Carcasona es la mayor y más bella ciudadela medieval de Europa. Un conjunto monumental extraordinario que ha ido modelándose desde la época de dominación galo-romana, y que supone una visita imprescindible en un viaje por el sur de Francia. No es de extrañar que, hace ya 20 años, la Unesco la incluyera dentro de la lista del Patrimonio Mundial.
En este post os vamos a contar qué ver en Carcasona en 1 día. Nos vamos a centrar en la ciudadela, como no podría ser de otra manera, aunque también os hablaremos de un segundo lugar que forma parte del Patrimonio de la Humanidad y que también se puede visitar en esta población: el Canal de Midi.
Hemos tenido la suerte de visitar Carcasona en, al menos, 4 ocasiones. Al fin y al cabo la tenemos a menos de tres horas de coche desde Barcelona. En esta ocasión, aprovechamos nuestro viaje por la región francesa de Occitania para visitar Toulouse, ciudad que no conocíamos, y regresar a lugares ya visitados con anterioridad, como la Abadía de Fontfroide o la ciudad de Narbona.
DÓNDE DORMIR EN CARCASONA
HOTEL DU PONT VIEUX. Situado a los pies de la Ciudadela no se me ocurre mejor lugar que aquí para hospedarse. Se trata de un hotel de trato familiar, dispuesto en el barrio de Trivalle (hay muchos lugares donde cenar aquí). Las habitaciones son limpias y correctas (la nuestra tenía 2 habitaciones, una de ellas para Marc) y con un desayuno bío excelente y con productos de kilómetro cero incluidos, que se puede disfrutar en un pequeño pero ornamentado jardín.
La estrella del hotel, sin embargo, son sus soberbias vistas de la Ciudadella que desde la habitación o desde la terraza se tienen. Espectacular es poco, especialmente por la tarde.
QUE VER EN CARCASONA. LA CIUDADELA.
PUERTA DE NARBONA
La Puerta de Narbona es la entrada principal a la Ciudadela de Carcasona y la más bella de todas. Es solo una de las 4 que permite la entrada a esta preciosa ciudad amurallada y junto a la Puerta de Aude, la más escénica de todas.
La Puerta de Narbona está flanqueada por dos grandes torres, completamente restauradas en tiempos de Viollet-le-Duc, como toda la muralla. Ante ella hay que fijarse en el busto de Carcas, la princesa sarracena que da nombre a la ciudad. Es una copia, pues la original la veremos más tarde en el castillo.
Antes de penetrar a la ciudadela por esta Puerta de Narbona nos damos cuenta del doble sistema de murallas que rodea por completo la Ciudadela de Carcasona. Merece la pena comentar, en este punto, que casi todo lo que hay que ver en Carcasona, y particularmente murallas y castillo, fue restaurado a partir del siglo XIX siguiendo las órdenes de uno de los más importantes arquitectos medievalistas del momento: Eugène Viollet-le-Duc. En muchos casos, el arquitecto tiró de imaginación creando soluciones más idealistas que reales, lo cual ha sido bastante a menudo cuestionado. Sin embargo, el resultado final es espectacular.
PASEO ENTRE MURALLAS.
Precisamente este paseo entre murallas es una de las cosas que hay que ver en Carcasona y desde donde se toman algunas de las mejores fotos. Las murallas de Carcasona tienen su origen en la primera ciudadela que data de la época galo-romana. Desde luego, en cada periodo se fueron remodelando, a la vez que se creó un segundo cinturón defensivo, ya en época medieval. De aquí sale este paseo entre las dos murallas (la interior y la exterior) de Caracasona.
Si queréis podéis dar la vuelta entera a la Ciudadela, desde luego, e ir contando cada una de las 52 torres. Pero bueno, tampoco se trata de esto, de manera que tras ir un poco arriba y abajo y tomar algunas fotitas, decidimos entrar a la Ciudadela.
LA CIUDADELA DE CARCASONA.
Lo que encontramos dentro de la ciudadela de Carcasona es la ciudad medieval que el turismo ha ido modelando. Dentro de la ciudadela no solo vivían los Vizcondes Trencavel, que eran los señores de Carcasona, si no también varias familias nobles que residían en sus palacetes. Algunas de las mansiones que iremos viendo durante el paseo mantienen restos de la época medieval, aunque el conjunto fue recuperado durante los siglos XIX y XX. Eso sí, bares, terrazas, restaurantes (no os podéis perder la Cassoulette, el plato estrella de Carcasona) y -muchas- tiendas de souvenirs, no faltan en la Ciudadela.
Entre los lugares que debéis visitar dentro del recinto amurallado están el gran y el pequeño pozo, imprescindibles en épocas de asedios y la Basílica de Saint Nazaire, de la que luego os hablaré y que es el templo más importantes que hay que ver en Carcasona.
Placitas y plazolitas no faltan tampoco, como la del Castillo o la plaza Marcou, unas más amplias y otras más recoletas. La verdad es que pese a que estamos en temporada alta y los turistas abundan en la ciudad, el paseo no se hace para nada fatigoso. Al contrario. Eso sí, si queréis disfrutar de Carcasona para vosotros solos en pleno verano, no os quedará otra que madrugar.
