto recuerda a la arquitectura uzbeca o persa. Fue aquí donde Mahoma subió a los cielos, pero también donde Abraham estuvo a punto se sacrificar a su hijo. Para los cristianos, el hijo sacrificado era Isaac. Sin embargo, para los musulmanes, el hijo sacrificado era Ismael y no Isaac.
En la misma explanada de las mezquitas se ubica la Mezquita de Al Aqsa, de acceso restringido a los no musulmanes.
El Monte de los Olivos.
Otro lugar repleto de historia, según nos cuentan las Sagradas Escripturas. Allí subía Jesús a orar muy a menudo y según la Biblia, fue el lugar donde Jesús ascendió a los cielos. Lo cierto es que para llegar a la cima de esta suave colina tendréis que pasar junto a un extraordinariamente grande cementerio judío. Se calcula que unas 150.000 almas están enterradas mirando a la Ciudad Santa.
Desde la cima se puede disfrutar de una de las mejores vistas que hay que ver de Jerusalén, con la reluciente Cúpula de la Roca en primer término y la amurallada Ciudad Vieja a continuación.
El Huerto de Getsemaní.
El Huerto de Getsemaní se localiza en la base del Monte de los Olivos. Se trata de otro lugar de gran importancia para el Cristianismo, pues fue el lugar donde Jesús fue traicionado por Judas y fue prendido.
La Basílica de Getsemaní conmemora el momento. Junto a la iglesia encontramos un pequeño huerto repleto de olivos milenarios.
El Cenáculo de Jerusalén y la tumba del Rey David.
Otro lugar que hay que ver en Jerusalén es el edificio del Cenáculo. Estamos hablando del lugar donde Jesús ofreció la última cena, aunque nada tiene que ver la construcción actual con la que habría existido hace dos mil años. Más aún, si bien en el primer piso se ubica el presunto cenáculo en una edificación que se cierra con bóvedas góticas sustentadas en columnas, en la planta baja se ubica, ni más ni menos que la Tumba del Rey David, uno de los personajes más celebres de la historia del judaísmo. Dos por uno, una vez más en esta ciudad tan repleta de mitología.
Curiosamente, el Rey David es igualmente venerado por cristianos y musulmanes. Y, de hecho, en esta localización llegó a construirse una mezquita dedicada al Rey en cuestión. Sin embargo, tras el armisticio árabe-israelí de 1949, la Tumba de David quedó del lado israelí y hoy es propiedad del estado hebreo.
El Barrio ultraortodoxo de Mea Shearim.
Uno de los lugares que hay que ver en Jerusalén es el barrio ultraortodoxo de Mea Shearim. Hay que ser bastante discreto en este barrio, particularmente con las fotografías y especialmente si se realizan en sábado, porque los lugareños son extremadamente agresivos con los extranjeros (y también con los israelís no ortodoxos). El barrio está bastante degradado, pero la verdad es que sorprende conocer este submundo de gente vestida de negro, con grandes gabardinas, con tirabuzones en el pelo ellos y pelucas ellas y con estos sombreros de piel tan anacrónicos.
Ya expliqué en nuestro post acerca de Mea Shearim que jamás hemos recibido tal cantidad de insultos ni nos hemos visto intimidados de tal manera como en este barrio (bueno, durante nuestra visita a Hebrón también supimos lo que es la intimidación más extrema). Sin embargo, os aseguro que la experiencia merece la pena.
El Museo Vad Yashem o Memorial del Holocausto.
Otro lugar imprescindible de Jerusalén es el museo o Memorial del Holocausto, el Yad Vashem. Se trata de un enorme centro de documentación acerca de los terribles sucesos acontecidos durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis pretendieron exterminar el barrio judío.
Uno de los lugares más emotivos es La Sala de los Nombres. Se trata de un salón de forma circular donde se recopilan breves biografías de todas las víctimas del Holocausto. Se calcula que existen unos 2 millones de hojas, aunque el lugar está preparado para albergar hasta 6 millones.
La Ciudad Nueva de Jerusalén.
Más allá de visitar los lugares sagrados imprescindibles de Jerusalén, merece la pena pasear, sin más, por la Ciudad Nueva. La Calle Jaffa, siempre con ambiente, los mercados, con el Mahane Yehuda a la cabeza, los cafés y restaurantes a la última. Al final de la calle Jaffa os encontraréis con uno de los lugares más emblemas de esta nueva ciudad y que hay que ver en Jerusalén: el puente atirantado obra de Santiago Calatrava.
Y con la Ciudad Nueva termino esta lista de lugares imprescindibles que hay que ver en Jerusalén en 3 días. Una ciudad apasionante, repleta de historia y que ningún viajero debería perderse. Os aseguro que, más allá de las creencias religiosas de cada uno, Jerusalén no decepciona jamás.