La excursión de un día a las antiguas capitales de Myanmar es una de las mejores que puede realizarse desde Mandalay. Se trata de una ruta por los alrededores de Mandalay, que nos tomó una jornada entera, y que nos permitió conocer parte de lo que queda de Amarapura, Inwa y Sagaing.
Tras la caída de Bagan, los bamar (la etnia predominante de Myanmar y de la que procede el topónimo birmano) se refugiaron en el norte, mientras Bagan era ocupada por los Mon. A partir de 1364, la capital fue situada en Inwa (también conocida como Awa), quien ostentó la capitalidad en distintos periodos hasta que en 1861 fuera trasladada a Mandalay, que se encuentra no más de 20 kilómetros al norte de Inwa.
Entre medio, durante distintos periodos, la capitalidad fue trasladada también a Sagaing o Amarapura. Es por ello que este tour de un día es conocido como el de las Antiguas capitales de Myanmar.
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VISITA A AMARAPURA
La primera visita que realizamos nos lleva hasta Amarapura, que ostentó la capitalidad de Myanmar a partir de 1873 y durante dos periodos distintos. Finalmente, el Rey Mindon la trasladó a Mandalay.
Dos son los lugares que hay que ver en Amarapura de forma imperativa. Empezamos por el Puente U-bein, uno de los más famosos de Myanmar, y auténtico reclamo turístico de la región. Se trata del puente de teca más largo del mundo, con más de un kilómetro de longitud, y cruza por completo el lago Taungthaman. Un lago, por cierto, que casi se seca por totalmente durante la época seca, dejando a la vista la casi totalidad de su lecho.
No es el caso del momento en que nosotros visitamos el Puente U-bein de Amarapura, pues en plena temporada de lluvias el lago desborda por completo sus límites. Cuanta la ortodoxia viajera que este puente hay que visitarlo durante la puesta de sol, pues es en este momento cuando se puede disfrutar de una de las más conocidas imágenes de Myanmar. Nosotros, sin embargo, lo conocemos a primera hora del día, con mucha menos calor (en Mandalay hemos sufrido las temperaturas más altas del viaje).
Tras el Puente U-bein nos trasladamos al cercano Monasterio de Mahaganayon. Se trata de una de las instituciones budistas de más prestigio de todo Myanmar. Aquí, sus 1200 monjes no solo meditan si no que también aprenden a serlo, en una suerte de seminario a la que muchos jóvenes acceden a la temprana edad de 5 años.
Para los turistas, el momento mágico del día acontece a las 10.15 de la mañana, cuando más de 1000 monjes se disponen, en una ordenada doble fila india, a entrar al comedor para almorzar. Justo antes, reciben las donaciones de la institución o familia que se encarga de ello ese día (según parece, esta función está realmente cotizada y hay que pedirlo con meses de anticipación). Particularmente reciben arroz, pero también tostadas, un líquido que suponemos que será sopa y hasta caramelos.
Posteriormente, entran en el comedor donde ya se encuentran dispuestos sobre la mesa los distintos curris. Los monjes comen en completo silencio y, por lo que vemos, bastante a la carrera. Es un momento mágico al que se permite asistir a los visitantes. La verdad es que durante nuestra visita no somos más de 10 los turistas que allí nos hemos desplazado. No sé como será en temporada alta y si ello debe incordiar demasiado a los monjes, pero la verdad es que durante nuestra visita tocábamos a centenares de monje por cada visitante.
INWA
Tras visitar Amarapura nos desplazamos a Inwa (también conocida como Awa), ciudad que ostentó la capitalidad de Myanmar durante casi 350 años, repartidos en varios periodos. Nada ha quedado de aquel antiguo esplendor, pues se trata de una zona eminentemente rural. Sin embargo, sí que son bastantes los lugares que hay ver en Inwa o Awa y que hacen referencia a sus momentos dorados, de manera que debéis contar con un mínimo de dos horas para visitar estos puntos de interés.
Al llegar en coche, este se queda a orilla de un afluente del Irrawadi, pero en la orilla opuesta de donde se ubica Inwa. Hay que tomar un ferry (1000K i/v) que en un par o tres de minutos cruza el río y nos deja en Inwa.
Es momento de negociar con uno de los muchos coches de caballos que acudirán a vosotros. Según un cartel, el precio es de 10000K por dos horas, aunque el definitivo partirá de vuestra capacidad de negociación. Desde luego, quien quiera puede hacer el recorrido a pie y bajo la solana, pero os aseguro que para llegar hasta alguno de los lugares más importantes que hay que ver en Inwa os tocará caminar de lo lindo. El Monasterio Bagaya, por ejemplo, se ubica a casi 4 kilómetros del embarcadero. Lo dicho, no seáis tacaños y tomad el coche de caballos que, al fin y al cabo, son cuatro duros y los birmanos también tienen derecho a comer.
