11 lugares que ver en Baviera en una semana o 10 días.

Que ver en Baviera en una semana o 10 días. En este post os vamos a comentar los lugares más importantes que no os podéis perder en la que es, probablemente, una de las regiones más interesantes de Alemania. Son también los lugares que más nos han gustado durante nuestro recién finalizado viaje a Baviera de Semana Santa.

En realidad, Múnich ya requeriría de un viaje casi monográfico dedicado a la ciudad. De un mínimo de tres días, a ser posible. Algo más si se desea realizar alguna de las interesantes excursiones de los alrededores como la del Castillo de Neuschwanstein o la del Campo de Concentración de Dachau. Pero os aseguro que toda la región merece un viaje entero, de manera que son tantos lugares de interés que ver en Baviera que incluso los 10 días nos han quedado cortos.

Durante este viaje hemos visto ciudades estupendas y que rezuman historia por sus cuatro costados, castillos que parecen sacados de cuentos de princesas, palacios que nada tienen que envidiar a los versallescos, muchos pueblecitos con encanto e iglesias y monasterios barrocos, que se encuentran entre los más bellos de este estilo en Europa.

Os dejo con las que consideramos 11 visitas imprescindibles de Baviera.

11 LUGARES QUE VER EN BAVIERA EN 10 DÍAS

ROTHEMBURG AB DER TAUER

Quizá el más encantador de los distintos pueblos que salpican la que es conocida como Ruta Romántica de Baviera. Una villa de cuento, completamente amurallada, donde las casas diseñadas con el sistema del entramado de madera son la norma. Probablemente, entre los pequeños pueblos que hay que ver en Baviera este es la más seductor de todos.

WURZBURG

Una de las ciudades más monumentales de la región y que quedó prácticamente destruida en solo 20 minutos, cuando la aviación británica la bombardeó la noche del 16 de marzo de 1945. Sin embargo, Wurzburg renació de sus cenizas y se ha convertido en una de las grandes ciudades que hay que ver en Baviera de forma indiscutible.

Su centro histórico, con varias iglesias, es realmente interesante, pero si hay dos visitas que no os podéis perder en esta ciudad son la Fortaleza de Marienberg, que domina la ciudad desde una colina (podéis llegar a ella pasando por uno de los puentes de piedra más bellos de Alemania) y el Palacio de la Residenz, sede del Principado-Obispado de Wurzburg a partir de 1720. Un edificio soberbio que forma parte del Patrimonio de la Humanidad y que es testigo del nivel de opulencia al que llegaron los Príncipes-Obispos de la ciudad.

BAMBERG

Solo por visitar el Viejo Ayuntamiento de Bamberg ya merece la pena incluir esta pequeña ciudad de poco más de 50.000 habitantes durante vuestro viaje a Baviera. El centro histórico de esta villa es un encanto, con viviendas centenarias construidas con entramados de madera y, sobretodo, muchas cervecerías. Bamberg es conocida como la Ciudad de la Cerveza en Baviera y almorzar en una de las cervecerías históricas de su casco antiguo se hace imprescindible. No dejéis de degustar la Rauchbier, el brebaje local.

Por desgracia no pudimos visitar el Monasterio de San Miguel por estar en obras, pero sí su preciosa catedral románica. Allí tendréis que buscar su estatua más famosa, el Jinete de Bamberg, y el bello sarcófago de Enrique II y su esposa Cunigunda.

NÚREMBERG

Otra de las ciudades que hay que ver en Baviera de forma imprescindible. Le tendréis que dedicar un mínimo de un día y medio a la que es la capital de la comarca histórica de la Franconia, pero os aseguro que es de estos lugares que da para asignarle un fin de semana completo.

Nuremberg ha sido completamente remodelada tras sufrir la crudeza de la Segunda Guerra Mundial y su centro histórico es una auténtica maravilla. No os podéis perder ninguna de las tres grandes iglesias de la ciudad (San Sebaldo, la iglesia de Nuestra Señora y San Lorenzo), pero sobretodo debéis visitar el Castillo de Núremberg, uno de los más importantes del Sacro Imperio, la Casa de Durero, el más importante de los pintores alemanes del renacimiento, y las salas donde se celebraron las sesiones del Juicio de Núremberg que sentó en el banquillo de los acusados a algunos de los más importantes responsables del horror nazi.

RATISBONA

Otra ciudad que forma parte del Patrimonio de la Humanidad y que también hay que ver en Baviera de forma inexcusable. Su ayuntamiento fue sede de la Dieta Perpetua del Sacro Imperio durante casi dos siglos y hoy se puede visitar gracias a los recorridos guiados que ofrece. Pero, en realidad, toda la Ciudad Vieja de Ratisbona es un encanto, gracias a que su entramado gótico se ha conservado exactamente igual que cuando fue concebido hace más de 500 años.

Entre más de 20 torres medievales que atestiguan el poder civil de aquella época encontraréis muchos rincones con encanto, varias iglesias de visita imprescindible y algunos palacios que nos remiten al poder de la familia Thurn und Taxis, que ostentó en poder en Ratisbona durante varios siglos.