EL CASTILLO DE CARCASONA.
El Castillo es el gran monumento que hay que ver en Carcasona. Deberéis pagar una entrada de 9 euros y hacer una buena cola para comprar los billetes (os aconsejo comprar los billetes con antelación porque pasaréis sin hacer la cola). Pero merece la pena. Hicimos la visita sin guía ni audioguía y nos ocupó hora y media. Sin embargo, si sois exhaustivos os vais a las dos horas.
Se trata, claro está, del Castillo de los Trencavel, amos y señores de Carcasona, aunque restauradísimo. Poco queda, por tanto, del castillo medieval construido a partir del siglo XII y sí mucho de la restauración llevada a cabo por Viollet-le-Duc. Podéis visitar un buen número de salas, aunque muchas de ellas escasamente decoradas. En algunas, podemos observar los restos de pintura medieval, mientras otras han sido museizadas, desempeñando la función de museo lapidario.
Como os comentaré después, rel recorrido por al camino de Ronda de las murallas (también imprescindible) está incluido en el precio de la entrada al Castillo.
¿Quieres VISITAR EL CASTILLO DE CARCASONA SIN HACER COLAS? |
Recuerda que si compras las entradas por anticipado:
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PASEO DE RONDA POR LAS MURALLAS DE CARCASONA.
La visita al Castillo desemboca en el Paseo de ronda. En realidad, para acceder al mismo necesitaréis haber comprado la entrada al Castillo, pero el interior de la ciudadela desde las alturas es otra de las cosas que hay que ver en Carcasona.
Durante el paseo pasamos por un sinfín de torres y torreones, unos cuadrados, otros redondeados, desde el que se observan maravillosas vistas tanto del interior de la Carcasona como de sus alrededores. Particularmente por la parte sur de las murallas, donde los viñedos se extienden hasta donde nuestra vista alcanza.
BASÍLICA DE SAINT NAZARE.
El paseo de ronda termina justo enfrente de la Basílica de Saint Nazare, que es nuestro próximo destino. Se trata de la más importante de las iglesias que hay que ver en Carcasona y, en realidad, la única de la ciudadela. Se inició en tiempos del románico y fue terminada varios siglos más tarde, ya en época gótica y cuando los Trencavel habían perdido sus dominios y la Ciudadela había pasado a pertenecer a la monarquía francesa.
En su momento llegó a ser Catedral, aunque en la actualidad sus rango es el de Basílica. En el interior destacan un conjunto de vitrales francamente sorprendentes, incluidos los dos rosetones del transepto que son de un tamaño y una belleza excepcionales. Casi todos ellos forman parte de las restauraciones de Viollet-le-Duc, aunque utilizando los patrones originales.
PUERTA DE AUDE.
Para abandonar la Ciudadela (en realidad daremos un buen número de vueltas por ella, antes de hacerlo, pues una de las gracias de Carcasona es andar, sin rumbo fijo, a fin de ir descubriendo sus rincones) utilizaremos la Puerta de Audé, el segundo de los grandes portales que hay que ver en Carcasona de forma obligada. Hay que decir que si bien por la mañana es el mejor momento de visitar la Puerta de Narbona, es por la tarde cuando los rayos inciden de manera mágica en esta Puerta de Aude y cuando las fotografías salen especialmente favorecidas.
Desde este punto se observan el conjunto de murallas, incluyendo varios torreones en la que es la más famosa de las fotos de la Ciudadela. Y en estas nos encontramos con una de las grandes sorpresas al visitar Carcasona. Resulta que este año se conmemora el 20 aniversario de la designación de la ciudadela como Patrimonio de la Humanidad. Para ello se ha invitado al artista suizo Felice Verini a que realice una de sus curiosas performances. Su intervención ha resultado en la colocación se una serie de pinturas sobre torreones, murallas y puertas del lado oeste de la ciudadela que desde casi cualquier punto de la Carcasona extramuros parecen totalmente aleatorias. Sin embargo, visto el conjunto desde la Puerta de Aude, se convierte en algo mágico, pues todas las lineas acaban por confluir, formando un conjunto de círculos concéntricos verdaderamente sorprendentes.
No es de extrañar que no todos los visitante ni lugareños hayan recibido con entusiasmo la creación de Felice Verini. Particularmente los que llegan a Caracasona por vez primera y ven como no pueden plasmar con su cámara la más famosa de la fotografías de la ciudadela. Pues no hay que olvidar que, particularmente por la tarde, se trata de la gran vista que hay que ver en Carcasona. He de decir, sin embargo, que pese a que yo era bastante reacio a la performance en cuestión, una vez en la Puerta de Aude, mi opinión cambió por completo y la verdad es que la intervención me pareció de lo más original.