Es precisamente el Monasterio de Bagaya el primer lugar que visitamos en Inwa. Casi tardamos 20 minutos en cubrir, con el coche de caballos, el trayecto. Durante el recorrido, dejamos a ambos lados de la calzada campos que están siendo cultivados por los lugareños. También se reparten, aquí y allá, decenas de estupas en las que no paramos.
El Monasterio de Bagaya se trata de un cenobio de madera que, aunque ha conservado en menor medida su ornamentación, sigue siendo bellísimo. Fue alzado en el primer tercio del siglo XIX. Los bajorelieves que decoran los balcones representan la flor de loto y el pavo real, que hacen referencia a lo sagrado y al poder real, respectivamente. En la actualidad, un solo monje sigue habitando este lugar. Lo acompañan cientos de murciélagos que ocupan buena parte de una de las dependencias.
Tras visitar este monasterio nos podemos en marcha para acercarnos hasta un conjunto de estupas algo más antiguas, de ladrillo, que nos recuerda a las que conocimos en Bagan. Marc se encapricha de unas pinturas que en tinta china está realzando un lugareño. Son simples pero preciosas y solo pide 2000K por ellas, de manera que nos llevamos una a casa.
Reemprendemos la marcha para pasar por delante de la Torre mirador de Namyin, a la que no subimos, para acceder posteriormente al Maha Aunmye Bonzan, el segundo de los lugares que hay que ver en Inwa se manera imprescindible. Este monasterio real, de 1822, tiene la particularidad de que fue alzado en ladrillo, algo poco habitual por lo que vamos viendo, pues la mayoría de cenobios eran construidos en madera.
El Maha Aunmye Bonzan de Inwa está revestido y tiene bonitas ornamentaciones en estuco, además de un montón de salas, aunque la verdad es que no le iría mal algún tipo de restauración. Junto a este monasterio se ubican un conjunto de estupas blanquecinas que contrastan con el color pajizo del monasterio.
Para realizar está excursión hay que alquilar un taxi para toda la jornada y pactar los lugares que se quieren visitar, a fin de que no haya mal entendidos. Negociando, deberíais conseguir un precio no superior a los 35.000K. Para visitar los lugares arqueológicos e históricos hay que pagar una entrada conjunta que tiene un coste de 10.000K e incluye los lugares que ver en Mandalay. Sagaing tiene un coste de 5000K e incluye la visita de Mingun, lugar que no tuvimos tiempo de visitar.SAGAING
La tercera de las ciudades reales que se pueden visitar en esta excursión a las Ciudades Reales desde Mandalay es Sagaing, que se alza a orillas del río Irravady y cuya colina domina un montón de kilómetros en todas las direcciones.
Sagaing ha sido capital birmana en varias ocasiones pero siempre por un lapso de tiempo más bien escaso. Desde su fundación, la importancia de la población ha radicado más en lo espiritual que en lo político y así sigue siendo. En realidad, varios miles de monjes y monjas siguen habitando las muchas decenas de monasterios que por aquí se ubican. En Sagaing, mires hacia donde mires, te encuentras con decenas de pagodas. Llegamos a Sagaing tras superar el Puente de Awa, que fue el primero que se construyó sobre el río y que los japoneses echaron abajo en 1945. Dejamos a la izquierda la Htuparyon Paya, una de las pagodas más sobresalientes de Sagaing y nos dirigimos a la colina.
La primera parada la hacemos en la que es conocida como Umin Thounzeh, donde 45 Budas se ubican en unas cuevas que se han excavado. Es un lugar tranquilo, pues somos los únicos turistas que aquí nos encontramos. Las vistas de una segunda colina, que no es más que la continuación de la nuestra, son especialmente bonitas desde este lugar, así como las de el río Irrawady desbordado.
Posteriormente subimos hasta esta segunda colina, donde encontramos una enorme estupa dorada y especialmente reluciente, de casi 30 metros de altura, la Soon U Ponya Shin Paya. En el interior del santuario hay varios Budas. De ellos, el mayor de todos está siendo limpiado en este momento por 4 lugareños que se han subido, literalmente, a sus hombros.
También aquí somos los únicos occidentales aunque el lugar está bastante concurrido por birmanos. También encontramos un par de mujeres bastante mayores vestidas con ropajes distintos a los que usan los bamar (la etnia predominante) y que resultan ser mujeres Palaung. Tras unos primeros momentos de reticencia por su parte, finalmente acceden a que las fotografiemos.
La verdad es que tras los cientos de pagodas que hemos visitado estos días, la Soon U Ponya Shin Paya ya no nos sorprende, pero su belleza es indudable y las vistas de toda la región, excelentes. El recorrido por la Colina de Sagaing podría alargarse tanto como uno quisiera, pues aquí y allá se observan estupas de todos los tamaños y formas, pero tras esta visita, y con la tarde ya cayendo, decidimos regresar a Mandalay, que ha sido nuestra base en estos tres últimos días.
La verdad es que realizar la excursión a las Antiguas Capitales de Myanmar, desde Mandalay supone un excelente broche de oro a nuestro viaje por Myanmar.
NOTA: en este post puedes leer los lugares más importantes que ver en Mandalay.