PALACIO DE HERRENCHIEMSEE

Los conocidos como Palacios y Castillos del Rey Loco son algunos de los atractivos más interesantes que ver en Baviera. Varios de ellos los podéis visitar en una excursión de un día desde Múnich o realizando un road trip por la región, como fue nuestro caso.
Herrenchiemsee se sitúa en medio de un isla situado en el lago Chiemsee, ya cercano a la frontera con Austria. Es una maravilla barroca construida a imitación del Palacio de Versalles de París. Y es que su promotor, Luis II de Baviera, era un gran admirador de Luis XIV, el Rey Sol.

Aunque el monarca bávaro jamás pudo ver terminada su obra, la verdad es que este palacio es uno de los más suntuosos que jamás se hayan erigido en Europa, con tal profusión de dorados, arañas, frescos, tapices y espejos que lo convierten en una de las más maravillosas obras del barroco europeo. Eso sí, construida dos siglos más tarde que la mayoría de palacios barrocos del Viejo Continente.

CASTILLO DE NEUSCHWANSTEIN

El segundo de los palacios y castillos de Luis II de Baviera es el más conocido de todos. Se trata de una construcción erigida según los cánones del romanticismo. Luis II honró en este castillo a las distintas leyendas y sagas germánicas. Lohengrin, Tristan e Isolda o Tannhäuser tienen su espacio en el castillo que inspiró al mismísimo Walt Disney para diseñar el Castillo de la Bella Durmiente.

Sin hay un lugar en los alrededores de Múnich que hay que ver en Baviera, este es el Castillo de Neuschwanstein.

OBERAMMERGAU

Otro pueblecito con encanto que debéis visitar si realizáis un viaje en coche por Baviera. Se trata de una idílica villa subalpina donde la mayoría de viviendas están decoradas con bonitos frescos en sus fachadas, haciendo referencia a las tareas del campo, a los menesteres cotidianos o a aspectos religiosos. Se trata de una maravilla que podréis conocer en otros pueblecitos de los alrededores pero que en Oberammergau adquiere su punto culminante.

Además, este pueblo es conocido por la representación de la Pasión de Cristo que viene representándose cada 10 años desde hace más de tres siglos. De ello os hablaremos en otro post.

A pocos kilómetros de Oberammergau no os podéis perder la visita al monasterio de Ettal, una de las más importantes joyas del barroco bávaro, y al Palacio de Linderhof, la joya rococó que mandó construir Luis II de Baviera.

IGLESIA DE PEREGRINACIÓN DE WIES

Son muchos los lugares barrocos y rococó que hemos tenido la oportunidad de visitar durante nuestro viaje a Baviera. Palacios, bibliotecas, monasterios, teatros… Uno de ellos es la Iglesia de Peregrinación de Wies, que se localiza a medio camino entre Oberammergau y el Castillo de Neuschwanstein.

Los hermanos Zimmermann fueros los artífices de esta maravilla que forma parte del Patrimonio de la Humanidad. El origen del templo debemos encontrarlo en una historia que nos cuenta que una campesina, de nombre Maria Lory, vio llorar la imagen de un Cristo flagelado, en 1738. Desde aquel momento las peregrinaciones se sucedieron en masa, de manera que la primera capilla pronto se quedó pequeña.

La iglesia fue alzada a mediados del siglo XVIII y en ella no faltan los más floridos motivos habituales del barroco y el rococó en su momento de mayor apogeo. Una maravilla con sus frescos, sus querubines, su maravilloso púlpito, un altar de impresión y un fascinante órgano.

MÚNICH

Que duda cabe de que Múnich es la gran ciudad que hay que ver en Baviera. Es su capital y su ciudad más grande e importante y le deberíais dedicar un mínimo de tres días a descubrir su encantos. Aquí encontraréis el Palacio de los Wittelsbach, la Residenz, desde donde esta familia gobernó Baviera durante siglos.

También su palacio de Verano, el Nymphemburg, así como muchas iglesias memorables, mercados interesantísimos, extensos parques que nada tienen que envidiar al Central Park o museos de talla mundial donde admirar los más importantes maestros de la pintura universal.

Desde luego no faltó el apartado más lúdico de Múnich, pues pudimos disfrutar de varias de las famosas cervecerías de Múnich, con la Hofbrauhaus a la cabeza. Le dedicaremos un post a hablar de las mejores cervecerías de Múnich y otro a las visitas que no os podéis perder en la capital bávara.

DACHAU

Y como colofón a esta lista de lugares que hay que ver en Baviera en una semana o 10 días, hablaré de un lugar que merece la pena no perderse aunque os aseguro que es el más duro de todos ellos. Me refiero al Campo de Concentración de Dachau, que se localiza a muy pocos kilómetros de Baviera, y que nos cuenta de primera mano lo peor del horror nazi.

En esta ocasión no lo recorrimos porque habíamos estado allí en otra oportunidad en que visitamos Múnich por tres días. Visitar Dachau me parece imprescindible a no ser que hagáis tenido la oportunidad de conocer otros lugares semejantes, como el Campo de Concentración de Auschwitz, cercano a Cracovia.

Y con este lugar termino esta lista de los 11 lugares que hay que ver en Baviera en 10 días. Os aseguro que la región tiene muchos más alicientes y que varios de ellos se nos quedaron en el camino.

Os dejo este post donde os contamos cómo organizamos nuestro viaje a Baviera y cuál fue el itinerario escogido así como los alojamiento y el transporte utilizado.