RESTAURANTE SAINT JEAN. Si hay un plato que debéis comer en Carcasona es la Cassoulet, una suerte de cocido con alubias blancas, salsichas y, especialmente, con un delicioso muslito de pato. Un buen lugar para comerlo es el Restaurante Saint Jean, en la plaza del mismo nombre, justo enfrente del Castillo. Dispone de una muy agradable terraza. La carta es extensísima y la verdad es que estuvimos dudando entre los mejillones, el risotto con confit de pato y la propia Cassoulet, pero al final degustamos este delicioso guiso servido en una cazuela de barro que estaba estupendo.
QUÉ VER EN CARCASONA, MÁS ALLA DE LA CIUDADELA.
Hay mucho más que ver en Carcasona más allá de la Ciudadela, aunque es verdad que casi nadie se entretiene en comprobarlo. Pues bien, merece la pena echarle un vistazo a la ciudad baja.
Tanto a la parte que queda justo a los pies de la fortaleza (Rue Trivalle donde nos hospedamos) como en la parte nueva de la ciudad, la denominada bastida, formada por un plano ortogonal y rodeada de boulevares. El epicentro de este barrio es la Plaza Carnot, aunque merece la pena echarle un vistazo a alguna de sus iglesias o pasear por la vital Rue Clemenceau que une el Porta de los Jacobinos con el Canal del Midi.
PASEO POR EL CANAL DE MIDI.
Si no habéis tenido la oportunidad de conocer el Canal de Midi en otras localizaciones esta es vuestra oportunidad. Se trata de una de las obras de ingeniería más importantes del siglo XVII. Un canal que une el Mar Mediterráneo con el Océano Atlántico. En realidad, conocemos como Canal de Midi el tramo de 241 kilómetros que unen Marseillan con Toulouse. A partir de esta ciudad, el Canal lateral de la Garona lleva las embarcaciones hasta el río Garona, a nivel de la población de Castets-en-Dorthe, cerca de Burdeos.
La cuestión es que la importancia de este canal navegable es tal, que también está incluido dentro de la lista del Patrimonio de la Humanidad. Y aquí en Carcasona aprovechamos para realizar un recorrido de una hora y media por el canal, con explicaciones en español, donde tenemos la oportunidad de pasar por varias esclusas. Y es que la diferencia de alturas entre el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico obliga a las embarcaciones que quieren realizar el trayecto completo a superar un total de 63 esclusas.
Este recorrido de hora y media resulta de lo más tranquilo, a la vez que las explicaciones ayudan a intender la importancia que para el comercio tuvo este Canal del Midi. 100% recomendable si disponéis de tiempo suficiente.
LAS MEJORES VISTAS DE CARCASONA.
Las mejores vistas de la Ciudadela las tendréis desde fuera de la Ciudadela, desde luego. Y a una distancia prudencial para que pueda tomarse una fotografía que abarque gran parte de ella. Os cuento nuestras tres fotografías favoritas.
DESDE EL SUR. Algo que hay que ver en Carcasona son el conjunto de viñedos que la rodean. Si bajáis por Chemin des Anglais desde el cementerio que queda junto a la Puerta de Narbona, llegaréis a un lugar de viñedos donde podréis tirar buenas fotos con las vides en primer término y la ciudadela en el horizonte. Esta vista es mejor por la mañana.
DESDE NUESTRO HOTEL EN RUE TRIVALLE. Como os he comentado, desde la terraza del Hotel du Vieux Pont se obtienen una vistas excepcionales (y si os alojáis allí, desde la misma habitación). El sol incide especialmente bien por la tarde.
DESDE PONT VIEUX. Es el puente que une la ciudadela con la bastida o ciudad nueva. Muy buenas vistas también por la tarde.
Y hasta aquí esta lista de los lugares que hay que ver en Carcasona, la más grande de las ciudadelas medievales de Europa y uno de los conjuntos monumentales más extraordinarios del Viejo Continente y verdadera maravilla de Francia. Si tenéis la oportunidad de visitarla, no la desaprovechéis.
Comentarios:
8 comentarios en “Qué ver en Carcasona, la mayor ciudadela medieval de Europa.”
Estuve este invierno y me gustó muchísimo, mira que tenía ganas y las expectativas altas pero no defraudó, eso sí este verano vi fotos en Instagram de las líneas amarillas y no me llega a convencer je je un abrazo
Es curioso, PAtri, porque yo no iba nada convencido de estos círculos concéntrico, pero una vez allí la verdad es que tiene su punto.
Eso si, para finales de año creo que ya lo quitan. Un abrazo, Patri.
Un artículo genial para una primera visita a Carcasona. Nosotros estuvimos hace muchos años y ahora estoy planeando volver con mi sobrina.
Genial vuestro hotel y los productos kilómetro cero! Un saludo.
Le encantará a tu sobrina, estoy seguro! Yo creo que es un lugar para quedarse a dormir. Justo cuando marchan las ordas de turistas es cuando más se disfruta.
Un beso!
Muy buena información!, me viene muy bien para el viaje que estoy organizando!,
Muchas Gracias!
Muchas gracias a ti por tus palabras.